domingo, 2 de junio de 2013

“Escenas de la vida conyugal”... De Alguna Manera...


“Escenas de la vida conyugal”: un clásico con tres grandes…

Tres para Bergman. Darín, Bertuccelli y Aleandro, a días del debut.

El miércoles 5 de Junio de 2013 se estrena esta obra de Ingmar Bergman, con Ricardo Darín y Valeria Bertuccelli dirigidos por Norma Aleandro. Una pareja que se termina tras diez años.

En una de las últimas entrevistas que concedió, el genial cineasta sueco Ingmar Bergman dijo que Escenas de la vida conyugal era una historia sobre (y eventualmente para) “iletrados emocionales: gente educada, con mundo, muy leída, pero incapaz de lidiar con los propios sentimientos o de abordar el compromiso con el otro, con todo lo que implica”.

Nacida como serie en los años 70, devenida en filme y más tarde en obra teatral, el miércoles esta pieza del gran maestro sueco subirá a escena en el Maipo, con las actuaciones de Ricardo Darín y Valeria Bertuccelli, con nada menos que Norma Aleandro en la dirección.

Los personajes que encarnará la dupla Darín-Bertuccelli cumplen diez años de casados, tienen dos hijas, no han tenido mayores peleas y proyectan la imagen de una pareja consolidada y medianamente feliz. Pero un día, sin decir agua va, él le cuenta a ella que está perdidamente enamorado de otra mujer y que no hay vuelta atrás: se va y punto final.

Los cómo y por qué llegaron hasta aquí estos dos actores que sólo hacen teatro de vez en cuando, los cuentan ellos mismos.

“Si hablo de un comienzo de este proyecto -cuenta Darín-, tengo que remontarme a Norma (Aleandro), hace más de tres años, hablándome de esta obra y contándome que a ella le encantaría que lo hiciera yo. En ese momento yo estaba haciendo Art, así que, obviamente, lo dejamos para conversaciones posteriores. Después apareció el Maipo y la producción de Lino (Patalano), y empezó todo a tomar un poco más de cuerpo y pudimos visualizar la posibilidad concreta de hacerla.”

Valeria llegó a Escenas de la vida conyugal muy de otra manera. “Yo estaba trabajando en La suerte en tus manos (Daniel Burman) con Norma y la escuché comentar que iba a hacer esta obra con Ricardo. Entonces le dije: “Yo quiero, yo quiero, por favor”. Y ella me contestó: “No, no sé...” Después lo llamé a Ricardo por teléfono y le dije: “Quiero hacer esa obra con vos”. Me parecía genial la obra y me moría de ganas de trabajar con Ricardo. La verdad es que les quemé un poco la cabeza.”

Se miran, se ríen con una complicidad particular, y Darín llega al rescate. “Valeria y yo somos amigos, y nos debíamos trabajar juntos, porque ya nos habíamos cruzado en cine y tenemos muy buena química. Nos quedaron las ganas. Así que estuvimos todos felices.”

¿Cuánto tiempo hace que no se suben a un escenario?
Valeria: Creo que unos cinco años, desde la Caperucita de Javier Daulte.
Ricardo: Con esta experiencia tengo la sensación de que nunca me subí a un escenario. La sensación que tengo es la de ser un principiante que tiene todo por descubrir. Hemos estado haciendo un proceso de investigación sobre la obra tan profundo, tan exhaustivo, que todos los días descubrimos cosas que están metidas en los intersticios de la pieza y que además te tocan mucho. No tengo idea de lo que puede ocurrir, no tengo idea de lo que la audiencia va a recibir, y eso me tiene muy inquieto.

¿Qué tiene que tener una obra de teatro para que digan que sí?
Ricardo: Tiene que ser sobre un tema sobre el que yo crea, equivocada o acertadamente, que puedo aportar algo. No siempre son los mismos motivos, claro, porque algo que sólo persiga el entretenimiento también puede ser muy valioso. No me refiero a que tenga mensajes, sino a que me movilice. Y esta es muy, muy movilizante, porque da en la médula de muchos mecanismos. Es muy difícil ver esta pieza y no sentir que alguna vez fuiste víctima de ciertas frases o que no hayas atravesado situaciones similares. La obra se sumerge en ese entramado que son las relaciones humanas, y puntualmente entre dos personas que forman una pareja.
Valeria: Yo para decir que sí siento que la obra tiene que hablar de algo que me interese, y tiene que tener ese algo con lo que sé que puedo conmover, movilizar al espectador. Y además, me atraen los proyectos en los que creo que puedo aprender. En este caso me ha pasado todo eso.

¿Alguna vez han sentido que pueden hacerla “de taco”?
Ricardo: Las cosas no se pueden hacer “de taco” y si lo hacés, se nota. Acá, si lo analizás un poco, te das cuenta de que no hay más que dos actores y un texto. En el teatro no hay nada que te salve, no hay revancha hasta la próxima función, no se puede editar. La incomodidad en el proceso creativo es inevitable, hay que atravesarla.
Acaba de entrar la Aleandro y, sigilosamente, se sienta a un lado y escucha a sus actores.

¿Qué estilo de directora es Norma?
Ricardo: Es una mujer insoportable (bromea Darín mientras Aleandro le hace gestos para que diga maravillas y todos se ríen). Bromas al margen, Norma es muy meticulosa, y tiene una especial habilidad para enfocar dónde las cosas están yendo por el carril de lo verosímil y dónde no.
Valeria: Lo más genial que tiene Norma es que es muy buena con las imágenes para trabajar. A mí eso me sirve muchísimo, porque ella sabe muy bien cuándo una imagen te puede llevar a un estado determinado.

¿Fueron directo al texto, Norma?
Norma: Sí, fuimos yendo hacia el texto con bastante tiempo y con cuidado. En realidad, nunca se sabe por dónde salta el conejo. Ahora estamos todavía descubriendo cosas, y creo que esto seguirá pasando aún cuando estemos en funciones. Nos estamos divirtiendo, aunque alguna gente a esto no le llamaría diversión. (Se dirige a Darín). Y pensar que todo empezó en el jardín de casa, ¿no? Si él decía que no, no lo hacíamos. Dijo que sí, y esta obra es un clásico que siempre valdrá la pena hacer. Eso tiene de genial Bergman: de una manera muy sencilla habla de cosas que le pasan a todo el mundo.

¿Por qué creés que la pareja propone un universo vincular tan complejo a diferencia de otros vínculos amorosos?
Norma: Yo creo que es muy difícil que dos personas puedan convivir, en todos los vínculos. Pero si hay amor en el medio, o pasión, o algo que te hizo creer que había amor, la convivencia se vuelve algo complicadísimo. Cada uno de nosotros tenemos una conformación particular y que eso se ponga en armonía con el otro es complicadísimo. Dicen que Buda decía que encontrar “la” pareja era como ir nadando por el océano y encontrar una pulsera que te calzara justo. Es muy difícil, hay que hacer mucho equilibrio, o se da milagrosamente. Y esto hay que mantenerlo. Ahí yo recuerdo un viejo amigo de mi padre que cuando finalmente se casó con la mujer que amaba -le costó muchísimo-, le dijo: “Te regalo mi orgullo”. En ese entonces a mí me pareció espantoso. Con los años entendí que para la convivencia hay cierta cosas que hay que resignar, y una de ellas es el orgullo. No el orgullo natural del ser humano, sino aquél que está basado en la soberbia.

¿A qué cosas han tenido que renunciar en sus relaciones de pareja?
Valeria: No lo sé, a miles de cosas. Igual, lo que les pasa a los personajes durante la obra es entender que el amor no tiene forma. La pareja es una de las muchas formas del amor. Yo creo que el amor es lo único importante en la vida.
Ricardo: Partiendo de la base de que en la convivencia hay una necesaria negociación de espacios, materiales y no materiales, hay que tratar de encontrar la forma de entrar en armonía. En ese trabajo uno aprende muchas cosas de uno, del otro, y empieza a percibir esas cosas a las que se aferra más. En ese trabajo por concederlas empieza a pulir el calibre de la relación que mantiene. Cuando uno ama -me gusta creer en el amor incondicional-, más allá de la estructura de la pareja, hay como un impulso natural a ponerse más allá de los obstáculos. A veces esos obstáculos pesan más que las cosas que unen. Yo libro una batalla permanente contra mi pundonor. En este oficio es muy fácil terminar creyéndote que sos el centro de tu microuniverso y eso es muy tóxico. Hay que estar atento a muchos frentes. No sé si lo conseguí todavía. A veces, por respuestas de mi mujer y de mis hijos, sospecho que no. Pero lo que habla bien de mí es que intento no caer en la estupidez de creerme nada, más que un individuo intentando entrar en armonía.


© Publicado el domingo 02/06/2013 por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.





Detrás de la muerte… De Alguna Manera...


Detrás de la muerte…

Jorge R. Videla. Dibujo: Pablo Temes.

Investigación Videla. Tras lo revelado por Perfil sobre la salud del dictador, hubo traslados de presos. Los otros casos.

El miércoles pasado a las 12.30, el director del Servicio Penitenciario Federal, Víctor Hortel, se apersonó en las instalaciones de la Unidad de Detención de Ezeiza. No bien llegó, procedió a ordenar el corte de la línea directa de la sala de videoconferencias y mediante la Disposición 1244 –un “traslado con efecto”– dispuso que los internos de mayor edad y riesgo que estaban detenidos en el penal de Marcos Paz fueran llevados a Ezeiza. Ellos fueron Marcelo Barberis, Juan Manuel Bayón, Lucas Billich, Eduardo De Lío, Hugo Delme, Hugo Fantoni, Vicente Forchetti, Horacio Luján, José Madrid, Emilio Felipe Picabea, Luis Alberto Rodríguez Vázquez, Julio Héctor Simón –represor conocido como el “Turco” Julián, personaje temible– Julio Alberto Tommassi, Mario Torres, Martín Zuñiga. Entre los que fueron llevados de Ezeiza a Marcos Paz estaban los tristemente célebres el Jorge “Tigre” Acosta y Adolfo Miguel Donda, junto con Carlos Capdevila y Víctor Olivera.

Estas son algunas de las consecuencias de la nota sobre la muerte del genocida Jorge Rafael Videla publicada en PERFIL el domingo pasado. Sobre el caso en particular, se han conocido otros detalles. Uno de ellos es que, diez días antes de su fallecimiento, uno de sus defensores había solicitado al tribunal evitar los traslados debido a su avanzada edad y al deterioro que ya exhibía su salud. Un punto clave que está bajo investigación del Dr. Juan Pablo Salas, magistrado subrogante de los juzgados federales N° 1 y 3 de Morón, es el referido al conocimiento o no que el tribunal que lo juzgaba tenía de la caída que el dictador había sufrido el viernes 10 de mayo mientras se duchaba. Al respecto, algunos detenidos señalan que el día antes de su muerte – jueves 16– un médico examinó al paciente que se quejaba de dolores. Recién ahí se le diagnosticaron las fracturas que se encontraron en la autopsia. Videla debió haber sido internado en el Hospital Militar Central o en el Hospital Militar de Campo de Mayo. Era un paciente de alto riesgo. En la actualidad hay otros en esta misma situación. He aquí algunos de esos casos:

El Teniente primero Antonio Orlando Vargas tiene en la actualidad 73 años. Sufre una Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) severa, cáncer de próstata e hipertensión arterial. Debe usar mascarilla de oxígeno 17 horas por día. De sólo hablar se agita. En septiembre pasado sufrió una neumonía severa. Una junta médica que lo evaluó desaconsejó tanto sus traslados –estaba detenido en Córdoba y se debía presentar ante un tribunal en Jujuy– como su permanencia en una unidad penal, pedido que no fue atendido hasta aquí. En la actualidad, Vargas se encuentra detenido en Ezeiza.

Roberto Luis Pertusio sufrió un accidente cerebrovascular (ACV) en septiembre de 2012, y como consecuencia del cual quedó con una hemiparesia en el hemicuerpo derecho y con trastornos del habla. Padece además hipertensión arterial y diabetes tipo II. A pesar de este cuadro, se le quitó el arresto domiciliario y en los últimos días de marzo de este año se lo trasladó primero a la Unidad Penal de Ezeiza y luego a la de Marcos Paz.

Héctor Luis Selaya fue operado de un neurinoma del acústico. Las secuelas de la intervención fueron la pérdida de la audición del oído derecho y de la visión del ojo del mismo lado. Además, es hipertenso y se le diagnosticó una poliquistosis renal. Tanto en estos casos como en otros –la casuística es más extensa–, el médico legista que los ha evaluado aconsejó la prisión domiciliaria.

Todos aquellos que tuvieron responsabilidades en el plan de exterminio que llevó adelante la última dictadura militar, crimen de lesa humanidad, deben ser juzgados y condenados. Eso es indiscutible. El tema es el tratamiento que se les dispensa. Erich Priebke es un criminal de guerra responsable de uno de las tantas masacres producidas por el nazismo en la Segunda Guerra Mundial: la Matanza de las Fosas Ardeatinas. Tras haber escapado a la Argentina, en la que vivió durante 50 años, fue descubierto y extraditado a Italia, en donde fue juzgado y condenado. Hoy día Priebke cumple esa condena bajo arresto domiciliario.

Los casos aquí descriptos –con el de Videla a la cabeza– dejan expuestas situaciones de crueldad y mala atención médica. Tal situación comporta violaciones a derechos humanos elementales de todas las personas, sean ellas las mejores o las peores. Y ello es inadmisible en el Estado de Derecho, en el que la vida es sagrada.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 02/06/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



sábado, 1 de junio de 2013

Matar al mensajero (de Tribuna de Periodistas)... De Alguna Manera...


Matar al mensajero (de Tribuna de Periodistas)



“Cada vez me cuesta más escribir sobre lo que pasa”. La frase corresponde a un colega de Tribuna de Periodistas. En medio de unas presiones, pocas veces vista, empresarios vinculados a Cristóbal López, han realizado sugestivas ofertas para comprar este portal. “Le hice una oferta que no podrá rechazar” parece ser el mensaje mafioso de los emisarios del poderoso empresario que agigantó su poder durante la década “ganada” (por ellos).


En ese contexto, periodistas de este medio como Diego Golberg, Carlos Forte y Luis Gasulla han recibido aprietes de diverso tipo en una clara sugerencia de bajar un cambio en sus críticas al gobierno.

*Christian Sanz, director de TDP, no es la excepción y es quien más ha sufrido la persecución periodística que ha alcanzado ribetes de película. *


“Me dieron de baja en la AFIP, dejé de existir, de la noche a la mañana”, le confesó al colega Luis Gasulla la semana pasada. Ambos decidieron esperar cómo seguiría la situación pero la redacción de Tribuna prefirió dar a conocer la información a sus fieles lectores. Gasulla recibió un escrache público en la página oficial de la provincia del Chaco de parte del gobernador Jorge Capitanich al igual que el periodista del diario La Nación, Hugo Alconada Mon, y el diputado provincial Livio Gutiérrez por difundir la noticia del avión que compartió, en la misma semana, Leo Fariña y el citado gobernador. 
En las últimas semanas, el autor de “El negocio de los derechos humanos” recibió una demanda por daños y perjuicios del ex subsecretario de derechos humanos de la provincia de Buenos Aires, Fernando Cano, un personaje menor de la investigación del autor. Su abogado defensor, Alejandro Sánchez Kalbermatten, señaló en las redes sociales, que se trata de una clara muestra de “criminalizar la libertad de expresión”. 


Cano sigue siendo funcionario del gabinete de Daniel Scioli y solicitó una rectificación de lo publicado por Gasulla al igual que una suma de dinero, como indemnización por daños morales, que no quiso precisar pero que superaría los 200 mil pesos. “Todos en el ambiente de los derechos humanos saben quién es este señor”, le dijeron al abogado Kalbermatten cuando llamó a la gobernación para averiguar más antecedentes del demandante de Gasulla y de su editorial, Random House Mondadori. 


Muchos lectores de TDP que no conocen el libro de Gasulla accederán, en exclusiva, en las próximas semanas, al capítulo que hace referencia al citado funcionario. Mientras tanto, el director de este portal, señaló que “es una avanzada del gobierno contra los pocos medios independientes que quedan en el país”.

El furor que provoca Tribuna en las redes sociales, es lo que más preocupa a las altas esferas del oficialismo. La historia tendrá nuevos capítulos.

© Publicado el sábado 1º/06/2013 por Tribuna de Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 



Rodolfo Fowgil inédito... De Alguna Manera...


Fogwill inédito: Estados Alterados (2000)

Imagen de tapa: obra realizada con hilos por el grupo de arte argentino Mondongo.

En el 2000 Gabriel Levinas decidió reeditar una revista que marcó buena parte de la contracultura de los 80s. Como redactor de El Porteño original, Rodolfo Fowgill fue nuevamente convocado para escribir en el número 1º de esa flamante etapa. Por cuestiones de diagramación y espacio, el texto del autor nunca fue publicado completo y por eso, Plazademayo.com hoy pone a disposición de los lectores esta pieza casi inédita, un escrito sobre lo que Fowgill mejor conocía: la literatura.

Link para lectura:


© Publicado el miércoles 29/05/2013 por plazademayo.com de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.