Empataron 0-0 en el Ducó. El Rojo necesitaba ganar para alcanzar al Pincha en la punta, pero la igualdad lo ubica segundo a dos puntos junto con Godoy Cruz. Silvera tuvo el triunfo, pero el arquero Monzón le ahogó el grito en un mano a mano. También Gandín falló un gol increíble sobre el cierre.
Independiente salió a copar la escena y a intentar el manejo del balón con Acevedo como titiritero. Hasta que Huracán quebró la presión, luego de un peligroso zurdazo de Núñez, con un par de trancazos de Esmerado (un león para ganar en la divididas), la actitud de Machín, que pareció jugarse algo personal contra sus ex compañeros, y la calidad permanente de Toranzo para el toque oportuno y el pase con ventaja para el receptor.
Apenas los de Avellaneda entibiaron su andar, Benegas dilapidó la
En la medida de que el Globo se imponía en el partido de la fricción, cuando era tiempo de la intensa batalla física antes de que la apuesta técnica, el Rojo empezó a retroceder y depender de que las manos de Gabbarini sostuvieran el cero a cero. Primero, el arquero se quedó un difícil disparo de Peralta y enseguida controló con la mirada un tijera de Benegas que se fue cerca de un palo.
La segunda mitad arrancó con una enorme gambeta de Clara a Tuzzio -el experimentado central quedó clavado como un conito de entrenamiento- y su derechazo se fue apenas por arriba. La respuesta visitante fue con dos largos envíos, suave el de Núñez e intenso el de Piatti.
Seguramente más caliente que el equipo, Gallego intentó variar la realidad con Gandín (reemplazó al frágil Gracián) y Patricio Rodríguez (sustituyó al turbulento Mancuello). Y como estaba creciendo Piatti, Independiente tuvo un ratito de esperanza, que justamente se cortó cuando el entrenador ordenó la salida de Núñez.
El silencio, en general, de la multitud que movilizó Independiente para respaldar al equipo era la muestra más acabada de que lo de afuera estaba en sintonía con lo que venía desde adentro.
Así, como cierre, Independiente resignó mansamente su orgullo de puntero con el que llegó a la casa de Huracán. Jugó mal como equipo y con las individualidades que se salvaron de la reprobación apenas le alcanzó para salvar un puntito. Su rival no lució como de los más complicados, aunque a la hora de jugar, como sabe que tiene poco, lo enfrentó con el corazón en la mano. Algo que, por lo menos anoche, Independiente no parece dispuesto a entregar.
© Escrito por Eduardo Castiglione y publicado en el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 24 de Abril de 2010
Los Goles...
¿?
Tolo muy complicado...
Independiente no pudo con Huracán en Parque Patricios y le dejó la punta servida a Estudiantes. Silvera falló un mano a mano sobre el final. El Tolo sufre: se viene Boca, va a La Paternal y cierra con Lanús.
Por momentos acariciándola, ella se ponía mimosa. Se arrimaba, coqueteaba con Silvera, que la maltrataba pegándole con la chancleta y la dejaba pasar otra vez. Se le acercaba a Gandín, lo atraía con su mirada fascinante. Le guiñaba un ojo y el Chipi, tímido Chipi, tuvo los botines torcidos con el arco libre. Finalmente, Pezzotta terminaría anulando la jugada por offside del delantero. La punta, la que se le hizo pesada a Godoy Cruz, a Argentinos y hasta alguna vez al mismísimo Independiente, sedujo, pero el Rojo en lugar de tirarle un ramo de flores, la cascoteó.
Porque Huracán, sicario de los sueños del equipo del Tolo, tuvo un planteo inteligente después de que en la primera mitad se preocupara más por los tres palos de Monzón que los de Gabbarini. Con el ingreso de Laurito, se paró de contraataque y pudo haberlo ganado. Enfrente, con Galeano de cuatro, no se atacó por la punta izquierda, donde Mareque y Mancuello tendrían que haber sido salida. Se optó porque Pïatti -de muy buen partido- tomara los hilos solito y solo. Nacho tuvo pinceladas por aquel costado, pero excesiva individualidad.
No más que eso fue el Rojo, que tuvo con qué, pero en eso se quedó. Con Núñez con el cañón ablandado y Gracián con los foquitos quemados, la creación de juego sólo pasó por el ex Gimnasia. Patito Rodríguez entró, pero no fue Pato: tiró un par de aletazos de poco vuelo. Atrás, se sufrió menos. Velázquez estuvo impasable y Galeano no desentonó. Ambos anularon a Gino Clara, que se quedó en gambetas intrascendentes.
La punta, la perra punta, se fue con el otro: Estudiantes. Engañó a Independiente, cuchicheó con ambos hasta que el Pincha la tomó como amante. Habrá que ver si bajó un par de kilos o es la misma regordeta que alguna vez tuvieron el Tomba y Argentinos. Pesada como pocas...
© Escrito por John Jones y publicado en el Diario Deportivo Olé el sábado 24 de Abril de 2010