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Mucho ruido y pocas nueces, diría Shakespeare hoy respecto a la comprensión del argentino promedio, el llamado sentido común, de lo que le está pasando. Y es que el ruido es tanto que no entendemos bien de qué se trata.
Sí, porque hace poco más de una década tuvimos un gobierno que pagó la deuda
con el FMI y ahora tenemos otro que vuelve a tomar deuda con este organismo
multilateral. Presentimos —no es mucho más que eso, un presentimiento— que
esto último no es bueno, pero no sabemos muy bien por qué.
Y el por qué es una papa para comprender si hacemos el análisis de las cosas
como realmente son. ¿Por qué pagar la deuda es bueno y tomar más deuda no lo
es? “Claro, porque si tomás deuda significa que la vas a tener que pagar”,
contesta el sentido común, con mucho sentido común.
Pero el sentido común sirve para mirar hacia ambos lados antes de cruzar la
calle, sirve para no andar endeudándose por la vida y no sirve para mucho más
que eso. Para analizar la economía de un país hay que aplicar el buen sentido,
como decía Arturo Jauretche.
El buen sentido nos indica que el problema de pedir fiado en el FMI no es el
tener que pagarlo después. En realidad, el FMI es uno de esos usureros que no
quieren cobrar en dinero. No, no. El FMI quiere que no paguemos nunca y por eso
el gesto de Néstor Kirchner fue una afrenta al poderoso. Néstor Kirchner le
pagó al FMI una deuda que el FMI no quería cobrar.
¿Por qué? Porque el FMI no vive de cobrar deudas, sino de apretar a los
deudores para que estos hagan lo que el FMI quiere. ¿Y qué quiere el FMI? Pues
quiere imponer la aplicación de medidas neoliberales de “austeridad” —que es
ajuste sobre la población— de manera indefinida, lo que llamamos ajuste sobre
ajuste.
¿Y por qué? ¿Por qué el FMI prefiere imponer medidas neoliberales sobre los
países deudores en vez de cobrar las deudas? Simplemente porque el FMI existe
para favorecer a las corporaciones trasnacionales y con el ajuste fiscal esas
corporaciones ganan muchísimo más, cientos y miles de veces más, que lo que el
FMI presta para “blindar” a los países. En una palabra, el FMI existe para
gobernar países a control remoto, no para cobrar deudas.
Lo que el FMI “presta” no es préstamo, es compra de soberanía. Cuando el FMI
da, pide a cambio el control del gobierno que recibe. Y por eso NéstorKirchner le pagó
al FMI y le pegó un lindo voleo en el traste: porque en la Argentina de Néstor
Kirchner gobernábamos los argentinos.