Todos contra todos...
La política ignora problemas de la mayoría y se hunde en las luchas de poder internas.
© Escrito por Nelson Castro el sábado 25/02/2022 y publicado por el Diario
Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.
Ya no es una humorada ni mucho
menos una metáfora. Las peleas, tironeos y acusaciones tanto dentro de la
coalición gobernante como de la oposición son –tristemente– el hecho más
destacado de la semana. Una vez más, los intereses políticos estuvieron por
encima de todo y de todos. Ciudadanos que ya no soportan la inflación, la inseguridad, el empleo precario y, sobre
todo, la falta de rumbo y previsibilidad.
El inicio del ciclo lectivo sumó un nuevo frente de angustia para los
padres de los millones de alumnos que han comenzado las clases como pudieron y
con lo que pudieron. Equipar a un alumno de nivel primario para que pueda
desempeñarse en la escuela con los útiles correspondientes –sin contar la
vestimenta– significa para una familia una erogación que supera cómodamente los
$ 50 mil. Ya nadie se sorprende de la gama de disparates entre precios
de un mismo segmento. Por citar un ejemplo, una cartuchera puede costar desde $
1.500 hasta los $ 19 mil. La Argentina es inviable para una porción cada vez
más grande de sus habitantes.
Sin embargo, la agenda política les da vuelta la cara a los problemas que
aquejan a la mayoría y se sumerge egoístamente y de manera obscena en las
luchas de poder internas y los problemas de cartel. Veamos pues algunos de los
pasos de comedia de este show electoralista vergonzante.
La primera luz amarilla para
el Frente de Todos contra Todos fue la fractura de su bloque en el Senado. Fueron cuatro
legisladores del PJ que integraban el Frente de Todos más la cordobesa
Alejandra Vigo, que responde a Juan Schiaretti.
Guillermo Snopek, jujeño y del PJ, salió a hablar pestes de Alberto Fernández prácticamente haciéndolo
responsable de su decisión. Por las dudas –para no ofuscar a la jefa– habló con
la vice en funciones y hasta le escribió una carta que hizo pública. Carlos
Camau Espínola, peronista de la provincia de Corrientes en 2014, había sido
secretario de Deportes de Cristina. Esta vez, arremetió contra ella y aseguró
que no está proscripta y que puede presentarse a las elecciones, sumándose al
elenco de Aníbal Fernández que, apenas unas horas antes, había dicho lo mismo
para sacar de quicio a los K más rancios. La cordobesa Alejandra Vigo es la
esposa del gobernador Schiaretti, lo que despertó suspicacias sobre los
intereses del gobernador en que la fractura efectivamente se produjera. Edgardo
Kueider es un hombre cercano al gobernador entrerriano Gustavo Bordet, y la
puntana Eugenia Catalfamo responde al gobernador Alberto Rodríguez Saá. Más
allá del paisaje variopinto, Cristina Kirchner tendrá mayores dificultades para
conseguir el quórum de 37 senadores nacionales.
El lanzamiento de la precandidatura a presidente de Horacio Rodríguez
Larreta desató un terremoto dentro de No tan Juntos por el
Cambio. No fue el qué sino el cómo. El alcalde porteño utilizó una catarata de
metáforas audiovisuales para promover la unidad de los argentinos y el tan
mentado final de la grieta. Luego de varios cruces por tuit con Patricia Bullrich, que salió a fustigarlo y a advertirle
que no se puede dialogar con gente como CFK, Baradel o Hugo Moyano, redobló su
postura. Parecería haber un problema de base en la concepción de “grieta” que
se desprende de las reflexiones de algunos dirigentes.
La grieta no es solo política, la grieta va más allá de los nombres, es un problema
cultural y moral que dividió nuevamente a los argentinos. Hay en la entrelínea
del discurso de HRL una idea que saca de sus cabales a Patricia Bullrich y al
propio Mauricio Macri. La política de conciliación implica levantar la veda
sobre ciertos personajes cuyos nombres no son compartidos ni aceptados puertas
adentro del PRO. “Horacio con mucha sutileza en su mensaje está avisando que
está dispuesto a sentarse con todos o casi todos en su idea de construcción
política y eso para muchos es inaceptable”, asegura una fuente del PRO que
tiene diálogo con halcones y palomas. Es correcto pensar que no se puede
sostener un país dividido.
Pero ¿fué acertado el enfoque unidireccional y casi monotemático utilizado por
el jefe de Gobierno? No hubo propuestas ni empatía con los padeceres de
millones de argentinos. No tuvo determinación ni intención de abordar los temas
más calientes de la coyuntura. Sabor a poco para todos los votantes que
necesitan que la dirigencia les quite un pie de encima y los ayude a solucionar
los problemas del día a día.
En paralelo y con la frialdad de cálculo que lo caracteriza, el
expresidente Macri se mostró con María Eugenia Vidal, que intenta
recuperar terreno en la interna. El ingeniero alienta la competencia y sigue
sin dar señales concretas sobre su futuro. Es el juego que mejor maneja
mientras todos, aunque lo nieguen en público, esperan su guiño para definir la
pulseada alimentando su poder interno y su capacidad de negociación con el
futuro presidente, sea cual fuere el candidato.
Todo esto ocurre con el
descalabro de la economía como telón de fondo. El superministro Sergio Massa no
logró sostener los compromisos que asumió la Casa Rosada con el FMI sobre los dólares y la acumulación de reservas
que, según reconocieron en el propio Banco Central, apenas alcanzan los US$
4.000 millones. La meta para marzo es incumplible y, curiosamente, la sequía
que actuaba como verdugo podría convertirse en el nuevo salvador si se logra
activar una especie de cláusula de contingencia prevista para estos casos. En
el massismo vuelven a prenderle velas a Kristalina Georgieva, los tiempos se
acortan y los números no cierran para esta Argentina del disparate donde los
candidatos creen ser más importantes que la propia gente.
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