Simbiosis...
Si la Presidenta es capaz de decirle a un
estudiante norteamericano de 20 años que ella tiene contacto frecuente y
abierto con los periodistas de este país es porque la mentira es incontenible y
sistémica. Lo hizo al pasar por lo que la seduce, las aulas universitarias
norteamericanas, justo ella, que ni de casualidad pisaría como presidenta una
facultad en la Argentina para someterse a preguntas de los estudiantes. Si le
miente a un chico y en la cara, ¿por qué no podría decirse que en eso consiste
su metodología cotidiana, en todo y para todo?
El Gobierno mintió descaradamente
cuando yo revelé en este diario que Cristina Fernández de Kirchner autorizaba y
propiciaba un armisticio con la República Islámica de Irán. En estas mismas
páginas conté la historia con lujo de detalles. Vale la pena reproducirlas,
porque allí di detalles de lo que la Casa Rosada desmintió una y otra vez. La
nota del 26 de marzo de 2011 (http://www.radiojai.com.ar/online/notiDetalle.asp?id_Noticia=54402),
revelaba que la Argentina y el régimen de Irán negociaban en la clandestinidad,
por lo menos desde enero de 2011, con apoyo explícito del régimen de Siria,
sostenido principalmente entonces y ahora por Teherán. Más detalles y
revelaciones aporté en mi segundo informe, el 23 de junio de 2011 (http://www.perfil.com/ediciones/2011/7/edicion_592/contenidos/noticia_0014.html)
Al blanquear ahora que, efectivamente, quiere “dialogar” con Irán, la
Presidenta vuelve a violar groseramente la verdad, como si presumiera estar
protegida por una eterna indulgencia. Héctor Timerman pretendió, con su gruesa
torpeza, desasociarse de mi revelación de marzo de 2011, acusándome de
“seudoperiodista”.
Inútil detallar aquí su triste
peripecia por los medios de comunicación. Aquel informe mío fue puro
periodismo. Entonces, como ahora, el Gobierno mintió. Sencillo e
incontrovertible, tan evidente como el aval presidencial al embajador criollo
de Irán en la Argentina, Luis D’Elía, cuando presentó a su partido Miles en el
Luna Park acompañado del encargado de negocios y máxima autoridad de la
representación de Irán en Buenos Aires, Sayed Alí Pakdaman (http://www.infobae.com/notas/571910-El-piquetero-DElia-lanzo-su-partido-politico-junto-a-representantes-iranies.html),
junto a Carlos Tomada, Martín Sabbatella, Hugo Yasky, Jorge Coscia, Juan Carlos
Dante Gullo y Gabriel Mariotto, entre otros (http://www.partidomiles.org/2011_03_01_archive.html).
Las mentiras como herramienta de
Estado son el método predilecto del Gobierno en su zigzagueante y turbia
conducta para con la comunidad judía, Israel y los organismos internacionales.
Este diario ha revelado que el embajador argentino en Siria desde 2009, Roberto
Ahuad, había declarado en 2008 que “Israel es un Estado terrorista y genocida”
y que en enero de ese año participó de una marcha de repudio frente a la
delegación israelí en Buenos Aires, junto a Luis D’Elía, de quien Ahuad dijo
estar “orgulloso” porque tuvo “la valentía de desafiar al lobby sionista”. En
medio de la guerra entre Hezbollah e Israel en 2006, Ahuad dijo que “el Estado
de Israel aplica el terrorismo de Estado como lo hacía la dictadura argentina”
(Facundo F. Barrio, “Roberto Ahuad, embajador en Damasco: con Al Assad, Siria
impulsó una línea de apertura y tuvo un gran desarrollo”, PERFIL, 6 de agosto
de 2011).
Similar receta de mentiras le
sirvió a la Presidenta para enunciar en la Asamblea General de las Naciones
Unidas que le gustaría aplicar con Irán lo que bautizó inopinadamente como
“doctrina Lockerbie”. Se refería la pequeña localidad escocesa sobre la que el
21 de diciembre de 1988 cayó un gigantesco Boeing 747 de Pan Am, tras estallar
a bordo una poderosa bomba colocada por terroristas enviados por el régimen de
Muamar Kadafi, con un saldo de 270 muertes. En abril de 1990, Kadafi entregó a
dos agentes de sus servicios a la Justicia de Escocia, asumiendo la
responsabilidad de Libia. Uno de ellos fue condenado a cadena perpetua en enero
de 2001 por tres jueces escoceses. Lo que la Presidenta llama “la doctrina
Lockerbie” no existe. El juicio de Escocia contra los terroristas se desarrolló
en Holanda sólo para apaciguar los ánimos en una sede neutral, pero los
magistrados eran escoceses y el único condenado (Abdelbaset al-Megrahi, jefe de
seguridad de Libyan Arab Airlines) permaneció ocho años y medio en una cárcel
de Escocia. Murió este año, tras ser liberado en 2009 cuando se le diagnosticó
cáncer.
¿Qué “doctrina” Lockerbie?
¿Cuándo reconoció Irán su responsabilidad en el ataque a la AMIA de 1994?
¿Aceptaría la teocracia de los ayatolás que jueces argentinos juzgaran a los
imputados iraníes y que la condena fuera servida en una cárcel argentina? ¿Qué
significa y para qué sirve “dialogar” con un país que explícitamente niega toda
responsabilidad en aquella matanza en suelo argentino? ¿De qué “dialogan” el gobierno
de un país que acusa a funcionarios de otro gobierno de un crimen atroz, si los
imputados se niegan a asumir su responsabilidad? ¿Dialogar con un régimen de
esa calaña no es una forma explícita de tender un manto de impunidad definitiva
sobre aquellos 85 crímenes de 1994?
Pero al margen de esta impunidad,
lo relevante es la mentira como concepto, la praxis ya habitual de destrozar la
veracidad con falsedades, ya sean sobre el costo de vida, la negociación con
Irán o las supuestas conferencias de prensa que dice dar una presidenta que
sólo habla, y a duras penas, ante auditorios extranjeros. Richard M. Nixon fue
el único presidente norteamericano que renunció a su cargo acusado de
mentiroso. Watergate fue eso. Tras ganar las elecciones de 1972, en las que el
republicano obtuvo 60,7% de los votos contra el 37,5 % del demócrata George
McGovern, se fue humillado dos años después. La famosa investigación
periodística demostró que Nixon mandó a hacer espionaje en el Comité Nacional
del Partido Demócrata durante la campaña de 1972. Tras negar su
responsabilidad, la Corte Suprema lo obligó a entregar grabaciones que
comprobaban que él había sido quien decidió encubrir y desviar la
investigación. Renunció el 8 de agosto de 1974, antes que someterse a un
“impeachment” (juicio político).
A Nixon, que era el hombre más
poderoso del mundo y aseguraba que “la mentira forma parte del arte de la
diplomacia”, su país lo condenó por mentir. ¿Sería factible en la Argentina que
una colosal carrera política fuese tronchada por mitomanía incurable? Difícil,
en un país cuyo juego de naipes esencial es el truco. Pero quién sabe.
© Escrito por
Pepe Eliaschev y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires el domingo 30 de Septiembre de 2012.
¿Que es Simbiosis?
Simbiosis: Interrelación continua de diferentes
organismos. De manera primaria para beneficio de uno de los individuos se
describe como parasitismo, una interrelación en la que el huésped otorga el
beneficio principal al parásito
Simbiosis: Relación entre dos o más organismos en
la que hay un beneficio mutuo
Simbiosis: Relación mutuamente reforzante entre dos
personas dependientes entre sí
Simbiosis: Forma de vida caracterizada por una
estrecha asociación entre organismos de diferentes especies, habitualmente en
una relación mutuamente beneficiosa.
Simbiosis: Asociación de individuos animales o
vegetales de diferentes especies, en la que ambos asociados o simbiontes sacan
provecho de la vida en común.
Simbiosis, otra manera de ver las dependencias y
coodependencias que tenemos hacia objetos y/o personas, buenas o malas,
aceptadas por unos y tachadas por otros; algunas un tanto obsesivas o
viciosas...
Simbiosis es, repito, una visión personal de ver esto que se llama
Sociedad.