Allanaron el Café de los Angelitos por una causa de
narcotráfico y lavado…
El histórico Café de los Angelitos, en la esquina de Rivadavia y Rincón, en
el barrio porteño de Balvanera. Fotografías: Semanario Región
El operativo policial también incluyó a otros 10
restaurantes y cafeterías. La extensa historia ligada al crimen del reconocido
bar porteño.
© Publicado el sábado 30/09/2017 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El célebre Café de los Angelitos del
centro porteño y diez restaurantes fueron allanados esta tarde por la
Gendarmería Nacional en el marco de una causa por supuesto lavado de dinero proveniente
del narcotráfico.
Las fuerzas de seguridad realizaron los operativos en
procura de encontrar y secuestrar documentación de relevancia para la
investigación judicial.
Además del Café de los Angelitos, ubicado en la esquina
de avenida Rivadavia y calle Rincón, a dos calles del Congreso de la Nación,
los uniformados y funcionarios judiciales realizaban allanamientos en otros diez restaurantes y cafeterías, según
informaron fuentes de la gendarmería a DyN.
La investigación a cargo del juez Penal y Económico de
Morón Néstor Barral llevó a realizar dichos allanamientos que asombraron la
atención de los vecinos del barrio Balvanera.
El organismo especializado en delitos de
narcocriminalidad, la Procuraduría
de Narcocriminalidad (PROCUNAR) también estuvo en el
allanamiento para asistir técnicamente a la fiscalía.
Un bar con mucha
historia.
El Café de los Angelitos es un café de tango histórico de la Ciudad de
Buenos Aires, ubicado en la esquina de la Avenida Rivadavia y Rincón, en el
barrio de Balvanera. Era el lugar en el que Carlos Gardel estableció su
"barra" a partir de 1912, cuando comenzó su carrera artística
formando dúo con José Razzano. Este último, en 1944 compuso un célebre tango
con letra de Cátulo Castillo, titulado precisamente "Café de los Angelitos".
El café fue inaugurado en 1890 con
el nombre de Bar Rivadavia por el inmigrante italiano Bautisto Fazio, con
instalaciones precarias y piso de tierra. En 1920, lo compró el español Carlos
Salgueiro y lo rebautizó recordando la anécdota de un viejo comisario."Voy
a ver a mis angelitos", decía cada vez que había un crimen en el barrio,
porque los malandrines recalaban en el Rivadavia
Tras sucesivas crisis económicas, en enero de 1992, sus
dueños decidieron cerrar el negocio luego de 100 años de existencia y la casa
quedó abandonada, deteriorándose a tal punto que se ordenó su demolición. En 2006 fue reconstruido
y reinaugurado al año siguiente.
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