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sábado, 15 de abril de 2023

Los que apuestan a la incertidumbre… @dealgunamaneraok

Los que apuestan a la incertidumbre…


El índice de inflación de marzo alcanzó un nivel inesperado, debido a un conjunto de factores entre los cuales sobresale la instalación de un clima de creciente incertidumbre entre los distintos agentes económicos. En ese marco, se advierte la especulación de ciertos sectores, fogoneada por los principales medios de comunicación.
 

© Escrito por Carlos Heller el 14/07/2023 y publicado por la Revista Acción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Vale recordar que este último miércoles uno de esos medios se adelantó a plantear una situación preocupante. «Se aceleró en la primera semana de abril el ritmo de remarcación de precios», indicaba.

El 25 de marzo pasado, uno de los diarios de mayor circulación argumentó que las empresas que precisan materias primas o insumos externos estaban cargando en sus precios de venta al mercado interno un dólar a 450 pesos (más del doble del valor del tipo de cambio oficial, que es por el que importan). Según el artículo, ese comportamiento se debía al plazo transcurrido (270 días) entre el momento en que solicitan la licencia hasta que obtienen la autorización para el embarque. Debido a ello las empresas trasladan a sus precios los valores de los mercados de futuro.

De este modo, la cobertura «por las dudas», con la aplicación arbitraria de la lógica del costo de reposición, colabora con la idea de obtener la máxima ganancia.

Es evidente que no existen razones objetivas para que los bienes que se venden ahora (cuya autorización del componente importado se solicitó 270 días atrás) coticen a un valor del dólar distinto al de pago en el mercado de cambios.

Otro medio de prensa, especializado en economía, le preguntó a consultores privados por qué no se verificó una baja de la inflación si la brecha cambiaria entre el dólar oficial y los financieros cayó en los últimos meses. El problema, se argumentó, es que el dólar oficial está atrasado y eso motiva la inflación por expectativas de una posible devaluación. Lo cierto es que esos temores no tienen sustento, ya que el tipo de cambio real multilateral mantiene su competitividad, incrementada desde septiembre pasado.

Mi explicación es que si la inflación sube con el aumento del dólar ilegal o el financiero, pero no cae cuando estos últimos lo hacen, la razón de fondo radica en la puja distributiva.

Resulta evidente entonces la intencionalidad política y el acto de irresponsabilidad de los sectores que tratan de instalar la idea de que hace falta una gran devaluación (a veces aluden al término «simplificación del esquema cambiario»), ya que impactaría negativamente en los ingresos reales de la población.

Hay que recordar lo ocurrido en 2016, apenas asumido el Gobierno macrista, cuando la devaluación se tradujo en una aguda recesión y en un fuerte salto de la inflación.

Hoy, ante un contexto de gran complejidad, las grandes definiciones de política económica no pueden quedar en manos de los mercados y de quienes prometen supuestas soluciones a través de un fuerte ajuste.


   

viernes, 18 de diciembre de 2015

El país de la ciclovía financiera… @dealgunamanera...

El país de la ciclovía financiera…


El salto devaluatorio fue el gran protagonista de estas jornadas. Pero detrás de esa gran noticia que les va cambiar la vida a los argentinos –a una gran mayoría, negativamente– pasaron desapercibidos otros anuncios, que hubieran merecido otra trascendencia o debate de no haber sido eclipsados por la novedad mayor. Estos son: la puesta en marcha de los mecanismos para volver al endeudamiento financiero y de corto plazo, la liberación de las tasas de interés en pesos y la del movimiento de entrada y salida de capitales financieros.

© Escrito por Raúl Dellatorre el vienes 18/12/2015 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Los anuncios que vino a dar “con alegría” el ministro Prat-Gay el miércoles incluían, entre otros, la eliminación, para los capitales provenientes del exterior, de la obligación de constituir un depósito no remunerado por un año de plazo, por un monto equivalente al 30 por ciento de los fondos ingresados al país. Además, se comunicó que todo nuevo ingreso de fondos del exterior podría volver a salir libremente por un monto equivalente, con un requisito de permanencia de sólo 120 días.

Estas medidas fueron presentadas como un aliento a la inversión extranjera. En su enunciado, Prat-Gay se refirió a dicha facultad como una facilidad para “empresarios que adelantarían el ingreso de fondos previstos para inversiones”. Ese flujo que se espera está inserto en la estimación de ingresos de dólares por 15 mil a 25 mil millones de dólares “en las próximas cuatro semanas”.

Pero esas facilidades a la entrada y salida de capitales puede generar un atractivo distinto para los inversores especulativos. Ello puede ocurrir una vez que se entienda que el dólar “libre unificado” haya alcanzado un valor estable, quizás más cercano a los 15 pesos, que deje conformes a los exportadores cerealeros, que seguirán siendo los grandes proveedores de divisas del mercado. En ese horizonte, un ingreso de capitales del exterior que se convierta en pesos a esa paridad, se coloque –supongamos, por seis meses– en un activo financiero local (bonos públicos o bancarios a plazo fijo) a tasas que superen el 40 por ciento anual, podrían retirarse al vencimiento, cambiándose al dólar a una partida bastante similar a la vigente al ingreso. o levemente superior. Ello le permitiría, a quien ingresó y retiró los fondos, obtener un rendimiento en dólares que, seguramente, sería la mitad o más de la ofrecida en pesos (del 20 al 30 por ciento anual). Esta operación es la que, en diferentes ciclos económicos, se conoció como “la bicicleta financiera”.

Este mecanismo suele ser muy eficiente como “financiamiento de corto plazo”, constituido por capitales golondrina (denominados así por sus prácticas migratorias) que suelen entrar masivamente para aprovechar la oportunidad de ganancias en dólares difíciles de encontrar en el resto del mundo. Pero también es probable –en la historia argentina es recurrente– que estos capitales huyan tan masivamente como ingresaron, en bandada, al avizorar alguna dificultad. Por ejemplo, frente a la perspectiva de un alza del tipo de cambio que le reduzca el rendimiento esperado en divisas al salir.

El predominio del capital financiero especulativo en el mundo se alimenta de este tipo de políticas a favor de la libre movilidad de los capitales. También, de la acumulación de deuda por parte de los países dependientes. Otro de los mecanismos de “capitalización” de las reservas dispuesto en los anuncios es el acuerdo con un grupo de bancos extranjeros para obtener un préstamo de 5000 millones de dólares que pagará una tasa del 7 por ciento. Lo más llamativo es que el Banco Central se comprometió a dar, en garantía, letras del Tesoro Nacional. Es decir, deuda del Ejecutivo nacional con el BCRA, que hasta ahora era una deuda intra-Estado, no exigible sino negociable entre organismos públicos, pero que ahora podría pasar a ser parte de un reclamo privado extranjero.

Curiosamente, se trata de tres mecanismos de captación de recursos que, como admitió el propio Prat-Gay, fueron “condición necesaria” para poder ir hacia la unificación y liberación cambiaria. Pero que introducen dos factores que, inevitablemente, están destinados a generar inestabilidad financiera y cambiaria: la vuelta al endeudamiento externo de corto plazo y la recreación de la bicicleta financiera.





domingo, 15 de noviembre de 2015

Encuestas... Debate... Minuto a Minuto... @dealgunamanera...

Minuto a minuto...

Construyendo el futuro. Dibujo: Pablo Temes

Actitudes polarizadas para una incertidumbre hasta el último voto. El dólar, centro de todo.

Al día de hoy, todas las encuestas auguran que la elección del domingo que viene la ganaría Mauricio Macri. Creer que eso significa que el resultado electoral está definido constituye un error grosero. Nada está definido aún. No son pocos los que decidirán su voto recién cuando estén en el cuarto oscuro frente a las dos boletas: la de Scioli y la de Macri.

El duro presente electoral de Daniel Scioli lo obliga a luchar todos los días contra un frente interno que lo castiga sin cesar. “Lo que nos están haciendo Cristina y La Cámpora no tiene nombre”, se sinceraba un alfil del candidato en los últimos días de la semana que pasó. El exabrupto de Axel Kicillof contra Sergio Massa y, por carácter transitivo, sus votantes, los nombramientos escandalosos en cargos públicos de militantes de La Cámpora, los dichos diarios de Aníbal Fernández y el comunicado del ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, responsabilizando a la gestión de Scioli por las inundaciones que están frenando la construcción de las vías del tren a Mar del Plata, fueron verdaderos mandobles que sacudieron la campaña del candidato del FpV, a los que hay que sumar las tomas de terrenos en Merlo y el problema que le genera la dura circunstancia de una situación económica complicada que se ha hecho ya indisimulable.

Por eso, Scioli se ha visto obligado a reconocer la existencia del cepo cambiario, de la inflación, del efecto nocivo que sobre los salarios tiene el mal llamado mínimo no imponible y sus escalas de aplicación, de lo negativas que para la producción agropecuaria resultan las retenciones, y un largo etcétera causado por el combo de desatinos producidos por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

Por el lado de Cambiemos se vive un momento de expectación. Sabedores de lo que señalan todas las encuestas, todavía no ganaron. “Esto es como un partido de fútbol: se define en el último segundo del último minuto”, señala una voz desde las entrañas del PRO. Por eso, Macri y su entorno bajan diariamente la consigna referente a la necesidad de no caer en actitudes triunfalistas. Uno de los temas sobre los cuales se insistirá mucho en esta semana final de la campaña es la correcta fiscalización del comicio y del escrutinio, sin cuya existencia no hay chance de victoria alguna.

De cara a un eventual gobierno, hay al interior de Cambiemos un intenso ir y venir sobre las medidas económicas a implementar inmediatamente después del 10-D. La expectativa existente en torno al levantamiento del cepo genera discusiones entre el candidato y sus principales espadas económicas. No todos comparten la idea de la metodología del shock. La devaluación por sí sola no soluciona los desbarajustes de la economía argentina. Ya se vio durante el ajuste cambiario que implementó Kicillof en enero de 2014.

Macri, por su parte, mantiene contactos frecuentes personales con Sergio Massa, transformado no sólo en un gran elector sino también en un guardián de la gobernabilidad. Ese es un rol de suma importancia que habrá de jugar en la gestión de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires y, por supuesto, la de Macri si es que gana la elección del próximo domingo. Lo que no está definido aún es qué tipo de acuerdo se buscará. “Lo que Mauricio debería buscar son acuerdos parlamentarios de tipo institucional. Si lo que persigue, en cambio, es atraer nombres para ocupar cargos, la cosa será más difícil”, señala un hombre de la cercanía de Massa.

Debe recordarse que en enero de 2014 devaluó axel Kicillof, pero fracasó.

En el medio de todo esto se ubica la Presidenta, cuyo norte político es claro: retener la mayor cuota posible de poder después del 10 de diciembre. La desesperación es tal que ya las formas no importan. Así, militantes de La Cámpora que van de aquí para allá con el objeto de llenar vacantes existentes en las distintas reparticiones del Estado, la creación de nuevas dependencias, nombramientos insólitos de nuevos embajadores y designaciones de fiscales y jueces representan el repertorio de medidas que la Presidenta está adoptando en estos últimos días de frenesí.

Estas actitudes de Fernández de Kirchner están causando un creciente malestar en distintos sectores del peronismo, que ven con un disgusto cada vez más difícil de ocultar esta presencia de La Cámpora que les es totalmente ajena. Hay voces que han decidido no callar más esta situación que se les hace insoportable: es el caso del gobernador reelecto de Salta, Juan Manuel Urtubey, cuyo disconformismo se ha escuchado sin eufemismos.   

Ante semejante panorama, el hecho más importante de esta pobre campaña electoral habrá de ocurrir hoy: será el debate que Macri y Scioli mantendrán esta noche en la Facultad de Derecho de la UBA. El hecho constituirá, además, un hito histórico no sólo por ser el primero que tendrá lugar en la Argentina sino porque, además, fijará un precedente del cual no se podrá retroceder.

Lo fundamental del debate no radica en quién lo gana. Al respecto, el primer debate presidencial de la historia –que tuvo lugar el 26 de septiembre de 1960 en los estudios de la CBS en Chicago y fue protagonizado por Kennedy y Nixon– marcó lo relativo de su incidencia en el resultado electoral, ya que para quienes lo vieron por televisión el ganador fue Kennedy, mientras que, para los que lo escucharon por radio, el vencedor fue Nixon.

La importancia del debate presidencial trasciende lo electoral porque cobra la dimensión de un acto de docencia cívica, en el que queda consagrada la diversidad de las ideas y las propuestas, representativas de la pluralidad que constituye la esencia de la convivencia democrática, atributo perdido durante los largos años del kirchnerismo en el poder que el país debe recuperar cuanto antes.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 15/11/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Lavagna acusó a Macri de ocultar su plan económico... @dealgunamanera...

Lavagna acusó a Macri de ocultar su plan económico...


El asesor económico de Sergio Massa aseguró que cuando el líder del PRO promete levantar el cepo cambiario "está diciendo una barbaridad técnica o está ocultando que el primer día de su gobierno piensa hacer una gran devaluación".

El ex ministro de Economía Roberto Lavagna criticó las propuestas económicas del frente Cambiemos y advirtió que Mauricio Macri, en caso de ser electo presidente, piensa devaluar.

“O está diciendo una barbaridad técnica o está ocultando que el primer día de su gobierno piensa hacer una gran devaluación o un gran endeudamiento”, dijo Lavagna sobre la propuesta de Cambiemos de levantar el llamado “cepo cambiario”, en una entrevista con MDZ Radio de Mendoza.

El asesor del candidato a la presidencia Sergio Massa aseguró que el próximo 25 de octubre la ciudadanía tiene “una tercera alternativa que plantea que al consumo hay que protegerlo”.

“Una economía en donde no hay consumo, no crece, y hace cuatro años que la economía argentina no crece”, apuntó Lavagna sobre la situación económica del país.

A su vez, indicó que el principal problema económico es la inflación. “Si uno tiene estancamiento con inflación, no se puede mirar a otro lado”, subrayó el ex funcionario.

En ese sentido, agregó: “Claramente debería ubicarse en un dígito, por debajo del 10 por ciento. Lo más cercano al 5 por ciento que es la tasa en cualquier país que está en vías de desarrollo. El mundo en desarrollo en promedio anda no más allá del 5 por ciento”.

Asimismo, Lavagna consideró que ninguna de estas problemáticas se resuelve con una medida aislada, como levantar el cepo o devaluar, sino con un conjunto de medidas, un programa institucional que busque coordinar la protección del consumo interno con la inversión a largo plazo del sector privado.

Además, el asesor del Frente Renovador advirtió hoy sobre la “fuerte escasez de reservas” que implica un “problema central para adelante”.

“Vivimos una fuerte escasez de divisas que hace que, incluso, medicamentos a veces tengan que ser comprados a Uruguay, además de restricciones en la industria y en el agro, que generan pérdidas de productividad y de producción”, alertó.

© Publicado el 19/09/2015 por adelanto24 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

sábado, 5 de abril de 2014

Devaluación, probar del mismo veneno... De Alguna Manera...


Cuando se acusaba a Massa por la devaluación que luego hizo el gobierno...


El spot de la agrupación cristinista Sumate al Futuro, de octubre de 2013, giraba en torno al intento de una joven estudiante de convencer a su abuelo de cambiar su voto, que en las primarias se había inclinado por el Frente Renovador. En el video, musical, la joven advertía que el massismo proponía "el tarifazo" y la "devaluación", algo que finalmente el Gobierno hizo efectivo.

Spot de propaganda gubernamental...

El ingenioso spot estaba inspirado en uno que ya había utilizado Barack Obama para atraer el voto latino en las últimas Presidenciales de USA. Se trata de una versión de la canción 'Mi niña bonita' el dúo venezolano Chino & Nacho.

Hablando de doble estándar. Corría octubre de 2013. El cristinismo ya había perdido las elecciones primarias de agosto en los principales centros urbanos. Perdió la 1ra vuelta de los comicios legislativos en Capital Federal, Santa Fe y Córdoba. Pero ninguna de esas derrotas le dolió tanto como la de la provincia de Buenos Aires, histórico bastión del peronismo.

Allí el Frente para la Victoria cayó ante el Frente Renovador de Sergio Massa y también lo iba a hacer en la elección general 2 meses después.

Los pronósticos para el candidato oficialista, Martín Insaurralde, no eran los mejores y desde el cristinismo intentaron conseguir uno mejor resultado dinamitando el prestigio del entonces intendente en ejercicio de Tigre.

Fue entonces cuando apareció un ingenioso spot, inspirado en uno que ya había utilizado Barack Obama para atraer el voto latino en las últimas Presidenciales de USA. Se trata de una versión de la canción 'Mi niña bonita' el dúo venezolano Chino & Nacho.

El spot de la agrupación Sumate al Futuro, cercano a los ultracristinistas de La Cámpora, giraba en torno al intento de una joven estudiante de ingeniería de la Universidad de Florencio Varela (inaugurada por Cristina Fernández) de convencer a su abuelo residente en el partido de San Martín (uno de los bastiones massistas) de cambiar su voto, que en las primarias se había inclinado por el Frente Renovador.

El argumento de la joven se sostenía en las alianzas de Massa y en poner en duda su gestión en Tigre, además de menospreciar la de la ANSES. El abuelo, en tanto defendía su elección con otros argumentos, algunos de ellos más que banales ("yo lo vi sonreír en televisión", cantaba).

En tren de mostrarle a su abuelo cuán nocivo era Massa, la joven advierte que los candidatos del FR eran "amigos de los tarifazos" y que si ganaban "no quedan más dudas, congelan los sueldo y luego devalúan". E insistió: "Devaluación".

Los giros de la política dejaron a los cristinista de Sumate al Futuro, como se dice vulgarmente, colgados del pincel.

El Gobierno Nacional acaba de anunciar una reducción de subsidios para los usuarios de los servicios de agua y gas que en los hechos funciona como una fuerte suba de tarifas que deberán afrontar los consumidores. Se anticipa que en breve que la misma suerte correrán los usuarios del servicio eléctrico, caso en el que el impacto en el bolsillo podría ser aún mayor.

Por otro lado, en enero último el Gobierno ejecutó la depreciación del peso, una devaluación, más pronunciada desde 2002: en cuestión de horas el dólar pasó de costar $6,80 a $8. Eso sin mencionar, que en el período de los últimos 12 meses (con el proceso electoral adentro) la apreciación del dólar alcanza el 60%, con su correlato en la inflación.

Pero, claro, eso era algo que el cristinismo no anticipó en campaña.

© Publicado el Viernes04/04/2014 por http://www.urgente24.com

 

domingo, 4 de noviembre de 2012

El 2002 aún no terminó… De Alguna Manera...


El 2002 aún no terminó…

Carlos Saúl y Cristina

Esta semana se cumplió un año del cepo cambiario. La historia dirá si ese día lo que realmente hizo el Gobierno fue decidir que al final de su mandato, o el día que se desactive el cepo, la Argentina vuelva a vivir otro sacudón económico de magnitud.


Pedro Guerra. El hombre blanco.

Cristina Kirchner actuó como Menem: no quiso cambiar a tiempo cuando Brasil torció su rumbo. En el caso de Menem fue en 1999, cuando Brasil devaluó fuertemente su moneda después de haber mantenido el valor de un dólar en alrededor de un real durante más de cuatro años. Que nuestro principal vecino comenzara a recorrer un camino diferente fue la última señal que faltaba en Argentina para decidir salir ordenadamente de la convertibilidad. Pero se decidió lo contrario: profundizar el modelo proponiendo como plan superador hasta la dolarización.

En el caso de Cristina Kirchner sucedió en octubre del año pasado, cuando nuevamente la economía Argentina llegó a un cruce de caminos y otra vez se tomó el opuesto a nuestro principal socio comercial. Ese mes Brasil había decidido dar por concluida casi una década de revalorizaciones de su moneda: excepto en 2009, la cotización del dólar en reales bajó año tras año durante todos los que el kirchnerismo lleva en el poder: pasó de costar 3 reales en 2003 hasta llegar a casi 1,50 en 2011, hasta que hace un año Brasil devaluó el treinta por ciento su moneda, llevando el dólar a los 2 reales actuales.

Para la Argentina fue una indicación más de que llegaba la hora de asumir el retraso cambiario que se venía acumulando desde hacía varios años por la creciente inflación. Y como la inflación era la causa del problema, había que implementar un plan antiinflacionario.

Es falso que se haya puesto un cepo al dólar, como sostiene el oficialismo, porque había que asegurar un balance comercial suficiente para pagar la deuda en dólares dado que la Argentina no puede acceder al crédito internacional. El superávit comercial se obtiene –es una obviedad– con un tipo de cambio competitivo.
Se instauró un control de cambio y no se quiso devaluar el peso frente al dólar porque el Gobierno no quiere resolver el problema de la inflación.

Para que una devaluación no se traslade a la inflación es necesario compensarla con medidas antiinflacionarias que inicialmente enfrían la economía, lo que le ha venido pasando a Brasil en 2012. Lo clásico es a través de una reducción del gasto público.

El Gobierno argumenta que no quiso enfriar la economía porque su premisa principal es combatir el desempleo, pero finalmente terminó enfriándola igual y más que en ningún otro país sudamericano. Otro ejemplo de la homeostasis de la economía es que con el control de cambio se frenó la fuga de capitales, o sea su salida del país, pero también se frenó la entrada de capitales. ¿Qué empresa haría nuevas inversiones si le avisan que, de tener ganancias, no podría retirarlas ni acumularlas en una moneda que le garantice su valor?

El Estado viene sustituyendo la caída de la inversión privada con inversión pública. Pero un día descubrirá que finalmente termina siendo el único capitalista. Y el día que el Estado sea el único capitalista, quebrará.

Cuando se quiera salir del cepo se correrá el riesgo de que el “efecto escasez” aumente la devaluación necesaria para satisfacer la demanda de dólares por arriba de lo que habría sido necesario para recuperar el atraso cambiario. Si hoy se diera por concluido el control de cambio al dólar, podría haber una avalancha de compradores que impulse su cotización por arriba del dólar blue. No pueden salir del cepo, y por eso cada vez tuvieron que endurecerlo más. Como con la convertibilidad, fue fácil entrar pero es difícil salir.

¿Aprendieron los políticos la lección de la crisis de 2001? ¿No es el endeudamiento creciente de los años 90 para financiar los déficits algo parecido a una inflación creciente también para financiar el gasto público? ¿No se trata del mismo modelo: sentarse sobre la olla a presión para que aguante, hasta el día que no aguante más?

Resulta difícil para un extranjero comprender que un país que tiene una de las mayores cantidades de recursos naturales y de territorio por habitante del mundo se haya empobrecido continuamente desde 1930. Parte de la explicación podría estar en su propia riqueza, la llamada “enfermedad holandesa”, que explica que cuando se tiene una bonanza sin mucho esfuerzo la tendencia al gasto lleva al error. Es probable que la Argentina haya acumulado tantas malas políticas económicas durante décadas precisamente porque sus recursos naturales siempre le permitieron sobrevivirlas. Desde esa perspectiva, la supersoja de los últimos años sustenta ideas económicas sólo posibles para ciclos de crecimiento, pero que más tarde o más temprano se harán insostenibles. Como, por ejemplo, devaluar diez por ciento menos que la inflación de manera repetitiva durante varios años.

En octubre del año pasado, Cristina Kirchner estaba en su mejor momento. Acababa de ganar las elecciones por un amplio margen, hablaba de sintonía fina y lo esperable era que aprovechara ese capital de imagen para soportar la pérdida de popularidad que implicaban los costos políticos de corregir las deficiencias de su modelo. Se especulaba con el ejemplo de Perón, quien en su segunda presidencia en 1952 puso en práctica medidas económicas más equilibradas.

De hecho, tras las elecciones de octubre pasado hubo señales de que iban en esa dirección cuando comenzaron a bajarse los subsidios. Pero, tras breves titubeos, rápidamente se arrepintieron.

Que el Gobierno elija convivir con los riesgos de una alta inflación tiene una explicación más política que económica y se puede sintetizar en la frase “inflación de poder”, que desarrollaré en la columna de mañana.

© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 2 de Noviembre de 2012.