Malvinas, los límites ante un posible acuerdo sobre los
recursos naturales…
- El
comunicado conjunto con el Reino Unido, presentado por la Ministra de
Relaciones Exteriores argentina, Susana Malcorra, despertó el alerta en
diferentes sectores políticos, incluso en parte del oficialismo.
- La
explotación de los recursos naturales es uno de los dos
ejes principales del interés británico por las Islas, además de la
ubicación estratégica.
- El principal
ingreso económico que obtiene el Gobierno Británico de las Islas
Malvinas es el derivado de las Licencias de Pesca. Los barcos
involucrados no cumplen ningún requisito ambiental, laboral ni de
seguridad y no solo operan en el área que circunda a las Malvinas,
sino que también se han registrado varios casos de pesca ilegal
dentro de la Zona Económica Exclusiva Argentina.
- En
relación a la explotación de hidrocarburos, existe un alto riesgo de
accidentes en una de las regiones con las condiciones meteorológicas
y oleaje, más peligrosos del Planeta, y la dificultad logística
de poder atender un siniestro.
- La
exploración y extracción de hidrocarburos debe ser suspendida, y la
pesca debe ser afrontada por una nueva Comisión, cuyo
principal objetivo sea asegurar la conservación de los
recursos marinos.
© Escrito por Milko Schvartzman el martes
21/09/2016 y publicado por https://puntoverdeblog.net de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Como se preveía durante la campaña
presidencial, el nuevo Gobierno Nacional replantearía las relaciones con
el Reino Unido y abordaría de manera diferente el caso Malvinas. Un nuevo
enfoque sobre uno de los tópicos que más profundo tocan a la sociedad
Argentina, abriría las posibilidades de una nueva estrategia.
Durante los primeros años del kirchnerismo se intentó
llevar adelante con el Reino Unido ciertos aspectos de común acuerdo, como
la Comisión de Pesca del Atlántico Sur, la que luego de diferencias
insalvables y decisiones unilaterales por parte del Gobierno de las Islas,
fue disuelta.
Más tarde, durante la presidencia de Cristina Fernández de
Kirchner, la Agenda de la cuestión Malvinas se manejó a través de una
Secretaría de Estado específica, aunque fue objeto de
muchas contradicciones: tal es el caso del ofrecimiento de vuelos directos
a las islas, contrarrestado a los pocos días con la aplicación de un
bloqueo a los barcos que realizaran actividades comerciales con las islas.
Existieron muchas curvas y contra curvas en los planteos, y
el discurso se focalizó en acusaciones y ofensas, dirigido especialmente
al público local. La misma retórica prevaleció desde Londres.
Los primeros indicios de una nueva política con respecto a
Malvinas fueron mostrados en público por la Ministra de Relaciones
Exteriores, y encendieron el alerta de la sociedad y todos los
sectores políticos, incluido el oficialismo, especialmente en lo
que respecta a la explotación de los recursos naturales, uno de los
dos ejes principales del interés británico por las Islas, además de la
ubicación estratégica.
En un comunicado
conjunto, los responsables de las relaciones exteriores de ambos
países afirmaron que:
‘En este contexto se acordó adoptar las medidas apropiadas
para remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico y
el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas, incluyendo comercio,
pesca, navegación e hidrocarburos.
Ambas
Partes enfatizaron los beneficios de la cooperación y de un
compromiso positivo de todos los involucrados. (Ver además la entrevista
del matutino británico The Guardian: “Malcorra menciono que emprendimientos conjuntos entre
ambos países sobre hidrocarburos eran “un asunto sensible a discutir y que
podría tener sentido“)
La pesca y el ambiente marino.
El principal ingreso económico que obtiene el Gobierno
Británico de las Islas Malvinas es el derivado de las Licencias de Pesca
que otorga a más de 150 barcos coreanos, españoles y taiwaneses. Estas
licencias de pesca se obtienen a través del pago de un canon que permite
pescar en el área controlada por la Marina inglesa, alrededor de las
Islas Malvinas, Orcadas y Sándwich del Sur.
Los barcos involucrados no cumplen ningún requisito
ambiental, laboral ni de seguridad a la navegación y no solo operan en el área
que circunda a las Malvinas, sino que también lo hacen en aguas
internacionales, y se han registrado varios casos de pesca ilegal dentro
de la Zona Económica Exclusiva Argentina (controlada por Argentina).
Asimismo, muchos de los barcos que no son licenciados por el Gobierno
de las Islas, y que pescan ingresando ilegalmente al Mar
Argentino, luego suelen descargar en las Islas.
El programa de licencias de pesca no ha demostrado
verdadero interés en la sostenibilidad de la explotación ni en las condiciones
de vida de los tripulantes, los cuales son esclavizados
y suelen saltar fuera de borda para escapar de las terribles condiciones a
bordo.
El calamar Illex, una de las principales especies
capturadas en la región, es el corazón del ecosistema marino,
siendo alimento de mamíferos marinos, aves y especies de peces, la sobrepesca
tiene impactos directos en todas las especies.
Sólo 7 observadores a bordo para más de 150
embarcaciones demuestran la falta de control de lo que ocurre
en alta mar.
Explotación de
hidrocarburos.
Argentina ha manifestado oficialmente como uno de sus argumentos más
importantes en contra de la explotación de hidrocarburos por el Reino
Unido, el hecho de los altos riesgos de accidentes en una de las regiones
con las condiciones meteorológicas y oleaje, más peligrosos del
Planeta, y la dificultad logística de poder atender un siniestro.
En caso de un accidente con hidrocarburos se vuelve casi
imposible la correcta atención del mismo y los impactos en la región
serían catastróficos para todo el ecosistema marino.
Ya en el pasado ha habido accidentes con derrames de hidrocarburos en
bahías Malvinas, y los mismos no han podido ser
atendidos apropiadamente, causando estragos en la vida marina ()
La quema de combustibles fósiles tiene un grave impacto
global incidiendo en el cambio climático y se opone a los acuerdos de
reducción de emisiones ratificados por Argentina.
¿Beneficio económico
para quién?
El PBI per cápita de los isleños es uno de los más altos
del planeta, mucho mayor aún que los habitantes del Reino Unido, no existe
una necesidad de mejora económica para ellos, sino que cualquier
beneficio económico y/o logístico que facilite la explotación de
los recursos naturales implica una reducción de los costos del Reino
Unido en el mantenimiento de sus colonias.
Es por esto que, la discusión de acuerdo con el Reino
Unido, además de no presentar ninguna grieta a la disputa de soberanía, no
debe implicar un impacto negativo para el medioambiente ni implicar
riesgos de catástrofe ambiental.
La exploración y extracción de hidrocarburos debe ser
suspendida, y la pesca debe ser afrontada por una nueva Comisión, cuyo
principal objetivo sea asegurar la conservación de los
recursos marinos, reduciendo la flota, transparentando toda la información
de los barcos y capturas, e implementando el Código de Conducta para
la pesca Responsable de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura) a través de observadores independientes.