sábado, 13 de julio de 2013

El día en que la AFA "falló" a favor de Huracán... De Alguna Manera...


El día en que la AFA "falló" a favor de Huracán...

Con este gol de penal de Pairoux, Lanús pasaba a vencer 2-0 a Huracán en la tercera final por el descenso de 1949. Luego, con el partido ya 3-3, llegaría la polémica. Foto: CeDOC

Hace 60 años, el Globo no descendía gracias a un escandaloso fallo de la misma AFA a la que ahora apela. El ejemplo de Lanús.

En estos momentos en que piden la anulación de un partido con el único argumento de dos declaraciones periodísticas (la del árbitro Gabriel Brazenas reconociendo sus errores y la de Waldo Ponce a un diario chileno, que demostraría una supuesta mala inclusión de Fabián Cubero), los hinchas y -sobre todo- los dirigentes de Huracán que intentan violar así los reglamentos de la AFA debieran tener presente lo ocurrido con su club hace 60 años.

Efectivamente, antes de analizar esta actitud sin antecedentes en la historia del fútbol mundial, por la que cualquier penal o gol que se admita como "inventado" luego de un encuentro podría dar lugar a reclamos similares, sería bueno recordar que, allá por febrero de 1950, el Globo se salvaba de descender por primera vez a la "B" gracias a un escandaloso fallo de la AFA.

Aquel vergonzoso episodio comenzó a escribirse a fines de 1949, cuando Huracán y Lanús terminaban el campeonato de Primera compartiendo la última colocación en la tabla. Para determinar el único descenso fijado para ese año, la AFA dispuso entonces la realización de dos partidos desempate entre estos equipos.

En el primer "chico", Huracán se impuso por 1-0 en cancha de San Lorenzo. En el segundo, jugado en Independiente, Lanús se repuso notablemente y ganó 4-1. No obstante, esa goleada de poco le sirvió, ya que se había dispuesto que no tendría importancia la diferencia de gol y en caso de un triunfo para cada uno se recurriría a un tercer choque, cuyo escenario sería nuevamente el viejo Gasómetro de Avenida La Plata.

Fue en ese encuentro jugado el 8 de enero de 1950 que se desató el escándalo. Más precisamente, cuando, con el marcador igualado en tres goles y faltando apenas dos minutos para el final, Huracán convirtió un nuevo tanto que el árbitro inglés Cross anuló a instancias de un juez de línea, quien momentos antes de la conversión había levantado su banderín indicando una infracción.

El árbitro inglés Bert Cross, que no había terminado el partido como quiso hacer creer el Tribunal de Penas. Foto: CeDOC

Ello motivó una inconcebible reacción de los jugadores quemeros, que, sintiéndose perjudicados por un fallo injusto, abandonaron el campo de juego en señal de protesta y ya no regresaron, pese a que fueron esperados durante varios minutos por el árbitro, sus rivales y los alrededor de 60 mil espectadores que colmaron el antiguo estadio sanlorencista.
Ante esa situación, la AFA simplemente debía cumplir con su reglamento, que establecía que por "abandono del juego, negativa a proseguir el partido o facilitar la libre acción del adversario", un equipo "será sancionado con la pérdida de los puntos".

Lejos de sancionar a Huracán dándole por perdido el encuentro y determinando así su descenso, sin embargo, el Tribunal de Penas sostuvo que el árbitro había dado por terminada aquella tercera final y resolvió increíblemente hacer jugar un cuarto partido, que se llevó a cabo el 16 de febrero de 1950 en el estadio de River.

En ese encuentro, las cosas empezaron a enturbiarse a los 25 minutos del segundo tiempo, cuando, con el partido igualado 2 a 2, el árbitro Müller no sancionó con el correspondiente penal una muy fuerte entrada desde atrás del defensor huracanense Uzal al delantero Osvaldo Gil, producida claramente adentro del área del Globo.

Diez minutos más tarde, tras una nueva intervención brusca de Uzal -en este caso sobre el centrodelantero Lacasia-, Huracán se pondría en ganancia con un gol de Muracco, en una jugada que enrareció más un clima que terminó de complicarse faltando siete minutos para el final.

Fue entonces que, tras cobrar el árbitro un penal polémico para el Globo -la falta había sido al parecer fuera del área-, los jugadores de Lanús protestaron impidiendo que se efectivizara la sanción, lo que obligó a la suspensión del encuentro. ¿Conclusión?  Allí sí la AFA resolvió con celeridad castigar al club infractor del reglamento, dar por terminado el partido y decretar el descenso de los "granates" a la "B".

Ante tal situación, y pese a la injusticia que ello encerraba, la dirigencia de Lanús aceptó lo decidido hidalgamente y, dando un gran ejemplo que otras administraciones del club seguirían más adelante, se puso inmediatamente a trabajar para recuperar la categoría perdida. Y así lo hizo la institución del sur menos de un año después, tras ganar sin problemas el torneo de la "B" con un equipo que reunía valores a los que el ascenso les quedaba muy chico.

Ya en 1951, de hecho, aquel Lanús realizaría casi sin modificaciones en su plantel una gran campaña en Primera, mientras no por casualidad Huracán peleaba el descenso hasta el final por tercer año consecutivo. Sin dudas, todo un ejemplo de reacción ante la adversidad, que los dirigentes e hinchas del Globo debieran tener muy en cuenta por estas horas.

© Escrito por Esteban Bekerman el viernes 17/07/2009 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

martes, 9 de julio de 2013

Lará-lará-lará… De Alguna Manera...


Lará-lará-lará…

Las imágenes que derramaba la televisión al anochecer del miércoles eran fantasmagóricas. Unos treinta mochileros se habían apoderado de Plaza Constitución. Lanzaban piedras. Encendían fogatas. Zamarreaban las persianas metálicas de los negocios usando como arietes materiales tomados de las obras en curso en el lugar. 

Fueron y vinieron, descerrajando todo tipo de ataques contra el lugar. La noche, los chorros de agua de los hidrantes de la impotente y replegada policía, la luz amarilla rojiza de los fuegos, todo proyectaba una deprimente banalización. En la Argentina, la destrucción de los bienes públicos y privados no suscita hoy una intervención inmediata de las fuerzas de seguridad, que finalmente aparecieron, pero con cincuenta minutos de demora, cuando el lugar era zona devastada.

¿Pasajeros furiosos por el paro salvaje del pequeño sindicato de los privilegiados conductores de locomotoras? Las dos docenas de facinerosos eran de la misma calaña de agresores que en otras oportunidades han aparecido en situaciones de ira pública, para atacar, incendiar, romper y violar.

Quebrachos o servicios, lo mismo da. Son inconfundibles: gorra, jeans, zapatillas, gruesas mochilas cargadas de piedras. También bidones con nafta, propicios para incendiar todo en minutos.

En babia no sólo ella, como lo admitió la propia presidenta (la columna de Ricardo Roa el jueves es, en este sentido, memorable: http://www.clarin.com/opinion/mundo-visto-tuit_0_949705025.html), sino una sociedad para la que es normal lo anormal y tolerable lo inaceptable.

Esta huelga fue un chantaje de la peor especie, pero el Gobierno no puede castigarla con mínima autoridad moral, porque propició, o toleró sin mosquearse, los mismos métodos del sindicato del subte, que paralizó el servicio durante diez días en agosto de 2012. El ministro Florencio Randazzo quejándose del paro salvaje de esta semana tiene tanta autoridad moral como la ex kirchnerista Vilma Ibarra denunciando nada menos que en La Nación que el grupo gobernante al que ella sostuvo durante años se dedica “ahora” a acumular poder.

En la Argentina prevalecen las acciones y los hechos, se impone lo consumado, dogma dominante que derrama de arriba hacia abajo, sin parar. La Presidenta quiso tumbar el monumento a Colón y se salió con la suya. Quiso convertir la participación argentina en la Bienal de Venecia en un cambalache, y lo consiguió, con la ayuda, consciente o no, de la autora de la instalación. El ir por todo se aplica a un vasto rango de objetivos. Para el sí como para el no, domina el monárquico capricho. Tamaña épica de discrecionalidad anula toda pretensión de una política de Estado. Hay chantajes que convienen y otros “irracionales”; no hay gobierno de la ley uniforme y parejo. 

Este desorden emocional evidente se pone de manifiesto en las cada vez más disparatadas catilinarias presidenciales por Twitter y en el patoterismo sobreactuado y ominoso de Guillermo Moreno. Entre mohínes y zarpazos ajenos a la normalidad institucional, Moreno insulta a los gritos a periodistas en un cóctel diplomático y clausura supermercados, Ricardo Echegaray amenaza a Ricardo Lorenzetti, y para Cristina es risueña y válida la inolvidable máxima del progenitor serial Maradona (la-tenés-adentro), aunque ella la encubre tibiamente con un ridículo lará-lará-lará. ¿Episodio de proyecciones o cotilleo de entrecasa? Temperatura y marca de un tiempo, son escenas de la vida nacional que encarnan un país primitivo.

Es mentira que estos mecanismos vulgares y odiosos sean lo único o lo más relevante que destile la Argentina. Naturalmente, hay otro país, resignado y refugiado en el pudor y en una curiosa pasividad mística. El conventillo patotero que se ha instalado en el núcleo dirigente es explosivo. Aloja, con su intemperancia gruesa y chabacana, uno de los rostros de la Argentina, el más vulgar, grosero y autoritario, también el más violento. Pero no el único, ni el de más futuro.

No tiene ponderación electoral explícita, pero es una hipótesis atendible que muchos argentinos sienten una necesidad acuciante de retorno al imperio de la ley. Las huelgas salvajes se despliegan con impunidad total, la misma impunidad promulgada desde la cúspide del poder del Estado al sacralizar, con la ley de perdón fiscal votada por la mayoría legislativa en implacable obediencia debida, las ilegalidades del pasado. Como no hay ley que valga, ya no hay ley para nadie. Las canonjías de las mafias sindicales son un artefacto más del sistema de feudos coexistentes. El Gobierno tiene las manos poco limpias para condenar la irracionalidad gremial, pero sindicatos como La Fraternidad se han convertido en sociedades anónimas con fines de preservación de sus privilegios.

La Argentina no consigue o tal vez no quiere cuestionar un sistema ventajista implantado mediante el uso desvergonzado del apriete y el chantaje más rústicos. Sigue siendo impensable hablar de servicios esenciales y coberturas garantizadas en categorías de vital proyección social (seguridad, transporte, salud). Hasta las fuerzas opositoras se escabullen de estos reclamos, aterrorizados varios de sus referentes de ser llamados antipopulares o neoliberales. Esos prejuicios no los tiene el oficialismo, con su relativismo moral ilimitado. El núcleo gobernante se pliega, empalagosamente obsecuente, a las demandas incesantes de la insufrible arrogancia presidencial, caldeada más que nunca por esa tuitorrea asombrosa en la que se expresa y con la que se regocija la primera mandataria.

© Escrito por Pepe Eliaschev el domingo 07/07/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

lunes, 8 de julio de 2013

Murió Joaquín Piña... Q.E.P.D. De Alguna Manera...


Murió Joaquín Piña...


En 2006, el obispo emérito de Puerto Iguazú frenó el intento de reelección indefinida de un gobernador K.

Murió hoy el obispo emérito de Iguazú, monseñor Joaquín Piña, quien en 2006 encabezó una coalición cívica que consiguió evitar un proyecto de reelección indefinida del entonces gobernador de la provincia argentina de Misiones, Carlos Rovira.

Piña murió este mediodía luego de sufrir esta madrugada un paro cardíaco, por el que fue internado de urgencia, y del cual no sobrevivió. El paro habría sido causado por una obstrucción arterial límite en sus pies.

Piña nació el 25 de mayo de 1930 en Sabadell y fue ordenado sacerdote jesuita en 1961. 


Estuvo destinado más de veinte años en Paraguay, hasta que en 1986, fue designado obispo de la nueva diócesis de Puerto Iguazú, que comprende la parte septentrional de la provincia de Misiones.

Durante su gestión pastoral fue crítico de las políticas del menemismo y de los gobernadores justicialistas Ramón Puerta y Carlos Rovira.

En 2006, se hizo famoso al frustrar las aspiraciones del ex gobernador Carlos Rovira, apoyado por el entonces presidente Néstor Kirchner, de cambiar la Constitución provincial para su reelección. El año pasado también cuestionó una posible segunda reelección de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, al señalar que "sería" como "volver" a la última "dictadura" militar.

© Publicado el lunes 08/07/2013 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


domingo, 7 de julio de 2013

El frasco de mayonesa y el café... De Alguna Manera...


Cuando te sientas agobiado…recuerda el frasco de mayonesa y café…


Un profesor en su clase de Filosofía, sin decir palabra, tomó un frasco grande y vacío de mayonesa y lo llenó con pelotas de golf.

Luego preguntó a sus estudiantes si el frasco estaba lleno y ellos estuvieron de acuerdo en decir que sí.

De nuevo, sin decir nada, el profesor cogió una caja llena de canicas y la vació dentro del frasco de mayonesa.

Las canicas llenaron los espacios vacíos entre las pelotas de golf.

El profesor volvió a preguntar a los estudiantes si el frasco estaba lleno y ellos volvieron a decir que sí.

Luego…el profesor tomó una caja con arena y la vació dentro del frasco.

Por supuesto, la arena llenó todos los espacios vacíos, y el profesor preguntó nuevamente si el frasco estaba lleno.

En esta ocasión los estudiantes respondieron con un “si” unánime.

El profesor enseguida agregó 2 tazas de café al contenido del frasco y efectivamente llenó todos los espacios vacíos entre la arena. Los estudiantes reían en esta ocasión.

Cuando la risa se apagaba, el profesor dijo:

¡QUIERO QUE SE DEN CUENTA QUE ESTE FRASCO REPRESENTA LA VIDA!

Las pelotas de golf son las cosas importantes como la familia, los hijos, la salud, los amigos…

Son cosas que, aún si todo lo demás lo perdiéramos y solo éstas quedaran, nuestras vidas aún estarían llenas.

Las canicas son las otras cosas que importan, como el trabajo, la casa, el coche, etc.

La arena es todo lo demás… las pequeñas cosas.

Si ponemos primero la arena en el frasco, no habría espacio para las canicas ni para las pelotas de golf.

Lo mismo ocurre con la vida.

Si gastamos todo nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, nunca tendremos lugar para las cosas realmente importantes.

Presta atención a las cosas que son cruciales para tu felicidad.

Juega con tus hijos, dedica tiempo a revisar tu salud, ve con tu pareja a cenar, practica tu deporte o afición favoritos, siempre quedará tiempo para limpiar la casa y reparar la llave del agua.

Ocúpate de las pelotas de golf primero, de las cosas que realmente importan.

Establece tus prioridades, el resto es solo arena…

Uno de los estudiantes levantó la mano y preguntó qué representaba el café…

El profesor sonrió y dijo:

¡Qué bueno que me hagas esta pregunta!… Sólo es para demostrar, que no importa cuán ocupada tu vida pueda parecer, siempre hay lugar para un par de tazas de café con un amigo.

© Publicado el jueves 07/01/2010 por http://planetacuentos.wordpress.com