Kafka con mafia…
Así nos ve el 'The Economist' alemán. La nota del Wirtscharfs Woche
sobre la economía argentina.
A tres años de la Ley
de Medios. El eslogan de un noticiero matutino francés decía: “El periodismo es
como el café: cuando es caliente y fuerte, es bueno”. Como el kirchnerismo cree
que política y periodismo, o viceversa, son lo mismo, inconscientemente lleva
adelante una política caliente y fuerte. Quienes no pueden entenderlo son los
extranjeros. La revista semanal de economía más importante de Alemania,
Wirtscharfs Woche, equivalente a The Economist en su país pero con una
circulación aun mayor, tituló una nota sobre la Argentina “Entre Kafka y
mafia”. La ilustraron con fotos de Moreno, una planta industrial que no recibe
insumos y un barco cargado de containers detenido frente al puerto de Buenos
Aires. Los empresarios extranjeros dicen que en todos los países se aplican
medidas proteccionistas pero son proteccionistas de la industria nacional. Lo
que les resulta inaudito es que en la Argentina se hace un “proteccionismo de
la caja” que muchas veces destruye la industria nacional. No pueden comprender
que porque un año se hayan juntado vencimientos de pago de deuda, con tal de
reunir esa plata se esté dispuesto a bajar la actividad económica, perder
proveedores, desactivar líneas de producción y empleos especializados, y hasta
perder mercados que luego cuesta mucho tiempo recomponer.
Entienden que este año la Argentina debe pagar deuda por
9.700 millones de dólares, lo que representa una fuerte exigencia y
concentración. Pero no comprenden por qué dejaron que se acumulara todo en un
año, si en 2013 y 2014 sólo hay que pagar 4.000 millones de dólares por año.
¿Por qué no reprogramaron los vencimientos para que, en lugar de un año con el
doble de pagos de deuda en dólares que los otros, hubiera tres años más o menos
iguales?
No sorprende que se pateen los vencimientos para el año
posterior al fin de cada mandato, pero las posibilidades de que el kirchnerismo
siguiera en el poder 2012-2015 fueron altas; y ni aun en la derrota electoral
de 2009 fueron despreciables. Una prueba de que esto no sería la causa es que
para 2016, el primer año del próximo período presidencial, sólo hay
vencimientos de deuda por 6.500 millones de dólares.
Cierta omnipotencia y excesiva autoconfianza en la capacidad
de resolver los problemas en la medida en que sus consecuencias se van
desatando, “a la argentina”, se observan no sólo en la economía sino también en
otras áreas del Gobierno.
Hadad-López. La llamada Ley de Medios (Ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual) es otro ejemplo de voluntarismo e improvisación. A
tres años de haber sido promulgada, la única consecuencia concreta ha sido la
tumultuosa venta de los medios de Daniel Hadad a Cristóbal López. Quizá las
marchas y contramarchas de esta venta puedan dar indicios sobre si el 7 de
diciembre, de no existir un fallo en la cuestión de fondo sobre la
inconstitucionalidad, el Gobierno obligará a desinvertir a quienes tengan
licencias en exceso.
Que Daniel Hadad haya mudado Radio 10 y las FM que le vendió
a Cristóbal López junto con C5N del edificio que compartían con el canal de
noticias al antiguo edificio donde funcionaron sus radios solas, antes de la
fundación de C5N, tiene dos posibles interpretaciones relacionadas con la Ley
de Medios (y varias otras que no tendrían que ver con la ley sino con
discusiones sobre pagos y precio).
Una es que López y Hadad creyeron originalmente que el
Gobierno sólo le aplicaría la ley a Clarín y que los medios oficialistas podían
seguir incumpliéndola. En su caso: lisa y llana compraventa de licencias (las
radios, porque las señales de TV de cable como C5N no son licencias) que está
prohibida por la ley, más la posibilidad de quedarse con todas las radios sin
tener que vender las dos FM que exceden el tope máximo.
Al ver que la voluntad del Gobierno –siempre en el terreno
de las hipótesis– era hacer cumplir la ley a todos, Cristóbal López no pudo ser
propietario de las radios hasta el 7 de diciembre porque la Ley de Medios sólo
permite que se transfieran licencias por desinversión obligada, algo que sólo
sucedería el 7 de diciembre y por única vez. En ese caso, Hadad sería vendedor
obligado por la ley (de las licencias de radios que tiene en exceso) y López
comprador también dentro del cumplimiento del marco de la misma. En el primer
caso López compraba cinco radios y luego, si no le quedaba más remedio, estaba
dispuesto a vender dos. “Ahora”, en el del estricto cumplimiento de la ley, las
radios son de Hadad hasta el 7 de diciembre y es Hadad el que vende tres radios
a López recién en ese momento.
Otra señal “reglamentista” es que López puso a la venta las
empresas de servicios públicos que le impedirían ser dueño de licencias audiovisuales. No son muy relevantes
en su grupo de negocios pero no dejan de ser otra muestra de adecuación a las
normas.
Pero en ninguno de los otros medios oficialistas o afines al
oficialismo (Moneta, Prisa, Telefónica y Grupo Uno) se ve la misma adecuación a
la ley que practicaría Cristóbal López. O Moneta, Prisa, Telefónica y Grupo Uno
se van a llevar una sorpresa el 7 de diciembre y Cristóbal López está mejor
informado que todos. O Cristóbal López supone que correrá o puede correr la
misma suerte que Eskenazi y sólo le harán cumplir la Ley de Medios a él y a
Clarín, hipótesis que responde a la idea de que López compró los medios de
Hadad para defenderse del Gobierno y no para halagarlo.
En cualquiera de los casos, el título de la nota del
Wirtscharfs Woche sobre Kafka y mafia resulta apropiado también para la Ley de
Medios, sus vericuetos de implementación y varios de sus actores y diferentes
protagonistas.
Faltan cuatro meses para develar si los medios “serán
legales” o aparentarán serlo. Aparentar tiene más letras que ser. Lo mismo
sucede en la economía.
© Escrito por Jorge
Fontevecchia y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires el sábado 4 de Agosto de 2012.