Las jugueterías apuestan al efecto "Peter Pan"
para recuperar las ventas…
Focalizan sus productos en la primera infancia, ante la
llegada de los nuevos dispositivos techie.
Cuando
el barrido tecnológico recaló en el mercado del juguete, los players de la
industria bien podrían haber recurrido a El arte de la guerra, de Sun Tzu, para
sopesar su decisión de negocio: combatir abiertamente frente a la competencia
avasallante de tablets y celulares al acecho de su grupo etario más crecido o
bien recalcular estrategia y volver a las bases con su cliente estrella, los
más chicos.
En
un sector que fundamenta el 70% de su facturación anual en torno al Día del
Niño y las fiestas de fin de año, Papá Noel y los Reyes contribuyeron a cerrar
con alegría un año para el olvido. Juguetería y librerías acompañó la tendencia
minorista general, con una caída interanual del 6,9% en unidades vendidas en
2014, según CAME.
Sin
embargo, la tendencia histórica es positiva: según un estudio de Euromonitor
International, en el período 2008-13 las ventas al consumidor final crecieron
un 93% en pesos hasta los $ 3700 millones, aunque si se descuenta la inflación
oficial para el período, la expansión se atenúa al 36% y se reducen aún más si
se toma el índice Congreso.
Las
jugueterías argentinas se reencontraron con parte de la rentabilidad extraviada
por la tecnología gracias a un viaje a la primerísima infancia. Desde
cochecitos de bebé hasta chupetes avalados por odontólogos, literatura infantil
a Mozart para bebés, la juguetería nacional redefine su oferta. Pero, ¿hay que
tirar la toalla con los más grandes o son recuperables?
"A
los mayores de nueve años ya no hay forma de retenerlos a menos que les vendas
lo que quieren. Y la realidad es que el mix de tecnología con juguete es caro,
mientras que los juegos en el Apple Store son gratuitos", opina Daniel
Dimare, dueño de Juguetes Rasti, que "inyectó" en el mercado 125
millones de bloquecitos en 2014.
"El
ticket promedio para fin de año fue de entre $ 300 y $ 350, y con esa plata es
muy poco lo que se puede comprar con tecnología. Las jugueterías van a seguir
estando, quizá con un rediseño de productos. Pero ya no hay forma de salir a
competir con productos para un chico de diez", agrega.
El
mercado nacional no es maduro para la introducción -vía importaciones- del
juguete tecnológico. "No es lo mismo traer un producto que rote mucho que
uno con tecnología que sale entre $ 2000 y $ 3000 y no se mueve. Además, el
padre no va a buscar ese producto en una juguetería", dijo Dimare.
"Eso
no significa que el niño deje de jugar. Seguirán realizando actividades al aire
libre con todo lo que ello implica: pelotas, kit de buceo, pistolas de agua.
Las chicas, a su vez, con la moda y el maquillaje", afirma una directiva
de marketing de una de las principales cadenas de jugueterías. "El mercado
sigue existiendo, aunque es cierto que deberemos encontrarle otra vuelta. Hay
juguetes que asemejan la tecnología y están dentro de la juguetería. Tenemos
tablets de 200 a 400 pesos. Y se venden. Pero no compito con Garbarino, como
tampoco con los locales de la calle Talcahuano cuando vendo una guitarra. Vendo
juguetes", dice.
Pero
por más inmerso que esté un chico en su arsenal tecnológico, un padre criado a
pura pelota en la vereda y con rústicos juguetes de encastre siempre mirará los
excesos virtuales con recelo. En la búsqueda de una estimulación y un
acercamiento al mundo "real", será acaso el adulto el responsable de
lo que Dimare señala como una "contratendencia" global.
Según
Euromonitor, los juegos de construcción fueron el segundo rubro que más creció
en ventas en el país: un 150% su facturación para el período 2008-13. Si se
consideran las previsiones mundiales del estudio, ése será el tipo de juguete
con mayor alza hacia 2018.
Federico
Iñiguez, director de la carrera de Comercialización en la UADE, recurre a Lego
para ilustrar los desafíos del sector. "Hace unos años, al borde de la
quiebra, cambiaron el foco del negocio y combinaron juguete físico con juguete
virtual.
Crearon
aplicaciones, películas y juegos consolas para recapturar a tiempo lo que
hubiera sido una generación perdida. El juguete físico llega hoy hasta los
siete años y el adolescente es una raza en extinción. Pero si es atrapado,
volverá por el juguete físico con un mayor poder de compra."