Dogmas insensibles…
Economía
en riesgo, dólar, presión impositiva y a provincias. Las condiciones de Exxon y
la denuncia contra Metrovías.
Néstor Kirchner
demostró durante su gestión haber aprendido una lección: el dólar representa en
nuestra cultura económica un referente para expresar la confianza en la
efectividad del plan económico de un gobierno. En su gestión, esa confianza
volvió y el dólar se estabilizó. La razón esencial: el equilibrio de las
cuentas fiscales. Para la obtención de dicho fin, Kirchner contó con una
ventaja enorme, la devaluación hecha por Eduardo Duhalde y la participación
clave de Roberto Lavagna.
Todo eso es un
recuerdo lejano. Aquellos principios han sido dejados de lado por la
administración de Cristina Fernández de Kirchner, que evidencia la ausencia de
un manejo racional de la economía, a la que le agrega falta de aprendizaje de
la historia. Ese aprendizaje le hubiera permitido a la Presidenta saber que
cuando un gobierno tiene que hablar
todos los días del dólar para decir que no pasa nada, es porque algo pasa. Así
caería en la cuenta de que no vale la pena abundar en pronósticos de dudoso
cumplimiento. Con su alusión a que los que compren dólares habrán de perder
plata, hecha durante su autoreferencial discurso del 25 de mayo en Bariloche,
la Presidenta no hizo más que evocar la tristemente célebre frase de Lorenzo
Sigaut, ministro de Economía de la última dictadura, “el que apuesta al dólar,
pierde”.
Junto con este
aprendizaje, es urgente que la Presidenta salga del círculo áulico de quienes
le escriben un verdadero “diario de Yrigoyen”. A ese diario contribuyen
funcionarios como la secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri. Para
muestra basta la respuesta que, con tono admonitorio, la funcionaria le dio a
nuestro colega Eduardo Anguita en su programa por Radio Nacional. “No hay fuga
de dólares”, dijo Paglieri. Agregó que tampoco habían miles de autos que
aguardan en Zárate a que se les liberen los permisos de importación. Lo grave
no es que la funcionaria lo haya dicho sino que la Presidenta lo crea. Esos
autos siguen esperando y la salida de divisas en el primer trimestre, con el
cepo cambiario a pleno, llegó a los 1.600 millones de dólares.
El problema
principal que lleva a esta situación es
el déficit fiscal, que no para de crecer. Por eso crece la presión impositiva.
De ahí que el reclamo de la dirigencia sindical por el aumento del mínimo no
imponible, un impuesto que castiga a los trabajadores, sigue en vía muerta.
Una de las consecuencias más gravosas
que padecen muchos de ellos es que, tras los aumentos en las paritarias, muchos
habrán de cobrar menos de lo que percibían antes de dichos aumentos. Un
disparate.
Otra de las
consecuencias de ese déficit fiscal creciente la padecen las provincias. Dentro
de ese universo, el mayor impacto se verifica en la provincia de Buenos Aires.
Por lo tanto, la presión sobre Daniel Scioli para sacar la reforma impositiva,
como sea, es brutal. La aprobación de esta reforma es crucial para evitar el
desdoblamiento salarial en los municipios. Ya hay algunos en los que ello
ocurrió, lo que fue subsanado por el envío dispuesto desde la Nación de los
legendarios ATN (Ayuda del Tesoro Nacional) que están siempre dispuestos para
ayudar a los intendentes K. El Estado nacional también se beneficia de esta
reforma, ya que lo correspondiente a bienes personales pasará a engrosar sus
enflaquecidas arcas. Se ejerce sobre Scioli una verdadera de extorsión, lo que
por ahora el gobernador ha aceptado sin chistar. Ya le prometieron que si saca la
reforma habrá fondos nacionales. Hasta ayer por la tarde había reuniones
tratando de destrabar la situación.
Una de las acciones
que con esta escasez de fondos se dificultan afecta a YPF. Las tareas de
exploración se complican y la explotación del fenomenal pozo de shale gas de
Vaca Muerta también. Allí hacen falta inversiones de magnitud para las que el
Estado hoy no tiene fondos. Por eso es que se están buscando asociaciones con
empresas petroleras internacionales. Una de las invitadas fue Exxon, cuyas
condiciones para entrar en el negocio han sido consideradas leoninas por
quienes se entusiasmaron con la nacionalización de YPF. Las tres primeras de
ellas son:
1. Garantía de que
no se modificará el marco impositivo bajo el que Exxon desarrolla su negocio en
la Argentina.
2. Garantía de que
podrá remesar sus dividendos a su casa matriz en los Estados Unidos sin ninguna
limitación.
3. Sometimiento de
las eventuales disputas legales a la jurisdicción de los tribunales de Nueva
York.
Lo cierto es que en YPF
lo que abunda, por ahora, es la confusión.
En este marco, el
Gobierno decidió, tres meses después de la previsible tragedia de Once,
quitarle la concesión de los ferrocarriles Sarmiento y Mitre a TBA. Al hacerlo,
transfirió la operación de esos ramales a una unión entre Ferrovías y
Metrovías. Resulta curiosa esta decisión –todo es curioso en el mundo K– si se
tiene en cuenta una denuncia que el 18 de mayo hizo la ANSES a Metrovías ante
la Comisión Nacional de Valores. En esa denuncia se lee: “El organismo
previsional solicitó la apertura de la investigación y la aplicación de
sanciones, al evaluar que perjudicó económicamente a la operadora de la Red de
Subtes de Buenos Aires, donde (la ANSES) posee el 8.55% de las acciones”.
Ocurre que Metrovías
procedió a tercerizar la publicidad en la vía pública, cosa que hizo a través
de una subconcesión a la empresa Metrone S.A. Lo que ocurre es que,
casualmente, Metrone es una sociedad perteneciente a Benito Roggio e Hijos S.A.
que, a la vez, posee el 90.6% de las acciones de Metrovías. En atención a este
detalle, la ANSES continúa diciendo en su denuncia que “la falta de adecuación
del canon mensual por la explotación de la publicidad benefició indirectamente
al accionista contratante (Roggio) en perjuicio de Metrovías y de su accionista
minoritario, ANSES”. Finalmente, en el penúltimo párrafo de esta denuncia, se
lee que
“ANSES también denunció a
Metrovías por detectar contratos de préstamos de dinero, presumiblemente
excediendo el objeto social de la compañía, y de asesoramiento técnico con
firmas que constituyen el Grupo Roggio”.
¿Con empresas así se
piensa en mejorar el servicio del Ferrocarril Sarmiento y el del Mitre? ¿El
ministro Julio De Vido desconocía todo esto? ¿Este es el nivel de información
que existe en el Ministerio de Planificación sobre las empresas a las que se
les concesionan servicios tan sensibles como el de los ferrocarriles? ¿Cuál es
la circulación interna que hay en el Gobierno de la información sobre temas tan
sensibles? Cuántas preguntas ante un Gobierno que ha hecho del “no sabe no
contesta” un dogma.
Producción
periodística: Guido Baistrocchi..