Murió Patxi Andión. Un accidente automovilístico en
España…
En junio de 2013 Andión presentó en la Argentina su disco
"Porvenir". Fotografía: EFE
Dueño de una voz ríspida, atrapante, y de un genio
compositivo arisco, el cantautor debió exiliarse de la España de Franco.
También supo probar suerte en el cine.
© Escrito por Cristian Vitale el miércoles 18/12/2018
y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
República Argentina.
El Maestro. Patxi Andión
Tester de su
devenir, cuyos picos creativos pueden detectarse con claridad durante las
décadas del setenta y del ochenta del siglo pasado. Momentos en que, tras un
debut enredado con la censura de esos tiempos (Retratos, 1969), se largó a más
a través de varios trabajos clave, entre los que figuran Palabra por palabra.
(1972); Como el viento del norte (1974) y Cancionero prohibido (1978).
Dueño de una voz ríspida, atrapante, y de un genio
compositivo arisco, Francisco José
Andión González –tal su nombre real- andaba siempre al borde de lo
políticamente incorrecto.
Así lo comprobó Página/12,
en junio de 2013, cuando lo entrevistó mientras se preparaba para presentar
Porvenir, su antepenúltimo disco, en el teatro Sha. “Siempre busqué cosas a la
contra”, decía. "En aquel momento (los '70) en España, un tipo de izquierda
no podía ser aficionado a los toros, porque ésa era un cosa de derechas... ¡y
nosotros éramos aficionados a los toros! (risas).
Uno tampoco podía ir al
fútbol, porque era una cosa manejada por Franco para impedir las
manifestaciones políticas, y nosotros íbamos a la cancha a ver al Atlético de
Madrid, porque éramos del Aleti (más risas)."
El tipo también actuaba. Así lo atestigua el protagónico
que compartió con su bella esposa, Amparo Muñoz (Miss Universo 1974), en la
atrevida La otra alcoba, estrenada a meses de la muerte de Franco.
También su
personificación del detective Pepe Carvalho, en Asesinato en el Comité Central;
del errante Manolo en Libertad Provisional; o del Che Guevara en la mediocre
ópera-rock Evita, de Andrew Lloyd Webber (1980).
Periodista, escritor, docente
universitario y doctor en sociología, además, Andión debe su talante a una
matriz juvenil que lo tuvo como militante antifranquista, que llevaba en la
sangre. Le venía de su padre, un soldado republicano nacido en Navarra –región
en la que Patxi pasó sus primeros años- que había combatido a los franquistas
durante la guerra civil.
Tomar tal posta ideológica le valió, aún antes de
comenzar su itinerario discográfico y actoral, autoexiliarse en París justo
cuando explotó todo, en mayo de 1968.
Fue el momento, aquel, en que tales experiencias, junto a
un amanecer rocanrolero al tono epocal, colocaron el embrión justo para que el
pibe fuera explotando, con perdigones contundentes, una personalidad volcánica.
Intensa por donde se la mire. Lo suficientemente desafiante. Lo suficientemente
sensible. Lo suficientemente romántica –en el cabal sentido del concepto, obvio
para dejarle al mundo, además de todo lo antedicho, una enorme canción llamada
“María en el Corazón”.
Contaba Patxi sobre tal ante Página/12. “Que dos trenes
se detengan en la misma estación, pero con sentido contrario, y que de repente
mires a una chica del otro tren, y que esa chica acapare toda la luz del tren y
de la estación, es algo mágico.
Miré, miró, esbocé una sonrisa, y los metros se
separaron. Una historia de amor imposible, porque ambos estamos condenados a
seguir viaje en sentido contrario”. Nombraba Patxi, en esa misma charla, a
Discépolo y a Manzi… poco hay, dado lo dicho, que lo ubique en un camino
distinto al de ellos. No es poco.
El Maestro…
Con el alma en una nube
Con el alma en una nube
y el cuepo como un lamento
viene el problema del pueblo
viene el maestro
el cura cree que es ateo
y el alcalde comunista
y el cabo jefe de puesto
piensa que es un anarquista
Le deben 36 meses
del cacareado aumento
y el piensa que no es tan malo
enseñar toreando un sueldo
en el casino del pueblo
nunca le dieron asiento
por no andar politiqueando
ni ser portavoz de cuentos
Las buenas gente del pueblo
han escrito al menisterio
y dicen que no está claro
como piensa este maestro
dicen que lee con los niños
lo que escribio un tal Machado
que anduvo por estos vagos
antes de ser exilado
Les habla de lo inombrable
y de otras cosa peores
les lee libros de versos
y no les pone orejones
al explicar cualquier guerra
siempre se muestra remiso
por explicar claramente
quien venció y fue vencido
Nunca fue amigo de fiestas
ni asiste a las reuniones
de las damas postulantes esposas de los patrones
Por estas y otras razones
al fin triunfó el buen criterio
y al terminar el invierno
le relevaron del puesto
y ahora las buenas gentes
tienen tranquilo el sueño
porque han librado a sus hijos
del peligro de un maestro
Con el alma en una nube
y el cuerpo como un lamento
se marcha, se marcha el padre del pueblo
se marcha el maestro.