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lunes, 21 de marzo de 2011

Huracán vs. Banfield... De Alguna Manera...

El mismo cuenTito...

El Globo se quedaba sin aire en el Sur, perdía 2-0, pero tomó vuelo y lo empató gracias a los goles de Zárate y Cámpora. Otra vez los delanteros salvaron a Pompei, que sigue invicto. Banfield podía ser puntero, pero se durmió.

La cara de Huracán tenía las cejas inclinadas hacia abajo, la mirada triste, los ojitos llorosos, antes del arribo de quien lo metió al quirófano y le efectuó una cirugía facial. Un partido con Newell's en Rosario, un 3-3 que había pintado para goleada en contra y terminó en puntazo, fue la señal de que el bisturí de Roberto Pompei había pasado por el Globo. Esas ganas, esa finalísima ante Quilmes, la demostración de que todavía había signos de vitalidad. El empate con Banfield, la muestra de que, con actitud, se puede.

Porque para obtener resultados, hay que sufrir. Y Huracán padeció ese oportunismo fatal que caracteriza a este Banfield de Sebastián Méndez. Un Banfield que a los 23 minutos ya se veía ganando 2-0 y consolidado como puntero junto a Olimpo: una volea de Jonathan Gómez –floja respuesta de Gastón Monzón mediante- primero y un mal cierre hacia atrás de Britez Ojeda para que Cristian García quedara en posición de penal para definir solito y solo ante el arquero del Globo. Pim, pam, pum. ¿Maduro el nocaut?

Nada de eso. Huracán, este renovado Huracán, no sufrió lo que pudo haber sido anestesia. Con carencias, sí, pero a base de ímpetu, de orgullo, de un apetito que emanó desde sus hombres más experimentados, levantó vuelo. Rolando Zárate y Javier Cámpora, esos mismos que ganaron la batalla en el Palacio contra Quilmes, fueron nuevamente héroes. Paladines de este Globo que lleva cuatro partidos sin perder y que, como buen laburante, no afloja.

Hubo un final de primer tiempo que denotó lo que se le vendría a Banfield encima. El Gallego se enamoró con el 2-1 allá por los minutos finales del segundo tiempo, en los que Huracán fue el único que tuvo las pulsaciones altas: armó un tándem de doble cinco recuperador con Ariel Rosada y Maximiliano Bustos y Banfield, agazapado, pudo liquidarlo. Pero pecó: un centro de Luciano Nieto, una distracción defensiva y un empate consagratorio gracias a la cabeza de Cámpora. Pompei trajo vientos propicios a Huracán, que suma, suma y suma. Siempre, claro, con el mismo cuentito.

© Escrito por John Jones y publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 21 de Marzo de 2011.