lunes, 28 de noviembre de 2011

Postales del ajuste... De Alguna Manera...

Postales del ajuste...

Hugo, el oso enemigo. Por Pablo Temes.

Se multiplican los aprietes de Moreno y las tensiones con Moyano. Idilio empresarial y la economía que viene.

Guillermo Moreno se mostró exultante. “Ustedes mucho CEMA y mucha universidad, pero tuve que venir yo para poner el dólar a 4,80”, les enrostró a Amado Boudou y a Mercedes Marcó del Pont a modo de reproche por la ineficacia exhibida por ambos para contener la fuga de divisas que complica al Gobierno, a los bancos y al país. En verdad, hay que decir que lo único que logró Moreno con sus bravuconadas fue paralizar la plaza cambiaria y asustar a la gente, que sigue retirando sus depósitos en dólares. La única respuesta de los bancos ha sido el aumento de la tasa de interés, lo que hace imposible el acceso al crédito. Por su parte, los gerentes de las empresas multinacionales siguen recibiendo llamadas telefónicas de distintos funcionarios –desde ministros a secretarios de Estado– pidiéndoles “amablemente” que por favor no envíen los dólares de sus utilidades a sus casas matrices hasta la segunda semana de diciembre, momento en el cual se espera con gran avidez la entrada de divisas de las exportaciones de granos. De más está decir que todas las empresas han respondido positivamente a tan “gentil” solicitud.

A su vez, y tal como se anticipó en esta columna, las casas cambiarias ya están recibiendo la visita intimidatoria de los “doce apóstoles de Moreno”. Ante tanto protagonismo de este personaje que disfruta de llevar adelante todas estas acciones, ¿alguien puede pensar seriamente que la Presidenta vaya a prescindir de sus servicios?

A propósito de este asunto, se supone que Cristina Fernández de Kirchner aprovechará este fin de semana largo que pasa en El Calafate para definir la integración de su futuro gabinete, asunto acerca del que nadie en el Gobierno sabe nada. “La Presidenta tiene los nombres in mente retentis y eso pone nerviosos a aquellos ministros que no tienen futuro fuera del gabinete”, comenta alguien que sabe lo que pasa en los pasillos del poder. “No sabemos nada, ¿y vos?”, responde y pregunta un colaborador estrecho de uno de los ministros que aspira a seguir. Otra vez el estilo monárquico de la Presidenta.

Claro que hay cosas más complejas que esas. Una de ellas es Aerolíneas Argentinas, cuyo presente atraviesa una zona de turbulencia severa. El duro discurso presidencial en la inauguración de un viejo hangar ya inaugurado –el kirchnerismo hace estas cosas que otros también hicieron– fue la culminación de una semana de mucho enojo en el poder, que había comenzado con el anuncio hecho por el ministro de Planificación, Julio De Vido, acerca de la reducción de las rutas internacionales no rentables que vuela AA. La medida fue la respuesta a un insostenible y creciente déficit que muestran los números de la compañía desde que fuera renacionalizada. Lo que el Gobierno no explicó es por qué recién se dio cuenta de esa novedad una vez que se perdieron varios miles de millones de pesos. Lo que tampoco se explicó fue por qué, unos pocos días antes, el ratificado presidente de la compañía, Mariano Recalde, había anunciado que “Aerolíneas es hoy rentable para la Argentina”.

En su discurso del jueves, la Presidenta, enojada, habló de gremios que boicotean a AA. Los dueños de Marsans se quejaban de lo mismo en aquellos días de conflictividad dentro de la línea aérea de bandera que fueron claves para que el Gobierno decidiera su renacionalización.

La realidad gremial de Aerolíneas es compleja. Hay gremios más afines al Gobierno que son muy críticos de la conducción que sobre la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA) ejerce Ricardo Cirielli. Pero hay que recordar que Cirielli fue funcionario del Gobierno durante la administración de Néstor Kirchner y que como tal ha mantenido algún lazo de contacto con De Vido, quien también es crítico de la gestión de Recalde & Cía. La verdad es que el anuncio de reducción de rutas internacionales fue el reconocimiento de un fracaso de gestión.

En ese discurso quedó claro que para la Presidenta entregar a Recalde era una derrota de ella misma ante los gremios a los que, a su vez, les avisó que de seguir así AA puede dejar de existir. Para muchos, la frase trajo reminiscencias de aquella otra tristemente célebre pronunciada por Carlos Menem: “Ramal que para, ramal que cierra”. Además, tal vez sea éste el caso testigo que ilustra sobre las disputas por venir entre La Cámpora y la CGT. En la central obrera, por su parte, ya han hecho saber que están dispuestos a dar pelea. “Las opiniones de Moyano son las del Consejo Directivo de la CGT”, expresó Jorge Lobais, jefe de los textiles, al reconocer la tensión entre la conducción gremial y el Gobierno. El que está tratando de mediar allí es De Vido, hasta ahora sin éxito.

Donde las cosas son distintas es en la relación del Gobierno con los sectores empresariales. Se vive ahí una especie de idilio. Tras el alivio que produjo el “no” presidencial al proyecto de ley de reparto de ganancias entre patrones y trabajadores, escuchar a Cristina hablar de la inflación produjo una cuasi conmoción. ¿Un milagro? No, el impacto de la realidad. De una manera brusca la Presidenta se ha anoticiado de que a las fuerzas de los hechos no se las puede frenar con ningún decreto. El déficit fiscal existe y es la madre de todos estos problemas. Superávit fiscal, desendeudamiento y dólar calmo fueron los pilares esenciales de gobernabilidad sobre los que pivoteó el gobierno de Kirchner. Hoy hay déficit fiscal, endeudamiento y fuga de dólares. Es decir, las bases del kirchnerismo están idas. Por eso la urgencia con la que se ha debido tomar la decisión de quitar los subsidios de gas, agua y electricidad a vastos sectores de las clases media, media alta y alta, medida de incuestionable sensatez. Lo que nadie quiere explicar es por qué se demoró tanto en adoptar esta resolución. La causa fue una sola: las elecciones.

Para esta situación el diccionario de la real academia kirchnerista de la lengua utiliza la palabra “reacomodamiento”. En verdad, de lo que se trata es de un severo ajuste que golpeará el bolsillo de muchos ciudadanos. Esta es la postal de la Argentina que viene.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 28 de Noviembre de 2011. Producción periodística: Guido Baistrocchi.

Hidroaviones de película en el Río...

La fuerza. 4 motores alzan el avión frente a la Costanera.

La escena era atrapante, casi mágica. Empezaba cuando el imponente hidroavión encaraba hacia lo ancho del Río de la Plata, abriendo un surco como para peinar al agua con raya al medio. Entonces, los cuatro motores rugían y uno tenía la sensación de estar viendo una película de Indiana Jones, pero 20 años antes de que existieran las aventuras de ese personaje. Tampoco existían los jueguitos electrónicos, y ver despegar a los hidroaviones en la Dársena F del Puerto de Buenos Aires formaba parte de un buen paseo para entretener a los chicos, algo que después se remataba saboreando un gran trozo de sandía al hielo o un choripán en los puestos armados en la Costanera con dos caballetes y dos tablones.

Aquello perduró hasta agosto de 1962 y los protagonistas eran los hidroaviones Short Sandringham que Aerolíneas Argentinas usaba en su ruta hacia el Litoral, así como a Asunción y Montevideo. Fabricados en Belfast (Irlanda del Norte) durante la Segunda Guerra Mundial, esos “botes voladores” llevaban 5 tripulantes y 24 pasajeros. Habían sido adaptados para el uso civil, después de haber se utilizado para atacar a los submarinos alemanes que asolaban el Atlántico Norte durante la guerra.

Estaban equipados con cuatro motores Pegasus a hélice y cada uno tenía una potencia de 800 HP, lo que hacía más impactante el momento del despegue. Los aviones medían casi 27 metros de largo, 7 de alto y su envergadura (de punta a punta de cada ala) superaba los 34 metros. Con carga, su peso orillaba los 28.000 kilos. A pesar de eso, su ascenso era de más de 4 metros por segundo.

Por supuesto que aquellos no fueron los primeros hidroaviones que vio Buenos Aires. Ya en 1919, después de la Primera Guerra, llegaron esas máquinas desde Italia y hubo pruebas en rutas hacia Rosario, Santa Fe, Asunción y Montevideo. Pero no eran vuelos comerciales. Esas rutas comenzarían a explotarse desde 1924 en adelante.

Sin embargo, en 1926 hubo un hecho que marcó esa posibilidad de explotar comercialmente a los hidroaviones. El argentino Eduardo Olivero, con una máquina bautizada “Buenos Aires”, unió Nueva York con la capital argentina. Aquella aventura (duró dos meses y medio) fue el puntapié inicial para una ruta regular entre ambas ciudades: el hidroavión salía de la Dársena F los domingos a las 8.30 y en “apenas” ocho días, con sus respectivas escalas, llegaba a Nueva York. También había otro servicio que salía los miércoles y en dos días llegaba a Río de Janeiro.

Otro recorrido regular fue el que desarrollaron los hidroaviones de la Compañía Aeronáutica Uruguaya (CAUSA) y los de la Sociedad Argentina de Navegación Aérea (SANA), volando hacia Montevideo y Colonia.

Lo concreto es que aquellos poderosos hidroaviones, que tenían su aeroestación frente a la vieja Usina Eléctrica de Puerto Nuevo, dieron espectáculo, sin proponérselo, hasta los años 60. Todavía quedan algunas de las escaleras por donde los pasajeros bajaban para embarcar. Después, el Aeroparque reemplazaría el atractivo de la gente por ver aviones.

Las que también dieron espectáculo en aguas de la Ciudad fueron una pequeñas lanchas que corrían carreras en los lagos de Palermo. Fue algo que entusiasmó a grandes y chicos, que se amontonaban en la orilla para verlas pasar. Pero esa es otra historia.

© Escrito por Eduardo Parise y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 28 de Noviembre de 2011.


Hidroavión de Aerolíneas Argentinas - Década 1950 - Funcionó desde 1948 hasta 1959. Salía de la Estación Fluvial

domingo, 27 de noviembre de 2011

Cristina enamorada (parte II)... De Alguna Manera...

Cristina enamorada (parte II)...

"Que no se confunda nadie, la que decide es esta Presidenta por mandato popular", dijo Cristina. Foto: CEDOC

(Aclaración del autor: No sea guarango, lo de “enamorada” tiene que ver con “enamorada de sí misma”, y para entenderlo debe leer la nota de ayer.)

Mientras la Presidenta inauguraba en Aeroparque un hangar ya inaugurado, la soja se hundía a 412 dólares la tonelada en Chicago y el riesgo país medido por el Banco de Inversión JP Morgan se elevaba a los mil puntos, como en los buenos viejos tiempos de Fernando, El Aburrido.(Brasil tuvo 247, México 205, Uruguay 244 y Venezuela 1.292). Es cierto que, aunque en España el mismo índice le costó el gobierno a Zapatero, aquí el riesgo medido por el lobby internacional de los mercados dejó de importar hace tiempo. Pero decíamos ayer que ese pequeño brote de sincericidio en el Relato, que se expresó con la justa quita de subsidios que ellos mismos impusieron, se había marchitado luego: y sucedió precisamente en Aeroparque, donde Cristina acudió a apuntalar los vapuleados ánimos de esa “juventud maravillosa” que regentea los destinos de Aerocámpora con nuestro dinero.

“Que no se confunda nadie, la que decide es esta Presidenta por mandato popular”, dijo Cristina, maternal, frente a Recalde hijo.

El mandato popular, es obvio decirlo, habilita para gobernar pero no exime a nadie, que se sepa, de equivocarse. La infalibilidad fue abolida por el Vaticano en el siglo XIX respecto al Papa, por lo que se presume que sería exagerado aplicarla en un presidente.

Confiada en que un escándalo taparía otro, la Presidenta dio a conocer, por primera vez, los salarios de los empleados que el Estado mantiene en Aerocámpora: $ 16.680 cobra un trabajador de APTA, un jerárquico $ 21 mil, uno de servicio de a bordo $ 12.780 y un piloto $ 37.800. En el caso de los pilotos, aun calculado con el dólar Moreno, el salario es equivalente al de cualquier aerolínea del mundo, unos 10 mil dólares al mes. Cristina buscó, en su discurso, tapar otros salarios, como los difundidos por este diario el domingo pasado bajo el título de “La vida por Banelco”: Recalde hijo superó los $ 70 mil mensuales durante 2011, cobrando además un adicional por el manejo de Austral, hecho desde el mismo sillón y en el mismo horario. Eduardo “Wado” De Pedro, vicepresidente de Aerocámpora, declaró en 2010 un ingreso de $ 478.890 por militar allí, junto a $ 4.860 al mes como director de Austral.

“Todas las aerolíneas pierden”, insistió Cristina reinaugurando el hangar inaugurado que tiene 25 años de antigüedad y, según Cirielli, sufrió una remodelación que costó el triple que otra similar hecha por LAN.

Esto es parcialmente cierto: o sea, es mentira.

Algunas aerolíneas pierden, y otras, la mayoría, ganan. Si la Presidenta quisiera, podría suscribirse a la revista Air Transport World y pedirle a alguien que se la traduzca. El Poder Ejecutivo cuenta, según el Presupuesto 2011, con $ 59.500 de gastos para “libros, revistas y otros elementos coleccionables”, con lo que podría pagar la suscripción anotándose en atwonline.com. La mencionada revista especializada en el mercado aéreo publica estudios periódicos sobre los balances de las compañías en el mundo. Si se la compara con otras compañías de la región, Aerocámpora pierde, como Suriname Airways y Pluna, pero el resto da ganancias: Aeroméxico ganó 194 millones de dólares, Avianca-TACA ganó 50, Copa Airlines ganó 241, Gol ganó 128 millones y LAN, 420 millones.

Aerocámpora es una de las tres compañías que más pierden en el mundo, junto a Kuwait Airlines y Air India.TAM, la aerolínea brasileña, fue valuada en 2.395,8 millones y premiada recientenmente como “la mejor aerolínea de América del Sur”.

Recalde hijo ya lleva perdidos $ 2.100 millones y proyecta perder otros 387 en este año: la hubiéramos comprado entera. Esta parte del Nuevo Relato, al menos, es completamente falsa. Y tuvo el insólito aporte de Carta Abierta, un organismo que, como conocemos, tiene amplia experiencia aeronáutica y de gestión de empresas.

Ante experiencias tan distintas –la convocatoria a la gesta patriótica por renunciar a tres aumentos y la mentira franca en el caso de Aerocámpora–, es difícil prever cómo será el Nuevo Relato; a menos que se piense que esto termina acá, la plata alcanza y no habrá ningún conflicto.

El discurso puede preverse pero, más allá de cualquier estrategia, la realidad salta encima como un gato cuando menos se lo espera: hace algunos días la palabra “inflación” salió de la segura boca presidencial; hasta entonces, Amado tocaba la guitarra con “reacomodamiento de precios”. Con la crisis mundial pasó algo similar: primero estábamos “blindados”, ahora, de pronto, “interconectados” e indirectamente vulnerables. Hasta ahora, cuando quiso cambiar las cosas, el Gobierno actuó como si recién llegara o perseverando en el error (con las últimas medidas sobre el dólar, claramente anticonstitucionales, terminó fomentando el mercado negro).

En retórica, una “tautología” es una “afirmación obvia, vacía o redundante”: un can es un perro, por ejemplo. Voy a terminar con otra: la realidad existe.

© Escrito por Jorge Lanata y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 27 de Noviembre de 2011.

Cristina enamorada (parte I)... De Alguna Manera...

Cristina enamorada (parte I)...

"Que no se confunda nadie, la que decide es esta Presidenta por mandato popular", dijo Cristina. Foto: CEDOC

Cristina está cada vez más enamorada. De sí misma. Este amor creciente llegó a su éxtasis en la noche de la elección nacional. “¿Entendés lo que fue para ella? Finalmente lograba un triunfo sola. Sin Néstor, sin nadie, sola. Por primera vez se demostraba a sí misma que podía”, confió esta semana a PERFIL un alto funcionario K de diálogo cotidiano con la Presidenta.

La devastadora y prematura muerte de Néstor la cambió y al final el dolor encontró un equilibrio y –sostienen algunos cercanos– también una liberación. Finalmente Ella era sin El. Este proceso pudo desarrollarse, en paralelo, con el experimento de entronización de Néstor y la creación del mito. Este Néstor, El, el Nestornauta, el Néstor del majestuoso y exagerado mausoleo de Río Gallegos, es un invento de Cristina. El capítulo 1 del Relato necesita esa épica, que comenzó con una cuidada y premeditada transmisión del velorio y tuvo su preestreno con el despliegue de Fuerza Bruta en el Bicentenario y con Tecnópolis luego.

El CEO de una compañía de servicios aún recuerda ese día con escozor:

—Nos juntamos varios tipos de la industria en la esquina del Banco Nación para ir a la Rosada a darle el pésame a Cristina. Al grupo se sumó también un popular animador de la televisión y entramos todos juntos. Al rato, yo estoy al lado de este tipo de la tele cuando abraza a la Presidenta para consolarla. Estábamos todos como entre bambalinas, en la parte más reservada. Cuando a la noche llego a mi casa, veo en el noticiero al tipo este de la tele abrazando a la Presidenta, pero en otro lado, justo frente al cajón. No entendía nada, si cuando la abrazó yo estaba ahí y había sido en otro lado… Entonces me di cuenta: al tipo lo habían hecho abrazarla otra vez, pero para la cámara. Me impresionó que en ese momento alguien tuviera la frialdad de estar marcando esas cosas.

Néstor se convirtió desde entonces en una especie de delivery histórico al que recurrir cuando fuera necesario: su aparición, como si estuviera vivo, en uno de los últimos spots electorales, candidateándose desde el Más Allá, fue el punto cúlmine de ese proceso que incluyó decenas de calles, plazas, torneos de fútbol, campeonatos de ajedrez, becas, aeropuertos con el nombre del ex con un vértigo que nunca antes había sucedido. Pero aquéllos eran, por así decirlo, los tiempos felices del Relato que tuvieron también su luna de miel académica: la insólita e irrespetuosa reescritura del prólogo del Nunca más se coronó hace poco con la creación del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego, que “reivindicará la importancia protagónica de los sectores populares”, según el Decreto 1.880. El Ministerio del Relato será ocupado por Pacho O’Donnell (quien quizá debería entender que el buen revisionismo empieza por casa: fue secretario de Cultura radical, militante angelocista, agregado cultural, diplomático, embajador y secretario de Cultura de Menem, senador y diputado justicialista. “Me siento absolutamente leal respecto de los aciertos de Menem pero también de sus errores”, le dijo a La Nación –domingo 2/1/2000–). El Relato (puede leerse “la nueva historia argentina nacional y popular”) será custodiado por 33 esbirros entre los que se destacan tres miembros del minibloque Szpolski con secundario completo: Roberto Caballero y Hernán Brienza (de Tiempo Argentino) y Eduardo Anguita (Miradas al Sur).

Pero la vida es dinámica y, ay, el tiempo pasa. Sucede que llegó el tiempo del Capítulo 2 del Relato y no hay –aún– relato del ajuste. Esta semana el Gobierno –que se reveló como fiel lector del último número de PERFIL y nos dedicó la conferencia de prensa del lunes del ministro De Vido sobre Aerolíneas– abordó la crisis aeronáutica y, antes, la supresión de algunos subsidios, como si recién hubieran llegado al país a hacerse cargo. Evitaron la clásica fórmula “pesada herencia” pero le dieron en el palo: “¡Qué barbaridad! ¡Subsidiar a las grandes empresas y a la clase media alta! ¡Habrase visto!”.

Es del todo cierto. Lo bueno es que ahora llegaron ellos –que los pusieron– para quitarlos. Por si el Gobierno recién asumido no lo recuerda, desde estas páginas y tantas otras se ha insistido en señalar que el año pasado se gastaron $ 48.032 millones en subsidios y que este año se proyectan $ 72 mil millones, con lo cual el Estado habrá girado hasta diciembre por ese concepto fondos equivalentes al 4,1% del PBI. Para 2012 se prevé gastar el 19% más. El recorte anunciado con bombos y platillos sólo representa el 6% de esa tonelada de dinero. Es sano y sensato que se lleve adelante, aunque se lo disfrace de una especie de renunciamiento comparable con el cruce de la Cordillera (revisado por Pacho y Felipe Pigna).

Habrá que ver, de todos modos, cuántos renuncian al subsidio (por las dudas mi número de trámite es el 6.958 y renuncié inspirado por el renunciamiento de Víctor Hugo Morales y Aníbal Fernández), ya que, según un estudio del Cedlas de la UNLP, “muchos argentinos de clase media y media alta tienden a subestimar el lugar que ocupan en la distribución del ingreso –piensan que son menos ricos en relación con el resto del país de lo que realmente son– y por ende creen que son lo suficientemente pobres como para recibir los subsidios: el 72% de los argentinos cree que sus ingresos son asimilables al promedio del país y sólo el 1% reconoce cobrar por encima de la mayoría”.

Pero lo que parecía el comienzo de un operativo tardío de sinceramiento oficial se dio de bruces al día siguiente, cuando la Presidenta volvió a inaugurar un hangar que ya había sido inaugurado en el Aeroparque Jorge Newbery, tema que retomaremos mañana en esta columna.

© Escrito por Jorge Lanata y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 25 de Noviembre de 2011.

Disciplinamiento... De Alguna Manera...

Disciplinamiento...

En una semana vertiginosa, CFK mostró algunos criterios de su segundo mandato. Sofocó la corrida contra el peso, exigió a las grandes empresas que dejaran de llevarse del país sus extraordinarias utilidades y el dinero que el Estado les presta a tasa negativa y reivindicó la transferencia de ingresos a los sectores más vulnerables, que sostienen la demanda agregada y no compran dólares. Ni la euforia de Mendiguren ni la depresión de Moyano parecen justificadas.

Si hay un hombre eufórico en estas horas es José De Mendiguren. Desde que CFK comunicó en la Conferencia Industrial que la participación obrera en las ganancias no debía discutirse en el Congreso sino en las mesas paritarias, no se le borra la sonrisa. Cree que sus diálogos con Cristina influyeron en esa y en otras definiciones relacionadas con la competitividad de la economía. “Siempre hablamos muy bien. Es muy lúcida. Sabe preguntar y escuchar”, dijo ante una consulta para esta nota. “Yo llegué a las trompadas (a la presidencia de la UIA), porque Techint, Clarín y Arcor tienen el poder pero no podían juntar los votos del interior. Y ahora desde aquí hago lo posible por seducirla”, explicó. Precisamente Clarín dijo el jueves que uno de los temores por el proyecto del abogado de la CGT, Héctor Recalde, era que un sindicato con acceso a la información pudiera “impugnar los balances de una empresa”, preocupación que no tiene una pyme como las que sustentan a Mendiguren. En cambio, allegados al presidente de la UIA le transmitieron a ese diario el entusiasmo por la influencia que atribuyen a Mendiguren sobre el discurso de Cristina. La lectura atenta de las palabras presidenciales sugiere que el buen humor de Mendiguren tiene más que ver con el amable trato personal que con las políticas expuestas.

El caso opuesto

Simétrico y opuesto es el caso del secretario general de la CGT, Hugo Moyano, cuyo primer reflejo fue insistir con el proyecto de ley que la presidente impugnó. No es seguro que lo siga haciendo. Hasta el autor del proyecto cree que si los trabajadores esperaron 54 años desde que una reforma constitucional incluyó la participación obrera en las ganancias, pueden aguardar otro año para poner a prueba la voluntad patronal de acordar en las paritarias como planteó Cristina. La presidente cuestionó los diversos proyectos que aguardan en el Congreso, además del que elaboró Recalde, porque entiende que sólo hablan de aquellas grandes empresas que obtienen enormes utilidades y “no es aplicable a todos los trabajadores”. Introdujo así una cuestión medular en el debate político y social. Ni la participación en las ganancias ni el aumento del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias de la cuarta categoría, por el que también se ha batido Moyano, contribuirían a reducir la heterogeneidad de las remuneraciones de los trabajadores. Más de un tercio aún tiene empleos informales y entre los privados formales el tercio de mayores ingresos recibe casi dos tercios de la masa salarial, en tanto el tercio que menos gana accede apenas al 9,8 por ciento. Estas son diferencias objetivas de criterio: mientras el gobierno inyecta recursos en la base de la pirámide porque sabe que se vuelca al consumo y sostiene la demanda agregada, Moyano aboga por mayores ingresos para la cúspide, cuyos ingresos, de acuerdo con los estudios oficiales, en buena medida alimentan la compra de dólares. Pero además, Moyano debería advertir que no está en condiciones de disputarle a Cristina la conducción del proceso político y social y, como también dijo ella ante la UIA, dejar de mandarle mensajes por los diarios. Moyano se siente excluido y dice que Cristina no lo atiende. Lo que no hace es llamarla.

La Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas, que depende del Episcopado Católico, consultó al macroeconomista del Cedes, José María Fanelli, quien prevé una fuerte pelea oficial con la CGT, en la que el gobierno se recostaría en los hombres de negocios. La explicación que dio para ese pronóstico fue la fuga de 3000 millones de dólares mensuales, que, por una parte, no se debe a los trabajadores, y por otra ya se contuvo. Es posible que 2012 sea un año de fuertes reclamos salariales sobre todo en las empresas de la cúpula, debido a los rendimientos excepcionales que han obtenido y a sus costos laborales muy inferiores al incremento de la productividad, lo cual arroja un costo laboral unitario menor al de 2001, último año de la convertibilidad. Así se aprecia en el gráfico de Cifra, el Centro de Estudios de la CTA que dirige Eduardo Basualdo. Esto significa que los incrementos de productividad alimentaron las utilidades patronales, que a su vez explican la fuga. Un trabajo sobre “Política macroeconómica y políticas de ingreso”, que publicará el Ministerio de Trabajo, considera que la regulación por ley permitiría poner un tope a la distribución de ganancias, para impedir que se consolidaran las asimetrías. La diferencia podría ir a la Anses con fines redistributivos, sostienen sus autores, Martín Abeles, Federico Pastrana y Fernando Toledo (el proyecto de Recalde también contempla que una parte de lo participado vaya para los trabajadores informales). La participación en las ganancias sería un suavizador del conflicto social y contribuiría a una política de ingresos que disminuyera en forma gradual la inflación, ya que si lo pactado en paritarias se revelara insuficiente en relación con el costo de vida, esto se comprobaría en el momento de conocerse los resultados y el error podría corregirse con la participación, dicen Abeles, Pastrana y Toledo.

Los últimos serán los primeros

En cada una de sus presentaciones recientes CFK emitió sentencias críticas hacia los empresarios y los sindicalistas más poderosos y fundamentó la conveniencia de apoyar a los sectores más vulnerables:

Como “no tienen capacidad de ahorro no hacen contado con liqui (el método de fuga de capitales, comprando bonos en pesos y vendiéndolos en dólares en Nueva York). No son los jubilados de la mínima los que remesan o atesoran billetes o utilidades en portafolio o cambian de portafolio”.

Recordó su oposición como legisladora a las leyes de precarización del empleo de Menem y De la Rúa. “No estamos de acuerdo en que el problema sea flexibilizar y explotar a los trabajadores para mejorar las condiciones de la Argentina”.

La competitividad de la economía argentina solamente es sustentable con inclusión social, aunque “algunos interpretan que se logra porque el Estado me baja los impuestos, me da exenciones fiscales, me paga subsidios o porque les pago poca plata a los trabajadores”.

“Estas cosas se arreglan o se desarreglan desde el Estado. Tuvo que venir un gobierno a restituir la negociación colectiva, a fijar todos los años el salario mínimo vital y móvil, que es el mejor de toda Latinoamérica; a mejorar la situación de los jubilados e incorporar a millones de personas que por efecto de privatizaciones, de falta de trabajo, por desidia de sus patrones que no habían aportado, no podían llegar a esos beneficios. Sin ser dirigente sindical pero sí siendo trabajadora toda mi vida, porque he trabajado desde los 18 años, tengo pergaminos suficientes para acreditar que siempre he defendido los intereses de los trabajadores y que no soy neutral en el conflicto, que siempre voy a estar del lado del sector más vulnerable. [Tengo] responsabilidad frente a millones de argentinos que todavía tienen trabajo en negro o que todavía no han conseguido un trabajo y el Estado tiene que pagarles la Asignación Universal por Hijo”.

En Ford, donde se concretará su anhelado proyecto de que vuelvan a producirse motores, con creciente integración de partes nacionales para equilibrar la balanza comercial sectorial, contó su obsesión por evitar los telegramas de despido en los peores momentos de la crisis de 2008 y 2009, articulando entre el sindicato, la empresa y el Estado. “Ustedes no saben la suerte que es tener un trabajo registrado, en blanco, con sindicato que te defiende, con obra social que te cubre, con salario que sabés que lo cobrás todos los meses y que además te están capacitando y calificándote cada vez para alcanzar un mejor nivel. Es algo que todavía no hemos llegado a todos los argentinos”. Al describir el círculo virtuoso del mercado interno dijo que tal vez el almacenero pudo cambiar el auto porque con las nuevas jubilaciones y la Asignación Universal por Hijo vendió más, a personas que antes no tenían cómo pagar sus alimentos.

“Una de las claves es que los sectores más vulnerables de la economía tengan acceso a los servicios básicos porque al no tener una gran capacidad de ahorro, porque todo lo que ganan lo consumen íntegramente son –aunque parezca mentira– los que mantienen la fuerza de la actividad de la economía”.

Al referirse a la situación de Aerolíneas Argentinas, reveló que el sueldo medio de los técnicos supera los 15 mil pesos mensuales y el de los pilotos ronda los 40 mil. Y en una nueva referencia a Moyano dijo que en un vuelo de una línea aérea estadounidense el piloto anunció que no había comida debido a un bloqueo al catering por una disputa de encuadramiento sindical. “Defiendan lo que es de ustedes porque el día que esto se acabe a los primeros que se llevan puestos es a los trabajadores argentinos.” En un discurso de alto tono emotivo dijo que “esta presidenta no es eterna, ni lo quiere ser. No sea cosa que en algún momento en lugar de Doña Rosa venga alguna Doña Elena y piense que entonces el Estado es muy mal gestionador y la historia termine como empezó”. Explicó que se sentía obligada sobre todo con “aquellos argentinos que nunca vieron un avión de cerca, y sin embargo pagan sus impuestos” con los que el Estado pudo invertir para recuperar la línea de bandera.

Los datos de la economía permiten verificar la congruencia de esas palabras. Un trabajo de Cifra constata que los salarios reales del conjunto de la población ocupada, que creció por el aumento de la tasa de empleo, aumentaron en forma significativa. Entre los segundos trimestres de 2010 y 2011 el ingreso real de los ocupados se elevó un 5,2 por ciento y superó en 4,1 por ciento los valores prevalecientes a fines del régimen de convertibilidad. Esto permitió que la pobreza se redujera en 2,6 puntos porcentuales y la indigencia en 0,6. Cifra concluye que durante el mandato presidencial de Cristina la pobreza se redujo en 5,2 puntos porcentuales y la indigencia en 2,6. Debe aclararse que Cifra no utiliza los datos de costo de vida del Indec sino los de siete institutos provinciales que no fueron vandalizados. En el mismo sentido apunta un nuevo trabajo de los tributaristas Jorge Gaggero y Darío Rossignolo (Impacto del presupuesto sobre la equidad, Cefidar, 2011) según quienes la combinación de gasto social y los impuestos obró un fuerte efecto redistributivo. Influye en este resultado “la mayor participación de los tributos directos y progresivos (ganancias, derechos de exportación, y otros) en relación a los tributos sobre los consumos”. Entre 1997/98 y 2010, la equidad medida por el índice de Gini antes del pago de impuestos (prefiscal, en la jerga) mejoró el 12 por ciento y después de impuestos (Gini postfiscal) el 15 por ciento. Es un cambio muy significativo en apenas una docena de años.

Hablemos de utilidades

CFK también dijo que las utilidades de las empresas argentinas “están todas por encima de los estándares internacionales”. Al menos es así entre aquellas que forman parte de la cúpula. A lo largo de las décadas recibieron subsidios por promoción industrial y reembolsos por exportaciones; contrataron la provisión de bienes y servicios al Estado a precios exorbitantes; se endeudaron en el exterior a tasas bajas y represtaron ese dinero en el país a tasas altas y luego endosaron esa deuda externa al Estado; pagaron monedas por las mejores empresas públicas en el desguace del Estado y las vendieron a precio de oro cuando olfatearon que la convertibilidad no duraría para siempre; con lo que recibieron en pago, compraron campos y empresas agroindustriales y antes del corralito se llevaron el resto fuera del país, a presionar por la devaluación que les concedió el senador Eduardo Duhalde y su ministro de pesificación asimétrica, que entonces tenía más pelo que ahora. Según los datos de Cifra, las 200 empresas de mayor facturación (sin agro ni finanzas) mantuvieron una tasa de utilidad sobre ventas muy elevada, incluso en la crisis mundial de 2009. En los años de la convertibilidad, 1991-2001, esa tasa de rentabilidad para la cúpula empresarial promedió el 3,1 por ciento y saltó al 8,5 por ciento entre 2003 y 2010. La presidente dijo que no le molestaba que tuvieran ganancias “en tanto y en cuanto esa utilidad por encima de estándares internacionales” no se fugue a Europa o Estados Unidos, “porque el dinero que no está acá se va para allá”. En la Conferencia de la UIA, Cristina fue más específica, al mencionar el caso de “algunas empresas grandes” que “habían comprado igual cantidad de dólares o más de la que nosotros les habíamos prestado en pesos a tasa negativa”. Entre quienes escuchaban con el rabo entre las patas estaba el vicepresidente de la UIA y director de Ledesma, Federico Nicholson, a quien Mendiguren impulsa como ministro de Industria. El presidente de Ledesma, Carlos Pedro Blaquier, varios de sus hijos amantes de los yates de lujo y el propio Nicholson compraron once millones de dólares durante la corrida cambiaria que el gobierno sofocó la semana pasada. Habían recibido un crédito del Bicentenario por nueve millones de dólares, como parte de la inversión en un criadero de chanchos del viejo Blaquier, por un total de 140 millones de pesos. El gobierno no se quedó en palabras: Nicholson y Blaquier fueron confrontados con la documentación probatoria del uso dado al crédito, cosa que al principio negaron, y debieron comprometerse a reingresar ese dinero e invertirlo en el país. El año pasado, Nicholson presidió la misma conferencia y fue uno de los críticos más severos de “la excesiva intervención estatal”. Este año guardó prudente silencio. Cristina también mencionó el caso de otra “gran empresa” que en 2010 obtuvo utilidades superiores en un 31 por ciento a las de 2008 (cuando contó con apoyo estatal para mantener la ocupación), pero invirtió “un 35 por ciento menos que en el 2008”. Se refería a Siderar, de la transnacional italiana Techint, cuyo principal accionista, Paolo Rocca, también estaba en la sala. Rocca también asumió compromisos de inversión, que aún no son públicos y cuyo cumplimiento el gobierno verificará. En la historia de las relaciones con el Estado siempre los reclamos y las exigencias provenían de las grandes empresas. Ahora también se recorre el camino inverso. Por primera vez, los interlocutores gubernamentales del holding milanés con sede corporativa en Luxemburgo no están en la lista de las “prestaciones de sede” de Techint, como llama su financiera cautiva, Santa María, a los pagos inconfesables a funcionarios. O dicho con las palabras con que CFK comparó en la UIA la situación argentina con la de Europa: “Hay que respetar a los mercados, pero los que gobiernan son los elegidos por el voto popular. Esto lo tengo muy claro”.

© Escrito por Horacio Verbitsky y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 27 de Noviembre de 2011.

La pe(n)sada herencia... De Alguna Manera...

La pe(n)sada herencia...

Ahora dicen que hay giro a la derecha. Las teorías, los hechos. Los subsidios, realidades, estadios, pasos que vendrán. Los conflictos intrasindicales y las huelgas en el sector público, viejas cuitas. La tensión con Hugo Moyano. Los reclamos de la CGT, las prioridades de la Presidenta.

Un vaticinio espectral recorre la Argentina. Ahora dicen que el kirchnerismo, en la previa de su tercer mandato, acomete un giro copernicano. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, interpretan sus rivales (que hasta ahora no supieron hacerlo, ni “leer” su legitimidad creciente), gira abruptamente hacia un programa opositor. En pocos meses habrá tarifazo para millones de usuarios de servicios públicos. El idilio con la CGT toca su fin, reemplazado por un acercamiento a las patronales de la industria. Lo realizado hasta ahora (avances cuidadosos en la supresión de subsidios, reproches presidenciales a un par de sindicatos de transporte que la desafiaron) es la punta de un iceberg. Si se estira (apenas) el razonamiento: tocan a su fin la política económica expansiva, el crecimiento motorizado por el consumo y el mercado interno. Quién le dice, se revisarán (re)conquistas laborales de los recientes ocho años.

El Frente para la Victoria (FpV) aplicará la cartilla de sus críticos (se alegran y enardecen éstos): lo hará tarde y mal. El aumento indiscriminado de los servicios públicos gatillará la inflación y el repudio popular. Quién sabe, habrá cortes de rutas de ciudadanos-usuarios. La interna del peronismo, siempre irracional y salvaje, pondrá en jaque al “nuevo” Gobierno desde el vamos. El kirchnerismo pagará los platos rotos de su “fiesta” insustentable, para peor contradiciendo su sesgo político de años.

El cronista se permite discrepar. Jamás se puede conocer el futuro, menos en un mundo en crisis provocada por políticas bien diferentes de las que propiciaron una vigencia record para el FpV. Pero conociendo a los protagonistas, sus convicciones, el apego a las estrategias que sostuvieron sus momentos más felices, ese porvenir está entre los menos posibles del jardín de senderos que se bifurcan a partir del 23 de octubre.

Tal el resumen ejecutivo de esta nota, por si usted anda apurado. Si tiene paciencia, ahí va el desarrollo.

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Señales económicas: La reforma del sistema de subsidios es la más llamativa medida de política económica ulterior a las elecciones. Dista de ser la única y distará aún más cuando se vaya conociendo el paquete legislativo para la temporada verano-otoño. La acometida contra la avidez compradora de dólares fue una típica medida K, en sus aciertos y sus errores. El oficialismo, en cada día y ante cada controversia, explica que la AFIP vigila, que cuenta con un potente aparato informativo, que el Estado sigue dispuesto a valerse de sus herramientas que permiten las mejores recaudaciones de la historia, sostenidas en un largo período. Hubo caricias en el cónclave de la Unión Industrial Argentina, tantas como alusiones amables al “Vasco” José Ignacio de Mendiguren. También se despacharon telegramas colacionados a destinatarios específicos. Las menciones de la Presidenta a grandes empresas que sacaron ventajas para comprar divisas o para remesarlas con malicia es un mensaje que se suma a otros.

La supresión de los subsidios se propone en etapas. Las primeras, sencillas, se zanjan de un plumazo: grandes empresas, consumidores domiciliarios que habitan en zonas VIP. El registro de renunciantes voluntarios, un detalle casi irónico, cierra el primer círculo. Nadie patalea, ciertos funcionarios o divos de la farándula que habitan en barrios cinco estrellas se inscriben, anticipando un ratito lo que en enero será una regla particular que los comprende.

Para otros estadios, se subraya la perspectiva de la revisión fiscal, que también formó parte de la batida contra la compra compulsiva de dólares. Habrá, imaginan en Planificación, un número apreciable de contribuyentes que preferirán aumentar su gasto en servicios antes que ser revisados por la AFIP. Hasta ahí, nada repugna al imaginario kirchnerista tradicional: se suprime el subsidio para quienes ostensiblemente pueden afrontar los costos o para quienes eligen racionalmente hacerlo.

La búsqueda de la segunda tanda de consumidores será una tarea ardua, de “sintonía fina”, expresión adecuada que la Presidenta incorporó a su vocabulario. Funcionarios del área (confiados en continuar después del 10 de diciembre, no confirmados aún) afirman que la selección de los destinatarios del formulario será escalonada. Se comenzará por barrios o localidades con predominancia de sectores medios altos o altos. Será arduo espigar a su interior.

De cualquier modo, el tiempo para determinar el universo de las nuevas supresiones será largo. Habrá dos envíos de formularios para los que no respondan a la consulta, o sea que las renuncias tácitas demorarán lo suyo.

Los que reclamen seguir siendo subsidiados, todo indica que la gran mayoría del total, abren una instancia de revisión. La percepción compartida entre funcionarios y el cronista es que no habrá acometida contra ese conjunto, al menos en 2012. El Gobierno intentará que la supresión del subsidio sea progresiva, en la doble acepción del término: en etapas y atendiendo diferencias sociales o patrimoniales. Si el cronista fuera afecto al uso de bastardillas o negritas en sus notas resaltaría de ese modo “intentará” y “progresiva en la doble acepción del término”.

Como es afecto a las digresiones, se permite una, abriendo un corchete. Corchete: una encuesta de la consultora Equis, dirigida por Artemio López, informa que una sólida mayoría de argentinos está a favor de los cambios en el sistema de subsidios. El dato parece chocante porque no es habitual que las personas estén a favor de pagar más tasas. La explicación está al alcance de la mano: la consulta es nacional. Los subsidios en cuestión se centralizan en la Capital y la provincia de Buenos Aires. El federalismo existe en los hechos, la diversidad de intereses también. Lo que para algunos medios es “la gente”, en 22 provincias de la Argentina son porteños o bonaerenses (dos categorías a menudo asimilables), que reciben un trato asimétrico. Cerremos corchete.

La finalidad real del Gobierno no parece ser mochar todos los subsidios de un solo tajo sino segmentarlos, con criterio equitativo. Los objetivos no son de ajuste sino de evitar el crecimiento distorsivo de esa herramienta, que sigue teniendo virtudes evidentes. Y de mejorar la “caja” que tantos aborrecen, entre ellos quienes han gobernado sin haber accedido a los logros del kirchnerismo en indicadores socioeconómicos y en revalidación popular.

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Conflictos con largo millaje: La política de subsidios es una iniciativa oficial, las medidas respecto del dólar y las críticas a gremios de pilotos, réplicas a movidas de éstos y de los “mercados”. La respuesta presidencial fue clásica en el kirchnerismo: doblar la apuesta.

Los conflictos intrasindicales (por encuadramientos o por disputa de representatividad entre delegados y cúpulas) se repiten desde 2003, siempre preocuparon a la Casa Rosada. Como la realidad ama los mestizajes, a menudo se mezclaron con luchas reivindicativas. Las medidas de fuerza en servicios públicos o en actividades estratégicas, son otros episodios clásicos que le dieron dolores de cabeza al Gobierno.

Este abanico de conflictos alude a la crisis del modelo sindical, que la CGT y el Gobierno en general no cuestionan. Los paros de base en el Hospital Garrahan, en subterráneos y ramales ferroviarios encabezados por representativos dirigentes de base de izquierda, pusieron en entredicho a la conducción cegetista o a aliados, muy cercanos o contingentes. Siempre causaron preocupación, más que los suscitados en el sector privado (como el de Kraft Foods) que también levantaron ronchas.

La paciencia del oficialismo y de la Presidenta en especial va menguando. El recordable discurso de José C. Paz (que fue malamente traducido como un amago de renuncia a la candidatura cuando era un pliego de condiciones para garantizar la conducción y la victoria) se pronunció en marzo en simultáneo con una interminable huelga de trabajadores petroleros en la Patagonia.

El desafío de los pilotos de Aerolíneas se inscribe en una continuidad, en un problema de difícil dilucidación. La reacción de Cristina Kirchner, en un trance de elevada legitimidad, no se dirige exclusivamente al hecho específico, sino a una tendencia.

El secretario general de la CGT adhirió a los pilotos. Viene haciéndolo con actores sindicales con los que venía confrontando, como Gerónimo Venegas. El momento del viraje corporativo más firme, que marcó un hito en su relación con el Gobierno, fue cuando el líder camionero amenazó con una huelga al conocerse la llegada de un exhorto a pedido de un fiscal suizo pidiendo información sobre él.

La relación entre el kirchnerismo y el titular de la CGT está en su punto más bajo desde 2003, la tensión es real. Su magnitud, seguramente, es exagerada por quienes anhelan una ruptura. Cristina Kirchner rechaza todo amago de discutir o condicionar su liderazgo dentro del peronismo. No entra en su ideario transar en ese aspecto.

Moyano, cuentan sus allegados más cercanos, se percibe asediado. Desde que el exhorto pasó de Cancillería al juzgado de Norberto Oyarbide cree que hay un “cristinismo” que va por su cabeza y aun por empujar acciones penales en su contra. El canciller Héctor Timerman y el secretario de Medios y Comunicación Juan Manuel Abal Medina fueron sus blancos predilectos en aquellos días. Ahora les suma a La Cámpora.

Las demandas que replantea en estos días no son novedades ni provocaciones tremendas. A los ojos del cronista son de distinta densidad. La participación de los trabajadores en las ganancias de la empresa es un derecho constitucional, pendiente de implementación desde hace más de medio siglo: una deuda del sistema político. Su discusión parlamentaria es un reclamo sistémico, el modo de hacerlo una cuestión a dirimir.

El incremento del mínimo no imponible para trabajadores en relación de dependencia es un beneficio coyuntural (no necesariamente un privilegio) para los trabajadores formales mejor retribuidos. Una política fiscal que debe atender a otras variables, entre ellas las necesidades de laburantes menos protegidos.

Las dos reivindicaciones coinciden en serlo para el tramo mejor colocado de la clase trabajadora, lo que no basta para desestimarlos pero sí para calibrar su importancia.

El enfriamiento del trato entre Moyano y la Presidenta puede derivar en un reacomodamiento negociado o en una crisis mayor. Dependerá de la sensatez de los actores y de reconocimientos mutuos. El liderazgo político es un límite infranqueable, discurren en la Rosada y zonas de influencia. Un recambio en la CGT es un problema menos acuciante, si se resuelve la contradicción principal. El Gobierno no tiene un relevo ideal para “Hugo” ni tampoco podría imponerlo de taquito si lo hubiera. Hay mitos urbanos que no condicen con la complejidad de lo real: el Gobierno no tiene la suma del poder público, ni siquiera el control de la intrincada interna sindical.

Un reencauzamiento de la, productiva para ambos sectores, relación estratégica entre la conducción de la principal central obrera y el oficialismo es posible si Moyano acepta la lógica política y asume la correlación de fuerzas. Futuro abierto, pues, en un entorno erizado.

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La pe(n)sada herencia: Cualquier gobernante que asume recibe una herencia sin beneficio de inventario. Alegar que se hace cargo de errores incurridos o deudas contraídas con anterioridad es un recurso del debate político, no un argumento institucional. Para qué hablar, entonces, de una mandataria reelecta que en (una proporción parcial aunque estimable) cosecha su propia siembra.

La, peculiar pues, “herencia” de Cristina Kirchner es la mejor que recibió presidente alguno, cuanto menos desde 1955. Claro que afronta un futuro escarpado en el que aspectos determinantes escapan a su control, a su responsabilidad y a su ideario: la crisis económica financiera internacional, para empezar. En ese trance, sus adversarios vaticinan que pegará un viraje descomunal. Antaño presagiaron que Néstor Kirchner caería por “abrir demasiados frentes a la vez”, por pulsear firme la negociación de la deuda externa, por decirle “no al ALCA”, por enfrentar a los organismos internacionales de crédito. O que la misma Cristina caería después del conflicto con “el campo”, o por enfrentar a los multimedios o por redoblar la apuesta después de las elecciones de 2009. Las profecías se hicieron certezas cuando falleció Néstor Kirchner. Ahora dicen que la Presidenta, que sin duda está repensando los instrumentos de su política en aras de sostener sus objetivos tradicionales, se orienta hacia un rumbo distinto, marcado por la brújula de “los otros”. La cantidad de errores de diagnóstico cometidos por éstos no prueba, irrevocablemente, que vuelven a equivocarse. Pero induce, por ponerlo de forma piadosa, a dudar de su infalibilidad. Cuando en un par de meses o de años se repasen lo que fueron y serán sus acciones legislativas y ejecutivas de “desembarco” habrá más elementos para un balance. Las hipótesis del cronista se insinuaron en el resumen ejecutivo inicial y en el desarrollo posterior.

© Escrito por Mario Wainfeld y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 27 de Noviembre de 2011.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Sportivo Desamparados de San Juan 0 vs. Huracán 1... De Alguna Manera...

Valioso Cachorro...

Con gol de Javier Cámpora, Huracán le ganó por 1-0 a Desamparados en San Juan. Segunda victoria consecutiva para el Globo, que comienza a escalar posiciones.

De pura raza. Así se suele calificar a los grandes goleadores. Y, en esta ocasión, ese calificativo viene a la perfección. Con gol del Cachorro Javier Cámpora, Huracán derrotó 1-0 a Desamparados en San Juan. Segunda victoria al hilo para el equipo de Diego Cocca.

En el primer tiempo, el Víbora llegó con mayor peligro. En ese lapso de tiempo tomó relevancia la figura del arquero Lucas Calviño tapando un par de pelotas claves. A Huracán le costó hacer pie en el medio y estuvo lejos de inquietar a su adversario.

Ya en el complemento, con los ingresos de Cámpora (no jugaba desde la octava fecha ante Deportivo Merlo por una lesión en el bíceps femoral derecho) y Rodrigo Battaglia, el Globo mejoró. Comenzó a tener más la pelota y a llevar peligro al área rival. Sobre el final, Cámpora apareció, reluciendo su chapa de goleador, para decretar el resultado final. Valiosa victoria. Valioso Cachorro.

Con estos tres puntos, Huracán trepó a los 22 puntos. Toma aire el combinado de Diego Cocca. En la próxima fecha, jugará como local ante Defensa y Justicia. Por su parte, Desamparados, que hilvanó su segunda derrota al hilo, visitará a Aldosivi.

© Publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 26 de Noviembre de 2011.




Sportivo Desamparados de San Juan.

Nació el 10 de septiembre de 1919. Por entonces, un grupo de estudiantes de la Quinta Agronómica (hoy Escuela de Enología), muy futbolero, decidió formar un club. Al momento de buscar el nombre, no tuvieron mejor idea que llamarlo Desamparados, como la plaza en la que estaban reunidos. Y le antepusieron el Sportivo, para darle entidad de club.

El nombre también tuvo una relación especial con la Virgen de los Desamparados. “Esa virgen es la de los pobres. Y por entonces, los que fundaron el club desparramaban pobreza por todos lados”

Sportivo Desamparados allá por 1919 ocupaba un terreno baldío ubicado en calle Hipólito Irigoyen mas conocida como San Miguel, justo en la intersección con calle Reconquista en Rivadavia, al lado de la vía del Ferrocarril, fue su primer escenario de los partidos por ese entonces de forma amateur, porque aun no se formaba la liga sanjuanina de futbol. Luego se traslado de lugar para irse a donde hoy es la Escuela de Enología, ya en el departamento de la capital.

Desde 1938 a 1944 tuvo la cesión de un terreno cedido por el gobierno provincial en la Villa Zaballa, que después del terremoto se conoció como Barrio de Emergencia Ameghino. Desamparados podía ocupar ese espacio hasta 1948, pero las autoridades del club decidieron irse del lugar para que allí se levantara ese conglomerado. Sin lugar a donde ir momentáneamente se trasladaron a la Villa del Carril, al tiempo optaron por hacer una cancha en unos terrenos que pertenecían al Consejo Nacional de Reconstrucción Nacional (hoy INPRESS). Y de ahí, por fin, no se moverían más. Es que el 28 de octubre de 1960 y por ley provincial Nro. 2509, esos terrenos fueron donados al club, que no tardaría en levantar su estructura, como comenzaron fue trayendo las butacas del cine Esplendí que estaba ubicado en calle San Miguel cada vez que se jugaba para que se pudieran desarrollar los partidos.

En su historia Sportivo Desamparados tuvo diversos colores en su camiseta la primer camiseta fue a bastones celestes, blancos y negros. La segunda camiseta fue blanca con una franja negra atravesada. Luego cambio para incorporar el verde y blanco , desde allí fue adoptado por sus hinchas y por la institución, a pesar que en los últimos años hubieron otros colores también en la camiseta como fue el color Rojo, Azul,

Naranja, Gris, Siempre en camisetas alternativas.

El primer equipo de Sportivo fue formado por: Lucero, Cordiglia, González, Sánchez, Carabajal, Vidal, Alcaraz, Taborda, Mirayes, Oyarzu y Castro.

En su historia, Sportivo se dio el gusto de tener a casi una cuarta parte de su formación titular con la misma sangre en las venas. Y lo más curioso del caso y único en Argentina, es que sucedió en tres ocasiones. Se trata de los tres hermanos Nehín, de los tres Roldán y de los tres Vega, que compitieron por separado, aunque algunos de los miembros de los dos últimos clanes alcanzaron a jugar al mismo tiempo

Los que marcaron el camino fueron los Nehín, José, Pablo y Nahún, en las décadas del ’30 y ’40. Los tres integraron el equipo que logró el primer campeonato Oficial para Desamparados en 1928. José, “El Mundialista”, sin dudas fue el más destacado . Pero Pablo, “Pito”, logró jugar en Estudiantes y Gimnasia y Esgrima de La Plata. Por su parte, Nahún consiguió ser integrante de distintos seleccionados de San Juan

Los Roldán, Pablo, Orlando y Julio, jugaron juntos a principios de los años 60. Pablo, el mayor, fue el primero en vestir la casaca de Desamparados. Orlando se sumó luego y Julio después, tras la fusión que hizo Sportivo con Huracán Angaco, unión que desaparecería poco tiempo después.

La Barrick Gold en la Argentina... De Alguna Manera...

Bonasso: "El proyecto de Cristina es más entreguista que el de Menem"...

Miguel Bonasso, autor de El Mal, sobre el modelo K y la Barrick Gold. Fuente: Perfil.com

La Barrick Gold en la Argentina y la ruptura con el kirchnerismo. Miguel Bonasso toma aire, se indigna y lanza una cruzada contra la "entrega de la soberania nacional" a una corporación feroz que llegó para quedarse: Barrick Gold.

Su último libro, El Mal, editado recientemente por Planeta, sigue la trayectoria de este pulpo minero que según el periodista fue usado desde siempre como empresa "de fachada de la CIA" para cobijar negociados y que encontró en Argentina la protección del poder político.

Aunque acompañó a Néstor Kirchner desde la primera fila, junto a los defensores más fervientes, reconoce que se distanció cuando no pudo convivir con la posición de Cristina Fernández sobre la Barrick. La presidenta, en 2008, vetó la Ley de Glaciares (que había sido votada por unanimidad en el Congreso) y que el año pasado fue reformulada tras un acuerdo entre Bonasso y el senador Daniel Filmus.

“Es probable que la presidenta tenga intereses en común, no conozco el momento en que le dieron el cheque ni por cuanto es el cheque pero evidentemente hay corrupción estructural detrás de todo esto pero lo más grave, siendo gravísimo y debiendo ser penado, no es la corrupción si no lo que se está entregando: soberanía impositiva (el acuerdo tributario, delegando la capacidad de cobrar impuestos) y soberanía territorial”, acusa.

Aunque su investigación llegó a las librerías hace poco más de un mes, asegura que “hay una orden de arriba de no contestarme, generalizada, que abarca a todos: cómo le explican a los intelectuales de Carta Abierta y a los chicos de La Cámpora que este proyecto es mucho más entreguista que el de (Carlos) Menem. O sea, que es el continuación de Menem por otros medios pero es peor. ¿Cómo le explican a los militantes?”.

© Escrito por Juan Carlos Masilla y publicado por el diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 26 de Noviembre de 2011.