Los héroes de Chacarita conquistan Europa…
Enfrentar a los dos mejores equipos del mundo es un privilegio que muy
pocos clubes argentinos pueden atesorar. Derrotar sin matices a la mayor
potencia mundial y hacerle partido al
dueño de casa, es un territorio casi desconocido para las instituciones de
mayor renombre del continente y llevarse
los aplausos de todos los presentes del torneo
por la combinación exacta entre
juego atildado y la bravura demostrados
en la cancha, es una hazaña épica que sólo se puede celebrar en un solo
lugar del mundo: San Martín, territorio
adoptivo de la pasión “funebrera”.
Hace 41 años, a mediados de 1971, y de la mano del mismo equipo que había
arañado el único trofeo de su historia, el humilde Chacarita fue convidado de
piedra a un torneo que está reservado a la elite del fútbol mundial: la copa
Joan Gamper. El mejor Bayer Múnich de la
historia y el siempre potente Barcelona fueron los rivales a enfrentar y
Chacarita, fiel a su historia, no se amilanó
Con sede en el mítico Camp Nou y frente a los flashes de los
principales medios del mundo, el
" tricolor" se propuso llevar su orgullo hasta lo
más alto. El 24 de Agosto de 1971 y de la mano de la columna vertebral del
equipo que ganó el Nacional del 69 - donde se destacaba esa dupla temible que
integraban el Tanque Neuman y García Cambon - el equipo argentino dio cátedra y
derrotó por 2 a 0 al Bayer Múnich de Beckembauer y Muller, entre otros cracks.
Con tantos del inolvidable Ángel Marcos - transferido por
esos días al Nantes de Francia - y de Fucceneco, los mayores héroes de la
historia de Chacarita doblegaron al mejor equipo del mundo de aquellos años.
Embriagados de alegría y de orgullo por tamaña hazaña, no
quedaban energías para la final frente al Barcelona, a disputarse al día
siguiente. Fue el 25 de agosto del 71 y con un pálido 1 a 0 para el equipo
catalán con tanto del legendario Carles Rexach. Demás está decir que no hubo
diferencias entre ambos equipos y que el tanto en el marcador no reflejó la
paridad que hubo en el juego entre ambos equipos.
Pero el subcampeonato en este torneo, no pudo empañar la
epopeya que protagonizaron los argentinos: le demostraron al mundo entero que eran capaces de jugar de
igual a igual, de derrotar y hasta de anular a las potencias mundiales de aquel
entonces, quizás el único adelanto de lo
que ocurriría años después a nivel selección.
Compartamos entonces un merecido homenaje a los depositarios
de la pasión "funebrera":
© Publicado por la Revista
Cabal Digital, Edición Nº 174 del mes de Noviembre de 2012.
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