Las mujeres ya miran
porno más tiempo que los hombres…
De
película. La imagen es de un film de la directora sueca Erika Lust, abanderada
del nuevo porno femenino.
Deseo y fantasía a un clic: las argentinas, segundas en un ranking de consumo de sexo online. Surge de un informe del sitio con mayor cantidad de videos triple X de Internet. La tendencia es mundial.
Hace pocos años, un estudio de la Universidad de Ohio puso en
números lo que en la vida misma parecía evidente: el hombre piensa en sexo al
menos 19 veces por día, el doble que las mujeres. La lógica entonces, sería
pensar que cuando los hombres se disponen a mirar porno en Internet le dedican
más tiempo que las mujeres. Sin embargo, eso no es lo que está pasando en el
universo del porno online: según un informe de Pornhub, el sitio con mayor
cantidad de videos porno que existe en Internet, las mujeres miran cada vez más
porno y, cuando lo hacen, se toman un poco más de tiempo. Mientras el promedio
de tiempo que ellas destinan a mirar un video porno es de 10 minutos y 10
segundos, ellos sólo llegan a los 9 minutos 22 segundos.
En septiembre, el sitio Pornhub (sólo en 2014 se vieron allí 78,9 billones de videos porno) midió por
primera vez las preferencias de las mujeres. En el informe llamado “What women
want” (“Lo que ellas quieren”) observaron que las argentinas estaban segundas
en el ranking mundial de consumo de sexo online: el 28% de los clics hechos en
nuestro país eran de usuarios registrados como mujeres.
Ahora lo actualizaron: las argentinas mantienen el segundo puesto (el primero está compartido entre las filipinas y las brasileras) aunque acá la proporción de mujeres que miran porno volvió a subir un escalón y llegó al 30%. También acá las mujeres le destinan un poquito más de tiempo que ellos: 8 minutos, 13 segundos (casi un minuto más que en la medición anterior) contra los 8 minutos 4 segundos que necesitan los varones. Rusia es el único país en el que las mujeres tienen sesiones hot más cortas que los hombres.
Lee también...
Ahora lo actualizaron: las argentinas mantienen el segundo puesto (el primero está compartido entre las filipinas y las brasileras) aunque acá la proporción de mujeres que miran porno volvió a subir un escalón y llegó al 30%. También acá las mujeres le destinan un poquito más de tiempo que ellos: 8 minutos, 13 segundos (casi un minuto más que en la medición anterior) contra los 8 minutos 4 segundos que necesitan los varones. Rusia es el único país en el que las mujeres tienen sesiones hot más cortas que los hombres.
Lee también...
Ahora bien, ¿qué cambió para que cada vez más mujeres estén mirando porno? Por un lado, lo que permite Internet. “Antes de la popularización de la web, para consumir porno era necesario escurrirse hasta la última batea del videoclub, pasar cartones descoloridos con cuerpos desnudos, elegir uno que nos interesara y llevar la chapita o la caja del VHS hasta el mostrador, dar nuestro número de cliente (a veces asociado al nombre de nuestros padres) y llevarnos la película.
Para las mujeres esto siempre fue una barrera de acceso altísima”, dice Gino Cingolani Trucco, investigador de las nuevas representaciones en la pornografía (UBA). “Con Internet y la computadora o los celulares al alcance de la mano, el consumo de porno se da de manera mucho más casual, privada y orientada no ya a lo que existe en la batea, sino a una biblioteca de Babel infinita de pornografía para (casi) todos los gustos”.
Lee también...
Tanto es así, que en el caso del consumo de porno femenino ya se da un fenómeno muy interesante: “Es la curadoría digital de porno por parte de mujeres. Chicas que usan plataformas web como Tumblr (que no son orientadas al porno pero que lo permiten) para abrir espacios web en donde republican el porno con el que se calientan, para que otras mujeres lo consuman como un trampolín para investigar qué es lo que les gusta”, agrega Cingolani Trucco.
¿Qué otros factores
cambiaron para incluir a la mujer en el porno? La expansión de la sexualidad
femenina: “En los últimos 5 años, la evolución de las mujeres respecto al
contacto con la sexualidad se ha expandido enormemente. Antes, la conflictiva
que llegaba al consultorio tenía que ver con cuestiones genitales, como el
rendimiento del varón o el orgasmo.
Ahora vienen a consultar por el deseo, porque las mujeres ya no se quedan tranquilas teniendo sexualidad sin deseo, como eran antes”, dice la psicóloga y sexóloga Adriana Arias. “Por eso, ahora mirar porno y hacer porno casero es una indicación médica. Porque es estimulador, porque enseña, porque les permite experimentar más cosas viéndolas. Ahora es más fácil porque el porno ha evolucionado hacia formatos con los que las mujeres se sienten más cómodas: cuerpos más reales, más relato, más previa y menos planos ginecológicos”.
Lee también...
Ahora vienen a consultar por el deseo, porque las mujeres ya no se quedan tranquilas teniendo sexualidad sin deseo, como eran antes”, dice la psicóloga y sexóloga Adriana Arias. “Por eso, ahora mirar porno y hacer porno casero es una indicación médica. Porque es estimulador, porque enseña, porque les permite experimentar más cosas viéndolas. Ahora es más fácil porque el porno ha evolucionado hacia formatos con los que las mujeres se sienten más cómodas: cuerpos más reales, más relato, más previa y menos planos ginecológicos”.
Lee también...
Pero nada de esto significa que ahora el porno es soft y románticón: es porno, pero el polo de atracción no siempre es una mujer/hembra. “Las películas con trama, la genitalidad sugerente y las fantasías de a tres ya circulan como moneda corriente. Hasta aparecen actores que hacen las delicias de las chicas. Como James Deen, que podría ser de Hollywood pero no. Un actor, el preferido de ellas, que se presenta lleno de carne y siempre listo para la acción, pero portando aires de galán de marca de calzoncillos”, cierra Hernán Panessi, autor del libro Porno Argento! Historia del Cine Nacional Triple X. “A veces, las máximas funcionan: ahora, más que nunca, el porno es para todos y todas”.
© Escrito por Gisele Sousa Dias y publicado el viernes 31/07/2015 por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario