La corbeta A.R.A. Granville
(P-33) culminó un nuevo patrullado marítimo…
Arribó ayer a su apostadero en la Base Naval Mar del Plata luego de varias semanas de operaciones en el mar.
© Publicado el jueves 10/09/2020 por el Periódico Digital Gaceta
Marinera de la Ciudad de Punta Alta, Provincia de Buenos Aires, República de
los Argentinos.
Mar del Plata – Ayer por
la mañana arribó a la dársena de la Base Naval Mar del Plata la corbeta A.R.A. Granville (P-33), luego de efectivizar una nueva operación de control de
los espacios marítimos nacionales en los límites de la Zona Económica Exclusiva
(ZEE) del Mar Argentino.
La
unidad naval, dependiente de la División Patrullado Marítimo (DVPM), había
zarpado para monitorear la actividad pesquera y el tránsito de embarcaciones
por aguas nacionales. Para ello sumó a la dotación de Visita Registro y Captura
(VRC) de la unidad a personal de la Agrupación Buzos Tácticos, y un inspector
de pesca del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
Durante
la navegación, el buque de la Armada Argentina concretó el control efectivo de
buques de interés en distintas zonas del Atlántico Sur, obteniendo el resultado
positivo y colaborativo de los mismos mediante comunicaciones radiales que
permitieron corroborar sus permisos de pesca, sus datos técnicos y comerciales,
y llevar a cabo un detallado registro fotográfico de cada embarcación.
En
tal sentido, el Jefe de Operaciones de la corbeta, Teniente de Navío Nelson
Preveth, destacó que “resulta de vital importancia llevar a cabo este tipo de
actividades a fin de contribuir a la protección de los recursos nacionales,
siendo esta tarea una de las principales de la División Patrullado Marítimo”.
Luego
de algunos días de escala técnica en el Puerto de Ushuaia para cumplir tareas
de apoyo logístico en el Área Naval Austral, la A.R.A. Granville (P-33) efectuó una etapa de navegación junto al aviso
A.R.A. Teniente Olivieri (A-2), la lancha rápida A.R.A. Indómita (P-86) y la
lancha A.R.A. Surubí (P-55), desarrollando distintos tipos de ejercitaciones
tácticas. Concluido esto, la A.R.A.
Granville (P-33) y el A.R.A. Teniente Olivieri (A-2)
continuaron navegando juntos hasta las inmediaciones de la zona denominada
Punta Loyola en la provincia de Santa Cruz, donde el aviso se destacó para
cumplir tareas de mantenimiento de las ayudas a la navegación, en coordinación
con el Servicio de Hidrografía Naval.
Posteriormente,
la unidad de la DVPM se destacó al límite de la ZEE, donde continuó sus tareas
de monitoreo y control de los espacios marítimos jurisdiccionales. Luego de
varias semanas operando para contribuir al resguardo los recursos nacionales en
el mar, la corbeta A.R.A. Granville (P-33) ingresó a la dársena de la Base Naval Mar del Plata
culminando su misión, siendo relevada por otro buque de la Armada en el mar.
Al
respecto, su Comandante, Capitán de Fragata Manuel Alejandro Lazarte, expresó:
“El balance de esta navegación fue sumamente positivo; permitió a la dotación
de la corbeta A.R.A. Granville (P-33) consolidar su adiestramiento de todos los conjuntos
operativos a nivel individual y grupal, con énfasis en las tareas de control de
los espacios marítimos. Este tipo de navegaciones representan algunas de las
actividades que realizamos en forma continua con las unidades de la División de
Patrullado Marítimo pertenecientes al Área Naval Atlántica”.
Al
tomar puerto, y sin mediar pausa de por medio, la corbeta inició un nuevo
alistamiento con el objetivo de regresar al mar a la brevedad, en respuesta al
plan anual del Comando del Área Naval Atlántica.
Adiestrarse
en el mar
También
durante la navegación, la dotación de la corbeta pudo llevar a cabo su
adiestramiento individual de unidad mediante diversos niveles de instrucción de
acuerdo al plan de adiestramiento anual establecido por el comando superior.
Con
condiciones climáticas y marítimas variadas, la A.R.A. Granville (P-33) recreó a bordo situaciones con niveles de
complejidad diferentes, motivando el desarrollo de distintos roles como control
de averías; lucha contra incendios; abandono de la unidad; maniobras de rescate
de hombre al agua; maniobras marineras generales y rol de combate.
También, y con
especial énfasis dada sus funciones como parte de la DVPM, la corbeta
incrementó su adiestramiento en procedimientos de VRC, para lo cual la dotación
especializada de buzos tácticos embarcada en la unidad transmitió sus
conocimientos y experiencias al grupo VRC propio de la unidad, bajo una
hipótesis de interceptación marítima.
En
dicho marco, el personal trabajó técnicas de aproximación con botes a un buque
de interés; seguridad y desplazamiento a bordo; manejo de armamento liviano con
tiro efectivo; combate cuerpo a cuerpo; e interacción con tripulaciones
cooperativas y no cooperativas.
El
Jefe de Armamento de la A.R.A. Granville
(P-33), Teniente de Navío Germán Arbizu,
explicó que “el adiestramiento de VRC es necesario para que el personal
adquiera las destrezas necesarias relacionadas con las tareas que realizarán
para contribuir en la protección de los recursos nacionales y las leyes
internacionales estipuladas bajo el marco legal de la CONVEMAR (Convención del
Mar)”.