La unidad y el programa…
La
reciente intervención de la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández, en
un programa televisivo, volvió a fijar con claridad los desafíos económicos y
políticos de la hora. Ya no solo con el objetivo de resolver problemas
urgentes, o mejorar las chances electorales del Frente de Todos (FdT).
Apenas horas antes de la entrevista concedida por la expresidenta, tuvimos la oportunidad junto al ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Daniel Filmus, de encabezar un acto junto a referentes del FdT de la Ciudad de Buenos Aires, en el que sostuvimos similares posiciones en defensa de la unidad del movimiento nacional y popular. Del mismo modo que coincidimos en la necesidad de debatir un programa de gobierno que garantice el voto mayoritario y permita avanzar hacia una Argentina con más desarrollo, más justa y soberana.
La edificación de esa esperanza está ligada a la posibilidad de que, superadas las actuales dificultades, el país recupere la posibilidad de que sus gentes, sus trabajadores, sus pequeños empresarios, sus intelectuales, tengan una mayor participación en las decisiones y una mayor participación en la distribución de la riqueza que ellos ayudan a crear, como dije en ese encuentro.
Eso solo será posible si se consolida el modelo que permita superar definitivamente las propuestas de ajuste de gastos (en educación, salud, jubilaciones, etcétera), déficit cero, súper devaluación de la moneda o dolarización, como proponen desde las distintas variantes neoliberales.
Podemos recordar, junto con Cristina Fernández, que el debate actual es recurrente en el país, y viene al caso recordar lo expresado por Néstor Kirchner en junio de 2009, durante el cierre de campaña del Frente Justicialista para la Victoria de la Ciudad de Buenos Aires en el Luna Park, donde me postulaba como primer candidato a diputado nacional.
«¿Cómo
puede ser –se preguntaba entonces Kirchner– que otra vez los sectores
retrógrados de la patria vuelvan a aliarse, tanto aquellos concentrados
mediáticamente como económicamente? (…) No podemos volver ni por asomo a
reconstruir las políticas que nacieron en 1976 y se consolidaron en la década
del 90».
Hoy podemos sumar a aquellas experiencias antipopulares la que el país sufrió durante el período 2015-2019, con dramáticas consecuencias de cierre de empresas, desempleo, deuda que solo sirvió para fugar capitales y dar señal de largada a la inflación, calamidades que no pueden atribuirse a ninguna pandemia, sequía o guerra europea.
Contra esa «Argentina circular, en la que el pasado aparece otra vez y busca instalarse para frustrar el futuro», según la definición de la vicepresidenta, el mismo expresidente planteaba la salida en aquel acto del Luna Park. «Los dirigentes –propuso– dejemos de jugar un papel tan vedettista, jugar tanto al individualismo, jugar tanto a ver quién es el mejor, jugar tanto a ver quién es el más pícaro, jugar tanto a ver quién saca un voto más y démosle una herramienta al pueblo argentino para consolidar definitivamente un proyecto transformador en la patria».
El acto del 25 de mayo, con la inmensa mayoría del pueblo movilizado en apoyo de un programa progresista y para demostrar su cariñosa solidaridad con Cristina Fernández, será un paso más hacia la construcción de ese modelo verdaderamente democrático e inclusivo.
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