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domingo, 6 de junio de 2010

Ignacio Copani: "Nunca vi un cacerolazo por los desaparecidos" ... De Alguna Manera...

Copani se queja de que los artistas que apoyan al Gobierno pierden trabajo...


Distingue a los artistas "progres" de los de derecha, y comparó las repercusiones de sus opiniones políticas con las de Mirtha, Susana y Cacho Castaña.



A Ignacio Copani le molesta que lo llamen "artista K". El cantante, reconocido militante peronista, cree que hay una suerte de estigmatización para aquellos que apoyan medidas del Gobierno, como es su caso. Considera que esa etiqueta le hace perder trabajo sobre todo a los músicos, y esgrime que no le ocurre lo mismo a quienes, a diferencia suya, salen a denostar al kirchnerismo. Los señala con nombres propios: "Mirtha, Susana y Cacho Castaña no vieron afectadas sus carreras", sostiene en una entrevista en su casa de Caballito con Perfil.com.


"Algunos compañeros te lo dicen hasta como un consejo: un artista, cuando se mete en política, puede ver afectada su carrera y no creo que sea tan así, algo de cierto hay. Cuando un artista se mete en política desde el lado libertario, progresista, puede tener su carrera afectada, pero cuando vos tenés expresiones de derecha, de impacto rápido, no se ve afectada tu carrera", señala, antes de desarrollar los ejemplos de Mirtha Legrand, Susana Giménez y Cacho Castaña.


"La carrera de Mirtha no se afecta con sus opiniones política, la de Susana con su exabrupto de no pensar en los derechos humanos [reclamó la pena de muerte al afirmar que "el que mata tiene que morir"] no se ve afectada, ni la del querido Cacho Castaña, que en un acto lamentable y creo que habrá respondido a una emoción violenta, sugirió que mandar unos cuantos negros -así lo denominó él, aclara- a levantar un paredón en la Plaza y cuando matemos al tercero y al cuarto se acababa la inseguridad, tampoco vio afectada su carreta, sigue tan querido y popular como corresponde", relata Copani.


Sin embargo, el artista aclara que acepta "las ideas de cualquiera y que se ponga en duda la honestidad de un artista porque se expresa está mal", aunque subraya que "generalmente se la pone en duda cuando se expresa por un lugar más hacia la izquierda, y cuando es peronista, todavía un poquito más". Ese es su caso, no obstante prefiere desligarse de la polémica. "No importa lo que le pase a Copani, pero sí afectó las carreras de Discépolo, Don Hugo del Carril y de Leonardo Favio", enumera hablando de sí mismo en tercera persona.


Copani lamenta que muchos artistas no expresen su "beneplácito" con el Gobierno, pero los entiende. "Los actores se pronuncian más y los músicos especulan en torno a la posibilidad de la pérdida de laburo", expresa y agrega que "el actor puede ir encapsulado en una obra a cualquier lado, mientras que el cantante tiene que ir a defender su propio repertorio". En su caso, su exposición política le costó algunos trabajos en casinos y festivales, pero él lo define como "un un paso más de la democracia, que a veces son dolorosos".


"Estamos muy invisibilizados los que tenemos cierto pensamiento. Yo no encuentro una grieta donde poder expresarme: desde 'Cacerola de teflón', hace un año y medio, que no toco en la televisión, me convocan para hablar para contar chistes, para hablar de fútbol, de política, pero no encuentro dónde ir a llevar mi arte", confía el músico, que deposita sus esperanzas en que la nueva Ley de Medios pueda cambiar esa realidad.



Ignacio Copani: "Nunca vi un cacerolazo por los desaparecidos"


El cantante, autor de 'Cacerola de teflón' y 'Sr. Vicepresidente', dice que Cobos lo defraudó y que hoy le dedicaría un tema más duro. ¿Piensa que la oposición está "atada alambre"?




Ignacio Copani siempre escribió canciones teñidas de temas políticos de actualidad. Sacando "Lo atamos con alambre", durante la década del '90 incluyó a la hiperinflación, la recesión y varios personajes del menemismo en su repertorio. Sin embargo, esas letras hoy parecen diminutas si se las compara con sus últimos hits "Cacerola de teflón" y "Sr. Vicepresidente", dos éxitos que nacieron de la mano del conflicto con el campo, en tiempos donde el Gobierno denunciaba que existía un "ánimo destituyente".


Fue precisamente ese sentimiento el que lo llevo a componer, casi de manera compulsiva, ambos temas. En una entrevista con Perfil.com, el artista cuenta cómo fue ese proceso y qué impacto tuvieron esas canciones en su carrera. Además, habla del grupo Clarín, la oposición y de por qué sólo los artistas que apoyan al Gobierno son estigmatizados.



-¿Cómo nació el tema "Cacerola de teflón"?


- Estaba observando la noche del cacerolazo y veía algún cartel que decía "Volvé Videla", unos personajes que tengo muy asociados con lo antidemocrático y expresiones de mucho odio, y me nació escribir esa canción que no intenta cuestionar que alguien se manifieste por lo que siente, pero hace un paralelo con las cosas que considero importantes de lo que nos ha pasado en nuestra historia, y no había visto una expresión como esa. Nunca vi un cacerolazo por los desaparecidos, por los "viejos chicos" de Malvinas, por situaciones de nuestra degradación como sociedad hace unos años, cosas que describe la canción, que va diciendo 'no te oí en tal lugar, no te oí en tal situación', entonces ahí salió la canción.


-¿Marcó un antes y un después en tu carrera?


-En mi manera de expresarme no, porque es la canción lógica que tenía que hacer. Si revisas mi repertorio, más allá de "lo atamos con alambre", hay toda una mirada sobre las cosas de la realidad: está la hiperinflación, la recesión, los personajes del '90 y la corrupción. En lo que sí marcó un antes y un después, es que nunca, ni habiendo hecho canciones partidarias de muchas cosas, había recibido tanta respuesta de agresión. Asistí a una crítica con mucho odio e intolerancia, que pone en duda mi entereza y honestidad, como si una usina oscura kirchnerista me dictara las letras y me pagara miles de pesos.


-¿Fue víctima de agresiones o amenazas?


-Agresión física no. Solamente algunos escraches que querían impedir que actuara en algún lugar, pero siempre pude actuar. A ese tipo de apriete, les salió el tiro por la culata, porque terminó difundiéndose más el evento y yendo mucha más gente, incluso a apoyarlo. Puede haber algunas cosas, de pérdida de laburo, por asociarte con que estás en contra del campo. Pero la canción no hacía ningún juicio de valor sobre el conflicto del campo, hacía foco en lo que fue ese cacerolazo. La canción se llama "Cacerola de teflón", no "Arado de bronce".


Fanático de River (en su oficina de su casa de Caballito los escudos rojos y blancos se mezclan con pañuelos de las madres, símbolosperonistas, y discos de oro y platino), Copani apela al fútbol para describir la irracionalidad de la crítica que debió enfrentar. "Nunca tuve problemas con los boquenses por haber hecho la marcha de River, salvo alguna broma, algún saludo tipo 'que haces gallina amarga', pero no me decían '¿cuanta guita te dieron para hacer esto?'. Eso es lo que siempre me dolió, sobre todo porque soy muy pudoroso con eso", reflexiona.


"Yo no tengo una presencia especial en los medios de la televisión y la radio, ni en los periódicos que podrían estar en sintonía con el andar y las ideas del Gobierno. No soy un tipo presente ni en las radios ni en los programas que tienen ese color. Así que desde ese lugar es incomprobable que puedan afirmar esas cosas que tanto inquietan. No están mis facturas dando vuelta por Internet, mostrando cifras millonarias de mis actuaciones", responde a los que lo denominan, en tono despectivo, "artista popular K", aunque aclara que para él siempre es un honor que algún ente oficial lo convoque para cantar.


Defraudado por Cobos. El último hit de Copani es "Sr. Vicepresidente", una balada que tiene a Julio Cobos como protagonista, es una rareza. Fue su corte con mayor difusión en el último año, a pesar de que no figura en ninguno de sus discos. "Es otro de mis hits de Internet", bromea. "No está en ningún disco, pero tiene varios videos caseros que hizo la gente", relata. El tema "expresa lo defraudado que me sentí yo con la actitud de Cobos y eso que la hice apenas fue el voto no positivo, ahora haría una canción más dura todavía".


"Si la posición de Cobos hubiera estado enmarcada en esa diferencia, en ese momento, uno podría decir 'bueno, la verdad que expresó su idea, entendió que esa posición descomprimía un gran conflicto'. Pero después siguió honrando el cargo en que lo puso una concertación'". "La canción en mi sigue teniendo vigencia, en que no lo puedo tutear, en que es un hombre que no es de mi confianza, que jamas lo aceptaría, a mi me gusta jugar de arquero, jamás lo aceptaría de arquero suplente a Cobos y tampoco lo pondría de copiloto de aviones", agrega.


Copani admite que nunca nadie del cobismo le dijo nada sobre el tema, y que algunos "amigos que son funcionarios" lo felicitaron por la composición. Él considera que el tema sigue más vigente que nunca y no se imagina al vicepresidente "con calma y analizando su actividad". "No me arrepiento de nada de esa canción. Se lo podría decir en la cara, que me defraudó, que yo lo voté, voté un binomio que el día a día deshonra", afirma.


-¿La renuncia hubiera sigo el camino más lógico?


-El camino más lógico hubiera sido cumplir con lo que decía antes de las elecciones. Que estábamos ante una estadista como Cristina, que él se iba a ocupar de acompañarla en toda su capacidad y esfuerzo. Eso es lo que tendría que haber hecho. Cuando decide no seguirla, lo más lógico y lo más sano, incluso para sus seguidores, sería haber dado un paso al costado y construir desde otro lugar, al menos, no cobrando el sueldo de una función que no lleva a cabo plenamente.


-¿Cree que Clarín es parte de la oposición?


-Clarín es un grupo de poder, yo creo que le dicta a la oposición blanda qué decir.


-¿Pensó en escribirle un tema?


-No, digamos que tenemos un acuerdo: ellos no hablar de mi, ni yo de ellos (risas). No voy a ponerlos en los pocos minutos que puede durar un tema.


-¿La oposición está atada con alambre?


-Podría ser (más risas). Pero el atar con alambre tiene dos costados. Uno noble, que es el hecho de realizar un trabajo manual, muy simple, con los elementos al alcance de la mano; y otro, que refleja la precariedad. El atado con alambre tiene esas dos caras de la Argentina.


© Escrito por Pablo Javier Blanco y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina, el domingo 6 de Junio de 2010