Un mar de dudas…
“La oscuridad
rodea el caso”, asegura la querella.
Los familiares de las víctimas denuncian que solo se conocen tres
imágenes borrosas del submarino, editadas por la Armada, de las 67.000 que
dicen tener. La jueza no pudo verlas hasta ahora porque los archivos “están
dañados o no tenía el software necesario”.
© Escrito
por Carlos Rodríguez el miércoles
13/02/2019 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires.
Cuando están por
cumplirse tres meses del hallazgo del A.R.A. San Juan (S-42), ni la jueza de Caleta
Olivia, Marta Yáñez, ni los familiares de los 44 tripulantes del submarino han
podido observar y analizar las 67 mil imágenes que la empresa Ocean Infinity
dijo haber tomado de la nave hundida a 903 metros de profundidad. En diálogo
con Página/12, Valeria Carreras, quien encabeza una de las tres querellas
reconocidas en la causa penal, denunció que “hasta hoy no hemos podido ver las
67 mil imágenes porque los archivos enviados por la Armada al juzgado federal
de Caleta Olivia o están dañados o no se ha aportado el software que se
necesita” para lograr ese cometido esencial para la marcha de la investigación
que permita establecer las causas de la tragedia ocurrida el 15 de noviembre de
2017.
Carreras le dijo a
este diario que la imposibilidad de acceder a las fotos forma parte de “la
oscuridad que rodea al A.R.A. San Juan (S-42)”. Ante la insólita dificultad, fuentes de
la investigación señalaron a Página/12 que “la jueza le ha pedido al Servicio
de Hidrografía Naval de la Armada el software con que cuenta el organismo y que
lo utilizará muy pronto para acceder a la totalidad de los contenidos”. La
abogada, que en esta causa cuenta con el acompañamiento del Estudio Burlando,
sostuvo que por ahora “los familiares de los 44 tripulantes y todos los
argentinos, hemos tenido que conformarnos con ver tres fotos oscuras, parciales
y editadas por la Armada, en las que se ve muy poco” sobre el estado en que se
encuentra la nave.
“Cuando observamos
las fotos que fueron difundidas por la Armada, nos llamó la atención que en las
zonas de fecha y datos se veía un sombreado de color azul y al respecto, se nos
informó que fue la Armada la que ‘las editó (con los datos) en castellano’”.
Carreras estimó que “otra vez los argentinos nos estamos comiendo un sapo,
porque alegan que el problema es que el submarino estaba a 903 metros de
profundidad, cuando en las fotos del avión en el que iba (el futbolista
argentino) Emiliano Sala, se pueden ver con total claridad cada detalle y lo
mismo ocurre con fotos de otros naufragios de barcos que han sido encontrados a
tres mil metros de profundidad” (ver aparte).
Como querellante,
Carreras hará una presentación ante la jueza Marta Yáñez “para que podamos acceder a las 67 mil
imágenes que nos dijeron que se han tomado” en el lugar del hallazgo porque “lo
que está pasando con las fotos hace que los familiares sigan teniendo dudas
razonables sobre la información oficial”.
El 10 de diciembre
pasado, la jueza de Caleta Olivia envió un oficio a la Armada, para pedir
información sobre las razones de la imposibilidad de ver las imágenes tomadas
desde el barco Seabed Constructor, de la empresa Ocean Infinity, en la búsqueda
de una respuesta para solucionar el problema.
En el escrito se
mencionan a varias autoridades de la Armada y del Ministerio de Defensa, que
deben tomar cartas en el asunto, como el subsecretario Legal y de Articulación
Institucional de la cartera, Juan Manuel Mocoroa; los integrantes de la
Comisión Asesora del Ministerio; el director general del Material Naval de la
fuerza, Hernán Gerino, y de manera puntual el director general del Material
Naval de la Armada, contralmirante David Burden.
La jueza les comunicó
que “al momento de certificar el contenido del disco rígido WXNIE877X986
identificado como 13 Target Linstin y 18 Catlix Camera Photomosaic se
encontraban vacías (‘O’ Bytes)”. Al mismo tiempo “de la carpeta identificada
como 8 Cailix Camera Photomosaic /site
Image stitching not corrected no se pudo visualizar el contenido del
archivo individualizado como LR30 LR37 Part-1 modificldtif”. La imposibilidad
se dio “tanto en ordenadores como software de base Windows 10 como en Mac Osx
10,13 con características técnicas suficientes para su reproducción”. El
problema de este archivo es que “aparece como ‘dañado’”.
La doctora Yáñez
pidió también que “se haga saber” al titular de la Dirección General de Material
Naval que “conforme acta de protocolo, rubricada con fecha 03/12/18 por el
capitán de navío Héctor Alonso (ARA) y el señor Timothy Maise (Ocean Infinity)
en Ciudad del Cabo, república de Sudáfrica”, el disco rígido “contendría
156.613 archivos, 1447 carpetas y el espacio de memoria ocupado alcanzaría los
704.126.376.713 Bytes”.
Yáñez apuntó al
respecto que de la “certificación realizada por el actuario y personal del Área
de Tecnología” de la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia “se advirtió que el mencionado disco rígido
(HDDI) contenía realmente 156.571 archivos, 1446 carpetas y el espacio de
memoria ocupado en el disco alcanzaba los 740.090.007.481 Bytes”.
Por lo expuesto, la
jueza le solicitó al contralmirante David Burden que “ponga en conocimiento de las autoridades
de la empresa Ocean Infinity la totalidad de las novedades advertidas en el
disco HDD1 a los fines de que los mismo ratifiquen o rectifiquen el contenido
de los datos enviados”. También le pidió que se contacte con “personal del
Servicio de Hidrografía Naval a los fines de posibilitar la lectura de los
archivos contenidos en los discos HDD2 y HDD3”.
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