Mostrando las entradas con la etiqueta Ignacio Montes de Oca. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Ignacio Montes de Oca. Mostrar todas las entradas

jueves, 15 de mayo de 2014

Festichola verdeoliva… De Alguna Manera...

Festichola verdeoliva…


Según la información a la que pudo acceder un blog periodístico, el Ejército Argentino que comanda Milani gastará 5 millones de pesos en una fiesta que dará durante los días 30, 31 de mayo y 1 de junio. 

Dos aclaraciones previas: este editorial será seguramente uno de los más apetitosos, un comentario que con certeza suscitará apetito en la audiencia, que a mí se me haya ocurrido o que ustedes me hayan escuchado hacer al aire. La segunda aclaración es que está basado enteramente en la revelación de un blog periodístico que me inspira confianza y me parece creíble. El blog se llama “Eliminando variables” y voy a tomar, básicamente, la información que proporcionan quienes firman esta revelación: José María Stella e Ignacio Montes de Oca.

Para los días 30 y 31 de mayo y 1º de junio, el Ejército Argentino, comandado por el General César Milani organiza una festichola de costo millonario, que implica, literalmente, lo que, con muy buen criterio humorístico, los colegas denominan “tirar el cuartel por la ventana”.

César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani, el híper cuestionado jefe de Estado Mayor del Ejército Argentino y hombre de la mayor confianza del grupo gobernante, desarrolló una licitación privada. Este es el corazón periodístico: la licitación 22/2014, que responde al expediente 6P14-0639/5, al que accede este blog periodístico, “Eliminando variables”., y titulado “Adquisición de productos y servicios para la semana de mayo”.

Los autores de este informe dicen haber hecho una compulsa entre proveedores de distintos tipos de servicios, que son los que el Ejército está solicitando para estos tres días de jolgorio, y llegan a la conclusión de que estos tres días no pueden costar menos de 5 millones de pesos. En realidad, el Ejército Argentino celebra su día el 29 de mayo, pero los siete renglones licitados se centran en una festichola en tres días, desde el 30 de mayo. Durante ese período de tres días, esperan recibir en el Campo Hípico Militar de la Avenida del Libertador, y del que se decía que lo iban a expropiar para hacer viviendas populares, no menos de 15.000 visitantes diarios.

Los detalles son realmente asombrosos, por no decir enervantes, en el mejor estilo de la Casa Rosada y de su maestro de ceremonias, Javier Grosman. Habrá pirotecnia, fuegos artificiales, bandas de rock, shows de tango de primerísimo nivel, cena con ostras y entre otros manjares. La cena del 30 de mayo, que tendrá como escenario el salón de usos múltiples del Regimiento de Infantería Patricios Nº 1, revela cómo encara Milani esta noche inolvidable. Esto sucede en una Argentina en la que son casi ocho millones los pobres según la propia CTA oficialista.

Habrá 1 maître general, 4 maîtres asistentes, 50 mozos, 3 chefs, 10 ayudantes y 68 personas a cargo de la cocina para una comida a la que entrarán 250 invitados.

Según aclara la circular del Ejército, con ese típico orden al que están acostumbrados los uniformados, las parejas invitadas tendrán una edad aproximada a los 50 años. Así que al llegar los invitados, que deben estar muy felices por el Día del Ejército, habrán de recibir, de algunos de los 50 mozos, panes artesanales grillados con atún, palmitos, jamón crudo, queso azul, pimientos rojos; si ese no es el gusto del invitado pueden optar por la tapenade de aceitunas negras, tomatitos disecados y rúcula; pero también hay otras opciones, porque el Ejército en ese sentido es muy amplio y pluralista: salmón ahumado, queso Philadelphia y ciboulette, shots de caprese o vitel thoneé. Ahora, si el invitado prefiere el llamado “tapeo caliente”, habrá brochettes de carne o pollo, empanaditas cortadas a cuchillo, woks de pollo y camarones o carne, con salsa teriyaki. Incluso habrá otra alternativa de comida caliente: mollejitas con salsa de verdeo.

Pero esto es apenas una muestra. Milani no se anda con chicas. Habrá una isla fría y una isla caliente. La isla fría ofrecerá fuentes de jamón cocido natural, lomito canadiense, bondiola, lajas de salmón ahumado, variedad de quesos como roquefort, provolone, pategrás, gouda, gruyere o bocconcino. Si el asistente a la fiesta de Milani tiene todavía gustos más sofisticados, habrá ostras con pulpo español, o pulpo español al pimentón, listas para ser servidas, además de una gran pata de jamón crudo serrano en cada mesa, con penca de gruyere.

También habrá alternativas de comida japonesa: el clásico sushi, rolls, makis, sashimi, niguiris; inclusive habrá frutos de mar, comida española, gran paella valenciana, comida italiana, show de pastas con ravioles de salmón en tinta de calamar, tacos mexicanos de pollo y carne, salsa tabasco o salsas no picantes.

¿Todo esto con qué se riega? Espumantes, tipo Saint Felicien - igual calidad o superior-, vinos tintos y blancos Rutini -igual calidad o superior-, todas las variedades posibles de gaseosas, y desde luego, agua mineral de la más cara. A todo esto, el comensal pasará a una de las mesas redondas cuando termine la recepción, en el SUM, donde habrá cristalería y manteles para la ocasión, y ahí los recibirán con una copa de langostinos, palta, manzana verde y palmitos con salsa golf, o bien con tartas de salmón ahumado con palta.

El general nacional y popular Milani se ha preocupado para que la gente se lave la boca, porque después de una ingestión de esta naturaleza uno queda un poco sentido: ahí habrá una copa Chrysti, que son 250 sorvettes de limón con extra brut champagne- para que el invitado esté preparado para la gran comilona. Después viene medallón de lomo a la pimienta verde con papas a la crema, o bien un medallón de lomo con hongos silvestres, milhojas de papa y ratatouille de verduras al olivo, todo esto con una gran cantidad y diversidad de panes saborizados, chips de sésamo, miñones blancos o de salvado. ¿Qué hacemos con el postre?, se dijo Milani; “bueno, vamos a darle lo que le gusta a la gente, para qué uno es un general nacional y popular”: volcán de chocolate con bocha de frutos del bosque, salsa de frutos rojos, después café, desde luego no café sólo, estamos hablando de un momento de gran prosperidad en Argentina, sino con masitas de almendra.

Ahora, si alguien, después de esta comilona se quedó con un poco de languidez, y alguna cosa extra quisiera “picar”, va a haber mesa dulce decorada, lemon pie, cheese cake, tartaletas de frutas, panqueques, selva negra, tiramisú y brownies, entre otras delicias. Finalmente, en todas las mesas, va haber Chivas Regal, whisky Scotch, antigüedad 12 y 18 años de añejamiento.

¿Es sola una comilona? No. Hay más. El general Milani ha pensado en todo y quiere que la noche sea inolvidable. Así que contrató un show de tango en vivo de primer nivel, no inferior a “Señor Tango”, con no menos de cuatro participantes, y además un espectáculo de salsa en vivo con no menos de dos parejas; habrá momento para los románticos: un saxofonista realizará dos entradas de media hora cada una para que los participantes degusten los manjares acompañados con melodías muy suaves. Una banda musical de primer nivel con no menos de seis integrantes terminará alegrando la noche hasta entrada la madrugada.

En la cancha de polo, para los días de festejo popular, un campo de 275 metros de largo y 230 de ancho, habrá un despliegue de fuegos artificiales que no les puedo detallar porque sería muy agotador pero que es imponente y no le habrá de envidiar nada a los grandes hits del maestro Grosman cuando “celebró” los 30 años de democracia, pero al servicio del poder hoy dominante. El General Milani se propone así un borrón y cuenta nueva. Quiere ser visto como el gran maestro y artífice del recambio del rostro del Ejército.

Cuando uno advierte este estilo de conducción, sumado a los antecedentes y cuestionamientos tenebrosos sobre la actuación de Milani durante la dictadura militar, piensa en otros casos. No me imagino que algo así hubiera podido concretar un hombre como Martín Balza, el primer general del Ejército Argentino que tuvo la hombría, decencia y coraje de pedir disculpas por las abominables violaciones de los derechos humanos de sus camaradas.

No es el caso de Milani. No solo no pide disculpas, no solo está imputado, sino que ahora se homenajea a sí mismo con una cuenta que pagamos todos, mientras dejemos que esta clase de gente siga haciendo este tipo de festejos abominables y vergonzosos.

© Escrito por Pepe Eliaschev el Miércoles 14/05/2014 y ubicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.