domingo, 1 de octubre de 2017

Cataluña: el viejo truco de la patria… @dealgunamanera...

Cataluña: el viejo truco de la patria…

El presidente del gobierno catalán, Carles Puigdemont, urge a sus seguidores a dar el sí a la independencia catalana en un discurso durante una manifestación, el 22 de septiembre en Sant Cugat. Fotografías: Albert Gea / Reuters

Nada nunca empieza, todo sigue, pero si esto fuera un cuento se podría decir que empezó hacia 2010, cuando la crisis económica global se ensañó con España. Ese año el Partido Popular consiguió que el Tribunal Constitucional anulara el Estatuto de Autonomía que los catalanes habían votado cuatro años antes. Gobernaba Cataluña el mismo partido de la derecha catalanista que ya lo había hecho durante más de dos décadas y nunca había hablado de independencia para su región. Tampoco lo hizo entonces.

© Escrito por Martín Caparros el miércoles 25/09/2017 y publicado por el New York Times (edición en Español) de la Ciudad de New York, U.S.A.

Pero la crisis arreciaba, y el Govern catalán decidió cortar por lo más débil.

Entre 2010 y 2015 redujo los presupuestos de vivienda, educación y salud públicas más del 15 por ciento. En ninguna otra comunidad española los recortes fueron tan brutales.

Hubo protestas, miles, en las calles. El Govern se asustó: debía hacer algo. Freud –cuánto hace que no citábamos a Freud– habló de los recuerdos pantalla, esos que sirven para tapar lo que no soportamos recordar. Más universales aún son los proyectos pantalla: los que sirven para tapar lo que no soportamos prever, las amenazas del futuro. Cualquier religión, muchos discursos políticos son buenos ejemplos. El partido de la derecha catalana recurrió al más clásico: el viejo truco de la patria.

Toda la culpa, dijeron, era de Madrid. Y allí el gobierno de la derecha española, también golpeado por la crisis, vio la oportunidad y saltó sobre ella: ¿qué mejor que imitar a sus correligionarios catalanes y agitar el mismo espantajo? Fue una curiosa coincidencia: Artur Mas en Barcelona y Mariano Rajoy en Madrid pensaron que los fantasmas patrios les servirían para disimular otros fantasmas, y los llamaron a los gritos. “El patriotismo es el último refugio de los canallas”, repite el doctor Samuel Johnson. A estos dos les convenía pelearse, revolear banderas: así empezó esta carrera de provocaciones, bravatas y tonterías que amenaza con crear nuevas fronteras.

La patria es una idea paranoica –funciona en referencia a una amenaza externa– y la paranoia siempre vende bien. Es fácil entusiasmarse con la patria. Es fácil imaginarnos distintos de los otros; es fácil imaginarnos mejores que los otros. Es fácil suponer que todos los males vienen de los que están más lejos, los que no son nuestros parientes, nuestros vecinos, los nuestros. Es más cómodo, más tranquilizador: evita ciertos roces y evita, sobre todo, el esfuerzo de pensar.

El mayor efecto de la patria es aplastar las diferencias, los matices: hace que cualquier consideración desaparezca ante la fuerza de esa banda de –supuestos– iguales. Frente al aumento de la desigualdad en la sociedad catalana –como en el resto de la sociedad española– en los últimos años por la concentración de la riqueza y la pérdida de empleo y los errores económicos, lo más fácil para muchos catalanes es decir “Espanya ens roba” (España nos roba). Es lo mismo que hicieron los británicos que votaron el brexit, los estadounidenses que votaron a Trump, y siguen los éxitos.

Así que la gran derecha catalana, extrañamente aliada con la izquierda republicana, con mayoría en el Parlament autonómico, convocó un referéndum para que los catalanes voten si quieren o no la independencia. Lo anunciaron para el domingo 1 de octubre y la ley que lo prevé dice que si gana el sí –por mayoría simple de votos, sin mínimo de participación–, el Parlament debe declarar, en menos de 48 horas, la independencia.

Independencia es un concepto vaporoso. Creo que muchos catalanes no se imaginaban el esfuerzo, el costo, la voluntad que requiere poner en marcha un país nuevo. No se veía –viví allí varios años– en la sociedad catalana esa energía y esa urgencia necesarias para inventar un país, para construir la realidad de una idea. Parecía que se imaginaban la independencia como un estado idílico, de amor y tradición, de retorno a un pasado que nunca existió. Que no consideraban que los obligaría a crear un gran aparato de Estado, a salir de la Comunidad Europea, a perder por un tiempo su mercado principal –España–, a resignar nivel de vida. Y que el Barça tendría que jugar un campeonato de segunda.

Por eso, hace unos meses no habría sido difícil contener ese impulso o, por lo menos, encauzarlo. El gobierno central podría haber buscado las maneras: informar sobre las complicaciones de una separación, insistir en que España quiere y necesita a Cataluña, discutir mejores términos de convivencia. Y, en última instancia, organizar un reférendum legal, consensuado, que aceptara que para plantear su secesión la población de una región necesita dos tercios o tres cuartos de los votos, con un mínimo de participación. Al fin y al cabo, todas las encuestas dicen que tres de cada cuatro catalanes quieren votar y decidir, pero menos de la mitad elegiría la independencia. Votar y votar por la independencia son dos cosas radicalmente distintas; la testarudez de Rajoy y los suyos las ligaron.

Un grupo de ciudadanos se reúne en Barcelona para mostrar su apoyo al referéndum del 1º de octubre por la independencia catalana, el 24 de septiembre de 2017. Fotografía: Susana Vera / Reuters.

Tenían muchas opciones y las despreciaron: se creen que para complacer a su público les conviene mantener la imagen de caballeros altivos inflexibles —que tan bien sirvió a sus ancestros para construir la famosa leyenda negra—. Y ahora insisten en su exquisita mezcla de sordera y agresión: siguen negándose a cualquier diálogo, secuestraron millones de boletas y carteles electorales, mandaron fuerzas de intervención policial con helicópteros y barcos, acusaron a más de 700 alcaldes, detuvieron a una docena de dirigentes, crearon un clima de ocupación que solo favorece a los otros nacionalistas. La imagen de la Guardia Civil española impidiendo votar a los ciudadanos de Cataluña es de esas que pueden durar décadas.

El gobierno del Partido Popular insiste en que el referéndum es inconstitucional. Lo es, según la ley, pero el texto de la ley no siempre traduce su espíritu. Es difícil, en una democracia, sostener que un pueblo no tiene derecho a expresarse en las urnas. Y es más difícil todavía reprimirlo por intentarlo. El referéndum puede ser ilegal; con su violencia, el Estado central lo está legitimando.

Siempre se dijo que la principal característica de los catalanes era el seny –el sentido común, la razón serena–; en este caso, la intolerancia centralista está acabando con él. Más y más catalanes se deciden por un independentismo que, hace unas semanas, los asustaba o no les interesaba. Más y más personas dicen que ya no importa lo que les cueste; que no quieren seguir tolerando los agravios y ataques españoles. Si alguna vez queremos saber cómo se llega a situaciones que parecían imposibles, el caso catalán será objeto de estudio: de cómo dos bandos que creyeron que podrían mantener controlada una pelea de baja intensidad rodaron al abismo.

El viernes Mariano Rajoy anunció que su intervención policial y judicial ya había logrado desarmar el referéndum. Es probable que el Govern, acorralado, no consiga realizarlo. La votación será remplazada por los intentos de votar: el próximo domingo esos intentos se convertirán en marchas, acampes, ocupaciones varias —como la que ya empezó en la Universidad de Barcelona—.

Así que nunca se sabrá qué habrían votado los catalanes. No habrá datos ni hechos ciertos sino nuevas ilusiones: lo que podrían haber logrado si no los hubieran reprimido. Los hechos se pueden discutir; las ilusiones no.

Y nadie descarta que el lunes 2 el president Puigdemont declare la independencia de Cataluña y que España intervenga manu militari y que catalanes resistan y que quién sabe qué. Mariano Rajoy pasará a la historia como ese necio que de tanto escalar una suave colina la convirtió en el Everest: gracias a sus esfuerzos los independentistas están ganando esa legitimidad que solo consiguen, en nuestras sociedades, las víctimas.

Nada le sirve tanto al viejo truco de la patria.


sábado, 30 de septiembre de 2017

Una especie de familia y Alanís, protagonistas en San Sebastián… @dealgunamanera…

Premios que llegan en el peor momento…

Sofía Gala Castiglione.

En una coyuntura en la que toda la industria audiovisual advierte sobre la gravedad de las nuevas medidas del Incaa, Anahí Berneri y Sofía Gala Castiglione fueron distinguidas como directora y actriz; Diego Lerman y María Meira fueron premiados por su guión.

La directora de "Alanis", Anahí Berneri (a la derecha) y la actriz Sofía Gala Castiglione, ambas premiadas en la 65° edición del festival en el País

© Escrito por Oscar Ranzani y publicado el sábado 30/09/2017 por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Vaya paradoja: en el peor momento de la industria cinematográfica argentina, cuando está siendo vapuleada desde el gobierno con las resoluciones del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) que buscan asfixiar la producción local, y mientras la comunidad audiovisual resiste con fortaleza, los artistas del cine nacional demostraron anoche en el Festival de San Sebastián que, a pesar de esos vientos de cambio que propone la oleada neoliberal, el mar de la creatividad ruge con fuerza. Las dos películas argentinas que participaron de la Competencia Oficial de la 65º edición de la muestra donostiarra obtuvieron premios en rubros muy importantes: por Alanís fueron galardonadas Anahí Berneri y Sofía Gala Castiglione en las categorías Mejor Dirección y Mejor Actriz, respectivamente. Diego Lerman y María Meira fueron reconocidos en el rubro Mejor Guión por Una especie de familia, dirigida también por Lerman. La Concha de Oro a la Mejor Película, en tanto, fue para The Disaster Artist, del actor y director estadounidense James Franco.

Primera mujer en la historia del festival en ganar la Concha de Plata a la Mejor Directora, Berneri señaló al subir al escenario: “¡Qué honor enorme!  Agradezco al jurado. Es un premio soñado en el festival que más quiero”. No es para menos: la cineasta es muy reconocida en la muestra donostiarra ya que Alanís fue la tercera película de la cineasta en integrar la competencia del festival, que en esta edición lo cierra de la mejor manera. “Comparto este premio con todas las mujeres directoras de cine. ¡Es nuestro, chicas!”, dijo. También agradeció a la agrupación que integra, Proyecto Cine Independiente (PCI), a Fundación Sagai (que organizó la propuesta de un corto del que surgió este largometraje) y quiso compartirlo con todo el equipo del film, pero “muy especialmente con todas las mujeres que han inspirado esta película y que nos han contado con mucho valor sus historias de vida”, concluyó Berneri.

Las mujeres a las que refirió la realizadora argentina son personas que han tenido algún tipo de vínculo con la prostitución, tema que atraviesa la historia de ficción ya que Alanís pone el foco en la dignidad de una mujer que ejerce la prostitución, es madre de un niño muy pequeño al que amamanta y se ve obligada a sobrevivir en una contexto hostil. “¡Qué nervios!”, expresó Gala Castiglione al recibir la Concha de Plata, también con un gran mérito. “Quiero compartir este premio con todo el equipo de Alanís, con Anahí Berneri, la mejor directora lejos. ¡Te amo Anahí!”, expresó la actriz argentina, visiblemente emocionada. Luego enumeró una larga lista a quienes quiso dedicarles la distinción: a su padre que ya no vive, su madre (Moria Casán), su hijo y su marido. Y también: “A las mujeres que son las protagonistas de esta película. Y a las mujeres fuertes porque ¡podemos y el futuro es nuestro!”. Alanís también obtuvo el Premio paralelo de la Cooperación Española, concedido a la película latinoamericana que mejor contribuya al desarrollo humano, la erradicación de la pobreza y el pleno ejercicio de los derechos humanos.

El Jurado Oficial, presidido por el actor John Malkovich, premió a Lerman y Meira por el brillante guión de una película notable que habla sobre la adopción ilegal, las mafias en torno del tema y la necesidad imperiosa que tienen muchas mujeres de cumplir el sueño de ser madres y, a veces, a toda costa. “Quiero compartirlo con mis compatriotas cineastas argentinos que estamos viviendo una situación difícil y frágil porque está en riesgo hacer películas como Una especie de familia y tantas otras. Apoyo la diversidad, la pluralidad del cine y las miradas”, afirmó Lerman en alusión al conflicto que generaron las autoridades del Incaa y que está muy lejos de aplacarse.

En la Competencia Oficial el mejor actor fue Bogdan Dumitrache, protagonista de Pororoca, del rumano Constantin Popescu, mientras que el Premio Especial del Jurado lo obtuvo la española Handia. Algo que parecía poco probable era que no ganara en Horizontes Latinos una película argentina o en coproducción con otro país. El galardón, sin embargo, fue para Los perros, de la chilena Marcela Said.


Superliga Argentina. Defensa y Justicia 0 vs. Huracán 0... @dealgunamanera...


Huracán y Defensa repartieron puntos en Varela…


El conjunto de Parque Patricios abría la quinta jornada de la Superliga 2017-2018 enfrentando a Defensa y Justicia en Florencio Varela. El Globo arribaba a este cotejo con un acumulado de dos victorias –Gimnasia de la Plata y Newell´s Old Boys-, un empate –Unión de Santa Fe- y una derrota –Independiente de Avellaneda-.

© Publicado el viernes 29/09/2017 por el Departamento de Prensa del Club Atlético Huracán de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fotos de: Andrea Imbechi y Daniel Méndez. 

Apenas comenzado el encuentro, el equipo que conduce Gustavo Alfaro tuvo la más clara de la etapa inicial con un tiro de Wanchope Ábila por encima de Gabriel Arias, que se fue por al lado del palo. Con el paso de los minutos, el equipo quemero se replegó en su campo y buscó los espacios para salir de contragolpe.

El Halcón, con un importante manejo de la posesión de la pelota, contó con dos importantes situaciones en los primeros 45 minutos. Una protagonizada por Gonzalo Castellani, que se encontró con una gran respuesta de Marcos Díaz, y otra encabezada por Leonel Miranda, con un interesante remate de media distancia.

En el arranque del complemento, los locales llevaron peligro al arco del Globo con una ejecución de Castellani y un remate impreciso de Fernando Márquez. El punta ex Belgrano de Córdoba tuvo otra clarísima en sus pies dentro del area chica, pero tiró el balón por encima del travesaño.

Los embates de Defensa se fueron enfriando con el transcurso de los minutos. Igual, la institución del Sur de la Provincia de Buenos Aires pudo adelantarse en el marcador mediante una ejecución de Márquez en la puerta del area y un zurdazo de Nicolás Fernandez, que Marcos Díaz sacó al córner. Finalmente, el Halcón y Huracán igualaron sin tantos en el Estadio Norberto Tomaghello. 





El entrenador Gustavo Alfaro charló con los medios tras la igualdad ante Defensa y Justicia y fue crítico con la performance de sus dirigidos en Florencio Varela. “Debemos buscar soluciones en la capacidad creativa del equipo. Ahí hemos retrocedido en algún aspecto”, aseguró el director técnico del Globo.


Síntesis del empate ante Defensa y Justicia

“No fue un buen partido de Huracán. Jugamos peor con Independiente. Hoy fallamos en algunas cosas. Defensa, más allá de cambiar su postura, nunca iba a renunciar a jugar. Carecimos de la capacidad de tener seguridad para manejar la pelota y mover a Defensa en lo defensivo. Nos costó entrar en el partido, estábamos siempre un segundo tarde en cada situación que se presentaba. Por virtud de la solidez de la defensa y las intervenciones del arquero, pudimos llevarnos un punto”.

Búsqueda con los cambios

“Intentamos renovando el aire en el mediocampo y poniendo velocidad arriba. Pero nunca entramos en los tiempos del partido. Ellos ganaron las pelotas divididas y eso te lleva a dar un poco de terreno. Nunca entramos en los tiempos del partido”.

Falencias ofensivas del equipo

“Nos costó sacarla limpia. Defensa hizo un trabajo muy intenso desde lo físico para no dejarnos salir cómodos. Estuvimos imprecisos. Tuvimos muchas jugadas de contragolpe que terminamos de mala manera. Nos faltó seguridad, no podíamos hacer circular con fluidez la pelota”.

Importancia de llevarse un punto de este encuentro

“Si te vas derrotado, das un paso atrás todavía más grande. Dimos un paso atrás en algunos aspectos del rendimiento del equipo, pero seguimos en la sumatoria. Huracán tiene que remontar una cuesta muy grande en el descenso y, por eso, estás obligado a sumar todos los partidos. No tenés el respiro de poder tener un partido malo porque cuando perdes, vienen todas las preocupaciones de nuevo. Debemos sumar en todos los partidos y, si es de a tres, mejor”.

Aspectos a mejorar de cara al futuro


“Debemos buscar soluciones en la capacidad creativa del equipo. Ahí hemos retrocedido en algún aspecto. De los últimos cinco partidos que jugó, el equipo solo recibió un solo gol. En esa parte estamos bien, pero en otra falta. Veníamos con un buen promedio de gol y en los últimos dos partidos se cayó. Tenemos que ponerle énfasis a la parte ofensiva”.










Allanaron el Café de los Angelitos... @dealgunamanera...

 Allanaron el Café de los Angelitos por una causa de narcotráfico y lavado…

El histórico Café de los Angelitos, en la esquina de Rivadavia y Rincón, en el barrio porteño de Balvanera. Fotografías: Semanario Región 

El operativo policial también incluyó a otros 10 restaurantes y cafeterías. La extensa historia ligada al crimen del reconocido bar porteño.

© Publicado el sábado 30/09/2017 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El célebre Café de los Angelitos del centro porteño y diez restaurantes fueron allanados esta tarde por la Gendarmería Nacional en el marco de una causa por supuesto lavado de dinero proveniente del narcotráfico.

Las fuerzas de seguridad realizaron los operativos en procura de encontrar y secuestrar documentación de relevancia para la investigación judicial.

Además del Café de los Angelitos, ubicado en la esquina de avenida Rivadavia y calle Rincón, a dos calles del Congreso de la Nación, los uniformados y funcionarios judiciales realizaban allanamientos en otros diez restaurantes y cafeterías, según informaron fuentes de la gendarmería a DyN

La investigación a cargo del juez Penal y Económico de Morón Néstor Barral llevó a realizar dichos allanamientos que asombraron la atención de los vecinos del barrio Balvanera.

El organismo especializado en delitos de narcocriminalidad, la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR) también estuvo en el allanamiento para asistir técnicamente a la fiscalía.

Un bar con mucha historia. 

El Café de los Angelitos es un café de tango histórico de la Ciudad de Buenos Aires, ubicado en la esquina de la Avenida Rivadavia y Rincón, en el barrio de Balvanera. Era el lugar en el que Carlos Gardel estableció su "barra" a partir de 1912, cuando comenzó su carrera artística formando dúo con José Razzano. Este último, en 1944 compuso un célebre tango con letra de Cátulo Castillo, titulado precisamente "Café de los Angelitos".

El café fue inaugurado en 1890 con el nombre de Bar Rivadavia por el inmigrante italiano Bautisto Fazio, con instalaciones precarias y piso de tierra. En 1920, lo compró el español Carlos Salgueiro y lo rebautizó recordando la anécdota de un viejo comisario."Voy a ver a mis angelitos", decía cada vez que había un crimen en el barrio, porque los malandrines recalaban en el Rivadavia

Tras sucesivas crisis económicas, en enero de 1992, sus dueños decidieron cerrar el negocio luego de 100 años de existencia y la casa quedó abandonada, deteriorándose a tal punto que se ordenó su demolición. En 2006 fue reconstruido y reinaugurado al año siguiente.