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miércoles, 12 de febrero de 2014

El genocidio encubierto de los Pueblos Originarios... De Alguna Manera...


El genocidio encubierto... 


El olvido y el silencio, tan complejos y difíciles de mensurar, se transformaron en metodología oficial durante toda la historia nacional respecto a los pueblos originarios.

“Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos como del estremecedor silencio de los bondadosos”. Martin Luther King

En 1884 el ministro de Guerra y Marina del presidente Julio Argentino Roca, general Benjamín Victorica, dirigía una campaña militar que tenía como objetivo llevar la frontera con los indígenas de la región del Chaco hasta el río Bermejo, estableciendo una línea de fortines que llegara hasta Salta.

A fuerza de genocidio y fuego, el Estado argentino se apropiaba de todo el territorio de los pueblos Qom, Pilagás, Wichis, Chorotes y Chulupís, Vilelas, Toconotés, Tapietés, Chanés y Chiriguanos, entre otros. En 1917 se daba por terminada oficialmente la “Conquista del Chaco”.

Noventa años después, el dirigente Wichí Domingo Vaca, en la comunidad de Misión Chaqueña, se interponía ante una topadora que intentaba desmontar su territorio ancestral. En esa comunidad se firmaba, el 25 de mayo de 2010, el Documento Tierra (Tratado Interétnico para la Refundación de la República Argentina).

Silencio y olvido

Primero hubo masacres, apropiación de niños, ruptura de familias; luego silencio y olvido.
Esa fue la estrategia que utilizó la moderna Nación argentina para solidificar sus cimientos y luego anestesiar el inconsciente colectivo de los nuevos “nacidos y criados”. Dejó de lado la historia, el idioma, las leyendas, la medicina, la cosmovisión y los derechos de aquellos ciudadanos que habían sido incorporados y que pertenecen a las naciones que preexistían a la formación del Estado nacional.

Además del silencio y el olvido, hoy la estrategia incluye pobreza extrema, marginación, desalojos forzados de comunidades enteras, apropiación y venta de tierras por empresas nacionales y transnacionales, emergencia sanitaria y emergencia hídrica. Además, hay que sumar la desaparición de más de 2.500.000 hectáreas de bosque nativo desde el año 2003 en adelante.

Esta metodología continúa sembrando la muerte 100 años después de aquella campaña llamada “del desierto verde”, perpetrada a caballo y fusil. Se trata, sin dudas, de un genocidio encubierto.

En el estatuto del Tribunal de Nüremberg en 1945, en el que se definieron los límites y el concepto de los delitos contra la humanidad, tal vez no se avizoraban aún las formas actuales de estos delitos.

El olvido y el silencio, tan complejos y difíciles de mensurar, se transformaron en metodología oficial durante toda la historia nacional. Todavía hoy sigue siendo utilizada por el Gobierno nacional en su política respecto a los pueblos originarios.

Masacres y tierras

Lo hizo antes el gobierno del general Juan Domingo Perón, al omitir los reclamos del Malón de la Paz y al ocultar la masacre hacia el pueblo Pilagá en Rincón Bomba.

También lo hizo un gobierno radical con los pueblos originarios en Napalpí en 1924, perpetrando, y ocultando luego, una de las masacres argentinas más grandes del siglo 20. 

Todas aún impunes.

Claro está, tanto en períodos dictatoriales como democráticos, los pueblos originarios de este suelo han sufrido el totalitarismo del Estado argentino.

¿Por qué el silencio? ¿Cuál es el hilo conductor que une los sucesos del pasado con los de la actualidad?

Esta vez los derechos humanos vienen de la mano de la más indeseable de las compañías: la tierra.

El poder económico nacional y transnacional pudo tolerar que se investigue la situación del último golpe militar porque no implicaba discutir ni territorio ni recursos naturales.

El filósofo francés Ernest Renan, en una conferencia sin precedentes en la Universidad de la Sorbona de París en 1882, reflexionaba sobre la construcción de los estados modernos resaltando lúcidamente la siguiente frase: “La esencia de una nación consiste en que todos los individuos tengan muchas cosas en común, y también en que todos hayan olvidado muchas cosas”.

Tal vez debamos repensar la esencia de nuestra nación a partir de lo que hemos olvidado. Ojalá podamos reclamar colectivamente “Memoria, Verdad y Justicia” también para los pueblos originarios de Argentina y así animarnos a discutir el problema medular de nuestra Nación: la refundación del Estado.

© Escrito por Emilio Iosa el Viernes 17/01/2014 y publicado por el Diario La Voz del Interior de la Ciudad de Córdoba.


sábado, 22 de junio de 2013

Clemente José Andrada... Un gesto noble… De alguna Manera...


Un gesto noble…


No, no fue ninguna patoruzada. Fue un gesto de nobleza y de búsqueda de la Verdad y la Ética. En una votación absolutamente democrática, el instituto de enseñanza Julio Argentino Roca, de Santa Rosa, La Pampa, pasará a tener el nombre de quien lo merece: del primer director que tuvo ese instituto, Clemente José Andrada.

No fue fácil llegar a esa votación en la que intervinieron docentes, alumnos, ex alumnos y ex docentes del instituto. Elementos conservadores se opusieron. Uno de ellos, el sacerdote José Miguel Padilla, del Instituto Nuestra Señora de Luján, salió a la palestra para reivindicar la figura de Roca. Ese sacerdote había apoyado al levantamiento de los “carapintadas”. Pese a todo, la votación tuvo lugar y se llegó al triunfo de la Ética al terminar con el nombre del genocida Roca nada menos que en una institución de enseñanza.

Algo justo. Roca, el que pidió la importación de diez mil Remington, el fusil a repetición con que los norteamericanos habían diezmado a las tribus sioux y pieles rojas, para “exterminar a los salvajes, a los bárbaros de nuestras pampas”. Así se hizo para luego, como postre, repartir cuarenta millones de hectáreas entre 1800 socios de la Sociedad Rural.

Un crimen indescriptible para aquellos Creadores del Mayo de 1810 y de la Asamblea del Año XIII, que nos enseñaron a cantar el “Ved en trono a la noble Igualdad. Libertad, Libertad, Libertad”.

Pero a la Ética no se la puede traicionar porque siempre regresará a lo que se hizo a costa de sus principios. Y hoy, las poblaciones de ese Sur argentino reaccionan. No a los genocidas, no a los ladrones de tierras. Sí a los que trajeron la paz, y se basan en el trío de palabras “Igualdad, Libertad, Fraternidad”, que expresaban el espíritu de Mayo, siempre permanente en la emancipación argentina pese a los dictadores de turno y a los que basaban todo en las razas superiores, los llamados occidentales y cristianos, que conquistaron todo con la Cruz y la Espada.

Un instituto de enseñanza en La Pampa que nos da el ejemplo. Una lección de Ética.

Otra noticia de las buenas es el anuncio del Congreso Educativo II, que realizarán las organizaciones que aspiran a construir el Movimiento Pedagógico Latinoamericano y cuyas sesiones se llevarán a cabo en San Carlos de Bariloche el 28 y 29 de este mes.

Anuncios así hacen aparecer el optimismo. La unión de docentes latinoamericanos en búsqueda de los mismos fines que pensaron nuestros grandes libertadores. Educar para la Paz, educar para el Progreso, educar para una Igualdad que una a las poblaciones de todo el continente y que no las separe en barrios de lujo por un lado y en villas miseria por el otro.

Entre otros temas a tratar, figuran: “El trabajo docente y la construcción de la unidad latinoamericana”, “Salarios, inflación e impuestos, la distribución de la riqueza en la Argentina actual”, “El nivel medio obligatorio, ¿de la escuela selectiva a la inclusión educativa?”, “La escuela infantil: ¿el camino hacia un nivel integrado?”, “Educación, integración e inclusión”, “Nivel primario, la jornada completa y el trabajo colectivo”, “Nivel Superior, ¿hacia la expansión del sistema formador?”, “Panorama latinoamericano: el trabajo docente y la construcción de la unidad latinoamericana”, “La cultura popular y los pueblos originarios”, “Pedagogía: hacia la construcción de una pedagogía latinoamericana”, “Género: la red de mujeres latinoamericanas y las trabajadoras de la educación” y “La organización de los estudiantes secundarios”.

Como se ve, un programa que piensa en el futuro. Un paso más en búsqueda de la unidad latinoamericana. ¿Qué mejor para impulsarlo que la enseñanza primaria y secundaria? Un congreso docente que mira hacia el futuro. Eso es también abrir los ojos ante nuestras realidades actuales y reaccionar con el sentido de mejorar, de traer más paz y menos violencia social. Nuestras felicitaciones a los organizadores y los deseos de muchos éxitos para el futuro. Que se vaya abriendo la senda que nos indique el camino a seguir en el futuro.

Hablando de futuro, nos preocupa la política interna que lleva a cabo la empresa Volkswagen. El despido de 19 trabajadores por razones sindicales no hace quedar bien a esa empresa que precisamente se originó para construir un automóvil que pudiera tener todo el pueblo, el “auto popular”, así como lo expresa su nombre. Conozco a los despedidos, me consta que son trabajadores de ley, honrados. Y su cesantía no concuerda con la consideración que debe tener una empresa extranjera para con trabajadores del país que no han demostrado ninguna inconducta y que sólo han luchado por sus derechos dentro de la ley. Como hombre que por su familia pertenece a los dos países –Argentina y Alemania–, me duele mucho este proceder de la empresa, ya que la conducta de estos despedidos ha sido bien fiel al trabajo y a las obligaciones para con él, y por supuesto han defendido los derechos de todos cuando estos no han sido respetados en todo su contenido. Espero que se oiga este llamado para llevar de nuevo la felicidad para estos trabajadores y sus familias.

Y, por último, regresemos a La Pampa, esa provincia tan gaucha. Estamos cerca del 12 de octubre, llamado antes, con toda irresponsabilidad, Día de la Raza. Yo lo titularía Día del Robo y la Esclavitud. Todo eso se puede encontrar en los documentos enviados por los conquistadores a Europa. El oro y la plata, como principales objetivos, y la esclavitud para los pueblos originarios. La mita, la encomienda, el yanaconazgo y otras designaciones para la esclavitud de las poblaciones autóctonas. El asesinato horrible con torturas inimaginables para los que se opusieron a la “civilización europea”.

En nombre de la civilización y de la religión católica. Por eso me pareció un acto de alto coraje civil lo que en el 2004 llevaron a cabo los pampeanos: establecieron una ley por la cual, en los 12 de octubre, se mantuviera en los edificios oficiales la bandera argentina a media asta. Como duelo por los miles de muertos por los conquistadores españoles en su “colonización”, por lo horrible de las ejecuciones y por haber traído la enfermedad mental que es el esclavizar a su semejante, en nombre de la civilización occidental y cristiana.

El proyecto fue originado por la diputada Gette y lleva el número 2122. Todo un ejemplo antidemagógico y de recuerdo a las miles de víctimas del “descubrimiento”. Los gauchos pampeanos que lucharon por nuestra independencia se deben haber movido con gusto en sus tumbas, como se deben haber alegrado los descendientes de los muertos en las masacres de Roca ante el cambio de nombre de ese instituto de enseñanza.

Argentina, vamos para adelante.

© Escrito por Osvaldo Bayer el sábado 22/06/2013 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Chau Roca...

FOTO: archivo Plan B, cuando la escuela y la avenida principal llevaban el mismo nombre. Ahora, la calle se llama San Martín Oeste y el establecimiento educativo se llamará Clemente Andrada.
 
Por amplio margen la comunidad educativa votó por el cambio de nombre. Mayor diferencia en la urna de alumnos que en la de docentes. De todos modos, el rechazo fue generalizado: el 74,89 % le dijo no a Roca. Che Guevara, el segundo más votado. Clemente Andrada fue el primer director de la institución. Obtuvo 243 votos y fue de los 9 candidatos el más votado. Segundo quedó Ernesto Che Guevara.

La elección tenía dos tramos, una vez rechazado el nombre de Roca, debía proponerse uno entre los que se habían seleccionado. Podían optar por Ernesto Che Guevara, Osvaldo Bayer, Clemente José Andrada, Pueblos originarios de La Pampa, Simón Bolívar, José Martí, Alfonsina Storni, 22 de abril, y Adolfo Pérez Esquivel.

Se presentaron a votar 928 personas, y el por amplio margen ganó el cambio de nombre de la Escuela.

Votaron 466 alumnos por el SI al cambio de nombre y 72 por el NO

Entre los docentes, ex alumnos, y  ex docentes el resultado fue 229 por SI y 152 por el NO

En total asistieron a la elección 544 alumnos y 384 docentes

El total indica que 695 personas votaron contra Roca y 224 por mantener el nombre del responsable del genocidio de los pueblos originarios. En porcentajes, Roca fue rechazado por el 74,89%, mientras que por el apoyo al ex presidente se manifestaron el 24,14%

Votación por candidatos

El primer número en cada candidato corresponde a ex alumnos, ex docentes y docentes actuales. El segundo a alumnos de hoy. El tercero es el total.

CLEMENTE JOSÉ ANDRADA 87, 156: 243

CHE GUEVARA 20, 112: 132

PUEBLOS ORIGINARIOS 44, 60: 104

BAYER 41, 26: 67

ALFONSINA STORNI 13, 33: 46

22 DE ABRIL 3, 39: 42

BOLIVAR 8, 16: 24

JOSÉ MARTI 8, 8: 16

ADOLFO PÉREZ ESQUIVEL 3, 11: 14

© Publicado por Plan B Noticias el sábado 08/06/2013 de la Ciudad de la Pampa.