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lunes, 1 de mayo de 2023

La máquina de la longevidad: viaje al enigma del envejecimiento… @dealgunamaneraok...

 La máquina de la longevidad: viaje al enigma del envejecimiento…


La máquina de la longevidad pretende responder a diversas preguntas sobre el envejecimiento. ¿En qué consiste este experimento? ¿Qué han encontrado hasta ahora? Descúbrelo en el siguiente artículo.
 

© Escrito por Edith Sánchez el sábado 29/04/2023 y publicado por La Mente es Maravillosa de la Ciudad de Salamanca, Reino de España.

La máquina de la longevidad es el nombre coloquial que se le ha dado a uno de los experimentos más ambiciosos de la actualidad
. Se trata de una plataforma llamada Lifespan Machine, desarrollada por científicos del Centro de Regulación Genómica de Barcelona. Su objetivo: descifrar los misterios del envejecimiento.

 

Este es un tema sobre el que subsisten muchas preguntas sin resolver. De hecho, uno de los investigadores cataloga a este proceso como «un juego de ruleta», debido a que, por ejemplo, dos gemelos idénticos muchas veces envejecen de forma muy diferente. Lifespan Machine pretende descifrar enigmas como ese.

 

En principio, la edad se calcula tomando como punto de referencia la fecha del nacimiento. Sin embargo, es posible que una persona luzca mucho más joven que otra de la misma edad, incluso si ambas llevan el mismo estilo de vida. ¿Por qué ocurre? Esta máquina busca aclararlo.

 

«La existencia de una máxima longevidad sigue siendo algo controvertida. Los expertos pueden mirar los mismos datos y sacar conclusiones opuestas. Lo que se sabe seguro es que, en muchos países, hemos visto que la esperanza de vida ha subido de promedio diez años en el último siglo. ¿Por qué esto no debería continuar?».

-Nicholas Stroustrup a El Mundo-

 

La máquina de la longevidad.  

El experimento busca respuestas a los misterios que rodean el sendero del envejecimiento. 


El grupo que trabaja con la máquina de la longevidad es dirigido por Nicholas Stroustrup, quien imaginó el proyecto cuando era estudiante de doctorado en la Universidad de Harvard. Sus primeros sujetos experimentales fueron gusanos, examinados en equipos precarios.

 

Los resultados iniciales de sus observaciones aparecieron en la Revista Nature, en 2016, y señalaron que la dinámica de envejecimiento del organismo, en contextos genéticos y ambientales invariables, proporcionan las bases para evaluar procesos que determinen la duración de la vida. 
 

En la actualidad, lo que se hace en el Centro de Regulación Genómica es analizar el comportamiento de miles de gusanos, desde que nacen hasta que mueren. Estos ejemplares son monitorizados de manera continua. Los aparatos generan una imagen de cada animal a la hora.

 

Así sucede durante meses, produciendo al final una enorme cantidad de datos, que serán objeto de un análisis estadístico posterior. Con las conclusiones, los investigadores quieren obtener modelos matemáticos para predecir la esperanza de vida y la salud futura de los organismos.

 

Se estima que en el laboratorio hay más de 20.000 gusanos. Cuentan con 35 escáneres activos de modo permanente en cámaras refrigeradas. A primera vista, se nota la diferencia entre los gusanos jóvenes y los viejos: los primeros no paran de moverse, mientras que los segundos son mucho más pasivos. 

Esto apoya una de las hipótesis de Stroustrup, derivada de sus primeras pesquisas como estudiante: el envejecimiento y la movilidad son factores estrechamente ligados.
 

Las edades biológicas. 


El gran propósito de Lifespan Machine es aportar datos valiosos para predecir la esperanza vida.   

El ser humano sigue tomando como parámetro la edad cronológica, pues hasta el momento no hay ningún dispositivo que mida la edad biológica de forma precisa. Sin embargo, de manera intuitiva, hace tiempo se sabía que hay personas en las cuales las dos edades no coinciden. Por ejemplo, algunos tienen 30 años, pero se ven como de 45 o más. Otros tienen 50 y todo el mundo piensa que son más jóvenes 

Sea cual sea la edad, como menciona un artículo del Cuaderno de Cultura Científica, este número no coincide con la edad de los tejidos. El argumento es que algunas estructuras que conforman el cuerpo tienen horas mínimas de existencia y solo unas pocas son las que acompañan desde el nacimiento.

 

Gracias al proyecto Lifespan Machinehoy se sabe que no solamente existe una edad biológica, sino al menos dos. Así lo señalan las conclusiones publicadas en la revista Plos Computational Biology.

 

Una de esas edades está determinada por lo que los científicos llaman «cese del movimiento vigoroso». Esto quiere decir que los cambios en la fortaleza de los movimientos del cuerpo están asociados al envejecimiento. Cuanto menos movimiento vigoroso haya, sin importar cuál sea la edad cronológica, mayor envejecimiento.  

La otra edad biológica es la que determina la muerte del organismo. Ambas se correlacionan de manera positiva.  

Un largo camino para la máquina de la longevidad.

El doctor Nicholas Stroustrup está convencido de que en realidad existe toda una constelación de edades en un mismo organismo. En el caso de los humanos, una persona podría tener 60 años, pero las células de sus órganos podrían ser de menor edad. 

La dificultad para resolver estos misterios está en que, en la actualidad, es imposible realizar experimentos de este tipo con los seres humanos. Quizás tardarían siglos en producir resultados. De todos modos, ya es un gran avance contar con una base sólida para afirmar que en un mismo individuo es posible que se produzcan en simultáneo diversos procesos de envejecimiento. 

La máquina de la longevidad aportaría datos valiosos para lograr lo que la ciencia ha buscado siempre: prolongar la vida por más tiempo. Por lo pronto, se adelantan en el estudio de cómo cambia cada gen con el transcurrir de los años. Aún está lejos de entenderse si es posible detener el envejecimiento y cuál es el camino para lograrlo. 

Artículo Verificado. 

Este artículo ha sido revisado en profundidad por el psicólogo Sergio De Dios González, para garantizar que la información presentada sea lo más precisa posible, cumpla con nuestros estándares de calidad y presente datos respaldados por fuentes confiables, reflejadas en la bibliografía y los enlaces dentro del texto. Más información 

Los contenidos de La Mente es Maravillosa se redactan solo para fines informativos y educativos. No sustituyen el diagnóstico, el consejo o el tratamiento de un profesional. Ante cualquier duda, es recomendable la consulta con un especialista de confianza. Para mayor información consulta nuestra política editorial.




 

domingo, 9 de mayo de 2021

¿Cuál es la diferencia entre depresión y tristeza? @dealgunamaneraok...

 ¿Cuál es la diferencia entre depresión y tristeza?


¿Estar triste significa tener depresión? No. Estar triste, afirman los expertos, es un síntoma, mientras que la depresión es una enfermedad.

 

© Publicado el jueves 25/03/2021 por el Blog de Farmacias del Doctor Ahorro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, república de los Argentinos.

 

El doctor Javier Schlatter, psiquiatra de la Clínica de la Universidad de Navarra (España) contó que hay una diferencia esencial en Medicina que es la diferencia entre tener un síntoma y padecer una enfermedad.

 

Por eso, el psiquiatra mantuvo que la tristeza y la depresión se parecen en ese síntoma, en la tristeza, que está presente en ambos casos, aunque la depresión tiene muchos más síntomas, como la falta de ganas, la apatía o anhedonia a la hora de hacer las cosas, la irritabilidad, así como estar más emotivo o sensible.

 

“La enfermedad tiene lugar cuando estos síntomas de depresión se mantienen más de dos semanas, y llegan a afectar a la vida de la persona. No obstante, siempre tienen que ser supervisados estos casos por un especialista”, afirmó el experto.

 

El psiquiatra recordó que la depresión suele ser más frecuente en la mujer, aunque por regla general manifestó que tiene menos problemas a la hora de solicitar ayuda cuando la necesita; algo que al hombre no le pasa, porque suele tener una mayor dificultad para reconocer que tiene un problema y pedir ayuda.

 

Orígenes de la depresión

 

El psiquiatra destacó sobre el origen de la depresión que no siempre esta depende de la persona, y señaló que, clásicamente, habría dos tipos: biológica, y psicológica. “La más frecuente es la segunda, y en los países occidentales sobre todo la relacionada con el estrés”, explicó.

 

Además, el experto de la Clínica Universidad de Navarra señaló que la depresión tiene un componente genético, que aumenta el riesgo, aunque es bajo. “No es como en otras enfermedades, donde se hereda muchísimo. En las depresiones de origen psicológico puede darse un aprendizaje, personas que han visto en sus familiares la depresión, que su forma de ser se puede hacer depresiva, y esto es otro factor que no se hereda pero que también se transmite externamente en este caso”, aseguró.

 

También explicó que muchas personas caen en depresión por causas externas que les sobrepasan. “Algunas depresiones son resistentes, pero la mayoría tienen curación porque son de origen psicológico y se podrían superar porque se dan por circunstancias concretas que pueden dejar de existir. En este caso, en las que tienen curación, el tratamiento es mitad psicológico y mitad biológico, farmacológico”, aclaró Schlatter.

 

Fuente: Europa Press para Diario La Nación



Diferencias entre tristeza y depresión



Buena parte del lenguaje psicológico ha pasado a ser de dominio popular, pero no siempre lo ha hecho de manera precisa ni trazando las equivalencias adecuadas.
 

© Escrito por Edith Sánchez el domingo 04/08/2018 y publicado por La Mente es Maravillosa de la Ciudad de Salamanca, Reino de España.

 

Uno de los ejemplos clásicos de esto es la dificultad que muchos tienen para establecer las diferencias entre tristeza y depresión. Así, la inclusión en el lenguaje popular de la palabra “depresión" en ocasiones ha dado pie a la confusión e incluso al desprecio de esta como enfermedad.

 

También se ha ido fomentando un cierto rechazo a algunos estados de ánimo. La tristeza, entre ellos. Por eso a algunos les resulta más fácil decir que están deprimidos, a confesar que se sienten tristes. Lo primero suena más técnico; lo segundo, más asociado a la fragilidad humana.

 

Lo cierto es que hay grandes diferencias entre tristeza y depresión. La primera y más importante de ellas es que la tristeza es un estado de ánimo, mientras que la depresión es un trastorno y como tal debe ser tratado. Por eso es importante diferenciar bien estos conceptos..

 

1. Duración, un factor decisivo

 

La duración de los fenómenos psicológicos no es un dato exacto. Pese a ello, sí se trata de un dato que, junto con otros, permite hacer una aproximación más precisa a lo que le sucede a una persona. Por definición, una emoción tiene una duración breve.

 

Una de las grandes diferencias entre tristeza y depresión es que la primera es una emoción pasajera, mientras que la segunda es relativamente crónica (salvo que se realice la intervención adecuada). Una persona debe experimentar la tristeza durante seis meses de manera continuada para que, según los criterios diagnósticos, podamos sospechar la existencia de una depresión.




2. Abulia, un factor que marca diferencias entre tristeza y depresión.

 

La abulia es básicamente una dificultad o resistencia para actuar. Cuando una persona está triste se siente menos motivada para realizar algunas actividades. Quizás reduzca su vida social, o le dedique menos tiempo al trabajo o a otras tareas que realizaba habitualmente. Aún así, sigue manteniéndose activa.

 

Una persona deprimida, en cambio, es superada por este desánimo. Desatiende sus obligaciones y no es capaz de llegar a los reforzadores que le ofrece el medio. Habla frecuentemente de su cansancio o fatiga y reduce sus actividades al mínimo por un tiempo relativamente largo. De ahí que la depresión en términos clínicos presente un cuadro muy parecido al de un trastorno de ansiedad.

 

3. Grado de aislamiento

 

Otra de las diferencias entre tristeza y depresión se refleja en el grado de aislamiento que hay en cada uno de esos estados. Es habitual que una persona triste busque a personas cercanas para hablar acerca de lo que siente. También es usual que busque consuelo en otros, pese a que puede mantener cierto grado de aislamiento social. En este sentido, dependerá de la personalidad y de las estrategias de afrontamiento.


En la depresión, en cambio, comienza a aparecer un rechazo constante al contacto con los demás.

 

La persona deprimida se guarda para sí sus sentimientos y aunque no se siente bien estando sola, lo prefiere a tener que compartir con los demás. Progresivamente se aísla, incluso de las personas más cercanas.




4. Nivel de funcionalidad

 

Un factor que marca grandes diferencias entre tristeza y depresión es el nivel de funcionalidad. En el caso de una persona triste, su estado de ánimo solo modifica levemente su tren de vida habitual. Quizás sea menos dinámica o más reservada, pero básicamente realiza todas las actividades que realizaría en un día normal. 


En cambio, cuando una persona padece depresión, su rutina habitual se ve frecuentemente alterada. Le cuesta mucho trabajo cumplir con sus obligaciones laborales, familiares, sociales, afectivas, etc. Es usual que se vea repetidamente dando o inventado excusas para encubrir su falta de compromiso o su incumplimiento. No logra ajustarse a una rutina “normal”.




5. Desesperanza

 

Una persona puede estar triste por diferentes motivos, casi siempre asociados a una pérdida o a una situación conflictiva que no logra resolver. Aunque experimenta dolor emocional, también es capaz de reírse, de mirar hacia el futuro y de hacer planes. Puede que no tenga respuestas, pero siente que hay un mañana que podría ser mejor. En el de la persona deprimida, lo que hay es desesperanza. Cuando se mira hacia el mañana todo lo ve oscuro. No hay ni interés, ni deseo, ni capacidad de proyectarse hacia el futuro. ¿Cómo hacerlo si vivir el presente ya le cuesta un mundo?

 

Como vemos, hay existen diferencias importantes entre tristeza y depresión. Esta última debe ser atendida y tratada por un profesional de la salud mental, ya que se trata de un trastorno que no va a desaparecer por sí solo y que, por lo tanto, demanda una intervención especializada.