domingo, 11 de mayo de 2014

Ningún mal es eterno… De Alguna Manera...


Ningún mal es eterno…

Adolf Hitler.

Los medios argentinos poco eco se hicieron de una efeméride trascendental: el 8 de mayo, se cumplió un nuevo aniversario del tratado que le puso fin a la peor tragedia de la humanidad: la Segunda Guerra Mundial.

Las fechas nunca cuentan toda la historia. Recordaremos por siempre el día que el hombre había llegado a la Luna. Recordaremos cuando Yuri Gagarin se convirtió en el primer cosmonauta. La lista sería infinita. Las fechas condensan, los aniversarios simplifican, las efemérides marcan, como si se congelara por milésimas de segundo un momento de la historia que siempre tiene un antes y un después. Por eso, hablar hoy del 8 de mayo y evocar 1945 es, si se quiere, y en algún punto, una comodidad del lenguaje. Porque hacía ya varios meses que la Alemania nazi estaba derrotada.

Pero al leer la copia facsimilar del acta de rendición militar firmada el 7 de mayo de 1945, por los triunfadores (el comandante supremo de las Fuerzas Expedicionarias Aliadas, y el Alto Mando soviético) y el derrotado Alto Mando alemán, no puedo evitar una profunda conmoción. La Segunda Guerra Mundial que, formalmente concluía un día como hoy de 1945, fue en términos cuantitativos la mayor tragedia de la humanidad.

El día en que se firma este acta de capitulación dice claramente (traduzco del inglés las frases más importantes) que “El Alto Mando alemán habrá de emitir ya mismo órdenes a todas sus fuerzas militares, navales y aéreas, y a todas aquellas fuerzas bajo control alemán, de cesar completamente sus actividades militares a la hora 23:01, tiempo del Centro de Europa, del 8 de mayo, y permanecer en las posiciones que ocupaban en ese momento. Ningún barco navío o avión habrá de ser desplazado y ningún daño podrá ser hecho a ningún tipo de maquinaria o herramienta”. De esta manera, el acta de rendición pretendía evitar que los propios alemanes derrotados destruyeran sus equipos. Pero en realidad, ya el 30 de abril había entrado a Berlín el Ejército Rojo, ocupando la capital del imperio que había sojuzgado a Europa. 

Ese 30 de abril, las Fuerzas Armadas soviéticas entran, a sangre y fuego, en el Berlín inexpugnable de Adolf Hitler. Ése es el día cuando el más furioso y despiadado tirano que haya conocido la humanidad se pega un tiro en su búnker berlinés, junto con su mujer. Antes de suicidarse, Hitler desplaza, delega el poder en un hombre de la armada, de la marina alemana, el almirante Karl Doenitz, a quien le toca enviar delegados para firmar la rendición ante los Aliados

Esto que terminaba hace hoy 59 años, tenía antecedentes importantes en las semanas previas. 

La Segunda Guerra Mundial comenzó en 1939, pese a que la semana pasada una conocida historiadora profesional llamada Cristina Kirchner, anuncio que había comenzado en… ¡1938!  Comenzó el 1º de septiembre de 1939. En verdad, no terminó por completo el 8 de mayo de 1945, porque en el teatro de operaciones del Extremo Oriente, el tercer aliado del Eje nazi fascista que permanecía todavía de pie, Japón, siguió combatiendo hasta que fue aniquilado por las bombas atómicas norteamericanas lanzadas en agosto de ese año.

El 1º de septiembre de 1939 es el punto de partida que los historiadores reconocen como el arranque de la Segunda Guerra, cuando las tropas alemanas cruzan la frontera con Polonia y se devoran a ese país. El 16 de ese mes, el Ejército Soviético, en una operación de pinzas, cuando todavía no estaba en guerra con los alemanes, entra también en una Polonia que a lo largo de los siglos fue disputada y despedazada por potencias rivales.

Esta guerra, continuación de la no terminada Primera Guerra Mundial, que se había sellado con el tratado de Versalles de 1918, puso en práctica los últimos inventos del cerebro humano para la creación de sistemas masivos de destrucción. Precisamente, Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945 fueron la demostración del poder mortal que teníamos los seres humanos para aniquilarnos.

La alianza que se configuró en esa Segunda Guerra Mundial entre las potencias nazi-fascistas, fue claramente la configuración de un eje del bien, de la libertad y de la democracia. Muchos se preguntarán si la Unión Soviética de Stalin era un país democrático. No, no lo era. Era ya en 1939 una feroz tiranía. Sin embargo, invadida y agredida por Alemania, la Rusia soviética de Stalin decide aliarse con Occidente para librar la gran guerra contra el enemigo principal.

Pero del lado de Occidente, del que la Argentina siempre estuvo deslindándose, las cosas eran claras: se combatía un proyecto totalitario milenarista. El Tercer Reich se proponía como un gobierno de mil años en base a la superioridad racial de una minoría iluminada “pura”, la supuesta “raza” aria; con métodos abominables y letales para destruir, conquistar y anexar naciones y pueblos.

La muerte de Hitler y la capitulación de la Alemania nazi fueron un precio durísimo que se pagó al costo de 60 millones de muertos, el saldo de la Segunda Guerra. Es notable que esto no haya tenido eco hoy en los diarios argentinos; el 8 de mayo debería ser una fecha año a año evocada, casi rutinariamente. No para mi generación, sino para los más jóvenes que deberían tener la posibilidad de comprender que esa fue la peor de las guerras, y que el mundo a partir de 1945 ya no sería el mismo.

Esa alianza entre Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y la Unión Soviética obviamente se rompió poco después de 1945, cuando se inició la guerra fría. Pero esa es otra historia. Es importante marcar que el proyecto hitleriano en gran medida fue exitoso: ejecutar la destrucción masiva de pueblos enteros. Hitler pensaba que era indispensable “depurar” a Europa de minorías que él estimaba nocivas y tóxicas, la judía en primer lugar, y procedió de esa manera. Más de la mitad de los judíos europeos perdieron sus vidas en la Segunda Guerra Mundial. Países enteros fueron ocupados, desde Escandinavia hasta el norte de África. Los ejércitos de Hitler desfilaron por toda Europa; arrasaron la Unión Soviética donde encontraron su tumba, porque, siguiendo la misma estrategia de las guerras napoleónicas, Stalin los dejó entrar hasta que el “General Invierno” impidió que zafaran de la nieve y el hielo, y ahí comenzó la derrota de los alemanes en el frente oriental.

Se han escrito, literalmente, centenares, quizás millares de libros, y se ha filmado igualmente una cantidad desmesurada de películas, pero el mundo se seguirá preguntando cómo fue posible tamaño horror. Es importante, por eso, recordar que existió. No fue un invento de Hollywood ni un producto de las películas; el mundo estuvo en guerra y millones de seres humanos dieron sus vidas para defender la idea de la libertad. Si hubiera triunfado el proyecto diabólico de Hitler y sus socios de entonces, el mundo que hoy conocemos ni siquiera habría nacido.

Afortunadamente no fue así. El precio fue enorme y el dolor ha sido y seguirá siendo infinito. La peor de las guerras concluía en un día como hoy, pero el alma se regocija al leer el acta de rendición. Esos caballeros siniestros que prometían durar mil años, duraron apenas doce años, señal de que ningún mal es eterno.


© Escrito por Pepe Eliaschev el Viernes 09/05/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



Javier Zanetti “colgó los botines”... De Alguna Manera...


Javier Zanetti “colgó los botines” y se despidió en su Inter…

La merecida despedida para el Pupi (AFP)

El defensor argentino deja la actividad profesional. Luego de una carrera impecable, en donde no faltó la selección nacional, decidió dejar a un costado la pelota. ¿Qué va a hacer a partir de ahora?

A pura emoción, el argentino Javier Zanetti tuvo en el Inter de Milán su homenaje y despedida del fútbol profesional, a los 40 años y después de 22 de carrera.

Zanetti, quien recibió innumerables mensajes de afecto desde las tribunas, ingresó a los siete minutos del segundo tiempo, en la goleada 4-1 ante la Lazio, por el brasileño Jonathan. Desde la próxima temporada, Zanetti será dirigente del Inter, por lo que seguirá ligado al club italiano, que tantas alegrías le dio.

El experimentado defensor argentino tuvo el reconocimiento de sus compañeros, ya que en sus camisetas tuvieron un parche en una manga con el 4 dorado, el número de Zanetti en el equipo italiano.

Después del encuentro, se plasmó una camiseta gigante en el centro de la cancha, con la inscripción “Grazie” (Gracias), por debajo del 4, bajo la ovación de los aficionados.

En Inter, Zanetti jugó 857 partidos (21 goles) y consiguió 22 títulos, en los que se destacan el Mundial de Clubes 2010, la Liga de Campeones 2010 y la Copa de la UEFA de 1998. Su carrera en Argentina tuvo pasos en Talleres de Remedios de Escalada (1992-1993) y Banfield (1993-1995).

En el seleccionado argentino, Zanetti afrontó 145 partidos y es el jugador nacional con más cotejos vistiendo la camiseta celeste y blanca.

Con Argentina, se consagró en los Juegos Panamericanos de 1995 de Mar del Plata y ganó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. Además, jugó los Mundiales de Francia 1998 y Corea del Sur-Japón 2002.

En el partido de la despedida, el Inter tuvo las conversiones de los argentinos Rodrigo Palacio, en dos oportunidades, y Mauro Icardi.

©  Publicado el Sábado 10/05/2014 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Las fotos:








sábado, 10 de mayo de 2014

Carmen Argibay... 1939-2014... De Alguna Manera...

Murió la jueza de la Corte Suprema Carmen Argibay...


Estaba internada desde comienzos de mayo por complicaciones respiratorias y cardíacas. Tenía 74 años.

La jueza de la Corte Suprema Carmen Argibay falleció este mediodía, a los 74 años. La magistrada estaba internada desde comienzos de mayo por complicaciones respiratorias, cardíacas y renales. La jueza, impulsora de la Oficina de la Mujer en la Corte y quien se declaraba atea y a favor del aborto, integraba el máximo tribunal de Justicia del país. 

Argibay había ingresado al Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento (IADT) el 1 de mayo, para realizarse estudios por diversas afecciones respiratorias derivadas de un enfisema pulmonar, cardíacas e intestinales.

Nacida el 15 de julio de 1939, en el barrio de Belgrano, era la tercera hija entre siete hermanos, padre médico y madre pianista y profesora de inglés. En 1964 se recibió de abogada en la Universidad de Buenos Aires.

Tras pasar poco menos de un año detenida por el gobierno de facto que derrocó a María Estela Martínez de Perón, Argibay ejerció la profesión en el ámbito privado hasta el regreso de la democracia.

En 1984 fue nombrada jueza, cargo que ejerció hasta 2002. En diciembre de 2003, fue propuesta por el entonces presidente Néstor Kirchner para integrar la nueva Corte Suprema de Justicia. Siete meses después, el Senado aprobó su designación, con lo que se convirtió en la primera mujer en integrar el más alto tribunal en democracia.

Ante el rechazo parcial que provocara su nominación, Argibay contestó: “Decir de frente lo que uno es o piensa revela honestidad, que es el primer paso para la ecuanimidad. Mis creencias (o su falta) no deben interferir en las decisiones judiciales que tome”.

Previo a integrar la Corte Suprema, la magistrada trabajó en la Corte Penal de la Haya, en el Tribunal para la exYugoslavia y en el Tribunal Internacional de Mujeres sobre Crímenes de Guerra para el Enjuiciamiento de la Esclavitud Sexual, que condenó en 2000 a Japón por los crímenes cometidos durante la Segunda Guerra Mundial. Además, fundó la Asociación Internacional de Mujeres Jueces. 

Autodefinida como atea, la magistrada se pronunció en varias oportunidades a favor del derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo -un respaldo a la despenalización del aborto- y por ello recibió críticas de la Iglesia católica.

© Publicado el Sábado 10/05/2014 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




Huracán una vez más en la Feria del Libro… De Alguna Manera...



Huracán una vez más en la Feria del Libro…


Aproximándose las 18:30 y el stand del globo se empezaba a copar de quemeros, camisetas por doquier dentro de la rural, quemeros alentándose unos a otros, mientras que en el stand del globo, la gente de Globo de mi Vida hacia historia haciendo su programa desde la feria del libro junto al globo.

La hora había llegado y a la sala J. Borges ingresaba gente, se escuchó el himno quemero en la voz de Florencia Titaro, Huracán hacia la presentación de 3 libros en el evento cultural más importante de latinoamérica, en palabras de Luis Tarantino, "impresionante que un club tenga esa actividad cultural y que se presenten tres libros en la Feria del Libro es increíble, no creo que exista aquí en Argentina y tampoco en el mundo”, pero como siempre Huracán dio la nota, ante casi 1000 personas presento "Un Globo acunado en barrio y tango" de Néstor Vicente y Luis C. Ruíz (cabe destacar que Néstor Vicente y Luis Carlos Ruíz donaron la totalidad de lo recaudado por su libro al Club Atlético Huracán), "De fútbol, barrio y otros amores" de Marcial Sarrías y Juan Rey y uno para los más chicos, "El color de mis colores – Pintando un sueño" de la Subcomisión de RRII y Cultura del Club Atlético Huracán.



Expusieron los autores de los libros, pero además hubo invitados como Luis Tarantino y Waldemar Iglesias que le dieron color a la ocasión. Finalizando el evento ingreso la murga "Pasión Quemera" haciendo cantar a la gente al ritmo de la murga.


El evento organizado por la Subcomisión de Cultura a cargo de Gabriela de la Fuente, conto con la presencia de Marcos Diaz, Eduardo Domínguez, el presidente Alejandro Nadur y el vicepresidente Luis Sasso, también participaron del evento Patricia Mohamed y los chicos de las inferiores.

© Publicado el Mares 06/05/2014 por http://www.patriaquemera.com.ar