domingo, 16 de mayo de 2010

Huracán 1 vs. Argentinos Juniors 2... De Alguna Manera...

Argentinos se coronó campeón y explotó en un festejo...


Derrotó por 2-1 a Huracán en el Ducó con goles de Mercier y Coria, y obtuvo el título después de 25 años. La gente del Bicho deliró en Parque de los Patricios y en La Paternal. El equipo de Claudio Borghi mostró un gran nivel a lo largo del Clausura y se quedó con toda la gloria, un merecido campeón.

Argentinos Juniors tuvo hoy un funcionamiento práctico en sus líneas ante un flojo Huracán, golpeó en los momentos justos del partido, ganó 2 a 1, y, pese al descuento sobre el final que disparó el alerta, logró consagrarse campeón tras 25 años.

Después de hacer un gran primer tiempo, en el que Juan Mercier abrió la cuenta, Argentinos especuló en el complemento y cerró la fiesta con el tanto de Facundo Coria.

Por su parte Huracán, que descontó sobre el final, a través de Alan Sánchez, no tuvo ideas para lastimar al rival y alcanzar el empate, encima terminó con 9 hombres por las expulsiones de Paolo Goltz y Pablo Jerez en el segundo tiempo. Argentinos tuvo un comienzo ambicioso, en búsqueda de conseguir la ventaja tranquilizadora. A los 30 segundos, José Luis Calderón se lo perdió en el área chica ante Gastón Monzón, dando cuenta de los problemas defensivos de Huracán con los pelotazos cruzados a las espaldas de los centrales.

Argentinos llegaba claro a posición de gol, con el protagonismo de un imparable Ismael Sosa, que se movió por todo el frente de ataque, haciéndose impredecible a sus marcadores.

En el medio, el equipo de Claudio Borghi dominó a Huracán, con el despliegue y recuperación de Juan Mercier, y fue también importante la tarea de Gustavo Oberman, quien anuló por izquierda al creativo Patricio Toranzo. Luego de desperdiciar chances y convertir en figura a Monzón,
Argentinos pudo abrir el marcador a los 23, con un cabezazo de Mercier, al palo derecho, tras un centro de Sosa, desde el sector derecho.

Luego de la conquista, Argentinos estuvo más tranquilo, pero no cambió su rol protagónico en el juego, ya que siguió teniendo la pelota y continuó llegando claramente a posición de gol, frente a un tímido e impreciso Huracán. Argentinos le cedió la pelota a Huracán en el complemento, para tratar de liquidar el partido de contragolpe, aprovechando la velocidad de Sosa.

El equipo local tuvo el dominio del esférico, pero se nubló cuando llegó a tres cuartos de cancha, frente a un conjunto visitante que estaba tranquilo por la falta de fuego de su adversario.


Finalmente a los 31, Argentinos consiguió el segundo gol, en una jugada en la que Coria, bien ubicado, tomó un rebote, luego de un disparo de Sosa que dio en un palo, y de cabeza aumentó la ventaja.

A partir de ahí Argentinos reguló y tuvo tiempo para ovacionar y despedir a José Luis Calderón en su retiro del fútbol, contra un Huracán muy nervioso que había perdido al Goltz y Jerez.

A tres minutos del final, una media vuelta de Alan Sánchez achicó la diferencia, pero no pudo cambiar el final en el que tuvo a Argentinos como el nuevo campeón.

© DyN y publicado en el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 15 de Mayo de 2010

Los Goles...





Corazón y pases largos...

Argentinos dio la vuelta porque jugó a lo campeón. De la cabeza de Borghi y los pies de Ortigoza-Mercier, todos metieron, varios jugaron y le sobró determinación.

Argentinos fue un merecido campeón porque jugó bien.

La última prueba, la más importante, cuando la presión puede dinamitar hasta la estructura más homogénea, la superó con categoría y debió golear a Huracán. La paz que transmitió Borghi, la cabeza de los más grandes y el desenfado de los chicos confluyeron para un título que germinó en 18 fechas y cristalizó ayer.

Argentinos fue un equipo con las ideas claras: nunca pretendió parecer y prefirió ser.

Su alma, bandera y sostén fueron esos dos volantes centrales paridos por el Ascenso y hoy en las puertas de un Mundial. Mercier se vistió de estrella en un primer tiempo de galera y bastón. Ortigoza bancó a la tropa con su andar tan inteligente como indescifrable en esa parte final a pura tensión. A partir de ellos, Argentinos impuso condiciones en esta escalera a la gloria. Ellos marcaron el rumbo y contagiaron a Prósperi y Oberman para creerse avezados volantes de ida y vuelta, a Coria para conducir desde la verticalidad y a los zagueros para saber que los rivales iban a sufrir para llegar ilesos hasta su zona. No necesitaron contagiar de nada a Calderón, quien se retiró del fútbol alejado del goleador que siempre fue y muy cercano al técnico (adentro de la cancha) que se viene. Y tampoco le inyectaron velocidad supersónica a Ismael Sosa: el wing la tiene de fábrica, lo que sí entendió es que para jugar en equipo y ser la figura de un campeón es necesario usar esa rapidez en función colectiva. No picar por picar si después no tenés descarga. Sí picar como picó y generar lo que generó en la cancha de Huracán.

Argentinos fue fiel a lo que quiso Borghi.

La idea madre fue jugar a la pelota, de eso se trata en definitiva. Con un compromiso unánime, todos se sintieron importantes y metieron para la causa. Corazón y pases, pero no siempre cortos. Cuando le faltó concepción de juego, le sobró decisión para ir al frente y templanza para no claudicar jamás.

Sin el brillo de aquel notable Argentinos de los 80 ni con un Borghi en la cancha, este Argentinos igual dejará marcas. Su historia se lo agradece y el fútbol argentino debería aplaudirlo de pie porque le ganó el mano a mano a un equipazo como Estudiantes. Se lo ganó a lo campeón.

© Publicado en el Diario Deportivo Olé el domingo 16 de Mayo de 2010




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