Sebastián
H. Viberti, un gran tipo que forjó una vida hecha de fútbol y gloria...
"El
Pelado", que murió a los 68 años, deja un legado rico y admirable. Su
carácter le trajo problemas, pero siempre se mostró como un hombre honesto y de
convicciones irrenunciables.
La peleó con las mismas ganas que lo hacía en el
campo de juego, pero esta vez, en lucha desigual, no pudo forzar un
suplementario. Su corazón ya no tenía las mismas fuerzas. Sebastián Humberto
Viberti, todo un personaje adentro y afuera de la cancha, se nos fue con
“juveniles” 68 años.
Estaba internado desde el lunes pasado en el
Instituto Modelo de Cardiología, a donde llegó aquejado por un fuerte dolor en
el pecho. “Estoy en terapia con un problemita y ahí viene el médico. Te hablo
después”, le contestó a este periodista ante un llamado de rutina.
Lamentablemente, esa respuesta nunca llegó.
“Doctor, por favor, quiero vivir”, le pidió después
al profesional que lo atendió, mientras su hijo Martín se hizo cargo de atender
la infinidad de llamadas que comenzaron a llegar ni bien alguien tiró el
alerta.
De estilo frontal, sin vueltas, siempre dijo las
cosas sin medir consecuencias, lo que le costó más de un dolor de cabeza, pero
que, a la vez, lo desnudó como un hombre honesto y de convicciones
irrenunciables.
En el fútbol no le quedó campo por explorar: fue
jugador, director técnico, dirigente en Futbolistas Argentinos Agremiados y
periodista, donde se desempeñó durante 15 años como panelista de Línea de 4, en
Showsport.
Había nacido en El Crispín (departamento Río
Primero) el 22 de abril de 1944 y su carrera como futbolista lo vio consagrar
su clase desde Talleres de Jesús María, donde comenzó a escribir sus primeros
capítulos como volante central. Alto y de cabeza levantada, su juego era de
desplazamientos lentos pero con cerebral distribución.
En 1962 llegó a San Lorenzo para jugar en la Liga
Cordobesa al lado de Julio Melián, Vicente Gambardella, Tomás Monserrat, Carlos
Lacroix y dirigido por un “prócer” de la institución: Llamil Simes.
Un
ídolo en todas partes
Al año siguiente, Manuel Giúdice, un cordobés ex
Huracán de los ‘30/40, lo recomendó al club de Parque Patricios, que lo
adquirió en 800 mil pesos (5.700 dólares) y lo convirtió en ídolo. Con el
Globito jugó entre 1963 y 1969 y se ganó la consideración nacional.
Jim Lopes, entrenador de la selección argentina, lo
convocó en 1967 para el equipo que disputó el Sudamericano de Montevideo, donde
fue subcampeón al lado de Luis Artime, Rafael Albrecht y Raúl Bernao.
Pero sin dudas que lo más fuerte de su carrera lo
hizo bien lejos del pago. En 1969 lo contrató el Málaga de España, con el que
consiguió el ascenso a Primera en 1970 y se ganó una idolatría difícil de
imaginar.
Pero sin
dudas que lo más fuerte de su carrera lo hizo bien lejos del pago. En 1969 lo
contrató el Málaga de España, con el que consiguió el ascenso a Primera en 1970
y se ganó una idolatría difícil de imaginar.
Allí se convirtió en referente indiscutido de su
equipo y lo pretendieron los grandes como Real Madrid y Barcelona, pero fue
cotizado muy alto y llegó a ser uno de los futbolistas mejor pagos de la Liga
española.
Él fue quien recomendó la contratación de otro
cordobés, Carlos “Chupete” Guerini, que también alcanzó la consagración. “El
Patón” se mantuvo en Málaga hasta 1974, cuando ya disminuido físicamente pasó
al Tarragona, penúltimo escalón de una carrera que se cerró en 1976, cuando
regresó a Córdoba para actuar en Belgrano.
Con los celestes apenas jugó siete partidos por
pedido de su técnico, Pedro Dellacha, que lo convenció a dejar de lado un
retiro ya asumido.
Un DT
especial
Como entrenador se inició en el club de Alberdi, en
1977, con una de las mejores campañas del club en torneos de AFA. Fue segundo
en su zona, detrás de Independiente, que a la postre resultó campeón.
Allí cosechó una de las mejores anécdotas: “Pedí un
‘5’ con voz de mando, que grite, que me ordene el equipo en el medio. Hasta
hice algunas gestiones para que ese jugador sea Carlos Pachamé. Pero la
dirigencia me contrató a Carlos De Marta, que era sordomudo”.
Luego pasó por Huracán y también hizo su
experiencia europea en el club de sus amores, el Málaga, con el que repitió lo que
hizo como jugador: en su primera campaña lo ascendió nuevamente al círculo
superior.
Con distinto éxito condujo luego a Talleres e
Instituto, hasta que un infarto lo sacó del circuito.
Desde 1997 analizaba y polemizaba todos los lunes
en el programa Línea de 4, que lamentará su aporte desde el perfil de la
experiencia y su inacabable anecdotario.
Se fue un grande del fútbol argentino. Descansa en
paz, Sebastián. Te vamos a extrañar.
Velorio. Los restos de Sebastián Viberti serán
velados en la empresa funeraria Caruso de Rafael Núñez al 5.500, a partir de
las 16.30.
Homenaje. En el partido que Málaga sostendrá este
sábado desde las 16, ante Valencia, por la Liga Española de fútbol, el equipo
llevará un brazalete negro y habrá un minuto de silencio. También sonará el
tango "Adiós muchachos" y a los 5 minutos, en memoria de la camiseta
que utilizó en ese club, se vivará su nombre.
© Escrito
por Gustavo Farías y publicado por el Diario La Voz de la Ciudad de Córdoba el
sábado 24 de Noviembre de 2012.
Las fotos:
Las fotos:
Con Ayala y Vilanova.
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