domingo, 6 de julio de 2014

Derechos humanos para todos…De Alguna Manera...


Derechos humanos para todos…


En exclusiva, el dictamen de una comisión de la ONU que refleja el maltrato médico recibido en prisión por el represor condenado.

Luis Abelardo Patti, subcomisario retirado de la Policía Bonaerense, sobre quien pesan múltiples acusaciones vinculadas a delitos de lesa humanidad, fue condenado, junto a los ex generales Reynaldo Bignone y Santiago Omar Riveros, a cadena perpetua por homicidio, secuestro y tortura de personas cometidos durante la última dictadura. La sentencia fue dictada el jueves 14 de abril de 2011 por el Tribunal Oral Federal N° 1 de San Martín, compuesto por los jueces María Lucía Cassain, Lucila Larrandart y Horacio Segretti. 

La condena fue la primera que recayó sobre alguien que no fue militar y que además desempeñó cargos electivos desde 1983. Patti fue primero elegido intendente de Escobar y luego diputado nacional, cargo que no alcanzó a asumir a causa de la acusación por la comisión de delitos de lesa humanidad que pesaba sobre él. Los casos por los que se lo condenó a prisión perpetua e inhabilitación absoluta para ocupar cargos públicos fueron el asesinato doblemente agravado de Gastón Goncalves, un militante peronista, y la práctica de la tortura contra el ex diputado nacional por el peronismo Diego Muñiz Barreto, su secretario, Juan José Fernández, y Osvaldo Ariosti.

Todos estos juicios fueron llevados adelante una vez que se produjo la derogación de las leyes de Obediencia Debida y de Punto Final, instrumentos legales que buscaron consagrar la impunidad de todos aquellos culpables de haber cometido crímenes de lesa humanidad. Esta decisión del Congreso estuvo precedida por un fallo histórico del entonces juez federal Gabriel Cavallo, quien en 2001 declaró la inconstitucionalidad de esas leyes.

El objetivo de todos estos procesos es el conocimiento de la verdad acerca de lo sucedido en los oscuros años de la dictadura y el castigo a quienes fueron los responsables de tamañas atrocidades. Es importante que se haga en el marco del más absoluto respeto de los fundamentos y las normas procesales que marca la ley, porque de ello emana la legitimidad jurídica y moral del Estado de derecho. Así se asegura que haya justicia y no venganza. Tal precepto obliga al respeto de cada uno de los derechos del inculpado. Es lo que impone la Constitución. No hacerlo representa una falta grave y de ello se trata el caso que se describe en este artículo.

Todo comenzó con una intervención quirúrgica a la que Patti debió ser sometido, bajo autorización del Tribunal Oral Federal N° 1 de San Martín, en la columna vertebral para sustituir un disco a nivel cervical, que le había sido retirado en el año 1999 a causa de un accidente automovilístico, por una placa. Al día siguiente de la operación, el paciente sufrió un accidente cerebro vascular (ACV) que le produjo las siguientes secuelas: hemianopsia homónima izquierda en ambos ojos, trastornos en el equilibrio de origen perceptivo, cognitivo y de orientación visuoespacial. A partir de esta circunstancia médica, Patti debió seguir un tratamiento de rehabilitación consistente en kinesioterapia, terapia ocupacional, neurología cognitiva y rehabilitación visual. El condenado presentó una queja señalando que el lugar de detención no reunía los elementos adecuados para llevar adelante esas actividades.

Allí surgió la controversia que terminó con una presentación suya, hecha a través de su representante, Valeria Corbacho, al Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas, que el 8 de abril de este año emitió la comunicación de distribución reservada N°8/2012, cuyo párrafo 8.2, dice: “El Comité toma nota de la queja del autor de que ha sido discriminado toda vez que las autoridades no tomaron en cuenta su discapacidad ni su estado de salud al internarlo en el Hospital Penitenciario Central del Centro Penitenciario Federal (CPF) de Ezeiza, ni llevaron a cabo los ajustes razonables necesarios para garantizar su integridad personal.

Lo anterior se ha traducido en la interrupción del tratamiento de rehabilitación indicado por sus médicos tratantes, y violado su derecho al más alto nivel posible de salud sin discriminación y a lograr la máxima independencia y capacidad. Por otra parte, el autor alega que las autoridades desestimaron arbitrariamente sus alegaciones respecto al riesgo para su salud que suponían los traslados del CPF de Ezeiza al centro rehabilitador; que la infraestructura del centro penitenciario es precaria e inadecuada para personas con su discapacidad, y que los ajustes realizados por las autoridades penitenciarias en su lugar de detención son insuficientes para evitar el continuo e irreparable daño a su salud física y mental”.

En el párrafo 8.4 se lee: “El Comité toma nota de las alegaciones del autor de que su habitación-celda en el CPF de Ezeiza es inadecuada para una persona con discapacidad. Los ajustes realizados por las autoridades penitenciarias no resultan suficientes, toda vez que las dimensiones del baño no están adaptadas al uso de una silla de ruedas; la silla de plástico semi-adaptada en el baño no guarda las medidas de seguridad indispensables; y no puede desplazarse por sus propios medios para acceder al sanitario y a la ducha, dependiendo de la asistencia del enfermero u otra persona. Si bien es cierto que se instaló un timbre de llamado, en la práctica muchas veces la respuesta no es oportuna. Su piel se ha escarado en reiteradas ocasiones por no contar con un colchón antiescaras y sus movimientos se encuentran sumamente limitados.

En la práctica, sólo puede realizar sus necesidades básicas mediante el uso de instrumentos que le colocan en su cama y la falta de asistencia de terceras personas no le permite realizar un cuidado cotidiano de su higiene. La falta de infraestructura adecuada para personas con su discapacidad y las precarias condiciones de detención constituyen un atropello a su dignidad y un trato inhumano. Por otra parte, el Comité toma nota de las observaciones del Estado parte respecto a que las autoridades realizaron los trabajos y modificaciones necesarias para eliminar el escalón que impedía el acceso al baño y ducha de manera independiente. Además, las autoridades judiciales, de la Gendarmería nacional y del Ministerio Público verificaron in situ la existencia y funcionamiento de ascensores, la existencia de una puerta de acceso al patio de recreación habilitada especialmente para el autor y la existencia y funcionamiento de un timbre de llamado al enfermero, quien prestaba asistencia las 24 horas del día”.

En virtud de ello, en el párrafo 8.5 se lee: “El Comité recuerda que conforme el artículo 14, párrafo 2 de la Convención, las personas con discapacidad que se vean privadas de su libertad tienen derecho a ser tratadas de conformidad con los objetivos y principios de la Convención, incluida la realización de ajustes razonables. Asimismo, también recuerda que la accesibilidad es un principio general de la Convención y, en tal sentido, se aplica también a aquellas situaciones en las que las personas con discapacidad son privadas de su libertad. El Estado tiene la obligación de garantizar que sus centros penitenciarios permitan la accesibilidad de todas las personas con discapacidad que lleguen a ser privadas de su libertad. Así, pues, los Estados partes deben adoptar todas las medidas pertinentes, incluyendo la identificación y la eliminación de obstáculos y barreras de acceso, a fin de que las personas con discapacidad privadas de libertad puedan vivir en forma independiente y participar plenamente en todos los aspectos de la vida diaria del lugar de detención, entre otras, asegurando su acceso, en igualdad de condiciones con las demás personas privadas de la libertad, a los diversos ambientes físicos y servicios, tales como baños, patios, bibliotecas, talleres de estudio o trabajo, servicios médico, psicológico, social y legal.

En el presente caso, el Comité reconoce los ajustes realizados por el Estado parte para eliminar las barreras de acceso en el entorno físico del autor en el centro penitenciario. Sin embargo, considera que el Estado no ha probado fehacientemente (por ejemplo, a través de fotografías, videos o planos) que las medidas de ajuste tomadas en el complejo penitenciario sean suficientes para garantizar el acceso del autor al baño y ducha, patio y al servicio de enfermería de la manera más independiente posible. En este sentido, el Comité observa que el Estado no ha alegado la existencia de obstáculos que le impidan tomar todas las medidas necesarias para facilitar la movilidad del autor en su entorno y tampoco ha desvirtuado las alegaciones del autor sobre la persistencia de barreras arquitectónicas. Por consiguiente, el Comité considera que, en ausencia de suficientes explicaciones, el Estado parte ha incumplido sus obligaciones en relación con los artículos 9, párrafo 1 (a) y (b), y 14, párrafo 2 de la Convención”.

A continuación, en el párrafo 8.6 se señala que “habiendo arribado a la anterior conclusión, en las circunstancias del presente caso, el Comité considera que, como resultado de la falta de accesibilidad y ajustes razonables suficientes, se colocó al autor en unas condiciones de detención precarias incompatibles con el derecho consagrado en el artículo 17 de la Convención”.

Hay otras quejas de Patti sobre las que el Comité no pudo expedirse, por no contar con los elementos suficientes como para hacerlo.

Atento a la fundamentación expuesta en los considerandos anteriores, el organismo dictaminó que “el Estado parte ha incumplido las obligaciones que le incumben en virtud a los artículos 9, párrafo 1 (a) y (b); 14, párrafo 2; y 17 de la Convención”. A partir de esta resolución, el organismo señaló que el “Estado parte tiene la obligación de reparar los derechos que asisten al autor en virtud de la Convención, realizando los ajustes en el lugar de detención que garanticen su acceso a las instalaciones físicas y servicios penitenciarios, en igualdad de oportunidades que otras personas detenidas.

El Estado parte también debe reparar las violaciones de la Convención constatadas mediante el reembolso de los costes legales incurridos en la tramitación del asunto. Por otra parte, en atención al delicado estado de salud del autor, el Comité solicita al Estado parte velar por que, en el marco de la autonomía del paciente a consentir o rechazar un tratamiento médico, el autor tenga acceso a cuidados sanitarios adecuados y oportunos de acuerdo a su estado de salud y acceso continuo y pleno a un tratamiento de rehabilitación adecuado”.

Recién después de este dictamen del Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, la Sala II de la Cámara de Casación –integrada por los jueces Alejandro Slokar, Angela Ledesma y Liliana Catucci– ordenó otorgarle a Patti el arresto domiciliario hasta que se completen las obras necesarias para que el penal disponga de las condiciones de accesibilidad que respondan a las exigencias de la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad.

El caso plantea dos asuntos inquietantes. El primero, que se haya tenido que llegar hasta la ONU para que se le respete al demandante el derecho a cuidar de su salud, un derecho humano esencial. El segundo, se extiende a otros casos similares de condenados por delitos de lesa humanidad que también están siendo privados de su derecho a la salud, hecho inadmisible.

Es un secreto a voces que hay jueces temerosos de actuar en estos casos con la equidad que exigen los tratados internacionales sobre derechos humanos que la Argentina ha suscripto. Es lamentable. Patti y muchos otros, cuyas conductas delictivas durante la dictadura son repudiables, merecen el absoluto respeto de todos sus derechos. No hacerlo significa, en definitiva, actuar de la misma manera impía y cruel con la que ellos actuaron con sus víctimas.

El párrafo 10 de la resolución aquí reproducida expresa que “de conformidad con el artículo 5 del Protocolo facultativo y el artículo 75 del reglamento del Comité, el Estado parte debe presentar al Comité, en un plazo de seis meses, una respuesta, por escrito, que incluya información sobre las medidas que haya tomado en vista del dictamen y de las recomendaciones del Comité. Se pide asimismo al Estado parte que publique el dictamen del Comité, y que lo distribuya ampliamente, en un formato accesible, a fin de que llegue a todos los sectores de la población”.
 
Como es público y notorio, este último pedido ha sido olímpicamente incumplido por el Estado nacional.

Producción periodística: Guido Baistrocchi

© Escrito por Nelson Castro el Domingo 06/07/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



A cinco años del robo a Huracán... De Alguna Manera...


A cinco años del robo del siglo...


El ex entrenador de Huracán evoca la escandalosa final que, hace cinco años exactos, privó al Globo de ganar un campeonato memorable. Afirma ser resultadista, aunque tratando siempre de jugar bien.  Dice que el fútbol argentino es “ventajero, tramposo y corrupto” y que desde la AFA no hay intención alguna de solucionar esta crisis.

Pocas personas en el mundo son capaces de construir mitos duraderos en el tiempo. Se necesitan condiciones originales para que, aunque pasen los años, la obra de un ser humano sea inolvidable. Las grandes gestas, aquellas que ocupan las páginas más perdurables de un libro, requieren audacia y talento. Son momentos en el devenir de la vida reservados, en ocasiones, para protagonistas que no estaban en los cálculos de nadie y que, tal vez por ello, quedan grabados a fuego en la historia.
 
Es lo que sucedió con Angel Cappa y el Club Atlético Huracán en 2009. Entre los primeros días del verano y el final del otoño de aquel año, apenas un semestre, el conjunto de Parque Patricios realizó una campaña memorable jugando un fútbol que a muchos les recordó el de 1973, cuando dirigido por César Luis Menotti ganó el campeonato con un equipo que, integrado entre otros por Brindisi, Babington y Houseman, es considerado uno de los mejores de todos los tiempos en nuestro país. 

El de Cappa no sólo cautivó a sus hinchas sino que los simpatizantes de otros clubes y el periodismo deportivo coincidieron en que el Globo jugó un fútbol excelso. Lo bautizaron el tiki-tiki por su toque, que no era intrascendente: el equipo ganaba, goleaba y gustaba. Todo hacía presumir que el 5 de julio lo coronaría con el campeonato: enfrentaba al escolta Vélez Sársfield de visitante y dos resultados posibles le daban el título. Sin embargo, el destino le tenía preparada una sorpresa desagradable.

Más allá de que no fuera su mejor partido, Huracán se puso rápidamente en ventaja pero ese gol fue anulado por una posición adelantada inexistente. El partido se hizo friccionado y los dos equipos dispusieron sus chances para marcar. Pero a pocos minutos del final, cuando el empate le permitía al Globo festejar un merecido campeonato, Gabriel Brazenas, el árbitro de aquel partido, omitió una grosera infracción al arquero Gastón Monzón que derivó en el gol de Vélez. Hubo una prematura invasión del campo de juego por allegados al equipo local, que no fue sancionada con el descuento correspondiente, y de esta manera el Fortín -un equipo que también había hecho méritos a lo largo del torneo- se quedó con el título. 

El sueño quedaba hecho añicos por culpa de un irresponsable que debía impartir justicia.

A los 67 años, y radicado en España desde hace muchas décadas, Cappa no ha podido digerir ese mal trago. Nada le hará olvidar a esta altura aquella injusticia. En parte por eso, cansado de los abusos del sistema, se siente cada vez más lejos de las canchas. Prefiere disfrutar el verano europeo en compañía de su mujer y sus hijos y comentando partidos para una radio de Madrid. El buzo de director técnico descansa en una percha y probablemente no vuelva a salir del placard.
 
-¿Cómo ha vivido el final de la liga española, con el aparente cambio de paradigma futbolístico? Porque da la sensación de que, más allá de gustos, el Atlético de Madrid es un equipo serio.
-No me gusta el calificativo “serio”, porque a un equipo que tiene otro estilo de juego -más alegre u ofensivo- nunca se lo adjudican. Yo diría que el Atlético es un equipo capaz de competir de igual a igual con cualquier otro desde su enorme autoconfianza, su compromiso colectivo y su lucha inclaudicable. Muy digno y respetable, por cierto. El final de la Liga lo viví con emoción y al final ganó el que tuvo más fe.
 
-La antinomia que en nuestro país divide a hinchas y periodistas entre el pragmatismo y el lirismo, por no decir menottismo y bilardismo, ¿se observa de la misma manera en el resto del mundo o es patrimonio argentino? Por ejemplo, y teniendo en cuenta que usted vive en Madrid, ¿hubo consenso en España acerca del Barcelona de Guardiola o también fue objetado por determinados sectores?
-Esa antinomia proviene de dos interpretaciones totalmente diferentes y hasta opuestas del futbol y no es patrimonio argentino sino que está instalada en todo el mundo. No, no hubo consenso en España sobre el Barcelona de Guardiola, lo que pasa es que los que opinaban y opinan diferente lo respetaban porque tuvo un éxito inigualable. Y lo único que realmente respeta esta sociedad es el éxito.
 
-No obstante las evidentes diferencias de formas, ambas posiciones ideológicas persiguen los mismos objetivos: el resultado. ¿Cuál cree entonces que es la razón por la que muchos reclaman la prescindencia del jogo bonito, del fútbol total, del fútbol champagne o del tiki tiki, como se lo suele llamar, para alcanzar sus logros?
-Siempre lo bueno es mejor y gusta más, salvo para algunos. Jugar bien es la forma más racional de tratar de ganar. Y si se logra jugar bien y ganar es como ganar dos veces, como dijeron varias veces Xavi e Iniesta. Claro que jugar bien es más difícil y es más fácil adherirse a la garra o la lucha. Una vez le pregunté a Cruyff por qué el fútbol que nos gusta a nosotros no tiene tantos adeptos. “Porque hay que saber”, me dijo. Yo me refería a que no muchos entrenadores adoptan esta forma de jugar. Y si alguien pregunta qué es jugar bien es porque quiere fastidiar...
 
-También es cierto que quienes como usted abogan por el fútbol bien jugado no pueden evitar cierto cuestionamiento de quien está parado en la otra vereda. Recuerdo lo mal que la pasaba Menotti cuando iba a La Plata para enfrentar a Estudiantes, fruto de su prédica. Y usted mismo tuvo sus desencuentros con Juan Sebastián Verón, quien en una ocasión le imputó “no haber ganado nada”.
-El desencuentro con Verón fue inventado a partir de declaraciones manipuladas por cierto periodismo que utiliza el recurso del escándalo para vender. Y en cuanto a qué gané o cuánto gané, no pienso entrar en ese debate absurdo. Yo gané y perdí como casi todo el mundo.
 
-Me pongo en abogado del diablo para citarle que los últimos tres equipos que dirigió en la Argentina -Huracán, River y Gimnasia- descendieron al poco tiempo. ¿Se considera partícipe de lo ocurrido o recordar esta coincidencia es una forma de desacreditarlo?
-Entonces tendría que enviarte a mirar los números para ver qué responsabilidad puedo tener yo. Esa patraña infame la empezó un mamarracho que vive de pelearse con las figuras del momento. Y la gente a la cual no le caigo bien, sobre todo de Vélez y Estudiantes, se prendió. Pero tanto ellos como los otros, a los que sí les resulto al menos simpático, saben que es una enorme mentira.
 
-También veo algo incompatible con su espíritu lúdico la manera poco relajada con que vive los partidos. ¿Se ha reprochado esa exaltación, más típica de entrenadores resultadistas?
-En primer lugar te digo que yo soy resultadista. Quiero que mis equipos ganen, aunque jamás renuncio por ese motivo a tratar de jugar bien. En cuanto a ciertas exaltaciones, no me alcanza el tiempo para arrepentirme.
 
-Usted logró darle a Huracán, un club que lleva años padeciendo desgracias futbolísticas e institucionales, una identidad de juego como no tenía desde la década del 70. ¿Fue su máxima creación como director técnico, su obra maestra?
-Sólo quise ser respetuoso con el estilo histórico de Huracán. Fue el equipo con el que más disfruté del fútbol que me gusta. Aun perdiendo, siempre había motivos para salir lleno de fútbol.
 
-Aquel equipo comenzó a gestarse a fines de 2008 y explotó en el torneo siguiente con la incorporación de Mario Bolatti. ¿Usted se vio sorprendido como los hinchas por el nivel de juego alcanzado o fue una meta que se trazó sobre la base de los jugadores con que contaba?
-Te recuerdo que Huracán era un equipo en formación. En el 2008 yo primero respeté a los que estaban jugando ese torneo y ya en el último partido puse a todos los pibes que creía que tenían que formar el futuro plantel. Enseguida vi que había posibilidades, jugadores, para jugar bien. Bolatti fue la pieza que faltaba y Huracán el equipo que necesitaba Bolatti para ser lo que fue.
 
-Se acaban de cumplir cinco años de lo que, para muchos, fue un despojo: el partido final con Vélez, en el que a Huracán le anularon un gol legítimo y sufrió uno viciado de nulidad, entre otras irregularidades. ¿Cómo juzga lo sucedido aquella tarde, cuál es su teoría?
-Tengo indicios suficientes como para sospechar que aquello no fue casual. La AFA no quiso investigar y eso continuará alentando las sospechas.
 
-El árbitro de aquel encuentro, Gabriel Brazenas, no volvió a dirigir ni aparecer públicamente. ¿Piensa que lo suyo fue una torpeza o que hubo intencionalidad?
-No es que lo piense yo. Me lo han dicho en distintos países donde me entrevistaron: ¡fue un robo!
 
-¿Con qué frecuencia recuerda a aquel equipo y lo ocurrido a aquella tarde? ¿Estaba destinado Huracán para algo distinto en caso de haber salido campeón o hubiera sufrido el mismo final? Es decir, su prematuro desguace.
-Aquel equipo lo recuerdo permanentemente. Tengo todos los partidos, menos el último, y los veo de vez en cuando. Yo creo que el desenlace hubiera sido el mismo.
 
-¿Y por qué no guardó el último partido?
-Ese partido no lo quise ver nunca más porque fue un robo y ante ese despojo no puedo evitar la decepción por tanta injusticia impune. No sólo por nosotros -jugadores, cuerpo técnico, médicos, utileros, colaboradores- sino y sobre todo por la gente. ¡De qué forma mafiosa le arrancaron tanta ilusión!
 
-Hace algunos años, desde su blog, impulsaba la creación de una comisión para investigar lo ocurrido en aquel encuentro definitorio. Por supuesto, su idea no prosperó. ¿Cree posible que alguna vez en la Argentina, como sucedió en Italia, se castigue a dirigentes e instituciones que protagonicen hechos de corrupción?
-No, no lo creo. El futbol argentino es ventajero, tramposo y corrupto y desde las altas esferas no hay intención alguna de solucionar ni ése ni ningún otro problema esencial.
 
-Menotti definió a Huracán como “la hermosa excusa que encontró un barrio para ser feliz”. ¿Qué significó en lo personal para usted?
-Vivir el futbol desde la alegría durante seis meses. Disfrutar de cada partido y cada entrenamiento. Estar entre muy buenos jugadores y grandísimas personas. Algún día, por ejemplo, habría que hablar de la calidad humana del Gato Esmerado, un tipo formidable y esencial para que ese equipo haya sido lo que fue.
 
-Leí en un reportaje reciente que se siente cansado del fútbol, que difícilmente vuelva a dirigir. ¿Puede ampliarme sus sensaciones?
-Lo que me cansa es el entorno del fútbol, especialmente en la Argentina.
 
-En caso de que lo llamaran algún día de Huracán, ¿reconsideraría esta postura?
-Huracán es mi lugar en el fútbol, pero el tiempo pasa -como dice Pablo Milanés- y habría que ver. Un abrazo a todos los quemeros.

© Escrito por Marcelo Benini el Sábado 05/07/2014 y publicado por http://www.patriaquemera.com.ar

Eduardo Galeano: “Los medios emputecen las palabras”... De Alguna Manera...


Eduardo Galeano: “Los medios emputecen las palabras”...


A 40 años de haber escrito Las Venas abiertas de América Latina, Eduardo Galeano llegó a Mu, en una inolvidable charla sobre el mundo femenino y su rebeldía. Los medios y los miedos de comunicación. Piratas. El problema de escupir al espejo. El pueblo que duerme sobre el oro. Internet. La minería. Sus broncas con el Frente Amplio y los partidos políticos. Los nuevos protagonistas de lo social. Lo que vio la vez que lo metieron preso, y las increíbles frases de una señora pomposa.


© Publicado el Viernes 01/03/2013 por http://www.lavaca.org  


sábado, 5 de julio de 2014

El Ilusionista…De Alguna Manera...


El Ilusionista…


A través de C5N, el gobierno embistió duro contra Fontevecchia. Un informe durísimo contra el dueño de Editorial Perfil.

Hace un par de semanas, la ultra kirchnerista revista Veintitrés le dedicó una fuerte portada a Jorge Fontevecchia, a quien acusó de ser una suerte de testaferro del grupo Clarín.

“Su editorial lleva años con balances en rojo y conflictos laborales por ajuste y despidos, pero acaba de presentar una propuesta para comprar siete señales de tevé”, aseguró la publicación.

Allí, se hizo hincapié en el rol de “una discreta sociedad uruguaya, millones offshore y la hipótesis de un acuerdo encubierto” con Clarín.

Este fin de semana, esa acción se vio potenciada por canal C5N, también afín al gobierno. En ese medio, se presentó un informe titulado “El ilusionista”, donde se puntualizaron las mismas dudas que había planteado revista Veintitrés.

Ya en 2007 este portal reveló los detalles de cómo el gobierno había armado una operación similar contra el dueño de editorial Perfil, también sobre la base del "escrache".

A continuación, el video, gentileza de Medios y Opinión:



© Escrito por Alexis Montefiore el Lunes 23/06/2014 y publicado por Tribuna de Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.