sábado, 7 de junio de 2014

Que este sea el piso no el techo... De Alguna Manera...

Que este sea el piso, no el techo...

Es claro que estamos tristes, que la desesperanza nos invade por estas horas. Que las ilusiones de ascender en este torneo se habían agigantado durante los últimos meses producto de una campaña espectacular en este 2014. 

Que todos los fanas del Globo sentíamos el latido del corazón con más fuerza que de costumbre. También es claro que los últimos triunfos “camioneros” del Rojo y algunos inesperados tropiezos nuestros hicieron el camino cuesta arriba. No importa Quemeros, no miremos hacia atrás, es ahora cuando no debemos aun bajar los brazos porque la esperanza es lo último que debe perderse tanto en el fútbol como en la vida misma y aún queda una tarde más en la que tenemos que dejar hasta la última gota de sudor por esa hendija que todavía refleja un rayito de sol.

Pero más allá de lo que nos depare el fin de semana que se viene, lo medular de esta historia está en un concepto que nunca pudimos asimilar y es la de MANTENER LA BASE. Siempre que un objetivo grande y cercano no se alcanza, el Mundo Huracán se autoflagela y dinamita su propia casa. Nada queda y todo hay que reconstruirlo otra vez de cero.

Pasó en el 2001 cuando no clasificamos a las copas. En 2003 estábamos descendidos producto de haber desmantelado aquel plantel que tan cerca estuvo. Repetimos la historia en 2009 para quedarnos, luego de la bochornosa final, sin plantel y descender estrepitosamente en 2011.

NUNCA ENTENDIMOS QUE CUANDO ESTAMOS CERCA DEL OBJETIVO QUIERE DECIR QUE SI NO ES MAÑANA PUEDE SER PASADO. Hay sobrados ejemplos de clubes subcampeones que mantuvieron la base y al poco tiempo dieron la vuelta olímpica porque entendieron que estaban cerca y no se suicidaron ante el primer traspié.
Si el objetivo no se alcanza ahora, seguramente llegará en diciembre y hay que mantener esta base futbolística que ya está aceitada para lograrlo. Por supuesto ajustando algunos detalles y reforzando los puestos donde existan baches. Pero la estructura de este equipo debe mantenerse, con estandartes como Kudelka hacedor de este presente, con Marcos Díaz gran arquero además de líder con voz de mando, con Toranzo como usina generadora del fútbol del equipo y con el resto que acompañó en gran forma para lograr este cambio significativo que mostró el Globo versión 2014.
La puerta del ascenso quedó entreabierta. Si se abre nos abrazaremos a la gloria ahora. Si se cierra, la volveremos a abrir en breve sólo si tenemos la inteligencia de mantener la fuerza con la que supimos llegar a esta instancia que era inesperada hace unos pocos meses. Que todo este esfuerzo sea el piso del futuro que se viene y no otro techo que no deje nada. APRENDAMOS DE LOS ERRORES DEL PASADO.
© Escrito por Roberto Guidotti el Lunes 02/06/2014 y publicado por www.patriaquemera.com.ar

Las vacunas de Cristina y los sátrapas de Amado… De Alguna Manera...


Las vacunas de Cristina y los sátrapas de Amado…

El escrache a periodistas, una constante.

El gobierno nacional lanzó el milésimo ataque contra el periodismo de investigación. El sábado 7 de junio se festeja el día del periodismo “pero no de los periodistas” como recordó Cristina Fernández de Kirchner en cadena nacional mientras lanzaba una empresa de medición de rating estatal supervisada por las “independientes” universidades públicas.

Horas después, el vicepresidente Amado Boudou, lanzaba insultos y amenazas contra ex funcionarios de su gobierno, como Graciela Ocaña, y le exigía a Ignacio Ortelli, periodista de Clarín, a que revelase sus fuentes de información para “salvar su alma”. El ex ministro de Economía miraba a cámara, desafiante, como Robert De Niro en Los Intocables, film en el que personificó al gánster Al Capone en los tiempos de la ley seca. Sería exagerado creer que el juez federal Ariel Lijo es el idealista agente federal Eliot Ness que llevó a los tribunales a Capone pero hoy sí representa su espíritu. Los que no son Rodolfo Walsh ni aspiran a parecerse, aunque se cansen de citarlo, son los panelistas de 678.

En pleno exabrupto discursivo, Boudou pidió no continuar hablando pues “me voy a ver tentado de decir cosas que voy a decir el lunes”. “Bueno, no diga” se apuró a contestarle Carlos Barragán deshonrando la profesión periodística mientras homenajeaba al Bernardo Neustadt que, durante los años noventa, le pedía a los funcionarios que si metían la mano en la lata, que no se vea. Barragán no quiso saber, mucho menos, preguntar. Para eso están las 740 preguntas que Orlando Barone se quedó con ganas de hacerle al ex Presidente Néstor Kirchner cuando visitó ese programa en enero del 2010 junto con, por ese entonces, la actriz militante, Florencia Peña.

Como anoche, ni Barragán, Barone, Dante Palma y el ex empleado de la jefatura de gabinete, Edgardo Mocca, le preguntaban nada, el propio Boudou se preguntó “¿Podemos ver quién es Graciela Ocaña? ¿Saben cuál fue el resultado de la gestión de Graciela Ocaña?” Silencio. El vicepresidente comenzó a citar datos extraídos del INDEC o del flamante rating estatal: “respecto del dengue, 26.644 casos, 6 muertos, la epidemia más grande en la historia de la República Argentina”.

Por esa razón, la tarea de Ricardo Forster como secretario del Pensamiento Nacional será ardua: en todos los manuales de historia argentina recuerdan la fiebre amarilla que inundó a nuestro país durante el siglo XIX provocando 14 mil muertos. Un poquito más que los 600 muertos que se llevó la gripe A de Ocaña, “la pandemia con la mayor cantidad de muertos en el mundo” según Boudou obviando recordar que la “hormiguita” fue funcionaria del gobierno de Néstor y Cristina Kirchner que, dicho sea de paso, alguna responsabilidad deben haber tenido en su, supuesta, mala designación.

Y con la frialdad de las estadísticas, ciertas o no, la Presidenta explicó que, gracias a su nieto Néstor Iván, la vacuna contra el meningococo será gratuita. “No sólo provoca la muerte, sino aquellos que quedan vivos, quedan con secuelas” resumió CFK que festejó que, luego de su medida merced a la queja de su nuera por el alto costo de esa vacuna, no morirán más 16 niños por año a causa de esa enfermedad. En 11 años se podrían haber evitado unas cuántas muertes pero, como para el kirchnerismo, la noticia no es el tren que choca sino los tantos que llegan, festejemos la buena nueva.

Al día siguiente, el gobierno nacional que no es capaz de publicar cuántos pobres hay en el país, lanzó el rating para todos y todas. La revolución “nacional y popular” ingresa en su fase final peleando contra Ibope. “Nunca me llamaron” se quejó la abogada exitosa suponiendo que las consultoras del rating saben qué programas ve ella. A la fanática de Games of thrones le encantaría que Ibope le diese la razón y que el fútbol le ganase, todos los domingos, al programa periodístico de Jorge Lanata. Es extraño este país, los cráneos de los medios públicos, descorchan champagne cuando River o Boca miden 20 puntos aunque descreen de las mediciones de Ibope cuando “Esa Mujer” de Andrea del Boca no supera el puntito de rating. ¿En qué quedamos?

Mientras tanto, Hebe de Bonafini estudió el ciclo de la vida de esos pequeños roedores conocidos como “ratas”. Las ratas a las que aludió la mujer que festeja la estatización de su universidad, mientras Raúl Castells continúa una huelga de hambre para que el Ministerio de Educación, simplemente, le reconozca la suya, “viven más porque tienen quien las alimente”. Tanto para Hebe, Amado y Cristina, el periodismo crítico y de investigación obedece, vertical e incondicionalmente, a Héctor Magnetto. Desde 1930, casi todos los argentinos somos directores técnicos frustrados. Pero, cuando el grupo Clarín pasó de ser aliado a destituyente, millones de ciudadanos se transformaron en periodistas frustrados.

Sinó fuese por el periodismo de investigación, el escándalo Ciccone, Sueños Compartidos, la ruta del dinero K, no hubiesen existido para gran parte de la sociedad. Es como si los medios extranjeros, algunos pocos valientes periodistas locales no se hubiesen animado a publicar y difundir las denuncias de las Madres de Plaza de Mayo durante la última dictadura militar. La comparación suena exagerada pero para estos tres periodistas frustrados, la corrupción, el cinismo y la mentira siempre son pecados del “otro”: las corporaciones o un simple periodista que hace su trabajo: buscar la verdad oculta y cuidar a sus fuentes de información.

Mientras Boudou se defendía de las preguntas inquisidoras en 678, Dante Palma, en un rapto de masturbación académica, decía que “el periodismo quiere reemplazar a Dios cuando decía “hágase la luz” y creaba a través de la palabra”. Pero el filósofo fue más allá: “cuando el vicepresidente hablaba recordaba el mito que alguna vez mencionó Orlando, el de Casandra”. “Lo que hacen los medios es atacar a determinados referentes o funcionarios para que nunca se les crea”. (SIC)

En las universidades públicas en las que las carreras de Periodismo y Comunicación han sido mancilladlas, se proponen medir “objetivamente” el rating. Así, luego de difundir las novedosas pantallas en las que 678 será más popular que Lanata y Majul juntos, la Presidenta se irá a dormir contenta, aunque en el fondo sepa, que todo se trata de otro gran engaño. ¿Acaso importa?

© Escrito por Luis Gasulla el Sábado 07/06/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


La gran editora... De Alguna Manera...


La gran editora...

LAUROS. Cristina Fernández. Foto: Pablo Temes

Como balance de su gestión quedarán los intentos por limitar a la prensa. Boudou, un caso ejemplar.

Yo tengo mucho más de lo que alguna vez pensé”, dijo Cristina. Y tiene razón. Es la primera mujer electa y reelecta presidenta de la Argentina. Además, fue esposa de un jefe de Estado como Néstor. Ni Perón ni Menem consiguieron tres períodos consecutivos de gobierno con el mismo apellido y proyecto. Hace rato que entró en la historia. En lo personal, tuvo dos hijos, tiene un nieto que se puede colocar vacunas carísimas contra el meningococo y una fortuna inexplicable que le va a permitir vivir llena de lujos a ella y a varias generaciones más.

Pero no todo es color de rosa. Cristina será responsabilizada junto con su marido fallecido de haber provocado la fractura social expuesta más importante desde los tiempos de Perón. Nunca el odio dividió tanto a los argentinos en períodos democráticos como ahora. Cristina lo hizo. Y Néstor también. Será su peor herencia: el veneno que inoculó y que sigue inoculando en las venas de la sociedad. No fue una exitosa abogada, ni una arquitecta egipcia. Pero va a tener que explicar ante la Justicia su complicidad con íconos de la corrupción como Lázaro Báez y Amado Boudou. Entre sus fracasos más notorios aparecen sus intentos frustrados de convertirse en la gran editora nacional. En el Día del Periodista, se puede decir que ella se comportó como una elefanta en el bazar de la comunicación.

Ningún integrante del matrimonio presidencial entendió jamás la lógica del periodismo. Humillaron a este oficio maravilloso creyendo que existían sólo dos posibilidades: tener escribas y mercenarios a sueldo o enemigos golpistas. Cristina jamás se tomó un respiro, y exploró todos los caminos posibles para hacer arrodillar a los periodistas ante su altar. Instalaron un inédito aparato de persecución y hostigamiento. Apelaron a todas las trampas y extorsiones posibles. Y no lograron su objetivo porque fueron contra la naturaleza misma de nuestro trabajo. Por eso, después de 11 años con un poder casi absoluto se quejan amargamente, como políticos primerizos, de que los diarios no les publican las buenas noticias como el calendario de vacunación o la moratoria jubilatoria.

Compraron medios, dueños de medios y alcahuetes de todo grupo y factor y no consiguieron capturar audiencias importantes. Dilapidaron fortunas en subsidios o regalos encubiertos para fogonear diarios de cuarta, revistas de quinta y programas de televisión o radio que no acusaron peso en la balanza. No les entra en la cabeza que la obsecuencia es enemiga del oficio. No saben que los cronistas disfrutamos de la adrenalina que se siente cuando se le toca el culo a un poderoso o se descubre algo que ellos trataban de encubrir. 

Esa es la esencia del periodismo. Su ADN crítico. Que un simple movilero que gana un sueldo modesto le pueda pegar a Ramón Díaz en River, a Cristina en el país o a Lázaro Báez pese a que haya transferido 22 millones de dólares de todos los argentinos a su cuenta en Suiza.

Les cortaron el chorro de la pauta publicitaria estatal a los que no se dejaron domesticar. Apretaron a los empresarios privados como nunca ocurrió para que anunciaran en sus diarios sin lectores y para que dejaran de colocar sus publicidades en los medios hegemónicos. Hasta hace poco, lo hicieron bajo cuerda y en forma reservada. Pero ahora Cristina lo blanqueó en una suerte de sincericidio o de confesión de ignorancia. Para ella, si una empresa pone un aviso en Clarín, La Nación o Perfil es porque adhiere a la campaña desestabilizadora. 

Es tan conspirativa en su vida que cree que todos son de su misma condición. No piensa con lógica ni sentido común que el negocio de los súper o los híper es vender azúcar o televisores y que tienen que avisarle a la gente sus ofertas, los precios de los productos y facilidades de compras que les dan. Para esa actividad básica y comercial no necesitan ideología. Necesitan que del otro lado haya lectores, oyentes y televidentes a los que dirigirse con su mensaje publicitario.

Igual que con el Indek patotero de Guillermo Moreno, intentan medir los ratings de la televisión con Tristán Bauer. Recién ahora Cristina podrá dormir tranquila con las planillas nacionales y populares que le dirán que al golpista de Jorge Lanata no lo ve nadie y que todo el mundo sintoniza a Víctor Hugo Morales. El rating de Cristina será una versión tecnológica del diario de Yrigoyen.

Camino al ocaso, tienen un plan. El cristinismo se encierra sobre sí mismo y produce actitudes más sectarias todavía. Sobreactúa su gesto. Amado Boudou acusa a los periodistas de hacer bien su trabajo, es decir conseguir información antes que los otros, y les exige algo que prohíbe la Constitución, que revelen sus fuentes. Ricardo Forster medirá la pureza ideológica del pensamiento, inspeccionará la partida de nacimiento intelectual del debate público.
“Forster es a la fábrica de las ideas lo que Boudou fue a la fábrica de billetes”, chicaneó con lucidez Julio Bárbaro. Corrupción temprana más stalinismo tardío, se podría resumir.

Los más descarados se movilizarán pasado mañana a Tribunales para respaldar a un “ladrón de cuarta”, como definió Elisa Carrió al vicepresidente. Pero la postal más patética que resume la decadencia es la incorporación de CN23. Un ganador de la década como Sergio Szpolski fue obligado, por la prepotencia del dinero fácil, a someterse en dos ocasiones por uno de sus principales enemigos.

Luis D’Elía lo acusó en su momento de ser “un perro sionista de derecha”. Sin embargo, ahora S.S. no tuvo más remedio que darle un programa en su canal para que difunda su discurso. Para que fomente el fusilamiento de opositores y defienda a Irán, “el más grande exportador de terrorismo del mundo”, según acaba de declarar el canciller canadiense, John Baird. Ni su socio, Matías Garfunkel, pudo comprender la profundidad de la sumisión. Tal vez por eso, Marcelo Tinelli tuiteó: “La Presidenta banca en la primera fila a un violento antisemita que niega el holocauso, es patético”.

Tal vez por eso, Cristina lo sentó en ese lugar. Luis D’Elía es el símbolo de la nueva era de un gobierno cada vez más chavista y menos popular. Hay una táctica: refugiarse entre los soldados verticalistas para volver al llano

© Escrito por Alfredo Leuco el Viernes 06/06/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Hombres de auto: Augusto Mónaco… De Alguna Manera...



Hombres de auto: Augusto Mónaco…

Augusto Mónaco

Hijo de inmigrantes nacido en la Argentina, fue un experto en ingeniería que llegó a desarrollar un auto para correr en la Fórmula 1.

Hijo de inmigrantes, célebres personajes italianos (su padre Ottavio fue uno de los protagonistas de la unidad de Italia, y su madre Nicolina Leanza era la hija de un conocido oficial napoleónico que intervino en el motín de 1848 en Nápoles), Augusto nació en Buenos Aires el 15 de marzo de 1903 y se caracterizó, desde pequeño, por su afición a la mecánica.

Estudió en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y se recibió de ingeniero mecánico en 1924. Dos años después viajó a Torino, Italia, y se radicó definitivamente allí, aunque nunca dejó de reconocer que todos los conocimientos fundamentales que había acumulado provinieron de sus estudios en la Facultad de Ingeniería de la UBA.

De carácter libre e independiente, no quiso trabajar como profesional de la Fiat, que enseguida le ofreció empleo en su centro de ingeniería, pero aceptó el apoyo económico que el senador Agnelli, dueño con sus familiares de la gran empresa automovilística, le ofreció para sus audaces proyectos. Así, en 1927 diseñó y construyó el Monaco-Baudo de un cilindro de 500 cm3 de cilindrada y con válvulas laterales, y, en 1932, el famoso “Chichibio”, el Monaco-Nardi, un automóvil de tracción delantera con motor JAP de un cilindro, un litro y 65 CV, bólido que triunfó en muchas carreras de montaña.

Su proyecto más atrevido, que fracasó, fue su Monaco-Trossi de Fórmula 1 de 1935, impulsado por un motor aeronáutico radial, también llamado en estrella, de 16 cilindros enfriados por aire, cuatro litros y 250 CV, sobrealimentado mediante dos compresores Zoller y carburadores Zenith. Acusaba un peso de 710 kilos.

Monaco-Trossi de Fórmula 1 de 1935

Agnelli confió en un principio en la idea y en la construcción del bólido pero, después de los decepcionantes ensayos en la pista de Fiat en Lingotto, rápidamente la desechó, y le retiró a Monaco el apoyo financiero. Esto no desanimó a un hombre como Augusto, dado que rápidamente se puso en contacto con un acaudalado amigo, el conde Carlo Felice Trossi, que también era piloto y aficionado a la mecánica, quien puso a disposición de Monaco las amplias instalaciones de su castillo de Gaglianico, en el Piamonte, además del aporte económico para la aventura, que consistía en hacer participar al monoplaza en el Gran Premio de Monza de 1935, donde efectivamente fue inscripto. 

Pero ocurrió un desastre: debido a la muy desfavorable distribución de las masas, 75 por ciento adelante y 25 por ciento atrás, el automóvil con tracción delantera y motor radial era casi imposible de pilotear dada su gran inestabilidad. Por ello y porque el motor recalentaba mucho hasta llegar a fundir a las bujías, el monoplaza no participó en la carrera. No obstante, este auto se destacó por su esmerada construcción de orientación aeronáutica, no sólo en la planta motriz sino también en el chasis y la carrocería, gracias a la colaboración del ingeniero Giulio Aymini. Por aquel entonces se decía que era un avión sin alas. Era verdad.

Después de esta decepción, Monaco siguió investigando y trabajando en diversos campos de la ingeniería, y se trasladó a Livorno, estableciendo una fábrica para la construcción de componentes hidráulicos de precisión. Hasta llegó a elaborar un diamante sintético que fue patentado en Suiza.

Monaco falleció en Italia el 4 de noviembre de 1997 a los 94 años, y la viuda del conde Trossi, la condesa Lisetta, donó el excepcional monoplaza al Museo del Automóvil Carlo Biscaretti di Ruffia de Torino, donde forma parte de la colección permanente de la institución.

© Escrito por Pablo Jorge Gualtieri en el mes de 05/2014 y publicado en el Nº 427 la Revista Parabrisas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.