domingo, 30 de septiembre de 2012

Empleo en Argentina... De Alguna Manera...

Se acentúa la caída de empleos: en tres meses se perdieron 72.780 puestos...
  
Construcción. Uno de los sectores afectados por la caída de empleo.

Son datos del INDEC en base a lo que declaran las empresas. Cuál fue el sector más perjudicado. Detalle por actividad.

La desaceleración económica, las restricciones a las importaciones y el cepo cambiario, produjeron una caída en los puestos laborales en blanco. Durante el segundo trimestre del año se perdieron 72.780 puestos en blanco, según datos declarados por empresas ante la AFIP y difundidos por INDEC.

El sector que pica en punta es el de las actividades inmobiliarias, empresariales y servicios eventuales con 20.581 empleos. Dentro de ese rubro, las inmobiliarias pasaron de 62.396 a 61.155, con una pérdida de 1.241 puestos. Le siguieron los Hoteles y Restaurantes.

Vale recordar que en toda la Argentina, el total de los puestos de trabajo privados declarados suma 6.245.638.

La información señala que casi todas las actividades tuvieron alguna caída en el empleo, con excepción de la enseñanza privada y en menor medida del sector financiero.

En tanto, según consigna esta mañana Clarín, las Provincias más afectadas fueron Córdoba, Río Negro y Jujuy. En la Ciudad de Buenos Aires se perdieron 13.388 empleos y en el Gran Buenos Aires hay ahora 37.327 puestos de trabajo menos. En total en la región metropolitana son unos 50.000 puestos de trabajo menos.

La industria también se contrajo y produjo una pérdida de 14.072 empleos. Los sectores que registraron mayores caídas fueron el del calzado y cervecero.

La construcción también registró una pérdida de 5.316 puestos de trabajo.

El comercio también sintió los efectos del menor consumo con unos 9.000 ocupados menos.

Por último, el sector agrícola y ganadero declaró 6.621 empleos menos.

© Publicado por la Revista Fortuna de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 28 de Septiembre de 2012.

Despidos masivos en IBM Argentina... De Alguna Manera...


Despidos masivos en IBM Argentina...

IBM Argentina. Recorta su plantilla.

Había sido preanunciado por la Unión Informática. Esta semana, los despidos llegaron a 200 empleados. Las proyecciones del recorte. Qué pasa con los salarios.

IBM Argentina implementó un plan de ajuste de su plantilla. Esta semana, la compañía envió telegramas de despido a 200 personas, según denunció el sindicato en formación Unión Informática.

Además de los 200 despidos, el organismo adelantó que se planean más ajustes que llevarían el número de empleados desvinculados a 500. Es más: se prevé que incluirá a más de mil trabajadores en los próximos meses.

En IBM, los empleados no están sindicalizados. Unión Informática presentó la documentación para que los reconozcan como gremio pero aún no recibió la aprobación del Ministerio de Trabajo. Esa entidad –además- no descarta la posibilidad de tomar acciones gremiales contra la empresa no sólo en respuesta a los despidos habidos sino también en defensa del trabajo.

Además, denunció que desde 2008 siguen percibiéndose salarios bajos y que los porcentajes de aumentos anuales de los últimos años son menores. Un empleado promedio -por ejemplo- gana no más de $5 mil brutos.

© Publicado por la Revista Fortuna de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 28 de Septiembre de 2012.


Su papelón más grande... De Alguna Manera...


Su papelón más grande...

Asi no. La Presidenta "patinó" ante preguntas incómodas.

Ultimo momento: se confirmó la operación orquestada por Harvard contra Cristina. Los espías argentinos aseguran que la cúpula de esa universidad integra la cadena del miedo (del fear, en realidad). El comando de preguntadores destituyentes y bilingües utilizó en el sorteo el mismo bolillero que en Comodoro Py suele favorecer al juez Norberto Oyarbide. Fue una exportación no tradicional con valor agregado.

Perón decía que “de todos lados se puede volver, menos del ridículo”. Y ése es el lugar, ridiculous, in english, que frecuentaron funcionarios y paraperiodistas que intentaron encubrir el papelón más grande de la historia política de Cristina Fernández.

Nadie quiere estar en los zapatos del responsable de esta excursión a las universidades norteamericanas. Algunos se lo atribuyen a Héctor Timerman y otros a Juan Manuel Abal Medina (uno estudió en Columbia y el otro en Georgetown) que, al igual que el resto de los ministros, se quedaron mudos, casi congelados, por lo que sucedió. Otros sospechan de un quintacolumnista que encima es profesor en la potencia imperial: Ricardo Forster. El siempre condenó los golpes de Estado y sabe que allá no hay embajada norteamericana.

Las excusas de los escuderos mediáticos de Cristina fueron tan frágiles como la actuación de la Presidenta. Pocas veces se la vio tan confundida. Si fuera cierto, como dijo ella, que las preguntas fueron de bajo nivel académico, debería haberlas respondido de taquito, sin que se le moviera un músculo. Si fuera cierto que Harvard ya no es lo que era y su excelencia educativa es un invento de The New York Times, la pregunta es: ¿Para qué fue? Si c se cae a pedazos y es una farsa como la inflación norteamericana del 2%, ¿para qué abrir una cátedra argentina en semejante lugar decadente?

Alguien sometió a Cristina a la tortura de hablar sobre arenas movedizas: mientras más se esforzaba por salir, más se enterraba. El culpable debería pagarlo con la renuncia. Nunca se la vio a Cristina tan expuesta. Es difícil ceder a la tentación chicanera de cambiar de posición y pedir: “Señora Presidenta, por favor, ni se le ocurra dar conferencias de prensa”. Ya entendimos todo y debemos cuidar la sagrada investidura presidencial. Es que “el mejor cuadro político de los últimos cincuenta años” siempre apareció en la tele como una boxeadora demoledora, una especie de Maravilla Fernández.

Claro que siempre lanzó sus mandobles a una bolsa de arena. Como en un gimnasio, desde el rincón, recibía las ovaciones de sus segundos. En Estados Unidos alguien tuvo la nefasta idea de colocarle al frente a estudiantes que acusaban poco peso en la balanza, jóvenes de otra categoría intelectual pero que preguntaron mejor que la bolsa de arena. Y eso fue lo que descolocó a Cristina. Ella está entrenada en el monólogo, que es un viaje de ida. Nunca en el diálogo y mucho menos en algún cuestionamiento, que es el ADN del sistema democrático. Desde el atril-altar, Cristina baja línea, hace chistes, y se mueve con soltura. Todo el ring es para ella en Argentina. En EE.UU., alguien le sacó el banquito (como decía Bonavena) y ella quedó sola. Nunca la pusieron tan contra las cuerdas.

Es que Cristina está acostumbrada a controlar todo y que nadie la controle a ella. Allí radica su odio visceral al periodismo como oficio. Y ése es el denominador común que unifica a los caceroleros con los chicos de Harvard: hacen lo que quieren. Nadie los manda. Son libres. No pertenecen a un partido político que se puede injuriar por la TV chupamedias. No son representantes de los gobernadores a los que se les puede cerrar el grifo de los fondos y promoverles juicios políticos. Ni siquiera son medios de comunicación para arrancarles la pauta publicitaria. Ni empresarios cobardes que tienen los placares llenos de cadáveres y por eso no pueden abrir la boca como una sencilla mujer despachante de aduana. Los métodos de domesticación que tan útiles le fueron a Cristina, en estos casos no le sirven.

¿Qué hacer frente a los caceroleros y los Harvard Boys? Decir que son ricachones y golpistas. Ensuciar la cancha con los blogueros K y llamar a mil movilizaciones para confundir y, si se puede, aprovechar su falta de experiencia política y darles manija a los más salvajes y fascistas como Cecilia Pando. Ella no apareció por ahora. Pero los K le ponen una vela a San Videla para que vaya al próximo cacerolazo o se anote en un curso en Harvard. Allí cerraría todo. Por ahora, la explicación conspirativa para cualquier problema sólo desnuda los prejuicios y la falta de grandes cuadros en el kirchnerismo.

Si todo lo hace Cristina, cuando falla Cristina, es gol. Encima dentro de diez días se vienen los morochos de la CGT, CTA y FAA; son las siglas de la lucha en la calle contra el neoliberalismo. Moyano, Micheli y Buzzi tienen pergaminos. Hay que ir a los archivos y comprobarlo. ¿Y si prueban con poner en la primera fila a Gerardo Martínez que fue buchón de los servicios en el terrorismo de Estado? ¿O acaso no es un sindicalista? Ah, no se puede porque Gerardo, y los más gordos de bolsillo, integran la CGT kirchnerista que reporta a la calle Balcarce. Por eso les cuesta tanto encontrar un jefe. Porque la verdadera jefa vive en Olivos y en Calafafate, su lugar en el mundo que está muy lejos, en todo sentido, de Puerto Madero y La Matanza donde la Presidenta tiene su corazón pero no su domicilio.

Los simpatizantes de la Presidenta más poderosa desde 1983 deberían estar preocupados porque al tapar las críticas y ahogar las autocríticas, Cristina sospecha que todo marcha muy bien en la Argentina. Y algún problemita hay. Pero confían en que en el 7D se terminen todos los inconvenientes. Vamos a ver qué hacen esos de Harvard cuando se dinamite la cadena del fear. Es too much.

© Escrito por Alfredo Leuco y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 30 de Septiembre de 2012.


Socialismo Francés... De Alguna Manera...


Francia va a sentir el rigor de la izquierda...
François Hollande

Hollande presentó un presupuesto para 2012 marcado por un nivel de ahorro jamás visto en los últimos treinta años. Además de diez mil millones de euros en recortes, habría un aumento de los impuestos de 20 mil millones que, globalmente, recaerá sobre los bolsillos de las familias más pudientes y de las empresas que obtengan más beneficios.

El socialismo francés acaba de plasmar una versión inédita de la disciplina presupuestaria: el rigor a la izquierda. El presidente François Hollande presentó en el Consejo de Ministros un proyecto de presupuesto para 2013 marcado por un nivel de ahorro jamás visto en los últimos 30 años y por un consecutivo aumento de los impuestos que, globalmente, recaerá sobre los bolsillos de las familias más pudientes y de las empresas que obtengan más beneficios. En total, este plan calificado como “presupuesto de combate” se articula en torno de la recaudación de 20.000 millones de euros de nuevos impuestos y a 10.000 ahorrados en gastos administrativos. Los 20.000 lo pagarán por partes iguales, diez mil y diez mil, las personas con mayores ingresos y las empresas. A esta suma hay que agregarle otros 2500 millones de euros que se ahorrarán en seguro social.

En total, si se adicionan los objetivos de este presupuesto más las medidas votadas en julio pasado, el Ejecutivo apuesta por una recaudación suplementaria de 40.000 millones de euros. El objetivo no es social, sino presupuestario: se trata de llevar el déficit actual, 4,5 por ciento en 2012, al 3 por ciento en 2013. La meta, sin embargo, se apoya en un cálculo de crecimiento del 0,8 por ciento, una variable que los economistas juzgan demasiado optimista y tan incierta como un número de lotería.

Lo cierto es que al cabo de diez años de gobiernos de derecha y de presupuestos conservadores que decapitaron a las clases medias y populares, François Hollande elaboró el primer presupuesto de la izquierda. No hay, desde luego, ninguna reorientación substancial. Se trata siempre de reducir la deuda y los déficit, pero sin sancionar a quienes antes pagaban la cuenta ni desmantelar lo poco que queda del Estado de Bienestar. El Ejecutivo aseguró los más de 24.000 millones que se recaudarán con los nuevos impuestos le corresponderá “únicamente a uno de cada diez ciudadanos y las empresas más grandes”. El cálculo dista de ser verosímil. El primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, aseguró el viernes que “90 por ciento de los franceses, las clases medias y populares, no pagarán más impuestos. El esfuerzo lo hará el 10 por ciento que tiene más y, entre éstos, el uno por ciento más rico”.

Sin embargo, Francia sabe hoy que todo el mundo terminará pagando algo, aunque esta vez la redistribución del esfuerzo será más equitativa porque rompe con la política de la víctima única tan común a la derecha cuando está en el poder. La demostración en cifras muestra que el Ejecutivo socialista apuntó sus calculadoras hacia las personas que tienen mayores recursos: las personas que tienen ganancias equivalentes a 150.000 euros (uno por ciento, lo que equivale a 50.000 contribuyentes) aportarán a las cajas mucho más que antes. A partir de 250.000 euros los impuestos se incrementan exponencialmente.

A ello se le agrega una taza de 3 por ciento que sube al 4 por ciento más allá de medio millón de euros de ganancias. Los porcentajes se tornan aún mayores desde el millón de euros. Las 1500 personas que ganan esta suma pagarán una tasa excepcional del 75 por ciento. Antes de que se conozca el proyecto de presupuesto para 2013 los empresarios franceses lanzaron la ofensiva y pusieron en tela de juicio la filosofía de la reforma fiscal. El organismo que agrupa al patronato, el Medef, viene diciendo que la clave está tanto en la reducción del gasto público como de los costos que acarrea mantener un puesto de trabajo.

La situación de Francia es compleja. Hay hoy más de tres millones de desempleados y un crecimiento que se quedó estancado. François Hollande debe a la vez cumplir con sus promesas de justicia social sin perder de vista la deuda y el déficit. El contexto, sin embargo, es adverso. El Instituto Nacional de Estadística (Insee) reveló esta semana que durante el segundo trimestre de 2012 la economía tuvo un crecimiento nulo. El ex presidente liberal Nicolas Sarkozy se fue en mayo pasado, pero dejó una deuda colosal. En los cinco años de su mandato la deuda pasó del 64 por ciento del PIB al 91 por ciento. François Hollande dijo este viernes que el país había tenido “600 mil millones de deuda suplementaria durante el quinquenio precedente. Yo me comprometo a que, a final de mi mandato, no haya ni un euro de más”. La deuda de Francia tiene repercusiones enormes.

Según explicó el gobierno, lo que se ahorrará y se recaudará el año que viene apenas servirá para pagar los intereses de los préstamos contraídos, es decir, unos 46.000 millones de euros. La misión de François Hollande se parece a una de esas películas norteamericanas donde el héroe tiene que hacer un montón de proezas imposibles para sobrevivir y seguir siendo héroe: el jefe de Estado tiene que calmar a los mercados, a Alemania y a la Comisión Europea, celoso guardián de los intereses liberales: al mismo tiempo, Hollande debe corregir el camino trazado por la derecha que gobernó durante la última década y mantener vivo el moribundo Estado de Bienestar. Y como si fuera poco, también le es preciso ser fiel a los compromisos de equidad, justicia y solidaridad.

El primer presupuesto socialista modifica lo realizado hasta ahora por la derecha: dos tercios de las recaudaciones provienen del aumento de los impuestos a los ricos y a las empresas, lo que implica el fin de numerosas exenciones fiscales aprobadas por la derecha para esta categoría. El tercio final sale de los recortes en los gastos administrativos. Menos los ministerios de Educación, Justicia y Seguridad, todos los demás pasarán al régimen del ahorro. Los socialistas están produciendo una película nueva: “Los aventureros de las arcas vacías”. Por ahora, la cuenta la pagan los ricos. Sin embargo, recién se conoció el primer capítulo de una producción que puede deparar muchas sorpresas. Los fondos no salen de la nada y es muy posible que, de una u otra forma, todo el mundo termine pagando algo.

© Escrito por Eduardo Febbro desde París y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 29 de Septiembre de 2012.