Mostrando las entradas con la etiqueta Devaluación Argentina. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Devaluación Argentina. Mostrar todas las entradas

domingo, 6 de septiembre de 2015

Devaluación: Publicación "Gorila", ¿Gorila?... @dealgunamanera

China, Brasil y el camino del dólar a $20 en Argentina... 

Todos sabemos que el dólar se apreció en los últimos 12 meses en todo el mundo. Pero, ¿cuánto se fortaleció contra cada país?

Veamos el siguiente gráfico: 



En función de estos datos podemos decir dos cosas:

1. El peso argentino (al tipo de cambio oficial) es la cuarta moneda que menos terreno perdió en el mundo frente al dólar, luego del yuán, la libra y el franco suizo. No sólo eso, la inflación en China es del 1,6%, en el Reino Unido es del 0% y en Suiza es del -1,3%. Si tenemos en cuenta que en Argentina la inflación del último año se aproxima al 30%, observamos que en términos reales, Argentina se encareció contra prácticamente todos los países del mundo. A esto nos referimos los economistas cuando hablamos de “Tipo de Cambio Atrasado”.

2. China es el país cuya moneda menos se desvalorizó contra el dólar en el último año. Si miramos la evolución del yuan en los últimos 5 años, nos encontraremos con que es la moneda que más se ha fortalecido en el mundo. Esta valorización de la moneda comienza a ser un problema grave para China. Ahora bien, observemos la evolución del yuán y de sus pares asiáticos contra el dólar en los últimos 5 años:

  
¿Qué podemos concluir de esto? Que el gigante asiático se está volviendo caro frente a los Estados Unidos. Además, los salarios en China vienen creciendo rápidamente, por lo que su problema de competitividad se agrava aún más:


Hace una década se necesitaban 8,25 yuanes para comprar un dólar; hoy sólo se necesitan 6,40. En dicho período, el salario promedio se multiplicó por 4. En consecuencia, si China pretende seguir siendo la fábrica del mundo, va a necesitar ser aún más competitiva. ¿Qué consecuencias trae una devaluación de China y qué implica esto para Argentina y Brasil?

China es el principal socio comercial de Brasil y recibe el 20% de sus exportaciones. A su vez, es el segundo socio comercial de Argentina representando el 7% de nuestras exportaciones. Teniendo en cuenta que Brasil es el mayor socio comercial de Argentina, si la devaluación del yuan es mala para Brasil, también lo es para Argentina.

¿Qué bienes exporta Brasil a China? Del total, el 40% es soja y otro 40% es mineral de hierro.

¿Qué exporta Argentina a China? Alrededor del 60% está relacionado al complejo sojero.

Entonces veamos, ¿Qué sucedió recientemente con la soja cuando se efectivizó la devaluación china?


El precio de la soja Chicago cayó de US$ 10,10 a US$ 9,25 por bushel (de US$ 460 a US$ 425 por tonelada métrica). Esta importante caída del 7% es una muy mala noticia tanto para Brasil como para Argentina.

Conclusiones:

Luego de la impresionante revalorización del yuán en los últimos 10 años, China aún tiene mucho espacio para devaluar. ¿Por qué debe hacerlo? Porque está perdiendo competitividad a gran velocidad y ello afecta su nivel de crecimiento, que aunque hoy se encuentra en 6,5%, ha mostrado una desaceleración sin pausa durante la última década.

No es sólo el descontrol en la emisión de pesos lo que pone presión sobre el dólar en Argentina. Esta vez, las presiones que vienen desde afuera también empujan hacia una devaluación absolutamente inevitable.

Si quisiéramos retroceder en el tiempo y ver la foto de Argentina y Brasil de hace 12 meses, tenemos que analizar que:

1. El peso se depreció un 10% frente al dólar, mientras que el real lo hizo en un 35%.

2. La inflación en Brasil fue del 9% en los últimos 12 meses, mientras que en la Argentina fue del 30%.

Necesitaríamos un dólar oficial en $20 sólamente para encontrarnos en exactamente el mismo lugar que hace un año con Brasil. Y hacia allí vamos. El dólar en Argentina sigue barato y tiene mucho espacio para subir.

© Escrito por Miguel Angel Boggiano el miércoles 19/082015 y publicado por la Revista Fortuna de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

domingo, 23 de agosto de 2015

–Devaluá vos. –No, devaluá vos… @dealgunamanera...

–Devaluá vos. –No, devaluá vos…

El jueves Cristina terminó su recorrido oral por los balcones de la Casa Rosada con Scioli y Zannini. Foto: Presidencia de la Nación

A poco más de 100 días de las elecciones, nadie quiere explicitar concretamente cómo cambiará nuestra vida económica en tan poco tiempo.

Hace un año, en agosto del año pasado, con 2,20 reales se podía comprar en Brasil un dólar; hoy se necesitan 3,50. El dólar aumentó su precio 60% en un año, y como la inflación en ese país se acerca al 10% anual, se podría simplificar diciendo que el aumento neto fue del 50%.

Un precio del dólar oficial (y si hubiera desdoblamiento cambiario, del dólar sin restricciones) 50% más caro por arriba de la inflación es lo que están previendo para sus planes de negocios 2016 algunas de las empresas que tienen cómo método planificar su año siguiente.

El dólar oficial cerró el viernes a $ 9,26, y si hubiera una inflación anual de 25%, ese 50% de aumento real llevaría el precio del dólar promedio de 2016 (simplificadamente, a mitad del año próximo) a superar los $ 16. Equivalentes –descontando esa tasa de inflación– a alrededor de $ 14 de hoy.

Pero es probable que en Brasil el dólar haya aumentado más de lo económicamente lógico, habiendo un agregado de inestabilidad política que exageró su precio, algo similar a lo que sucede con el dólar blue en Argentina.

Y un cálculo más simple para nuestro país es imaginar el precio “verdadero” de hoy del dólar en Argentina en algo intermedio entre el del dólar oficial y el del dólar blue, lo que nos llevaría a $ 12,50 actuales.

Pero sean $ 14 o $ 12,50 de hoy, ninguna empresa está haciendo su plan de negocios para 2016 con el dólar al precio actual de $ 9,26 más la inflación. Casi nadie duda que, sea el 50 o el 30%, habrá un aumento real del dólar promedio en 2016. La pregunta es: ¿cuándo se blanqueará el retraso cambiario?

Dicen que al informarle Cristina Kirchner a Scioli que su vicepresidente sería Zannini, Scioli trató de obtener en compensación que por lo menos se devaluara antes del 10 de diciembre, pero que la Presidenta categóricamente le dijo que quien tendría que devaluar era él.

Otro punto será cómo se devaluará: con o sin desdoblamiento cambiario. Ya casi nadie cree que, aun ganando Scioli, haya gradualismo para resolver la falta de dólares ni que el atraso cambiario se pueda ir corrigiendo en varios años.

Porque, sea quien fuere presidente, tampoco le convendrá pasar parte del ajuste para 2017 –año nuevamente electoral–, y sería lógico que siguiera la máxima maquiaveliana de “todo el mal junto, todo el bien de a poco”, por lo menos en aquello más urgente. Acordar con los holdouts para volver al mercado de crédito internacional normal, junto con la reducción de ciertos subsidios, serán tareas prioritarias para quien asuma el próximo gobierno.

Pero a pesar de que faltan sólo 108 días para el 10 de diciembre, nadie quiere explicitar concretamente cómo cambiará nuestra vida económica en tan poco tiempo. Pareciera haber un tácito pacto social de empresarios, políticos y sus economistas para no profundizar sobre el tema, en parte porque quien lo haga perdería votos, pero también porque creen que la comprensión anticipada de la sociedad sobre lo que sucederá podría agravar la corrección posterior. 

Y cuando se los apura a los candidatos y sus asesores económicos acerca de cómo resolverán el problema de la falta de dólares, todos sostienen que no será necesario un ajuste y que “un shock de confianza” hará que lluevan dólares de inversiones sobre Argentina, algo que, de suceder, no exceptuará de costos a parte de la población.

Las sociedades tienen la dirigencia que las representa, y quizás muchos argentinos deseen no enterarse, como algunas personas prefieren hacer frente a las enfermedades inevitables. De ser así, no sería ilógico interpretar las declaraciones de la mujer de Scioli, que puso en duda que su marido vaya a participar de un debate entre candidatos presidenciales, como una señal de la misma inconveniencia de tener que decirle a la audiencia aquello que no quiere escuchar, lo que en un debate presidencial se hace más difícil omitir, y hasta de un acuerdo con Macri en ese sentido.

Scioli y Macri comparten, además de su predilección por el verano de Cerdeña, una cultura italiana tan superficial en lo político como profunda en lo cultural. Y tal vez piensen que el alma argentina no esté hecha para precisiones. Como tampoco la de ellos mismos, siendo ésa una de las claves de sus éxitos.

La última novela de Umberto Eco, Número cero (ver reportaje en suplemento Domingo), es sobre política y periodismo. Allí puso frases que demuestran que los argentinos no estamos solos en el mundo.

* * *
“No son las noticias las que hacen al diario, sino el diario el que hace las noticias”. “Los diarios no están hechos para difundir, sino para encubrir noticias”. “El engaño es un estado de la mente y es la mente de un Estado”. “En su género es un Dios, es su género el que es una mierda”. “Si quieres ganar, tienes que saber una sola cosa y no perder el tiempo en sabértelas todas; el placer de la erudición está reservado a los perdedores 

(N. d. R: precisa mucho tiempo). Cuanto más sabe uno, es que peor le han ido las cosas.”  Número cero,Umberto Eco

© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 23/08/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

domingo, 2 de febrero de 2014

L'ultimo tango dell'Argentina che spaventa il mondo… De Alguna Manera…


L'ultimo tango dell'Argentina che spaventa il mondo…


La banca centrale sta combattendo una battagli disperata contro la svalutazione del peso. Servono duecento milioni di dollari al giorno per salvare il Paese dal baratro ne quale sta nuovamente precipitando. Torna l'incubo del 2001: default e sanguinosa cancellazione del debito. Da allora molto è cambiato: gli investimenti stranieri ormai guardano altrove e oggi Buenos Aires è sola.

BUENOS AIRES - L'ingresso della Banca centrale a Buenos Aires è un tempietto neoclassico di colonne bianche non lontano da luoghi molto più carichi di passato e simboli: la plaza de Mayo, la Casa Rosada, la Cattedrale dell'episcopato. È il "microcentro" della capitale argentina, la City. Un reticolo di stradine pedonali dove di giorno è quasi impossibile camminare senza sbattere contro qualcuno ma che, dopo il tramonto si svuota, diventando un labirinto abbastanza pericoloso per l'incolumità del neofita. È qui, nella Banca centrale, che si combatte in queste ore l'ultima guerra d'Argentina, la battaglia del peso. Sostenere la moneta locale dalla svalutazione sta costando alle riserve monetarie del Paese quasi 200 milioni di dollari al giorno. Tanti ne stanno gettando sul mercato i funzionari della Banca per impedire il disastro. Ma, a questi ritmi, è una guerra già persa. Sul campo minato della battaglia finanziaria l'Argentina ha già lasciato quasi 4 miliardi di dollari delle sue riserve nel breve volgere di dicembre e gennaio, l'estate australe da queste parti. Due mesi, massimo tre, dicono gli economisti, e quando lo Stato non avrà più dollari per sorreggere il valore della sua moneta arriverà il crac. Si salvi chi può.

D'altra parte basta dare uno sguardo alle cifre. Il dollaro si scambia sul mercato ufficiale controllato a 8 pesos mentre su quello "vero", parallelo, libero, continua a crescere. Era a undici, poi a dodici, oggi è a tredici. Il 60% di più. Per contenere la pressione, all'inizio della settimana, il governo ha dischiuso l'uscio. Ha svalutato e liberato parzialmente l'acquisto di dollari che era completamente proibito alle persone dalla fine del 2011. Non basta. La fuga dai pesos è ormai un fiume in piena e chiunque ha risparmi cerca di metterli al sicuro nelle monete forti.

Così l'Argentina è tornata a correre sull'ottovolante come alla fine del 2001 quando la crisi precipitò nel default, nella cancellazione del debito estero dei bond (che tanti risparmiatori italiani stanno ancora soffrendo) e in una delle svalutazioni più pesanti della storia. Lo scenario c'è tutto. L'inflazione cresce (+4% solo a gennaio), il deficit fiscale - ossia la differenza fra quanto lo Stato spende e quanto incassa - pure. Mentre i sindacati si preparano al rinnovo dei contratti pretendendo aumenti al di sopra del 30%, ossia l'inflazione reale del 2013. L'altro guaio che confonde la congiuntura è l'immagine di debolezza e confusione del governo.

La Presidenta Cristina Kirchner non c'è. A dicembre è scomparsa per settimane nei suoi possedimenti in Patagonia convalescente per una operazione. A causa di una caduta le si era formato un ematoma nel cranio. È tornata a Buenos Aires solo per andare all'Avana dove, mentre il suo esecutivo tremava, si è fatta fotografare insieme a Fidel Castro e alla moglie dell'anziano ex lider maximo, Delia Soto del Valle. Ha evitato accuratamente il vertice economico di Davos. È nervosa, distratta. Forse vorrebbe addirittura mollare prima di essere travolta dalla tempesta in arrivo. In tv vanno, una volta per uno, il segretario alla presidenza, Capitanich, e il ministro dell'Economia, Axel Kicillof. Provano a mettere delle pezze. Chi compra dollari per la paura del crollo del peso è "un traditore della patria", affermano. "L'ultima svalutazione non avrà effetto sui prezzi", giurano. Altrimenti minacciano multe e sanzioni ai negozi che "speculano". Ma il circolo ormai è vizioso e nessuno sa veramente cosa fare per invertire lo scivolone ormai dietro l'angolo.

Se lo Stato spende i suoi dollari per sostenere il peso, non ne ha per finanziare le importazioni. I supermercati si svuotano, le fabbriche si fermano. La scarsità dei prodotti rilancia l'inflazione. Nessuno vende perché non sa quanto costerà domani quello che ha. Così si favoleggia di container alla rada lontano dal porto pieni di mercanzie che gli importatori non scaricano. Aspettano per evitare di perderci.

Il problema - dice un analista finanziario - è che a Buenos Aires da tempo "il denaro scotta in mano". Una famiglia di classe media che ha risparmi in pesos non sa cosa farsene se non osservare come perdono valore. Non li mette in buoni del Tesoro perché dopo il fallimento del 2001 non si fida. Fino all'altro ieri non poteva neppure cambiarli in dollari perché era proibito. E non può neanche investirli nel mercato immobiliare perché, da quando Cristina ha deciso che le transazioni per l'acquisto di immobili possono avvenire solo in pesos, nessuno vende più. Stagflazione è la parola maledetta. Vuol dire stagnazione economica, crescita inesistente del Pil con inflazione alta. È comunque il destino prossimo dell'economia argentina se i suoi piloti riusciranno a salvarla dal tracollo del default della fine dei dollari nelle casse del Banco Centrale.

In fondo è uno scenario semplice, il governo dovrebbe tagliare, e molto, le spese. Ma non può, senza incendiare il Paese. In questa strettoia da brividi Capitanich e Kicillof si trovano abbandonati dalla Presidenta. Kicillof è un ministro dell'economia molto giovane. Poco più di quarant'anni. Ha assunto l'incarico a dicembre scalzando il suo rivale perché, si dice, ha sedotto Cristina intuendone la psicologia. È piuttosto bello, ma anche un po’ presuntuoso. Kicillof è un simpatizzante di Carlo Marx. Da assistente all'Università faceva lezioni sul plusvalore e sul feticismo delle merci. Ora vorrebbe smentire i manuali d'economia e avviare l'Argentina verso la "fine del capitalismo".

Nuove tormente sembrano inevitabili anche se la differenza con il 2001 è profonda. Questa volta l'Argentina è da sola con i suoi ciclici drammi politico-economici. Si teme un contagio regionale, ma nulla di più. Il Paese della Kirchner è da tempo fuori dai mercati del credito, litiga con l'Fmi e non ha forme per finanziare i suoi debiti. Gli investimenti stranieri se ne sono andati verso la Colombia, nuovo gioiello dell'economia sul Pacifico. Se il peggio deve ancora arrivare la politica già si muove per spartirsi il dopo Cristina. Sperando che non sia così drammatico come si preannuncia. Le elezioni sono lontane, in teoria. Fine 2015. Ma Cristina ci arriverà?

Una variabile positiva, si sostiene nella capitale, questa volta potrebbe essere il Papa argentino. Sui giornali adesso Bergoglio furoreggia per la copertina di Rolling Stone e il disegno nel quale vola come Superman. E c'è perfino un aspirante candidato che attende la benedizione dal Vaticano per lanciarsi nella scalata alla Casa Rosada. È il presidente del Parlamento Julian Dominguez che sogna un movimento alla Solidarnosc, Wojtyla più Walesa, per rimettere a posto il Paese e regalargli un futuro meno tragico.

Poi c'è anche chi se ne va. È triplicato in pochi mesi il numero degli argentini che scelgono di spostare la residenza nel vicino Uruguay. Lungo le spiagge di Punta del Este. Hanno cominciato gli intellettuali e gli artisti come la disegnatrice Maitena, famosissima qui per una deliziosa striscia di comics, e il ballerino Julio Bocca. E la tendenza ha successo. D'altra parte perché restare a Buenos Aires che sarà anche bella ma è sporca, pericolosa, caotica e dall'avvenire incerto? Molto meglio il piccolo Stato riformista di Pepe Mujica. Magari noioso, ma ben governato e accogliente dall'altra parte del Rio de la Plata. Chi non può, e sono naturalmente la stragrande maggioranza, attende intrepido. L'Argentina è sull’ottovolante del suo ennesimo tango monetario e nessuno può prevedere quando e soprattutto come scenderà.

© Escrito por Omero Ciai  el Sábado 1º de Febrero de 2014 y publicado por http://www.repubblica.it/