Carlos Campolongo: “Brancatelli es el primero que
me llama profesor y no aprobó mi materia”…
Peronista irredento, con fama de maldito en la
Academia, regresó a la TV de la mano de Del Moro. Política versus profesión periodística.
© Escrito por Alejandro Margulis el sábado 25/06/2016 y publicado por el Diario Perfil de
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fotos: Juan Ferrari.
Carlos Campolongo reconoce con humor que su participación
en el programa “Intratables” lo devolvió a la visibilidad, “ese requisito del
posmodernismo”. Al borde de los 70, divorciado y padre de dos hijos,
asegura no tener otra cuenta pendiente que terminar su tesis de doctorado en Ciencias
Sociales. Su tema: el miedo político y la (des)integración social. Pero la
charla arranca con lo que le dijo Mercedes Sosa.
Carlos Campolongo llega demorado y se
disculpa: viene de ver a su padre, que tiene 97 años. “Está muy bien aunque la
memoria de corto plazo le falla”, dice él, que sabe desandar el pasado sin
inconvenientes. “Pero vamos a hablar del siglo XXI. No nos vamos a quedar en la
melancolía”, advertirá en algún momento de las dos horas que dura la charla con
la Revista Noticias no sin aclarar que “prefiere la melancolía a la manía”,
como si estuviese en un diván de psicoanalista.
Carlos Campolongo: “Carlos, nosotros somos sobrevivientes”. Recién
volvía del exilio. Ella presentaba un disco y yo trabajaba en el noticiero de
ATC. Pero antes de la dictadura tuve mi etapa en blanco y negro. Hacía el
trabajo que hoy hace un movilero. Las cámaras eran pesadas, tanto que a los
camarógrafos les afectaba la escoliosis. Fui el primero en llegar al lugar
donde estaba el cuerpo de José Ignacio Rucci. Fuimos corriendo con todo ese
peso encima. Había que dar una mano.
Noticias: ¿Qué edad tenía?
Campolongo: Tendría veintitrés años. Pero mi ingreso en el periodismo fue hacia fines
del ’69, cuando estudiaba Derecho en la Universidad del Salvador. Me
propusieron para un programa semanal y fui de los pocos que entramos con un
semi concurso, lo que hoy se llama casting. Hice de todo en la televisión, desde
tiracables a conductor.
Noticias: ¿Cuál fue el primer dirigente político que conoció?
Campolongo: Arturo Frondizi. En el ’63 o ’64. Yo tendría 16 o 17 años. La madre de un
amigo mío estaba en el equipo de Frondizi y le pedí conocerlo. Era un tipo más
bien, no digo distante, sino conservador en el estilo. Formal pero afable. Yo
estaba nervioso. Fui desde el colegio o falté para ir.
Noticias: ¿Qué colegio?
Campolongo: El Cardenal Newman, pero no el de Macri. Estaba en Balvanera. Iban hijos de
familias de clase alta. Mis viejos no eran gente de dinero, obtuve media beca.
Guardo gratos recuerdos del colegio pese a que tenía grandes polémicas con mis
compañeros.
Noticias: ¿A qué se debían esas polémicas?
Campolongo: Un amigo era hijo de uno de los jefes de la Revolución Libertadora. Esas
discusiones empalman con el inicio de mi trabajo social en una villa de la Isla
Maciel. Iba a tocar la guitarra y daba clases de apoyo en lengua y geografía.
Noticias: ¿Qué impacto le causó estar en una villa por primera vez?
Campolongo: Me sensibilizó y me abrió la cabeza. Las dos experiencias que me abrieron
la cabeza fueron esa y la colimba. La villa era un mundo desconocido. El cariño
de los pibes, como que te estaban esperando.
Noticias: ¿Le emociona recordarlo?
Campolongo: ¿Sabés qué pasa? Estas cosas son mi carta de identidad. Legislador
en la ciudad de Buenos Aires en el 2000 por el partido PAIS, que consagró a
Irma Roy como diputada nacional, en 2003 supo ser jefe de campaña de Aníbal
Ibarra: “Le ganamos a Macri en la ciudad”. En tiempos del kirchnerismo fue
candidato a diputado porteño por la corriente peronista federal, junto a Adolfo
Rodríguez Saá; le faltaron 284 votos. Nunca dejó de considerarse un peronista
acérrimo, seducido por el Perón que conoció en persona.
Campolongo: El peronismo es un fenómeno difícil de definir. Mi primer acercamiento fue
en el regreso del ´72. Cubrí la zona Sur como cronista de Canal 9 de Romay.
Llovía, había represión policial, tiraban con balas de goma, gases. El método
de defensa era ponerse barbijos empapados con agua y bicarbonato.
Noticias: Pero usted estaba con los periodistas.
Campolongo: La policía no distinguía. Las fuerzas que reprimen siempre atacan la
cámara.
Noticias: Todo un concepto.
Campolongo: Claro. Cuando me hablan de la manipulación informativa del gobierno K, me
acuerdo de esas cosas. Mi comunión final se da viendo a sus seguidores cruzar
el río Matanza con el torso desnudo. Era una cosa…
Noticias: ¿Épica?
Campolongo: Extraordinaria. Si tuviera que musicalizar la escena sería con “La fuerza
del destino”, de Giuseppe Verdi.
Noticias: ¿Cuándo y cómo lo conoció a Perón?
Campolongo: La primera imagen que tengo es cuando sale al balcón de la casa de Gaspar
Campos en Vicente López. Estábamos de guardia hacía horas y le pedíamos una
declaración. “Muchachos, hace tres días que no me quito los botines”, dijo.
Cuarenta y pico de días estuvimos ahí. Cada mañana nos hacía entrar. En uno de
esos encuentros me autografió su libro “La hora de los pueblos” y me impresionó
lo parecida que era su firma a la mía.
Noticias: ¿Volvieron a conversar?
Campolongo: Otra vez nos ofreció un brindis antes de las elecciones del ´73. Acababan
de derrocar a Allende en Chile. “Mire”, me dijo, “siempre es preferible dar un
solo paso sólido para adelante que dar diez y tener que retroceder veinte”. Una
mente política brillante. Además de conducir el movimiento y el Estado, era un
gran lector. Se nutría de filosofía aristotélica. Me impactó su concepción geo-estratégica.
La capacidad de ver lo que pasaba en el mundo en relación con lo que ocurría en
el país.
Noticias: ¿Y en Néstor o en Cristina no encontró eso?
Campolongo: Sí en lo que llamaría mascarada discursiva. Pero no en Néstor, que era más
rústico. En la manera de sostenerse en una supuesta épica setentista que jamás
ejercieron, y esto lo digo con conocimiento de causa, decididamente no.
Campolongo
fue eyectado de la TV con el golpe militar de 1976; la causa fue un viaje a
Cuba. Y así como bajo el gobierno de Onganía hizo la carrera de Derecho,
durante el terrorismo de Estado cursó Psicología; por entonces acuñó una
muletilla: “Con cada dictadura, una carrera…”.
Noticias: Regresó al periodismo en 1986, ¿verdad?
Campolongo: En realidad fue en 1984, a canal 11 y gracias a Chacho Marchetti. En 1986
Mónica Gutiérrez, a quien apenas había cruzado, me propuso en el noticiero de
ATC. Buscaban un peronista para co conducir. Algunos radicales me miraban con
lupa por si hacía contrabando ideológico. Pero me permitieron expresar mi
pensamiento. En el ´89, durante las elecciones a Presidente, ridiculizaban
muchísimo a Menem. Eso me trajo un altercado con la gerencia a pesar de que yo
había optado por Cafiero. Julio Fernández Cortez me autorizó a explicar al aire
que no estaba de acuerdo con el trato que se hacía de Menem.
Noticias: Eso habla bien de los radicales…
Campolongo: (Asiente). A Alfonsín lo conocí en Chascomús. Dos de sus hijas salían con
compañeros míos; siempre tuve una relación muy buena con él, tanto que cuando
murió fui el intermediario para que en su funeral hablase Antonio Cafiero.
Ese
día Campolongo dedicó una clase entera a hablar de Alfonsín en la Universidad
de Buenos Aires, para sorpresa de sus alumnos de periodismo en la carrera de
Ciencias de la Comunicación, que sigue dictando hasta hoy. Su cursada es
engorrosa y difícil, y más de uno opta por cambiar de orientación con tal
de no vérselas con él.
Noticias: ¿Le gusta que los alumnos le tengan miedo?
Campolongo: Hay mucho de leyenda en eso. La reconozco y es lógica. Soy exigente. Mis
exámenes finales son largos, pero es cuando tengo la duda entre aprobar o no.
No caigo en la demagogia y si hay que reprobar, repruebo, y como lo que más se
recuerdan son las frustraciones…
Noticias: ¿La política lo alejó del ejercicio del periodismo?
Campolongo: ¡Qué tema! Ninguno de mis despidos fue por llegar tarde. Pero sí, en una
sociedad políticamente inmadura como la nuestra, la política fue un obstáculo
para mi desarrollo profesional. Por eso esta instancia de “Intratables” la
siento como una dulce revancha de la vida.
Noticias: ¿Cómo llegó al programa?
Campolongo: Un gran misterio. Liliana Parodi, gerente general del canal, estaba
buscando el formato, lo que podríamos llamar “los roles”. Algo que Santiago del
Moro, con su inteligencia intuitiva, nos dijo en una reunión: a cada uno su
impronta. Me toca ser la síntesis. Estoy en el tiempo del remate. Es todo un
desafío. Tenés que tener pensado el título en ciento cuarenta caracteres. No
todos los días estás inspirado y mi estilo es más argumentativo.
Noticias: Lo mencionan como “profesor”. ¿Está pautado eso?
Campolongo: Se dio. Lo que ocurre es que de varios de los panelistas yo fui realmente
su profesor: Débora Plager, Natasha Niebieskikwiat, Diego Brancatelli. Él, un
buen compañero de trabajo, es el primero que me llama profesor y no aprobó mi
materia en Lomas de Zamora. Me lo contó él: le hice una pregunta sobre la
poética aristotélica para comparar el teatro griego con la dramaturgia
televisiva, y no lo supo.
Noticias: ¿“Intratables” es el “678” de hoy?
Campolongo: No. Sé que dicen eso por Twitter y Facebook. Pero no es así y lo comprobé.
Lo crucé a un tipo del PRO que comparó el gobierno anterior con el estalinismo:
“¿Dónde están los millones de muertos del estalinismo?”. El que quería que
fuese su columnista en Radio Nacional es el Cholo Castañón, a quien le tengo un
cariño enorme. Tenía que llamarme la directora de la radio, Ana Gerschenson,
que también fue mi alumna. Y no me llamaron nunca.