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domingo, 11 de mayo de 2014

El "Caño" te hace mal, sabelo... De Alguna Manera...


La marihuana no es “cool”, causa psicosis...


No existe la clasificación de drogas “blandas” y “duras”, son todas drogas y causan complicaciones que pueden ser muy severas. Y, la marihuana no es la excepción.

Estoy en total desacuerdo con la forma en que algunas personalidades públicas defienden su consumo. Expresan una forma de reivindicación y hasta pareciera en ciertas oportunidades que “santifican” su consumo. Claramente no es un mensaje positivo para millones de jóvenes y adolescentes.

Considero que nuestro país no está en condiciones de legalizar su consumo, ya que estamos viviendo un grave problema con el narcotráfico que afecta de manera contundente a nuestra sociedad en los ámbitos de la salud, educación y seguridad.

Justificar que el alcohol y el cigarrillo son nocivos, no invalida el argumento que la marihuana también hace mal. Atacar un concepto negativo con otro negativo es una opción, pero claramente no soluciona el problema. El Cannabis, el alcohol y el cigarrillo son todos considerados “puertas de entrada” al uso, abuso y dependencia de otras sustancias.

Un concepto que a veces no es tenido en cuenta, y hasta despreciado por algunas personas que consumen marihuana de manera frecuente, es que varios no fuman solamente Cannabis. Sino que abusan de cocaína, alcohol, MDMA (3,4-metilendioximetanfetamina, llamada “éxtasis”) o heroína.

Algunos consideran que es una forma de ser más creativos como una herramienta para expandir la conciencia y otros la consumen para relajarse. Vivimos en tiempos tan agitados e intensos, que algunas personas en lugar de resolver sus problemas acuden al Cannabis, alcohol o al cigarrillo, mientras que otras prefieren tomar una benzodiacepina (alprazolam o clonazepam) para lograr un “escapismo farmacológico”.

Es posible desarrollar una adicción a los componentes del Cannabis como el tetrahidrocannabinol (THC). La gente que tiene una adicción a esta sustancia, por lo general usa la droga todos los días. Sienten la necesidad de usarla regularmente, en busca de placer y relajación.

Algunos jóvenes adultos fuman cigarrillos al lado de sus bebés, y al poco tiempo, sus hijos tienen problemas respiratorios como asma. El motivo es obvio, el tabaco. Ahora hay otros que fuman marihuana al lado del cochecito, y no saben qué efecto va a tener en sus hijos que son “fumadores pasivos”.

Los síntomas del uso y la dependencia pueden incluir: aumento en la percepción visual, auditiva y gustativa, mala memoria, aumento de la presión arterial (hipertensión arterial) y el ritmo cardíaco (taquicardia), ojos rojos, disminución de la coordinación, dificultad para concentrarse, aumento del apetito, pensamiento paranoide y enlentecimiento en las reacciones.

El uso de la marihuana se ha asociado a la presentación de la esquizofrenia a una edad más temprana. También es fundamental comentar que hay suficiente evidencia para advertir a los jóvenes que se drogan con esta droga que tienen mayor riesgo de desarrollar una enfermedad psicótica más adelante en su vida.

Se ha demostrado que las personas que consumen diariamente esta droga y que a su vez, tienen una mutación (alteración) en el gen AKT1 tiene 7 veces más riesgo de desarrollar psicosis.

Algunas personas se enojan cuando comunicamos un mensaje negativo sobre el consumo, y estamos en contra de la legalización de la marihuana. Pero, es importante remarcar que como cualquier otra droga puede causar efectos adversos severos.

Estoy convencido que muchos jóvenes deben saber que no es “cool” (canchero) fumar marihuana, porque entre varios efectos nocivos, puede causar una enfermedad psiquiátrica tan grave como es la psicosis.

El miércoles en la audencia general, el Papa Franciso, fue muy claro: “Hay que decir no a cualquier tipo de droga”.

© Escrito por Jorge Dotto, Médico, http://about.me/jorgedotto, el Domingo 11/05/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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domingo, 14 de octubre de 2012

Entre placeres y pudores… De Alguna Manera...

“Punto G” masculino: cómo estimular la zona prohibida…

“Punto G” masculino

“Es el edén de los más atrevidos”, dice la columnista. Por su ubicación, muchos hombres se resisten a descubrirlo. ¿Realmente es poco masculino? Tips para animarse.

“Hombres eran los de antes”, dicen nuestros padres y abuelos cuando surge algo nuevo. Es que el varón está empezando a aceptar juegos que no condicen con la masculinidad de antaño.

Un ejemplo es el descubrimiento del “punto G” masculino. Es la zona de erotismo superior en lo que se refiere al orgasmo propiamente dicho. Su simple fricción lleva al varón a un éxtasis casi imposible de expresar.

¿No es "de machos"?

Muchos hombres aún se resisten a la idea de descubrir esa almendrita maravillosa. Temen que la exploración los lleve a la curiosidad de desviar su sexualidad. Es un mito, una falsa creencia popular.

Tal vez cuando empiezan a comprender que no son homosexuales por explorar la zona anal, que la homosexualidad tiene otras características, entonces se lamenten el tiempo perdido.

Cómo se estimula

Muchas mujeres dudan cómo acercarse a este punto. Están entre la contradicción que ejerce el hombre negador y la falta de lubricación que dificulta la tarea.

Si querés intentar, seguí estos pasos:

Lubricá. Tanto hombres como mujeres tenemos la necesidad de relajar el esfínter anal para favorecer la penetración. Hay que lubricar bien con un masaje, lo que también arrima a una sensación de mucho placer.

Acariciá. De a poco, tocá la zona sobre la pared posterior (si el varón se encuentra boca arriba con las piernas abiertas). No es necesario que la caricia sea muy profunda.

Buscá el “punto G”. Muy cerca de la entrada podrás encontrar una especie de almendra pequeña. Al frotarla despacio irá dilatándose.

Mirá cómo disfruta. La fricción suave lleva al varón a un orgasmo casi inigualable.

Consejos para animarse

Es interesante la experiencia por el tipo de sensaciones que el varón experimenta.

A los más temerosos hay que sacarles de la cabeza que esta situación los llevará a cambiar su elección sexual. No es así. El varón que está bien definido puede gozar de este tipo de estímulos sin temer por su definición.

Pero no podemos juzgar a esos varones que sienten temor. Siempre debemos respetar al otro en sus decisiones sexuales. De nada sirve forzar una situación ya que la psiquis es sabia y el disfrute está condicionado a la aceptación.

La mujer es hábil y siempre encuentra, por medio de la educación, la manera de mejorar el éxtasis de su pareja. Sin la necesidad de exigir, es posible (de a poco) ir estimulando este punto maravilloso que es el edén de los más atrevidos.

© Escrito por la Licenciada Sandra Lustgarten, psicóloga y sexóloga y publicado por entremujeres.com el domingo 14 de Octubre de 2012.




Localización de la próstata


            
¿Dónde está la Próstata?

La próstata es un órgano glandular, de tamaño similar al de una nuez, que se encuentra debajo de la vejiga y delante del recto. Engloba en su interior los conductos eyaculadores y es atravesada por la uretra prostática.

Está compuesta por folículos glandulares entremezclados con fibras musculares lisas. En ella se produce el 40% del líquido seminal que drena por una decena de conductillos que se abren en la uretra prostática. La función de la próstata es producir y segregar un líquido por el cual salen los espermatozoides.

Tiene terminaciones nerviosas que si se estimulan con una suave caricia, puede provocar una erección. Esto no significa que el hombre esté sexualmente excitado, porque es una reacción refleja medular sin contenido erótico.

Habrán oído muchas veces que cuando el proctólogo realiza un examen rectal y palpa la próstata con el dedo, se producen eyaculaciones espontáneas. Eso es un acto médico, pero es una estimulación directa del punto G masculino y a los hombres les produce mucha vergüenza, pero es absolutamente normal.

Estimulación del perineo

       

¿Dónde está en Punto G Masculino?

El punto G de los hombres está a unos 5 cm del ano rodeando la próstata. La vejiga esta delante del ano y detrás de los testículos. Podría ser estimulado a través de un masaje prostático, por vía anal, o a través de la presión sobre el perineo.

Es mucho más usada la estimulación por vía del perineo, ya que la mayoría de los hombres rechaza la estimulación vía anal, ya sea por tabúes o prejuicios que pongan en duda su masculinidad. Dicha zona es rica en terminaciones nerviosas y muy sensibles al tacto y la estimulación de la próstata puede producir la eyaculación y el orgasmo masculino.

La forma de estimular el punto G masculino externamente, es presionando o masajeando la zona del periné, esta es la zona que va desde el ano hasta los testículos. Sin embargo, el hombre no puede estimularse a si mismo tan fácilmente, ya que el punto en referencia está dentro del recto, aunque puede intentarlo o solicitar la colaboración de la pareja.

Si quiere tratar, podrá sentir la forma de nuez que tiene la próstata. Se introduce con toda suavidad y delicadeza un dedo por el ano y lo guía a través de la pared frontal de su recto, aproximadamente 5 centímetros, y presiona hacia delante (hacia su pene) hasta notar pequeño abultamiento a esa altura, donde podrá sentir el punto G.

La posición que facilita dicha labor es estando acostado boca arriba, con las rodillas contra el pecho, acción que para muchos varones será más excitante, si es realizada por la pareja. Quien intente la exploración y brindará un masaje suave y pausado, hasta que él llegue al orgasmo, el cual será mucho más intenso que uno normal, con una eyaculación continuada con el sexo anal.

Aunque son muchos los "machos" que no quieren descubrir este punto por miedo, la verdad es que quienes lo han probado no dudan en repetir la experiencia. Aun hay varones que sienten que pierden algo de su masculinidad si alguien, o ellos mismos, tocan el área anal y sienten placer, o bien rehúyen practicarlo por higiene, cuando en realidad si se tienen ciertos cuidados no hay riesgos.

No obstante, le sugerimos que permita que su pareja le ayude a descubrir un nuevo punto de placer y tenga en cuenta los siguientes consejos:

Para evitar molestias o heridas, las uñas de la pareja deben estar bien recortadas.
Lubrique el dedo que va a introducir con lubricante.

Deje que su contraparte introduzca la punta del dedo más o menos 5 centímetros, dentro del conducto anal, y toque suavemente la parte externa del ano con la punta del dedo, haciendo círculos.
 
Debe usar guantes de látex o un preservativo para proteger el dedo.

Por lo tanto, el punto G masculino no es un mito ya sabemos cuál es, donde encontrarlo y como estimularlo. La clave es masajear suavemente y acariciar, porque produce una mayor excitación, orgasmos más intensos y una eyaculación más potente. De allí en adelante todo se vale.

© Publicado por http://www.fertilab.net/ginecopedia/sexualidad