miércoles, 31 de diciembre de 2014

Cromañon... Ni la bengala ni el rock and roll… De Alguna Manera...

Ni la bengala ni el rock and roll…


Con la masacre de Cromañon consumada quienes suelen instalar los discursos dominantes de la sociedad comenzaron a darle respuestas a la sociedad, la que a esa altura todavía se encontraba  aturdida por la magnitud del daño generado.   

Los primeros misiles fueron dirigidos al rock chabon o barrial, movimiento musical suburbano de incipiente crecimiento a partir de la década de los noventa que venía a romper con las partituras y las metáforas de los grandes músicos de nuestro rock nacional, para contar la cotidianeidad de los pibes de los barrios donde la política noventista más daño había hecho.

La estigmatización de este movimiento rockero se agudizó tremendamente con la masacre de cromañon, donde se señaló como primeros responsables a los negros que curten esa cultura: “Esto en el Colon no podía pasar porque ahí asisten artistas y gente bien, no como los cabezas que escuchan rocanrol” era, en resumidas cuentas, el mensaje que se bajaba a la sociedad.

Convertidos en seres marginales se instalaron mentiras que aun hoy siguen instaladas, como la que decía que en el baño había guardería de niños. Pensémoslo.  Estos negros tienen muchos hijos, son tan cabezas que van esos antros con sus pibes y, como si fuera poco, los hacinan en los baños. El discurso cerraba de manera perfecta, lástima que es una mentira atroz que buscaba poner la lupa en las víctimas y no en los victimarios. 

Así fue que se elaboró la teoría de la “futbolización del rock”, cuyo argumento central gira en torno a la cuestión del aguante y de las banderas, los canticos, la pertenencia barrial y, en ese momento, las bengalas (que hasta hoy se usan en las canchas, ya no en los recitales).

Siempre esa lectura de los jóvenes tuvo cierta cuestión tendenciosa que buscaba reunir y señalar todos los comportamientos “antisociales” y colocarlos en el centro de la escena, dejando en un segundo (o tercer) plano las responsabilidades de los señores de traje y corbata. Es un dedo que señala siempre al eslabón mas débil de la cadena para luego cortarlo y que para lograr tal fin, omite contar, por ejemplo, que una gran parte de los chicos fallecidos salieron con vida de Cromañon y fallecieron al volver entrar al local en su intento de ayudar a otros.

Después nos quedamos sin lugares para ir a ver bandas, para los grupos chicos fue dificilísimo mantenerse en la escena. A esa altura éramos todos peligrosos. Algo parecido a lo que pasa con el fútbol, donde por esos grupos “que todos conocemos” nadie puede ir de visitante a la cancha y en algunos clubes no se puede ir ni de local, aunque en el caso del rock, siempre los más peligrosos fueron los dueños de los boliches, bah… en el fútbol pasa lo mismo.

Yo, hijo de una profesional y un comerciante, clase media sin problemas materiales, cuarta generación quemera de mi familia, egresado de una secundaria católica salesiana, blanquito y bien nutrido fui a despedir el año con mis amigos a Cromañon. A ver una banda que casualmente había escuchado por primera vez ese año o el anterior, viajando a Córdoba a ver Huracán. De pura suerte los ocho que fuimos logramos salir con vida, una vida muy distinta a la que teníamos hasta ese entonces, pero vida al fin.

Estuve casi dos años prácticamente sin ir a la cancha, desinteresado de casi todo lo que antes me interesaba, hablando casi exclusivamente de Cromañon. Tratando de desarticular estos discursos, malditos, que solo suman más dolor al dolor. Buscando justicia y haciendo ejercicio de memoria.   

Siempre recuerdo que mi viejo, después de un largo abrazo, me dijo, esa misma noche en la esquina de La Rioja y Rivadavia que me había estado buscando entre los chicos fallecidos y que veía que todos éramos iguales “todos eran pibes, de la misma edad, todos teñidos de negro, pantalón corto, en cuero, todos eran como vos hijo… les miraba las piernas haber si encontraba tu tatuaje de Huracán”.

Somos todos iguales. Como en la tribuna. No importa si venimos de La Matanza, de San Isidro, de Parque Patricios, La Boca, Congreso o Recoleta. Todos somos personas y tenemos derecho de ir a un recital o a ver un partido de futbol y volver a casa.

Hace 10 años 194 personas perdieron la vida. Ellos son víctimas de la codicia de empresarios y políticos, de personas inescrupulosas y siniestras que piensan más en el dinero y en el negocio que en las personas. No los mató ni la bengala ni el rock and roll, los mató la corrupción y es nuestra obligación como sociedad recordar. Recordar siempre. Saber que nos pudo tocar a todos y que nadie está a salvo de ser víctima de los efectos directos de la corrupción.

Estas líneas buscan rendir homenaje a los pibes que ya no están, especialmente a Pablo, a Maria, Gerardo y a Laurita, hinchas de Huracán que alientan desde arriba y a todos los quemeros, que estuvimos ahí y que hoy nos damos el lujo de poder festejar este gran año que tuvo Huracán.


© Escrito por Tago Barea el miércoles 31/12/2014 y publicado por Patria Quemera de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Antonio "Chipi" Barijho, “Estoy en mi casa”… De Alguna Manera...

“Estoy en mi casa”…

El Chipi Barijho ocupará un lugar en las Infantiles de Huracán y seguirá en el baby de Peñarol.

Antonio Barijho ocupará un lugar en las Infantiles del Globo. “Los chicos tienen que meterse la camiseta en el corazón”, dice el Chipi.
Hay jugadores que dentro de la cancha se caracterizan por su aspecto, por su manera de ser cuando la pelota rueda. Antonio Barijho es uno de esos personajes, un loco lindo. Pasó de ser campeón del mundo con Boca a pelearse con Ameli, ya con la camiseta de Banfield, y hasta a irse a las manos con algún que otro compañero. Tiene esa fama de guerrero a la hora de ponerse los cortos, pero también lo es en su vida. Porque el ex delantero de Huracán, que a sus 36 años y ya desde hace un tiempo trabaja en las Infantiles del Club Peñarol Argentino, en el Bajo Flores, la peleó desde chico y hoy le sirve para inculcárselo a los pibes. Y en eso se fijó Alejandro Nadur: le dará lugar a Barijho en las Infantiles del club.
“Estoy en mi casa. Me gusta este desafío porque empiezo de abajo, me gusta hacerlo y la verdad es que yo también pedí empezar así porque estoy muy bien preparado”, le cuenta el Chipi a Olé.

-¿Qué aprendiste en Peñarol y qué vas a aportar que sea 100 por ciento Barijho?
-Tengo que ser un referente para los chicos, un sostén en lo psicológico, en lo emocional, empujarlos a no tener miedo de hacer cosas diferentes, de pelearle a la vida. Tengo que transmitirles la confianza para que en el partido, en el entrenamiento, en la vida, vayan mejorando.
-¿Los chicos te hacen acordar a tus inicios?
-Sí, aunque yo no disfruté las Juveniles. Eso trato de inculcarle a Jonathan, mi hijo, que está en Inferiores de Huracán. Tiene que disfrutar del fútbol.
-¿Qué tipo de DT sos?
-Soy de tener momentos serios y alegres, más que nada me gusta mucho la alegría. Si los chicos están contentos podés sacar mucho más que cuando están retenidos. Esa es la clave.
-¿Te ves enseñándole a los pibes tu picardía?
-Ja, eso se puede aprender pero no al cien por ciento. Les puedo transmitir una parte. Hay que ser pícaro de nacimiento e ir puliendo esa picardía.
-¿Qué es lo principal que querés transmitir?
-Seriedad, entrenamiento, formación, cualidades que se puedan pulir. Transmitir que la camiseta de Huracán se tiene que sentir, hay que llevarla muy adentro, hay que defender esos colores que son importantes para mí y que para ellos también deberían serlo. Tienen que meterse la camiseta en el corazón.
-¿Y te ves cómo entrenador de la Primera?
-Hoy por hoy lo único que tengo programado es esto. Me gusta estar con los chicos, después se verá...

Inferiores para todos.

Mientras que se define si Daniel Messina será el coordinador de Inferiores (ya estuvo en Huracán y hoy en día tiene problemas para desvincularse del Club Deportivo Aguila, de El Salvador), en Patricios se distribuyeron los técnicos en las diferentes categorías. En la Cuarta seguirá Rodolfo Pereyra, Ariel Melián se hará cargo de la Quinta, en la Sexta asoma Carlos Mazzoratti, en la Séptima continuará Saverio Valente, lo mismo que Hernán Palermo en la Octava y Oscar Castellano, en la Novena.

© Escrito por Leandro Sánchez el martes 30/12/2014 y publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires…


Los 100 personajes del fútbol 2014... De Alguna Manera...

Los 100 personajes del fútbol 2014...


Los que la rompieron, los que fueron sensación y también los que fracasaron, los que produjeron aplausos y los que arrancaron lágrimas. Con pasión, y también con humor, los protagonistas llamativos de una temporada en la que ocurrió de todo.


1. Ramón Abila: a pesar de las dudas de los propios hinchas de Huracán, Wanchope revirtió la imagen y se coronó goleador de la B Nacional y de la Copa Argentina.

2. Sergio Agüero: goleador en la Premier League, una lesión le impidió darle a la Selección todo lo que podía durante el Mundial, y el equipo lo sintió.

3. Pablo Aimar: todo el año hubo rumores de su regreso a River, y siempre está terminando de regresar. Ahora promete hacer la pretemporada y ver qué pasa.

4. Daniel Ahmed: zafó de que lo echaran en la primera mitad del año y terminó campeón del torneo Descentralizado de Perú con Sporting Cristal, tras ganarle la final a Juan Aurich.

5. Matías Almeyda: sacó campeón de la B Nacional a Banfield y una vez en Primera lo transformó en uno de los equipos de juego más interesante.

6. Jorge Almirón: llegó de apuro para dirigir a Independiente en su regreso a Primera y armó una formación muy agresiva que sólo se mancó al final.

7. Daniel Angelici: el presidente de Boca finalmente concretó lo que muchos hinchas le reclamaban. Se cargó a Riquelme. No le dio mucho resultado, de todos modos.


8. Néstor Apuzzo: se hizo cargo de Huracán con el equipo último en su zona y lo llevó al ascenso tras seis triunfos y una caída. Además, obtuvo la Copa Argentina.

9. Rodolfo Arruabarrena: tuvo la delicada misión de reemplazar a Carlos Bianchi en el banco de Boca. No le alcanzó para darle un título al club.

10. Marcelo Barovero: el arquero impávido, desplazado por Chichizola en el Final 2014, se consagró con el penal que le atajó a Gigliotti en el Monumental.

11. Edgardo Bauza: el responsable técnico del demorado logro de San Lorenzo en la Copa Libertadores, campeón sin haber ganado como visitante.

12. Lucas Bernardi: se retiró del fútbol, a los 37 años, en su Newell’s querido, para el que jugó más de 200 partidos.

13. Carlos Bianchi: una sombra del entrenador que fue en Boca, acabó despedido mientras juraba que su equipo podía mejorar. Triste final.

14. Marcelo Bielsa: llevó al Olympique Marsella a la vanguardia del fútbol francés, pero lo mejor siguen siendo sus lecciones de vida disfrazadas de conferencias de prensa.

15. Aníbal Biggeri: asumió como DT de Chacarita a once puntos del líder Estudiantes. En 12 partidos (9 triunfos y 3 empates) lo superó y logró el ascenso.

16. Bárbara y Mercedes Blanco: la consagración de Racing y unas sugerentes fotografías en el césped del Cilindro hicieron famosas a las hijas del presidente blanquiceleste Víctor Blanco.

17. Claudio Borghi: con espíritu de mártir, se bancó el descenso de Argentinos y que lo echaran cuando el equipo no producía en el Nacional B.

18. Mauro Boselli: con 12 tantos, fue goleador del torneo Clausura de México con el León, equipo con el que obtuvo el torneo Apertura en mayo.

19. Gustavo Bou: su racha goleadora fue clave para el título de Racing. Completó su gran torneo con 10 goles en 15 partidos. Y no lo querían...

20. Cristian Bragarnik: el representante de moda en el fútbol argentino, con jugadores y entrenadores en Racing, Independiente, Godoy Cruz y Defensa y Justicia.

21. Nicolás Cambiasso: el ya veterano arquero de All Boys se despidió del fútbol en un año amargo, con descenso a mitad de temporada y sin poder volver.

22. Germán Cano: con 16 tantos, el ex delantero de Lanús se consagró goleador del torneo colombiano, aunque no pudo festejar el título con el DIM.

23. Matías Cano: el arquero de la UAI Urquiza protagonizó la tapada del año, el sábado 8 de noviembre, al salvar de chilena un pelotazo de Gerardo Martínez (Morón).

24. Javier Cantero: acorralado por las deudas, los malos resultados, la barra brava y la oposición, tuvo que renunciar a la presidencia de Independiente.

25. Ricardo Caruso Lombardi: tras salvar del descenso a Quilmes, bajó a la B para subir a Tristán Suárez, pero perdió de local la final del Reducido ante Dálmine.

26. Fernando Cavenaghi: instrumental en el River de Ramón Díaz, que ganó el Final 2014, una lesión prácticamente le impidió participar del ciclo Gallardo.

27. Diego Cocca: ascendió por primera vez en la historia a Defensa y Justicia y condujo a Racing a un título local luego de 13 años. Un año impecable.

28. Daniel Cordone: protagonizó un papelón al aparecer en un amistoso en Natal (Brasil) caracterizado como Claudio Caniggia.

29. Angel Correa: clave en la Libertadores de San Lorenzo. Luego fue vendido al Atlético Madrid, pero aún no debutó por una afección cardíaca, de la que ya se recuperó.

30. Gustavo Costas: el Mourinho argentino se consagró campeón con Independiente Santa Fe de Bogotá para sumar su cuarto título en cuatro países diferentes.

31. Leandro Chichizola: jugó partidos decisivos en el arco de River para el título del Final 2014, pero terminó perdiéndose en el Spezia de la Serie B Italiana.

32. Omar De Felippe: sufrió mucho con Independiente para terminar logrando el último ascenso en la recordada final con Huracán. Se fue aliviado.

33. Martín Demichelis: llegó al Mundial de Brasil casi que por la ventana, con Julio Grondona como hincha número uno, y terminó consolidado como titular.


34. Marcos Díaz: el héroe de Huracán en la Copa Argentina. Fue clave en las definiciones por penales ante Banfield, Estudiantes y en la final ante Central.

35. Ramón Díaz: hizo otra de las suyas, renunciando como entrenador de River unos días después de sacarlo campeón en el Final 2014. Ahora dirige a Paraguay.

36. Angel Di María: el socio ideal de Messi en la Selección, cuando se lesionó ante Bélgica el equipo se cayó. Figura en la final de la Champions League con el Real Madrid, pasó al Manchester United.

37. Alfredo Di Stéfano: la primera gran gloria del fútbol mundial dejó esta cancha terrenal el 7 de julio, en pleno Mundial de Brasil, a los 88 años.

38. Paulo Dybala: con siete goles, fue una de las figuras del Palermo. Lo tentaron para jugar con Italia, pero aseguró que espera una chance en Argentina.

39. Ramiro Funes Mori: de la gloria del tanto del triunfo ante Boca en la Bombonera a convertir el gol en contra con Racing que le costó el título a River.

40. Fernando Gago: se lesionó antes del Mundial, perdió el puesto durante el torneo, lo echaron mal en un Boca-River y salió lesionado en otro.

41. Raúl Gámez: le ganó las elecciones en Vélez a Chilavert, contrató a Miguel Russo y tuvo un cruce áspero en la AFA por el desempate con Boca para la Libertadores.

42. Ezequiel Garay: el zaguero pasó del Benfica al Zenit en pleno Mundial, en el que resultó el integrante más regular de la defensa del equipo argentino.

43. Ricardo Gareca: uno de los grandes fracasos del año, lo llevó el Palmeiras y terminó devolviéndolo tras cuatro meses, tres triunfos, dos empates y diez derrotas.

44. Emanuel Gigliotti: el penal que le atajó Barovero marcó la serie de la semifinal de la Copa Sudamericana ante River.

45. Christian Gómez: a los 40 años, Gomito lideró el regreso de Chicago a Primera División, luego de haber ascendido seis meses antes a la B Nacional.

46. Julio Grondona: siempre decía que se iba de la AFA con “los pies para adelante”. El 30 de julio se cumplió su pronóstico después de 35 años como presidente.

47. Humberto Grondona: resistió los embates de la Era Martino en la Selección y conservó su puesto (ad referendum del Sudamericano de enero) como entrenador de la Sub 20.

48. Pablo Guede: formado bajo el ala de Guardiola, ascendió con Chicago a la B Nacional y condujo a Palestino de Chile a la Libertadores 2015.

49. Jonás Gutiérrez: ganó el partido más importante de su vida, venciendo al cáncer y volvió a las canchas sobre fin de año. Para el aplauso.

50. Jonathan Herrera: máximo goleador del año en el fútbol argentino. Hizo 25 goles con Riestra en la D y 19 en la C, y en ambos casos logró el ascenso.

51. Gabriel Heinze: el Gringo le puso punto final a su vasta carrera el 9 de mayo, en el Parque Independencia, a los 36 años.

52. Gonzalo Higuaín: marcó un gol en el Mundial contra Bélgica; todavía lamenta el penal de Neuer que el árbitro Nicola Rizzoli no le cobró en la final.

53. Mauro Icardi: fue noticia por igual por sus goles en el Inter como por su vida personal, incluido su casamiento con Wanda Nara, ex mujer de Maxi López.

54. Matías Kranevitter: el tucumano resultó la aparición más fulgurante de River de los últimos diez años. Se notó su ausencia por lesión en la segunda mitad del año.

55. Erik Lamela: su buen andar en el Tottenham se vio coronado con un golazo de rabona ante el Asteras Tripoli en la Europa League

56. Ezequiel Lavezzi: haber salpicado con agua a Alejandro Sabella cuando se hartó de las indicaciones del técnico contra Nigeria en el Mundial basta para ameritar su inclusión.

57. Ricardo La Volpe: lo despidieron del Guadalajara después de una presunta agresión sexual a una empleada del club. Duró un mes en el cargo.

58. Federico Mancuello: fue el termómetro de Independiente en su regreso a la Primera y terminó siendo el goleador del equipo.

59. Diego Maradona: “jugó” el Mundial con su sensacional, emotivo De Zurda, en el que se dieron cita los monstruos del fútbol de todos los tiempos. Una maravilla.

60. Gerardo Martino: dejó sin pena ni gloria el Barcelona y al poco tiempo se transformó en el entrenador de la Selección Argentina. Se impuso la fuerte meta de ganar la Copa América.

61. Javier Mascherano: el gran símbolo de la campaña de la Selección Argentina por el Mundial de Brasil. El imaginario popular terminó comparándolo con San Martín.

62. Horacio Matuszyczk: el ex delantero de Boca y Racing guió al Trujillanos al título de campeón en el Torneo Apertura de Venezuela.

63. Jesús Méndez: un perro lo transformó en personaje cuando fue el único que se animó a sacarlo de la cancha, luego de que el can interrumpiera un Central-River en Arroyito y defecara en el área de Caranta.

64. Gabriel Mercado: marcó goles decisivos en las campañas que llevaron a River a lograr sus dos títulos del 2014. Insustituible en el equipo.

65. Reinaldo Merlo: se fue echado de su querido Racing en el Torneo Final. Se resarció con el ascenso de Colón tras haber dirigido tres partidos.

66. Andrés Merlos: dio nueve minutos de descuento en Lanús 3-Arsenal 2, lo que derivó en un escándalo, en que lo suspendieran y no lo promovieran como árbitro internacional.

67. Lionel Messi: no ganó ningún título. Se desquitó con los records de máximo goleador de Barcelona, de los clásicos Barça-Real Madrid, de la Liga de España y de la Champions League.

68. Diego Milito: alma del Racing campeón, por lo que jugó, por lo que hizo jugar, por lo que guió al equipo adentro y afuera de la cancha.


69. Antonio Mohamed: el controvertido Turco se consagró campeón con el América de México y al toque dejó el club, en disidencia con la política dirigencial.

70. Hugo Moyano: el líder de la CGT devenido presidente de Independiente ya formalizó un dudoso record. Se cargó a tres ídolos rojos como Daniel Montenegro, Federico Insúa y Gaby Milito.

71. Néstor Ortigoza: con el penal que convirtió en la final de la Copa Libertadores ante el Nacional paraguayo alcanzó status de héroe en la historia de San Lorenzo.

72. Rodrigo Palacio: Sabella lo prefirió a Tevez para el Mundial y el atacante del Inter le respondió rifando goles hechos ante Holanda y Alemania.

73. Gabriel Paletta: el ex zaguero de Banfield y Boca fue convocado por Cesare Prandelli para jugar el Mundial por Italia. Sólo actuó en el triunfo ante Inglaterra.

74. José Pekerman: condujo a Colombia a los cuartos de final del Mundial. Pero aplicó un planteo escasamente agresivo ante Brasil y se pegó la vuelta.

75. Germán Pezzella: dos goles trascendentales para River, contra Boca bajo la lluvia y en la final de la Sudamericana ante el Nacional colombiano.

76. Ignacio Piatti: autor de un tanto decisivo para San Lorenzo ante el Botafogo en la Copa Libertadores, el equipo sintió su ausencia en el segundo semestre.

77. Leonardo Pisculichi: arrancó mal el año, yéndose al descenso con Argentinos, pero lo revirtió transformándose en el valor más destacado del River de Gallardo.

78. Néstor Pitana: el misionero fue el árbitro argentino del Mundial, en el que dirigió cuatro partidos, incluido el Alemania 1-Francia 0 de cuartos.

79. Lucas Pratto: de lo mejorcito de Vélez en toda la temporada, fue goleador en el torneo de Transición y se fue con sus goles al Atlético Mineiro.

80. Gustavo Quinteros: se consagró bicampeón del fútbol ecuatoriano con Emelec, superando a Barcelona en la final.

81. Ricardo Rezza: condujo a Temperley en el ascenso de la B Metropolitana a la B Nacional y seis meses después repitió subiendo a Primera División.

82. Juan Román Riquelme: sin lugar en Boca, cumplió con su promesa de regresar a Argentinos a la máxima categoría. Quedó latente su retiro.

83. Maxi Rodríguez: siempre vigente en Newell’s, el penal que convirtió contra Holanda puso a la Selección Argentina en la final del Mundial.

84. Marcos Rojo: contra la crítica mayoritaria, se erigió en baluarte de la Selección en el Mundial, marcó contra Nigeria y se lo llevó el ManUtd.

85. Sergio Romero: otro que se impuso al rigor del hincha. Se lo compró en la definición por penales ante Holanda, en la semifinal de Brasil 2014.

86. Alejandro Sabella: condujo a la Argentina a la final del Mundial; en el proceso fue reforzando la zona defensiva y aislando a Messi arriba.

87. Sebastián Saja: consiguió finalmente su título con Racing, del que fue uno de sus baluartes desde el arco.

88. Jorge Sampaoli: el técnico de Casilda impuso su capacidad en el Mundial cuando Chile apretó a Brasil en octavos de final, le empató 2-2 y sólo quedó eliminado en los penales.

89. Luis Segura: en menos de dos meses pasó del escándalo de la reventa de entradas en el Mundial a la presidencia de la AFA, en la que estará hasta octubre.

90. Gaspar Servio: irrumpió en la primera de Banfield atajando dos penales en su debut. Luego acumuló errores infantiles que le costaron muchos puntos al conjunto de Almeyda.

91. Diego Simeone: rompió la hegemonía de los grandes en España al conducir al Atlético Madrid al título. Y estuvo a punto de lograr también la Champions League.

92. Emiliano Tade: el santiagueño se hizo famoso por jugar con Auckland ante San Lorenzo en el Mundial de Clubes. Fue figura, pero falló una chance increíble.

93. Carlos Tevez: no lo citaron al Mundial, pero regresó a la Selección con Martino. Con Juventus ganó el Calcio, es el goleador del torneo y lo eligieron mejor jugador.

94. Marcelo Tinelli: el vice de San Lorenzo hizo pie en la AFA, le llevó la Libertadores al papa Francisco y yergue su polémica figura sobre el futuro del fútbol argentino.

95. Sebastián Torrico: el arquero de San Lorenzo contuvo penales cruciales en la Libertadores pero todavía le critican los goles del Real Madrid en la final de Marruecos.

96. Guido Vadalá: la promesa de Boca convirtió siete goles en el triunfo 8-2 de la sexta ante Argentinos.

97. Juan Sebastián Verón: dejó de jugar al fútbol y pasó a ejercer la presidencia de Estudiantes, con proyección ideal a futuro.

98. Luciano Vietto: después de un mediocre final en Racing, sus goles causan sensación en Villarreal. Uno de esos 12 tantos le sacó un invicto al Atlético Madrid.

99. Mauro Vigliano: su pésimo arbitraje en el River-Boca en el Monumental, que no debió haberse jugado por lluvia, provocó una de las polémicas más grandes del año.

100. Javier Zanetti: el 10 de mayo, a los 40 años, jugó ante Lazio su último partido como profesional, luego de 19 temporadas en el Inter.

© Escrito por Ariel Greco y Pablo Vignone el miércoles 31/12/2014 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


domingo, 28 de diciembre de 2014

Corazón, pases cortos y una gotita de sangre… De Alguna Manera...

Corazón, pases cortos y una gotita de sangre…


Un pacto secreto y diabólico y éxitos asegurados para el Racing de Diego Cocca, el River de Marcelo Gallardo, Huracán y hasta Juan Román Riquelme.

“Así pues, si es tu deseo gozar de todo un poco y aprovechar tu rápida carrera, podrás tener cuantos tesoros apetezcas, con tal que te unas a mí”. Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832): “Mefistófeles pacta con el doctor Fausto”; de “Fausto”, Primera parte (1807).

Los aeropuertos son un no-lugar, y mucho más cuando se quedan sin gente. Allí todo es fugaz, inexistente, neutro, sin alma. Una redacción vacía, por el contrario, es energía en suspenso: escritorios-trincheras, papeles, sillas como dados recién tirados. Una vigilia que advierte sobre inminentes tempestades, historias, histerias, tensiones del músculo y la mente. Un templo pagano a la espera de más.

Me gustan las redacciones vacías. Por eso estoy acá, solo en Perfil, en pleno feriado de Navidad. Cómodo, pero sin saber qué diablos escribir, maldito sea. ¿Qué diablos pasó en el mundo? Nada, como siempre en estas fechas. ¿Y qué diablos voy a…?

—Por tres veces fui llamado y aquí me tienes, para servirte.

Primero fue la voz, y ese aroma horrible a azufre o a huevo podrido. Al hombre lo vi después. Apareció de la nada: una bruma, luego una luz intensa y por fin él, sentado frente a mí, clavándome la mirada mientras mordisqueaba un huevo duro. Robusto, elegante traje oscuro, un bastón con empuñadura de plata, melena peinada con gel, barba candado, uñas largas y pintadas con esmalte. Impresionaba. Sobre todo por su enorme parecido con el maléfico Louis Cyphre de De Niro en Angel heart (1987), dirigida por Alan Parker. Aunque, a verrr… sí, sí: no hay duda. ¡Es el mismísimo Robert, en persona! Wow. Sabía que había llegado a Buenos Aires pero… ¿qué hacía allí, conmigo?

—Por poco me mata del susto, De Niro…

—Louis Cyphre, si no le molesta. Repita el nombre y verá que suena…

—Lu-saifer: Lucifer. El diablo. Vi la película mil veces. Y usted está fantástico, por cierto.

—Gracias. Pero sigo en personaje, así que entérese. Tres veces fui convocado. Diablo. Diablo. Diablo. Ahora banqueselá, viejo. Así son las reglas. Vamos, firmemos algo. Pactar es mi trabajo, desde Goethe. ¿Le pincho el dedo?

—¡Eh, no! ¿Qué le pasa?

—Vamos, Asch. Firme con sangre, resigne algo para triunfar. Por ejemplo, esta delirante columna suya. ¡Déjela y le daré fama, gloria y riquezas! ¿Le gustaría ser panelista de la tele? Ah… ¡Una silla, una cámara, una pelea con cualquier pelagatos y en un minuto será más conocido que en décadas de periodismo gráfico!

—Le agradezco, pero…

—No me joda. ¡Ganará más! Le ofrezco lo máximo. Ser campeón, como Cocca.

—No me diga que…

—Sí, claro, pacté con él. ¿Qué tiene? Sólo tuvo que resignar el clásico. Y a Milito, que se lo lesioné después de su gol para que no arruinara todo. Un detalle menor si lo comparamos con la infinita gloria de la vuelta olímpica. Nosotros veníamos de la B y necesitábamos ganar. Compréndame. Tan eufórico estaba Cocca que hasta lo adelantó en público: “Prefiero perder con Independiente y pelear el campeonato”, dijo. ¡Satisfacción garantizada, Asch! Bou también firmó, chocho: me lo mandó Bragarnik. Lo de Gallardo sí fue muy difícil. La tuve que remar. ¡No quería saber nada!

—¿Gallardo? ¡Si tenía un equipazo!

—Por eso: ¡convencerlo de que perdiera un torneo que tenía casi ganado fue un parto! Lo conseguí con el anzuelo de Boca. “Te los doy en semis, ustedes los dejan afuera y eso vale por diez títulos locales. ¿Agarrás?”, le propuse. No lo pensó más y firmó.

—¿Y la Copa Argentina que perdieron contra Central?

—Bueno, los penales son fáciles para mí: un centímetro más, uno menos… En ese caso tenía que allanarle el camino al título a Huracán con quien tenía otro compromiso anterior.

—¡No me diga que los ayudó a ganar la Copa y a ascender!

—¡Más bien, Asch! ¿O de verdad cree en los milagros? Firmamos en junio, antes del desempate con Independiente por el ascenso. Una negociación muy compleja. Les tuve que asegurar el ascenso en seis meses y, además, un título. ¡Un título para Huracán! Pero aceptaron y el Rojo les ganó 2 a 0, en La Plata. ¡Teníamos que volver a Primera, sí o sí…! Después los hice sufrir un poquito, de jodido que soy. Pero siempre cumplo.

—Ya veo. ¿Y con Riquelme, nada?

—Román es cliente de toda la vida. Pero nos peleamos mucho también, eh. Muchacho difícil. ¡La de internas que me armó allá abajo, con mi gente! Usaba los fuegos eternos para los asados y para calentar el agua del mate. Quería entrenar sin entrenar, y se lo concedí. Cualquier capricho con tal de verlo jugar. Un crack, el tipo.

—¿Y este último pacto cómo fue?

—Ascenso asegurado, mala campaña de Boca sin él y La 12 reventando las canchas cuando jugaba Argentinos. Pero algo falló. Los barras pidieron plata, él exigió sangre blue, sus compañeros no daban pie con bola y no me quedó otra que apretarlo. Sacrifiqué a Borghi y trabé la llegada de Clemente –nadie ceba como él– para que cumpliera. Lo hizo, y se fue. Pronto nos veremos.

—Galíndez le dijo de todo.

—¿Di Lorenzo, el masajista; el del bidón a Branco? Nah, ¡es un amigazo! Algo bocón, pero buen hombre. Nadie le da mucha bola, ni siquiera cuando dice la verdad. En el Mundial del 90 firmaron todos, con tal de llegar en muletas a la final. ¿Quiere saber sobre mis pactos con Maradona?

—Mmm… Demasiada información para hoy.

—Usted se lo pierde. Ahora debo irme. Tengo cita con un político cuyo nombre no puedo revelar.

—¿Uno solo?

—¡Uno por vez, je! Mi agenda está a full, Asch. A la que no veré es a Carrió; ella trabaja por su cuenta y trato de mantenerme alejado: ¡a ver si todavía me divide el Averno! Oiga: ¿no está feliz con su Racing campeón?

Balbuceé una obviedad –sí claro, grande la Acadé, algo así–, mientras De Niro se ponía de pie envuelto en la misma luz que lo trajo antes de la bruma y el silencio… y desaparecía. Suspiré resignado y volví a mi página en blanco. No sé qué diablos escribir, susurré una sola vez, por las dudas. Creo que necesito vacaciones.

© Escrito por Hugo Asch el domingo 28/12/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.