Quién
mató a Kennedy…
Apunten. Dos agentes de policía
apuntan, el sábado, contra Darrius Kennedy en pleno centro de Nueva York. Foto:
A.P.
¿Por qué no soltó ese
cuchillo el difunto Darrius Kennedy? No lo soltó porque los dos policías que lo
interceptaron en la Séptima Avenida fracasaron en su persuasión, fallaron en el
convencimiento. Le dijeron perentorios que tirara el cuchillo que empuñaba, y
Darrius Kennedy no lo tiró. ¿Habrá influido en su tan desdichada renuencia el
hecho de que según se informa sufría trastornos mentales? Porque no se mostró
razonable a la hora de tirar el cuchillo. Pero en caso de ser razonable, no lo
habría tampoco agarrado.
¿Por qué no empezó a
estornudar el difunto Darrius Kennedy, hasta que las sacudidas le hicieran caer
el cuchillo? Los policías le arrojaron seis dosis de gas pimienta. ¿Y Darrius?
Darrius, pobre, ni una tos, ni un solo estornudo siquiera. Lo condenó su
entereza. Porque los agentes del orden deberían haber pasado, de acuerdo con el
protocolo, a aplicarle descargas eléctricas. Pero quiso la mala suerte que no
llevaran consigo sus instrumentos de tortura.
¿Entonces, qué? Entonces
descerrajaron doce balazos sobre Darrius Kennedy. Cinco de esos doce balazos
pegaron no se sabe dónde. Los siete restantes, sí: pegaron en Darrius Kennedy.
Cuatro le dieron acá o allá. Tres en el pecho. Los del pecho lo mataron.
Acribillado por dos agentes de la ley, suponemos que en sus cabales, por tener
en la mano un cuchillo y no estar en sus cabales.
Hace días, como es
sabido, un tipo disparó a mansalva en un cine de Colorado. Después hubo otro
que abrió fuego en un templo de Wisconsin. En un campus universitario de Texas
se balearon hace poco. ¿De qué lado corresponde poner a los dos policías que
mataron a Kennedy? ¿La otra cara de la misma moneda? ¿O la misma cara de otra
moneda?
©
Escrito por Martín Kohan y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires el viernes 17 de Agosto de 2012.
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