De la naturaleza humana a
la libertad...
Esencial. Camus perteneció a la última generación
de escritores franceses de corte internacional. Foto: Cedoc
El jueves 7 , Albert
Camus hubiese cumplido cien años. Entre el próximo jueves 14 y el miércoles 20,
Buenos Aires será escenario de una serie de actividades en torno al Premio
Nobel de 1957. Los aportes del autor francoargelino al pensamiento occidental
de posguerra, su enfrentamiento con Sartre y lo esencial de “El extranjero”, su
primera novela, que acaba de ser reeditada en un formato de lujo con dibujos de
Muñoz.
Buscó alejarse del
nihilismo, intentó aclarar que su pensamiento tampoco era existencialista, se
malinterpretó su vínculo con el absurdo y reivindicó la naturaleza humana que
Sartre negaba, algo que le valió un distanciamiento que devino en mito, un mito
de enemistad. Albert Camus fue una figura clave del pensamiento europeo en un
escenario tan complejo como devastado, de ciudades destruidas y familias
diezmadas por la guerra, donde la figura del hombre y sus ideas necesitaban
reconfigurarse para no morir bajo el manto perverso de los principios
totalitarios.
Este es el año camusiano.
El escritor francoargelino hubiese cumplido su centenario de vida y por tal
motivo Buenos Aires le rendirá homenaje a través de diversas actividades
promovidas por la Sociedad Latinoamericana de Estudios Camusianos, la Alianza
Francesa y el Gobierno de la Ciudad, que tendrán lugar durante noviembre.
Además, Planeta acaba de sacar al mercado una edición de lujo de El extranjero,
la primera novela publicada por Camus y tal vez la obra más significativa entre
sus escritos, que le valió el reconocimiento y la expansión de su nombre,
aunque no fueron menos los cuestionamientos que debió soportar en la época
(salió a la luz en 1942). La reciente edición, realmente para amantes del
autor, con notables ilustraciones de José Muñoz y de tapa dura, ronda los 400
pesos en las librerías locales.
“El extranjero resulta
emblemática en relación con la distinción requerida por Camus entre lo
verdadero y lo falso. Camus dice: ‘En una época de mala fe, el que quiere
distinguir lo verdadero de lo falso está condenado a una suerte de exilio’. La
novela está articulada en dos partes que ilustran esta antinomia. Esto es lo
que le pasa al protagonista: extraño, extranjero, exiliado…”, dice Inés de
Cassagne, directora de la Sociedad de Estudios Camusianos en Latinoamérica y,
como tal, una de las que estarán a cargo de las actividades, que entre el 14 y
el 20 de noviembre se concentrarán en la sede central de la Alianza Francesa.
Josefina Delgado integra
un plantel que brindará el seminario “Camus y la libertad”. La especialista en
el autor de El hombre rebelde asegura que “El extranjero y La peste son las
novelas que mejor expresan la metáfora de un mundo en franco derrumbe, con la
pérdida de los sentimientos humanos elementales y el terror a la muerte y al
vacío de la soledad”.
¿Cuán cierta o falaz
resulta esa parte de la historia que nos contaron sobre un supuesto altercado
entre Camus y Jean Paul Sartre? ¿Llegaron a cruzarse realmente sus palabras y
diferencias sobre las ideas de libertad, del ser y la esencia humana?
“Recientes investigaciones sirven para conjeturar que las cartas de Camus a
Sartre fueron apócrifas”, asegura Delgado. “Sí puede decirse que las posturas
de Sartre y de Camus frente al stalinismo fueron la estratégica postura de un
defensor del comunismo (Sartre) y la rebeldía de quien rechazó cualquier forma
de sectarismo, fuera político o religioso (Camus)”. Al respecto, Inés de
Cassagne sostiene que Camus “empezó a ser malinterpretado, pues se lo asimiló a
la temática del absurdo y existencialismo sartreanos. Este malentendido se
disipó al publicar en 1951 El hombre rebelde. Allí Camus explica que en la
rebeldía hay una reivindicación: el hombre que reacciona al punto de dar la
vida lo hace en nombre de algo valioso, que posee y comparte con los demás: ‘La
esencia o naturaleza humana’, dice, y subraya: ‘En contra de lo afirmado por
ideologías o pensamientos que la niegan’. Fue entonces cuando Sartre le dio la
espalda. Para Sartre, el hombre es pura libertad y cada uno se inventa a sí
mismo; dice textualmente: ‘No hay una naturaleza humana’. Por el contrario,
Camus defiende la libertad como un rasgo constitutivo de la ‘esencia humana’, y
este compartir con los demás la misma naturaleza lo hace capaz de diálogo”.
Recibió el Premio Nobel
de Literatura en 1957, tres años antes de que una dudosa muerte (se sospechan
las causas del accidente que tuvo) se lo llevara. El galardón fue otorgado al
conjunto de reflexiones que su obra planteó a la humanidad de esos tiempos y
que, desde luego, no han perdido vigencia alguna. En 1982, los franceses
fundaron la Société des Etudes Camusienes, con sede en París, de la cual se
desprendió treinta años después la que funciona aquí.
El primer hombre es la
novela que el escritor llevaba en el auto cuando murió, sobre la que estaba
trabajando, y que recién se publicó en 1996. “La tarea más importante de la
Société... fue este trabajo de años, así como de los demás escritos del autor:
carnets, artículos periodísticos, etc. Finalmente quedaron listas las Obras
completas, en 2009. El primer hombre, además de ser una indagación biográfica,
implica una indagación de sus orígenes, enfoca por ello el problema argelino,
acuciante en ese momento en que había una guerra civil”, dice De Cassagne.
“Camus era partidario de una integración, no de una separación. Arriesgó su
vida yendo a Argel, pidiendo una tregua civil”.
© Escrito por Leandro Ceruti el sábado 10/11/2013
y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.