Adolfo Castello...
El 23 de noviembre de 2004 fallecía Adolfo Castelo, periodista, conductor radial y televisivo, productor y humorista. Agudo observador de la realidad, hizo del absurdo y la ironía un estilo periodístico que cambió el modo de tratar las noticias.
Adolfo Castelo eligió hacerle frente a la vida desde el humor. Se inició en el periodismo como colaborador de la Tía Vicenta, donde intentaba iniciar carrera como humorista gráfico. Landrú –editor de la revista– le recomendó escribir notas de humor político porque sus dibujos eran “pésimos”.
Puesto a escribir, siguió su carrera en “Primera Plana”, un baluarte del periodismo serio, donde desarrolló un humor ligado a la política que en igual proporción convocaba a la risa y a la reflexión. Estas notas dieron luz a un estilo irreverente y transgresor que, poco después, alcanzó su plenitud cuando Adolfo Castelo inicia su trayectoria en la radio, su medio predilecto.
Hacia 1968, condujo junto a Anselmo Marini y Jorge Vaccari, “Las ventajitas”, el primer programa radiofónico de humor absurdo. Entre los programas más destacados de su trayectoria radial se encuentran “Qué extraño es este mundo”, “Claves para bajarse de la cama”, ”Demasiado tarde para lágrimas” –como partenaire de Dolina– “Uno por semana”, “El ventilador”, “El tiburón blanco”, “Turno tarde” y “Mirá lo que te digo”.
Su trabajo como productor de avisos comerciales y programas de televisión –“Videoshow”, “Cantaniño” y “Cha cha cha”, entre otros– lo acercó a Raúl Becerra con quien trabaría una larga amistad. Juntos idean “Semanario insólito” –con Virginia Hanglin y Raúl Portal– un ciclo que anticipó lo que sin duda fue una de sus máximas creaciones: “La Noticia Rebelde”. “La Noticia Rebelde” –donde compartía la conducción con Raúl Becerra, Carlos Abrevaya, Jorge Guinzburg y Nicolás Repetto (primero como ‘movilero’ y luego como conductor)– fue un programa que innovó radicalmente el periodismo televisivo. Iniciado apenas dos años del regreso de la democracia, en el programa se trataron temas y se expresaron opiniones impensadas en esos días.
Con una mirada humorística, pero sin por ello resignar rigurosidad analítica y aguda, el ciclo puso en relieve que el absurdo es un componente importante de la realidad argentina. Su carácter transgresor incluso desacralizó al mundo periodístico lo que dio lugar a un nuevo formato informativo y humorístico que aún perdura. El programa, que se emitía por ATC, continuó hasta mediados del año 1989 y se levantó poco después de asumir Carlos Menem.
A fines de los ’90 participa en “Día D Clásico”, el afamado programa de Jorge Lanata y hacia el 2000, encabeza “Medios locos”, por Canal 7, donde lo acompañaban Pacheco, Gisela Marziotta, Marcelo Gillespi y Mex Urtizberea. Adolfo Castelo, con su informalidad, su humor absurdo y sus lecturas simples de la realidad, forjó un lazo con su público pocas veces visto. Supo decir: “una dosis de humor ayuda a quitar el dolor” y creo que ese fue precisamente el efecto que logró, que todo fuese mucho más tolerable por la risa y el pensamiento que supo cultivar en todos nosotros.
© Publicado el sábado 23/11/2013 por Argentina.ar
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