Que este sea el piso, no el techo...
Es claro que estamos
tristes, que la desesperanza nos invade por estas horas. Que las ilusiones de
ascender en este torneo se habían agigantado durante los últimos meses producto
de una campaña espectacular en este 2014.
Que todos los fanas del Globo sentíamos el latido del corazón con más fuerza que de costumbre. También es claro que los últimos triunfos “camioneros” del Rojo y algunos inesperados tropiezos nuestros hicieron el camino cuesta arriba. No importa Quemeros, no miremos hacia atrás, es ahora cuando no debemos aun bajar los brazos porque la esperanza es lo último que debe perderse tanto en el fútbol como en la vida misma y aún queda una tarde más en la que tenemos que dejar hasta la última gota de sudor por esa hendija que todavía refleja un rayito de sol.
Pero más allá de lo que nos depare el fin de semana que se viene, lo medular de esta historia está en un concepto que nunca pudimos asimilar y es la de MANTENER LA BASE. Siempre que un objetivo grande y cercano no se alcanza, el Mundo Huracán se autoflagela y dinamita su propia casa. Nada queda y todo hay que reconstruirlo otra vez de cero.
Pasó en el 2001 cuando no clasificamos a las copas. En 2003 estábamos descendidos producto de haber desmantelado aquel plantel que tan cerca estuvo. Repetimos la historia en 2009 para quedarnos, luego de la bochornosa final, sin plantel y descender estrepitosamente en 2011.
NUNCA ENTENDIMOS QUE CUANDO ESTAMOS CERCA DEL OBJETIVO QUIERE DECIR QUE SI NO ES MAÑANA PUEDE SER PASADO. Hay sobrados ejemplos de clubes subcampeones que mantuvieron la base y al poco tiempo dieron la vuelta olímpica porque entendieron que estaban cerca y no se suicidaron ante el primer traspié.
Si el objetivo no se alcanza ahora,
seguramente llegará en diciembre y hay que mantener esta base futbolística que
ya está aceitada para lograrlo. Por supuesto ajustando algunos detalles y
reforzando los puestos donde existan baches. Pero la estructura de este equipo
debe mantenerse, con estandartes como Kudelka hacedor de este presente, con
Marcos Díaz gran arquero además de líder con voz de mando, con Toranzo como
usina generadora del fútbol del equipo y con el resto que acompañó en gran
forma para lograr este cambio significativo que mostró el Globo versión 2014.
La puerta del ascenso quedó
entreabierta. Si se abre nos abrazaremos a la gloria ahora. Si se cierra, la
volveremos a abrir en breve sólo si tenemos la inteligencia de mantener la
fuerza con la que supimos llegar a esta instancia que era inesperada hace unos
pocos meses. Que todo este esfuerzo sea el piso del futuro que se viene y no
otro techo que no deje nada. APRENDAMOS DE LOS ERRORES DEL PASADO.