Euforia que no se entiende...
Recibir otro préstamo del FMI no es
algo para celebrar, salvo por la inminencia del abismo. El levantamiento del
cepo y la devaluación.
© Escrito
por el Doctor Nelson Castro el sábado 12 de abril de 2025 y publicado por el
Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.
Para este último, hubo una puesta en escena prolijamente diseñada.
Primero la comunicación de la noticia y la posterior larga conferencia de
prensa del ministro de Economía, Luis Caputo, y del presidente del Banco
Central, Santiago Bausilli; después, la foto de familia en la Casa Rosada, y
finalmente, la del discurso de Javier Milei por la cadena nacional de radio y
televisión.
El Gobierno necesitaba –sí o sí– concretar este acuerdo con el FMI lo
antes posible. La incertidumbre causada por la demora en su concreción le vino
significando al Banco Central una hemorragia de dólares que no paraba. Salvo
una o dos jornadas, en los últimos quince días, tuvo que salir a vender, con lo
que las reservas de la entidad cayeron por debajo de los 25 mil millones de
dólares. La escasez de billetes de la divisa estadounidense se venía agravando
por la poca liquidación de los exportadores en estos meses, que son claves. Era
un secreto a voces que un levantamiento del cepo iba a generar automáticamente
un fenómeno de inestabilidad que, consecuentemente, podría llevar a una posible
devaluación. Esa incógnita se va a comenzar a develar no bien se abran los
mercados en la mañana del lunes. Pero, bajo las condiciones actuales de la
llamada fase 3 del plan económico del Gobierno, con una flotación sucia
controlada por el BCRA, es poco probable que suceda. Lo que es concreto es que
ya no existirá más el dólar blue sino que el valor de la divisa dependerá de lo
que fije el juego entre la oferta y la demanda, es decir, el mercado.
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En este punto es importante señalar que el levantamiento del cepo es
parcial. No hay dólares para todos, en especial, para las empresas. Por lo
tanto, quienes podrán operar con total libertad serán las personas humanas, es
decir, cada uno de nosotros. Eso es claramente un limitante que asegura que no
habrá una avalancha de compradores de grandes sumas de dólares. Por otra parte,
la gran mayoría de la sociedad llega con lo justo a fin de mes y lejos está de
pensar en variables de ahorro; más bien está preocupada por su subsistencia. El
aumento en la inflación de marzo, empujada por la suba del precio de los
alimentos, es una muestra de ello. El otro aspecto que habrá que tener en cuenta
es el impacto que la medida tendrá en las importaciones.
El Gobierno
necesitaba cerrar el acuerdo por la hemorragia de dólares del BCRA
Es menester subrayar la importancia de dos factores que se combinaron
para acelerar la concreción de este acuerdo del cual tanto dependía el
oficialismo: el primero es la magnitud del ajuste con el consecuente superávit
fiscal; el segundo es la estrecha relación entre Javier Milei y Donald Trump.
Eso se verá reflejado mañana durante el encuentro que mantendrá el secretario
del Tesoro –equivalente al ministro de Economía– de los Estados Unidos, Scott
Bessent, tanto con el Presidente como con Caputo.
En medio de tanta euforia en el Gobierno –en verdad hay que señalar que
recibir un préstamo del FMI no es algo para festejar– es importante hacer dos
observaciones: la primera, que, más tarde o más temprano, el préstamo habrá que
devolverlo; la segunda, que el FMI puso tres condiciones que deberán
implementarse a lo largo de lapsos futuros: la reforma previsional, del sistema
de coparticipación y del sistema tributario, metas para las que el oficialismo
va a necesitar acuerdos políticos que hoy no se ven en el horizonte.
Volviendo a lo inmediato, hay en el fondo –como siempre– un tema de
confianza. El anuncio del Gobierno parece acertado y lanzado justo a tiempo.
Sin embargo, el éxito de esta tercera fase, que comenzará concretamente el
lunes, dependerá de la reacción y del acompañamiento de los distintos actores
de la economía.
El campo había anticipado que aumentaría el ritmo de liquidación de la
cosecha entrado el mes de abril. Fuentes del sector señalaron que “habrá una
lógica prudencia al principio pero el aporte de divisas llegará más temprano
que tarde” y aseguraron que “el Gobierno está dando pasos en la dirección
correcta”.
El empresariado en general y el sector industrial en particular deberían
meditar sus próximos pasos pensando en el bienestar general. Son el eslabón
fundamental para darle sustento real a la actividad económica. La historia ha
dado muestras suficientes de su mezquindad. En años de la Alianza le soltaron
la mano a Ricardo López Murphy cuando les planteó la posibilidad de tener que
salir a competir abiertamente y esbozó sus planes de ajuste, infinitamente
menores a los que está llevando a cabo el gobierno nacional. Algunos fueron
cómplices con su silencio en los años del despilfarro kirchnerista y
posteriormente abandonaron a su suerte a Mauricio Macri a pesar de ser
considerado “uno de los suyos”. Al ingeniero le dieron de beber de su propia
medicina. “Acompañaremos en la medida de lo posible pero nos preocupan los
desplantes grandilocuentes y la falta de equipos. Salvo la cúpula de Economía y
del Banco Central, no hay en el Gobierno cuadros formados en gestión y eso se
nota”, resumió un empresario del sector alimentario.
Del otro lado de la ecuación, la dirigencia gremial sigue demostrando no
estar a la altura de las demandas sociales. Priman en la cúpula de la
desprestigiada CGT las internas y los intereses partidarios. La tenue
movilización y el paro llevados a cabo los días miércoles y jueves fueron una
muestra cabal de su falta de liderazgo. La gente les dio la espalda y salió a
trabajar como lo hace cada día para ganarse el sustento. Nadie come vidrio y la
sociedad se ha hartado de seguirles el juego a los sindicalistas millonarios,
que solo quieren conservar sus privilegios. La distancia con el trabajador de a
pie y la crisis de legitimidad es total.
Cada uno de los sectores de la dirigencia política, gremial y
empresarial debería replantearse su rol en una argentina que ya no tolera la
falta de empatía.
Reportaje al Dr. Nelson Castro por Ernesto Tenembaun (Septiembre 2024)