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domingo, 10 de julio de 2016

El delirio de no querer festejar el Bicentenario… ©dealgunamanera...

El delirio de no querer festejar el Bicentenario…


Está claro que la fiesta fue magra. En comparación con los festejos del bicentenario de la Revolución de Mayo, lo de este fin de semana fue como festejar un cumpleaños en enero, pero no por eso dejó de generar polémica entre los que están a favor y en contra. A favor de que se festeje fuerte y en contra de que se tenga que pagar, obviamente.

© Escrito por Nicolás Lucca, en El Relato del Presente, el domingo 10/07/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Con la cabeza agobiada por los problemas que nos arroja la recesión económica, el clima de bicentenario no se hizo presente. Estamos en otra. Tan en otra que no registramos que Carrió le pidió a María Eugenia Vidal que haga algo con el jefe de la policía bonaerense, ya que su pasado en la lucha contra el narcotráfico fue tan improductivo que daba para sospechar de algún tipo de connivencia. Otra que no lo registró fue Patricia Bullrich, que salió a bancar al jefe de la poli de Buenos Aires sobre el que pesa la misma consideración que se podría tener sobre el jefe de la Federal, que pasó la última década al frente de la superintendencia de Drogas con los resultados que ya conocemos.

Tampoco registramos que Horacio Rodríguez Larreta acepta la renuncia de un funcionario porque a un grupo de actores que vive puteándolo no les gustó que ese funcionario dijera que son unos ladris; del mismo modo que ni nos dimos cuenta que a doscientos años de la declaración de la independencia de este cacho de tierra al que llamamos Patria, el debate político sigue vigente, aunque flojo de encanto. Hoy no discutimos sobre qué país queremos dejarles a nuestros hijos y nietos, si no sobre si corresponde o no que el dibujo de Eva en la 9 de Julio esté iluminado por las noches o no, sobre si hay que pagar las tarifas con aumento, si reclamamos el Ahora 12 para la factura de gas, o nos calentamos a leña pero con wifi.

El Papa envía una carta para saludar a los argentinos por el bicentenario y remarca que “la Madre Patria no se vende”. Mientras muchos nos preguntábamos qué habrá querido decir el amigo famoso de Gustavo Vera, si cancelaron la venta de España o qué corno, el kirchnerista despechado lo tomó como bandera y lanzó la contrarrevolución tirando toda la carne al asador. La carne alcanzó para un hashtag en Twitter, pero hay que reconocerles la voluntad.

Cristina Elisabeth agitó la previa al bicentenario dolarizando ahorros y tuiteando desde su departamento en Recoleta. La mishiadura económica nos afectó a todos y la expresi vio como en dos meses pasó de ser recibida por multitudes y dar discursos ante miles de personas en Comodoro Py, a ser recibida por Parrilli, veinte pibes y 52 banderas, tener más policías que militantes en tribunales y quejarse de una cámara de seguridad en la esquina.

Luego de una semana de hitazos triunfalistas, Cris se quiso tomar el palo antes de la medianoche del 8 de julio, pero el clima la hizo volver a su departamento, donde la esperaba el orfanato camporista cantando villancicos nuevos como “la Recoleta es de Perón”. Sí: la Jefa se instala en el barrio más paquete y aristocrático de la ciudad de Buenos Aires, pero la militancia lo toma como un acto de rebeldía.

Cristina, consciente de que estaba frente al grupo de Edipos irresueltos más grande que ha dado este país, mostró de primera mano lo fácil que le sale dibujar los hechos. Se los encontró de pedo porque le cancelaron el vuelo, pero les dijo que “solamente nosotros podemos hacer un acto peronista en calle Juncal”. Luego dijo que se quedó pensando en lo que dijo el Papa con eso de que “la Patria no se vende”. La que le entregó un cacho de tierra soberana a los chinos y la exploración petrolera a Chevron no profundizó demasiado en el tema, pero alcanzó y sobró para que cayeran algunas lágrimas de emoción entre quienes la escuchaban.


Montada en la caja de una camioneta, a la Presi le pidieron que se quede hasta la medianoche para celebrar el bicentenario con la muchachada. Complaciente con los pibes que se bancaron ser señalados como parias emocionales con capacidades ideológicas diferentes, la expresi tiró un claro, conciso y esperanzador “Olvidate” acompañado de un arengador “no me quedo acá hasta las doce”. No existe dinero que pueda pagar tamaña sabiduría de estadista. Finalmente Cris se retiró y la camioneta pudo continuar vendiendo huevos por el barrio. 

El actor Diego Reinhold, descendiente de los mapuches que habitaban los bosques alemanes de Saafeld, se quejó de que los festejos se llevaran a cabo en la plaza que está al lado del Teatro Colón porque el teatro se llama Colón. Porque está claro que Cristóbal Colón combatió la independencia argentina a pesar de la pequeña desventaja de haber nacido italiano, nunca haber pasado ni cerca del Río de la Plata y haber fallecido 310 años antes. Sin embargo, Reinhold fue la cara visible, pero detrás de él hubo cientos de nabos con acceso a Internet que nos corrieron con que esto es una pesadilla, con que no podemos tener a un ex rey de invitado, con que es una vergüenza que se organice un desfile militar para una fecha patria y con que es un embole que no contemos con recitales de los amigos de Teresa Parodi.

No veía berrinche colectivo tan infantil desde que en preescolar nos cancelaron la salida grupal al show de Carlitos Balá en la calle Corrientes. El planteo es simple, estimados: ¿Cómo creen que España llegó a ser el “imperio donde nunca se pone el sol”? ¿Con amor? ¿Y cómo creen que conseguimos la independencia del imperio con el ejército más poderoso del mundo de aquel entonces? ¿Con charlas en las plazas? ¿Cuáles creían que eran “los laureles que supimos conseguir” si no fueron en campos de batalla? ¿Qué creían que significaba “o juremos con gloria morir”? ¿Qué organicemos un pacto suicida con todas las chicas llamadas Gloria?

Puedo entender que tantos años llamando imperialistas a esos países a donde van a gastar su dinero reventando la tarjeta de crédito les dejó la comprensión al mismo nivel de un australopithecus con retraso madurativo, pero combatir al imperio en el siglo XIX requería algo más que pancartas.

El Grito de Asencio no fue un discurso arengador ni el sitio de Montevideo consistió en un abrazo solidario convocado por Whats App. Y si bien del Éxodo jujeño podrían haber participado del saqueo para que no quede nada a los que vengan después, lo cierto es que tampoco fue llevado cabo por ensayistas. El Combate de Las Piedras, la batalla de Tucumán, la batalla de San Lorenzo, Suipacha, el cruce de los Andes, la batalla de Chacabuco, todos fueron hechos claves y concretos que consiguieron, aseguraron y garantizaron nuestra independencia. Y no, no se gestaron desde una reunión en una unidad básica, ni gracias a un videíto en YouTube, ni por una campaña de carteles de actores prebendarios en Facebook.

Se definen militantes, un vocablo derivado de militar, reivindican a San Martín, Rosas y Perón, se sienten parte de un movimiento creado por Teniente General, pero les irrita que los militares del siglo XXI marchen por las bestialidades que cometieron los militares del siglo XX, ese mismo siglo XX que nos dio al "Sheneral". Entiendo que la incoherencia la llevan en el ADN, pero no dejan de sorprenderme que hayan aprendido a atarse los cordones. Doce años de realismo mágico les dejó las neuronas empastadas y realmente creen que con firmar un papelito alcanza para que las cosas ocurran. Si aplaudieron la construcción de millones de viviendas sólo porque se prometieron en un decreto, cómo no van a creer que fuimos independientes gracias a que los godos se asustaron y abandonaron la mitad de sus posesiones de ultramar luego de enterarse que treinta y tres rebeldes habían firmado un documento en el living de una casa. 

También patalearon por la presencia del rey emérito Juan Carlos de Borbón. No registraron que en Argentina hablamos español, somos mayoritariamente católicos, y el 100% de nuestros patriotas nacieron en territorios pertenecientes a la corona. Son los mismos giles con apellido europeo que hablan en primera persona para criticar la colonización europea desde una computadora en un departamento en la Buenos Aires que perteneció a los querandíes. Lindo mensaje para los que aspiran a superar La Grieta: en España pasaron doscientos años, ocho reyes, diez gobernantes que no fueron monarcas, varias formas de gobierno, un par de dictaduras y una monarquía republicana, pero invitar al Juanca es entregar nuevamente los dominios del Virreinato del Río de la Plata a su majestad.


El mundo gira, pasan los años, pasan los siglos, y las cosas cambian tanto que nada es determinantes. De hecho, si llegaran a registrar que el primer país que nos reconoció como un par libre e independiente fue el Reino Unido de la Gran Bretaña, entran en un colapso nervioso. Y lo hizo recién en 1826, tras 16 años de guerras contra los godos que dieron paso a las guerras intestinas que se prolongaron por otros sesenta años.

Sí, los militares se cargaron a la democracia varias veces a lo largo de cuatro décadas. Y de la última pasaron otras cuatro décadas. Y entiendo que el delirio personalista los lleve a confundir las instituciones con las personas. Pero si los militares de hoy en día tienen que pagar por los errores cometidos por la institución de hace cuarenta años, bajemos la persiana y mudémonos de planeta: el Estado también es una institución y es la misma que reprimió, desapareció gente y asesinó a mansalva, y no por eso vamos a impedir que siga existiendo como tal. Supongo que no debería ser muy difícil de entender, pero aprovecho la onda papal que aplican y les digo que deberíamos suprimir los tedeums en fechas patrias, dado que Mario Poli no debería dar la cara luego de todas las muertes y torturas cometidas por la inquisición durante siglos.


Por último, para relajar los ánimos y llevar algo de calma a esos espíritus tan preocupados por el qué dirán los progres del mañana al ver la foto de este bicentenario, les comunicó que el último militar de la dictadura que tuvo una acusación por su accionar cuando era un purrete de 21 años, se encuentra procesado desde hace un buen tiempo. Se llama César Milani.

Si tan sólo hubieran prestado atención cuando les enseñaron la diferencia entre Gobierno y Estado, o entre personas e instituciones, no estarían sufriendo tanto y se sentirían felices de habitar un país que celebra dos siglos de independencia del imperio más grande que ha conocido el mundo.

Y eso costó sangre. Mucha, mucha sangre derramada a lo largo de décadas para que hoy no tengamos que discutir qué modelo de país tenemos. Con probar la receta que nos dejaron por escrito por una vez, quizás, en una de esas, salimos adelante.


Domingo. “Juremos no dejar las armas de la mano hasta ver al país enteramente libre o morir con ellas como hombres de coraje”, dijo José de San Martín y no, precisamente, en su muro de Facebook.

Publicado por Lucca. Todo el contenido publicado es de exclusiva propiedad de la persona que firma, así como las responsabilidades derivadas.


lunes, 24 de mayo de 2010

Bicentenario de la República Argentina... De Alguna Manera...

¡¡¡Feliz Cumpleaños República Argentina!!!



El 25 de Mayo - La formación del primer gobierno patrio…


El 25 de mayo de 1810 -a poco de llegar a Buenos Aires la noticia de que Sevilla había caído en manos de las tropas de Napoleón- se constituyó en Buenos Aires el primer gobierno patrio. Reunido en la Plaza de la Victoria, hoy Plaza de Mayo, el pueblo de Buenos Aires impuso su voluntad al Cabildo y creó la Junta Provisoria Gubernativa del Río de la Plata, conocida como Primera Junta. Se iniciaba así el proceso revolucionario que desembocaría en la declaración de la Independencia el 9 de julio de 1816.

Reproducimos a continuación algunos fragmentos del nuevo libro de Felipe Pigna, 1810, donde se relatan no sólo las encendidas jornadas de 1810, sino también sus múltiples causas, como la larga tradición de resistencia a la dominación española de los pueblos originarios, las luchas de los esclavos para obtener la libertad, la influencia de las revoluciones francesa y norteamericana, el fortalecimiento del poder criollo tras las Invasiones Inglesas, la invasión a España de Napoleón Bonaparte y otros sucesos que resultaron esenciales para la formación del primer gobierno patrio.

© Pigna, Felipe, 1810, Editorial Planeta, Buenos Aires, 2010.

Todo parece indicar que contradiciendo a la famosa canción que hablaba del sol del 25 que venía asomando, aquel día de mayo de 1810 amaneció lluvioso y frío, aunque claro, la “sensación térmica” de la gente era otra. Grupos de vecinos y milicianos encabezados por Domingo French y Antonio Beruti se fueron juntando frente al Cabildo a la espera de definiciones. Y para terminar definitivamente con la duda metódica, sí, había algunos paraguas, no muchos porque aquellos artefactos conocidos en Europa por los menos desde el siglo XVIII, eran bastante caros en Buenos Aires; así que los que podían se cubrían con capotes y los que no, como siempre, se arreglaban como podían.

Cuando los hombres de la Legión Infernal se percataron de que agentes de Cisneros se estaban infiltrando en la muchedumbre 1, French y Beruti pidieron a su gente que llevaran en los pechos distintivos. Cuenta un testigo anónimo:“En dicho día se vio que en lugar de las cintas blancas del primer día, y ramo de olivo del segundo que se pusieron los de la turba en el sombrero, gastaron cintas encarnadas”. 2 Es decir: cintas hubo, pero ni celestes ni blancas, y si las queremos comparar con algo actual, no pensemos en los actos escolares, sino más bien en los brazaletes de quienes se encargan de evitar colados indeseables en una marcha de protesta o un piquete.

En una de sus piezas teatrales, Juan Bautista Alberdi imaginará la siguiente escena:

“French: ¡A ver, a ver: que vengan esos negros, que se incorporen a nosotros, que se mezclen con el pueblo! Ellos también son nuestros hermanos. Hijos de la libertad y de la Patria, ellos también están en el deber de pelear por la conquista de sus santos derechos. Que vengan, sí, son nuestros hermanos. No hay colores, ni ante Dios, ni ante la Patria. Uno solo es el linaje de los hombres; la palabra negro no está escrita en el Evangelio. También para ellos se ha levantado el Sol de Mayo: a su fecunda luz de hoy más adelante, o todos los hombres seremos iguales y hermanos, o todos dormiremos hermanos en un común sepulcro.” 3

El cuartel general de los patriotas se estableció en la casa de Azcuénaga, situada en la esquina de las actuales Hipólito Yrigoyen y Defensa, con excelente vista a la propia Plaza Mayor.

Siempre se quiso envolver en misterio lo que pasó aquel histórico 25 de mayo, pero vamos a recordarlo paso a paso.

El Cabildo se reunió a las 9 y trató en primer lugar la renuncia de Cisneros. Los recalcitrantes que todavía dominaban la institución intentaron resistir y, a través de Leiva, argumentaron que el Cabildo no estaba en condiciones para delegar la autoridad. Con su habitual espíritu “democrático”, opinaron que el petitorio presentado por el pueblo no debía influir en las decisiones. Seguidamente, aunque usted no lo crea, propusieron que la finada junta trucha presidida por Cisneros reasumiera sus funciones y que los comandantes se dispusieran a reprimir el descontado desborde popular a sangre y fuego y a fusilar a algunos cabecillas como escarmiento. 4

Los muchachos reunidos en lo de Azcuénaga tenían sus informantes, que comunicaron las barbaridades que se estaban planteando en el Cabildo. Esto inmediatamente provocó una especie de avalancha sobre el edificio y un grupo compacto y bien pertrechado, encabezado por Chiclana y French, logró copar la galería de la planta alta. Leiva seguía perdiendo tiempo, en su papel de conquistador indignado con los sudacas que osaban rebelarse contra trescientos años de “maravillosa administración española”, y lanzaba frases típicas de quien sabe que está en el horno: “¡Qué atrevimientos son éstos! ¡Qué insolencia!”. Dice el acta del Cabildo: “Estando en esa sesión la gente que cubría los corredores dieron golpes por varias ocasiones a la puerta de la sala capitular, oyéndose las voces de que querían saber lo que se trataba” 5. Hasta que se abrió una ventana y el síndico procurador se encontró con la cara de pocos amigos y los insultos de los “irreverentes” muchachos de la Legión Infernal –esos a los que quería fusilar-, a los que se atrevió a preguntarles: “¿Qué pretenden?” La respuesta fue contundente: “la renuncia efectiva de Cisneros”.

En esos momentos entraron a la sala capitular Saavedra y Beruti. El jefe de los Patricios aclaró que sus tropas no moverían un dedo para reprimir al pueblo. Sí accedieron a que se retirase parte de la gente. Cuando la plaza se fue vaciando, el desubicado de Leiva no tuvo mejor idea que asomarse otra vez al balcón de sus desgracias y preguntar: “¿Dónde está el pueblo?”. Le contestó Antonio Luis Beruti, escoltado por algunos “infernales”:

“Señores del Cabildo: esto ya pasa de juguete; no estamos en circunstancias de que ustedes se burlen de nosotros con sandeces. Si hasta ahora hemos procedido con prudencia, ha sido para evitar desastres y efusión de sangre. El pueblo, en cuyo nombre hablamos, está armado en los cuarteles y una gran parte del vecindario espera en otras partes la voz para venir aquí. ¿Quieren ustedes verlo? Toque la campana y si es que no tiene badajo nosotros tocaremos generala y verán ustedes la cara de ese pueblo, cuya presencia echan de menos. ¡Sí o no! Pronto, señores, decirlo ahora mismo, porque no estamos dispuestos a sufrir demoras y engaños; pero, si volvemos con las armas en la mano, no responderemos de nada.”

Ahora sí, el actuario del Cabildo se decidió a leer el petitorio presentado la noche del 24 y los integrantes del cuerpo aprobaron su contenido. El virrey quedaba finalmente destituido de todo tipo de mando y se nombraba a una nueva Junta de Gobierno que asumiría a las tres de la tarde de aquel mismo día 25.

Alberdi concluiría así su “crónica dramática”:

“French: Demos gracias a los franceses que, en el otro continente, han probado la impotencia de nuestros tiranos, y a los ingleses que en el nuestro han probado el poder de los americanos; la conquista en ambos mundos ha ocasionado nuestra libertad; de la injusticia ha nacido la independencia: los tiranos han creado las libertades de la tierra. Pretendieron ser nuestros amos: hoy somos sus iguales. En recompensa de sus balas les brindamos nuestra hospitalidad.

”Beruti: Compatriotas: En nombre del entusiasmo que abrasa mis entrañas, y del calor de los valientes que he tenido el honor de presidir en esta jornada inmortal, yo me tomo la misión de decretar que nadie pegue sus ojos en esta noche de gloria: el pueblo que duerme impasible el día que ha roto sus cadenas y no se enloquece, y no se embriaga, y no se enajena y perece de gusto, es un pueblo indigno y frío, que no tardará en volver a ser esclavo. Yo decreto, señores, a nombre del honor de ustedes mismos, que durante las horas memorables de toda esta noche, resuene un cántico continuo y universal al Dios que ha roto nuestras cadenas.

”Todos: ¡Cúmplase! ¡Viva el denodado Beruti!

”Una voz: ¡Señores: comienza a llover ya, y no podrá tener lugar ese decreto!

”French: Si la lluvia, en vez de ser agua fuese plomo, más alto cantaríamos todavía. Esta lluvia es un regalo oportuno del cielo, para aplcara el incendio voraz que nos abrasa. Si no lloviese, arderíamos.

”Vieytes: ¡Tiranos: vosotros que no podéis contemplar la faz del pueblo sino con los ojos de la sospecha y del encono; vosotros que no conocéis el dulce imperio de una sonrisa ingenua de sus labios, comeos de envidia y de desesperación al contemplar el cuadro inefable de un gobierno que se confunde con familiaridad y con amor en los rangos del pueblo que le idolatra y que sabrá perecer por mantenerle!”6

(…)

…aquel 25 de mayo de 1810, Mariano Moreno, a quien ya al asumir empezaba a asfixiarlo la máscara de aquel rey infame y traidor a su pueblo, mirando al futuro, necesitó decir en el momento en que juraba como secretario de Guerra y Gobierno:

“La variación presente no debe limitarse a suplantar los funcionarios públicos, e imitar su corrupción y su indolencia. Es necesario destruir los abusos de la administración; desplegar una actividad que hasta ahora no se ha conocido; promover el remedio de los males que afligen el Estado; excitar y dirigir el espíritu público; educar al Pueblo; destruir sus enemigos y dar una nueva vida a las provincias. Si el gobierno huye al trabajo, si sigue las huellas de sus predecesores conservando alianzas con la corrupción y el desorden, hace traición a las justas esperanzas del pueblo, y llega a ser indigno de los altos deberes que se le han encomendado. Es preciso pues emprender un nuevo sendero en que lejos de hallarse alguna salida, será necesario practicarla por entre los obstáculos que el despotismo, la venalidad y las preocupaciones han amontonado después de siglos ante los progresos de la felicidad de este continente. Después que la nueva autoridad haya escapado los ataques a que se verá expuesta por sólo la calidad de ser nuevo, tendrá que sufrir los de las pasiones, intereses e inconstancia de los mismos que ahora fomentan la reforma.”7


1 Cisneros hacía el papel de renunciado resignado, pero como veremos, desde la misma noche del 24 comenzó, confiando en la colaboración ofrecida por Liniers, Elío y el virrey del Perú, a preparar la contrarrevolución.

2 Anónimo, “Relato de la Revolución de Mayo (Según un manuscrito de la época, de la colección Carranza)”, en 25 de Mayo: testimonios, juicios, documentos cit., pág. 16.

3 Juan Bautista Alberdi, La Revolución de Mayo. Crónica dramática, Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba, 1960. Alberdi aclaraba: “Se puede hacer caricaturas de Mayo sin ofensa, como se puede parodiar el cielo sin suceso. […] No se puede decir que esta crónica sea toda verdadera, ni toda falsa. A ser pura realidad, no se habría apellidado dramática; y si hubiese sido enteramente fantástica, no se habría titulado crónica. […] Se ha convenido en que era la mejor forma para iniciar en las cosas serias, a las inteligencias ligeras y poco capaces de atención intensa. […] La parte histórica se ha tomado casi literalmente de las actas y de las memorias; la parte fantástica, de la tradición popular”.

4 Estos recalcitrantes serán los mismos que poco tiempo después acusarán a la Junta de sanguinaria cuando fusile a Liniers y sus cómplices.

5 Actas del Cabildo, op. cit.

6 Alberdi, op. cit.

7 En Orlando M. Punzi, “Moreno, periodista”, Todo es Historia, Nº 157, 1980.

© http://www.elhistoriador.com.ar/index.php

Videos commemorativos al 25 de Mayo










Hoy 25 de Mayo de 2010 festejaremos el Bicentenario de la Revolución de Mayo. Recordemos entre tanto celeste y blanco al Dr. Mariano Moreno, quien fuera el alma de lo que estamos festejando y pensemos que el en Marzo de 1811, el imperialismo lo enveneno en su propio barco, le negó hospital en tierra, festejo con salvas de cañón luego de tu muerte y su cuerpo hoy tiene un océano como tumba...

El Primer mártir de estos 200 años tenía solo 36 años y amaba su reciente patria.