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sábado, 10 de septiembre de 2011

Almirante Brown 2 vs. Huracán 1... De Alguna Manera...

Por agua sí... Por Aire no...

Almirante se acerca a la punta pinchando Globos. En Casanova, donde ganó sus tres juegos, La Fragata derrotó en la hora a un Huracán que se cae a pedazos…

Se trata de avanzar. De no perderle pisada, en un larguísimo torneo, al tridente de líderes conformado hasta el arranque de la 5° fecha por River, Gimnasia de Jujuy y Central. Y vale todo para llegar a la cima. Aire, tierra, agua…

Se lo tomó en serio Almirante Brown, La Fragata, como se lo conoce en el inexpugnable Isidro Casanova. El Mirasol de Blas Armando Giunta había conseguido los seis puntos que había puesto en juego en su casa (2-0 vs. Independiente Rivadavia y 1-0 vs. Deportivo Merlo). Pero se venía Huracán, más temible por nombre que por presente. Aunque no había desentonado fuera del Ducó: pasó de un 0-2 en Córdoba ante Instituto a un 3-1 en Madryn contra Brown.

El ida y vuelta se garantizó aunque con muy pocas cuotas de fútbol. El primer tiempo fue para los debutantes. En el primer ataque de la mañanita, Diego Cisterna, recién llegado a Almirante en este temporada después de un largo periplo por el Ascenso que comenzó en Comunicaciones, aprovechó a los 7’ un buen centro desde la derecha, y una salida en falso del arquero Calviño, a quien dejó en el camino antes de definir. Un robo de Trapito Vega, minutos después, que no logró ser aprovechado por Chavarri terminó de desnudar los problemas del fondo del 11 de Juan Amador Sánchez. Otro que sigue en problemas con los escasos cuatro puntos acumulados.

Sin embargo, en el peor momento Quemero, otro que hacía su presentación tras jugar el Mundial de Colombia con la Selección Argentina Sub 20, se presentó en la red con un golazo: Rodrigo Battaglia clavó un balinazo desde 30 metros que Losa jamás pudo ni siquiera rasguñar.

Más allá del cabezazo en el techo del travesaño con el que García pudo irse al entretiempo con ventaja para Brown, el partido se acható lo suficiente como para creer que el 1-1, lejos de conformarlos, al menos los llenaba un poquito.

Para el Globo, Milano no aprovechó su segundo de gloria luego de un centro atrás de Villegas. Después, Centurión, de frente al arco, le dio mordido cuando podía ser el 2-1 para Almirante. Era punto nomás. Hasta que Huracán recuperó la peor versión de su memoria: hace una semana, Boca Unidos –vía Visconti- le igualaba en Patricios en el minuto 84. Ahora fue peor: Cristian Gutiérrez, Cañoncito, canterano del Mirasol, sorprendió a Calviño a los 89’ con fierrazo frontal tras una buena triangulación ofensiva…

La Fragata se prendió, no hizo olas. El Globo pierde por todos lados. Si de seguir a los líderes se trata, por agua sí, por aire, no…

© Publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 10 de Septiembre de 2011.


Triste final...

Luego de la derrota ante Almirante Brown el director técnico de Huracán, Juan Amador Sánchez, demostrando su amor real hacia el club presentó la renuncia. Me da mucha lastima, quería otra cosa para el. Pero la situación, luego del segundo gol de ellos, no tuvo retorno. No le pudo encontrar la mano a un equipo que (principalmente en defensa) siempre pareció amateur. Y la historia de Huracán no soporta una mala campaña en esta divisional que no nos corresponde. Le mando un abrazo enorme (no lo conozco personalmente) y lo invito al Ducò a ver a su Globo cuando quiera. Junto con su hijo Alan son Quemeros como nosotros y este mal paso no va a cambiar nada el cariño de la gente que lo vio jugar. Un capo, Amador.

Lo que viene es… a esta hora no se lo que viene.

Se habla de don Ángel. Se habla del Turco. También de Cagna y Diego Cocca.

El tema es muy fuerte como para poder hacer un análisis sin saber lo que tienen en la cabeza nuestros dirigentes. Es un momento clave y no me atrevo a meterme a opinar para no meter la pata. Solo espero que el Barba los ilumine y que logren la mejor solución para el Globo.

No hay mucho más que agregar a este momento triste, Quemeros. Solo hay que esperar que las cosas pasen y que se encarrilen. Nosotros debemos tragar saliva y seguir apoyando, es nuestro deber de Quemeros.

¡Saludos Quemeros!

© Escrito por Carlos Biondi y publicado por Patri Quemera.







Almirante Brown.

Transcurrían los primeros días de 1922 y en San Justo un grupo de jóvenes se movilizaba para hacer realidad el sueño que tenían en común: la fundación de un club. Los días comenzaron a correr y las reuniones se hicieron más frecuentes. Hasta que una tarde, en casa de la familia Deverech, ubicada en la calle Buenos Aires 532 (actual Dr. Ignacio Arieta) todos se pusieron de acuerdo y decidieron materializar su anhelo de crear una institución en la que se pudiese “practicar el deporte en sus más altos objetivos”.

De ese encuentro no sólo se logró el respaldo esperado sino que, además, se consiguieron muchos elementos que sirvieron para poner en funcionamiento al Centro Atlético y Recreativo Almirante Brown, cuya fundación definitiva se llevó a cabo el 17 de enero de 1922 en la casa de Don Segundo Boragno.

Como agradecimiento al importante aporte que hicieron los dirigentes de su antecesor, el nuevo club adoptó parte del nombre y los colores (el negro y amarillo). Dos días después de oficializarse su creación se designó por aclamación la primera comisión directiva que quedó presidida por el señor Segundo Boragno, quien de este modo se transformó el primer titular de nuestra querida institución. El 29 de julio de 1967 y a través de una reforma del estatuto se estableció el cambio de nombre del club que pasó a ser Club Almirante Brown.

Los colores negro y amarillo fueron una herencia de la vieja institución por lo que dar con el significado exacto de porque el viejo Atletic Club Almirante Brown había decidido utilizarlos es inverosímil. Las dos hipótesis existentes al respecto dicen que:

1) Originalmente el color de la camiseta era el blanco pero que una oportunidad necesitaron comprar un juego completo y el único que consiguieron fue el de Peñarol de Montevideo, por lo que de ahí en más mantuvieron ese diseño.

2) En ese entonces la entidad tenían un campo de deportes cerca de las vías del ferrocarril, a pasos del cementerio de San Justo, y alguien habría sugerido los colores de las barreras.

En 1956, y con Don Luís Mendoza en la presidencia del club, se decide volver a participar en los torneos de Tercera División de Ascenso de AFA. Una vez cumplimentados los trámites de la afiliación, el segundo paso que dio la comisión directiva fue procurar los terrenos para la construcción de la cancha, requisito indispensable para competir en el fútbol oficial, donde haría de local.

La firma Rossi Hnos, cedió de manera gratuita los terrenos ubicados entre las calles Matehu y Almafuerte y en un mes, ya que el certamen comenzaba el 26 de mayo de 1956, con el esfuerzo de simpatizantes y asociados, y haciendo malabares con los escasos recursos económicos con los que contaba el club, se acondicionó el campo de juego, se colocó un alambrado olímpico de tres metros de altura, se construyeron los vestuarios y la casa de los cancheros.

De este modo, el 20 de junio Almirante inauguró su En su primer año de competencia oficial se consagró campeón de Tercera División de Ascenso (hoy Primera “D”) y subió a la Segunda División de Ascenso (Primera “C”). Después de un nueve años en esa categoría la entidad abandonó la “C” ya que ganó el título venciendo a Porteño por 2-0 y obtuvo el pasaje.

La Primera “B” que, por mucho tiempo fue la segunda categoría -detrás de la Primera División- del fútbol argentino. En 1986 se produce una reestructuración de los torneos y la AFA incluye una nueva categoría: Nacional “B”. Almirante se quedó un año más en la “B” hasta 1986-1987 cuando asciende al Nacional “B” al superar en la final del Reducido a Villa Dálmine. La vez que más cerca estuvo de subir a Primera División fue al cierre de la temporada 1991-1992 cuando perdió su chance ante San Martín de Tucumán en la serie decisiva (cayó 1-0 de visitante y empató 1-1 en Casanova).

© http://www.ascensoya.com