Mostrando las entradas con la etiqueta Bertolt Brecht. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Bertolt Brecht. Mostrar todas las entradas

domingo, 4 de abril de 2021

Frases célebres de Bertolt Brecht... @dealgunamaneraok...

Frases célebres de Bertolt Brecht...

Bertolt Brecht (1898 - 1956), nacido como Eugen Berthold Friedrich Brecht), fue un dramaturgo y poeta alemán y creó el llamado teatro épico. Se le considera uno de los literatos más creativos y brillantes del siglo XX. 


© Escrito el viernes 02/04/2021 por Xavier Molina (*) y publicado por la página Psicología y Mente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

Movido por un ansia de diferenciación individual, el joven Bertolt Brecht decidió ir a contracorriente de una sociedad acomodada y con demasiados convencionalismos. Aunque se matriculó en la facultad de medicina, pronto abandonaría sus estudios y se dedicaría a escribir y dirigir obras de teatro.

Frases célebres de Bertolt Brecht 

Comunista y defensor de la lucha de clases, Bertolt Brecht fue un intelectual apasionado en su tiempo, hasta el punto en que fue perseguido por Hitler y tuvo que exiliarse en distintos países europeos. 

En el artículo de hoy vamos a conocer de cerca la figura de este importante pensador y dramaturgo alemán a través de las 20 mejores frases de Bertolt Brecht. 

1. El regalo más grande que le puedes dar a los demás es el ejemplo de tu propia vida.

Sus preceptos morales quedan resumidos en esta cita célebre. 

2. Primero va el comer, luego va la moral. 

De nada sirve la política si no están solventadas algunas cuestiones básicas. 

3. El arte, cuando es bueno, es siempre entretenimiento.

Reflexión sobre el arte y su capacidad para emocionarnos. 

4. Muchos jueces son absolutamente incorruptibles; nadie puede inducirles a hacer justicia.

Irónica frase acerca de la opacidad y la arbitrariedad de la justicia. 

5. ¿Qué es el robo de un banco en comparación con fundar uno?

Comunista y fiel a sus principios, consideraba el sistema capitalista como el causante de ciertos males y escaseces de su nación. 

6. Cuando la hipocresía comienza a ser de muy mala calidad, es hora de comenzar a decir la verdad.

Las mentiras y la doble cara no puede perdurar en el tiempo. 

7. Con la guerra aumentan las propiedades de los hacendados, aumenta la miseria de los miserables, aumentan los discursos del general, y crece el silencio de los hombres.

Quienes organizan las guerras siempre salen beneficiados tras los conflictos. 

8. El arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo para darle forma.

Reflexión sobre el arte y su función social y cultural. 

9. La crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y cuando lo nuevo no acaba de nacer.

Una de las frases de Bertolt Brecht más célebres y recordadas, sobre el paso del tiempo y la incipiente eclosión de un nuevo orden mundial. 

10. La historia ama las paradojas.

Extracto de una de sus misivas. 

11. Esos que pretenden, para reformarnos, vencer nuestro instinto criminal, que nos den primero de comer. De moral hablaremos después. Esos que no se olvidan de cuidar nuestra formación, sin que por ello dejen de engordar, escuchen esto: por más que le den vueltas, primero es comer, y después de hartos ¡venga la moral!

Un alegato en contra de las élites dominantes. 

12. La naturaleza tiene perfecciones para demostrar que es imagen de Dios e imperfecciones para probar que sólo es una imagen.

Fantástica reflexión sobre el entorno natural. 

13. Si la gente quiere ver sólo las cosas que pueden entender, no tendrían que ir al teatro: tendrían que ir al baño.

Acerca de la ignorancia imperante en su época. 

14. Los demócratas burgueses condenan con énfasis los métodos bárbaros de sus vecinos, y sus acusaciones impresionan tanto a sus auditorios que éstos olvidan que tales métodos se practican también en sus propios países.

Crítica al pensamiento burgués.

15. Estar contra el fascismo sin estar contra el capitalismo, rebelarse contra la barbarie que nace de la barbarie, equivale a reclamar una parte del ternero y oponerse a sacrificarlo.

No vale de nada estar solo en contra del aspecto superficial que causa la desigualdad. 

16. Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.

Una de las frases de Bertolt Brecht más memorables, sobre el esfuerzo incesante de los hombres buenos. 

17. Me parezco al que llevaba el ladrillo consigo para mostrar al mundo cómo era su casa.

Metáfora para reflexionar sobre el ejemplo que damos a los demás. 

18. Ciertos países logran todavía conservar sus formas de propiedad gracias a medios menos violentos que otros. Sin embargo, los monopolios capitalistas originan por doquier condiciones bárbaras en las fábricas, en las minas y en los campos. Pero mientras que las democracias burguesas garantizan a los capitalistas, sin recurso a la violencia, la posesión de los medios de producción, la barbarie se reconoce en que los monopolios sólo pueden ser defendidos por la violencia declarada.

Pensamiento de corte sociológico para comprender la economía de mercado y la creación de oligopolios a través del monopolio de la violencia que representa el Estado. 

19. Señores, no estén tan contentos con la derrota de Hitler. Porque aunque el mundo se haya puesto de pie y haya detenido al bastardo, la puta que lo parió está de nuevo en celo.

La sombra del dictador fue alargada. 

20. En los tiempos sombríos, ¿se cantará también? También se cantará sobre los tiempos sombríos.

Dudas que nacen de sus días tristes en pleno surgimiento del III Reich.


(*) Psicólogo social, Graduado en Psicología por la Universitat de Barcelona. Máster en terapia cognitivo-conductual. Posgrado en Nutrición y Alimentación Sanitaria y Social por la UOC. Posgrado en Intervención psicosocial. Máster en Actividad Física y Salud por la UB. 




lunes, 24 de abril de 2017

Galileo... @dealgunamanera...

Galileo…

Culpable. Esta semana la Corte Suprema ratificó su condena al cura Grassi. Foto: Scotellaro

¿Galileo? ¿A qué viene Galileo? Con las urgencias que hay, con la necesidad de opinar sobre cada cosa que pasa, con el quilombo diario que tenemos, ¿de qué se trata esto de Galileo?

© Escrito por Carlos Ares, periodista, el viernes 23/03/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

¿Galileo? ¿A qué viene Galileo? Con las urgencias que hay, con la necesidad de opinar sobre cada cosa que pasa, con el quilombo diario que tenemos, ¿de qué se trata esto de Galileo? ¿Por qué? –pienso–, ¿de dónde? –me digo– ¿hace cuánto –me pregunto– que no releo el libro de Guillermo Boido? (Noticias del planeta Tierra. Galileo Galilei y la revolución científica, A-Z Editora, 1988). ¿Qué pasó, qué fue lo que me hizo recordar nuevamente la voz y la presencia imponente de Walter Santa Ana, ya casi ciego, sobre el escenario de la sala Casacuberta del Teatro General San Martín, haciendo el Galileo de Bertolt Brecht?

La escena. Roma, 1633. Galileo había demostrado la teoría heliocéntrica formulada por Copérnico –“la Tierra gira alrededor del sol”–, que refutaba a la geocéntrica sostenida hasta entonces por la Iglesia, basada en la Biblia. El Santo Oficio, tribunal de la Inquisición, influido por los enemigos de Galileo, entre ellos un jesuita de apellido Grassi, lo acusa de “introducir doctrinas heréticas” y presenta como prueba un documento fraguado. Bajo amenaza de tortura, Galileo confiesa. Zafa de la hoguera en la que, en 1600, habían incinerado a Giordano Bruno por motivos similares. Es condenado a “prisión perpetua” y a abjurar de sus ideas. Galileo se arrodilla: “(...) con corazón sincero y no fingida fe abjuro, maldigo y aborrezco los susodichos errores y herejías y en general cualquier otro error, herejía y secta contraria a la Santa Iglesia. Y juro que en el futuro no diré nunca más, ni afirmaré, por escrito o de palabra, cosas por las cuales se pueda tener de mí semejante sospecha, y que si conozco a algún herético o sospechoso de herejía, lo denunciaré a este Santo Oficio, o al inquisidor u ordinario del lugar donde me halle”.

¡Ay, cómo dolía –cómo duele todavía– esa escena! La congoja anudaba las gargantas y los sollozos aislados se apagaban bajo el peso del silencio, extendido como un poder sobrenatural, aterrador, sobre toda la sala. Galileo fue confinado a “prisión domiciliaria”. En esos últimos años, a pesar de su estado de salud y su ceguera, terminó de escribir las Consideraciones acerca de dos nuevas ciencias. Murió en 1642, a los 77 años.

Más de tres siglos tardó la Iglesia en reconocerlo. Recién en 1979, el papa Juan Pablo II tuvo a bien “conceder” a Galileo el mérito de haber formulado “normas importantes de carácter epistemológico que resultan indispensables para poner de acuerdo las Sagradas Escrituras con la ciencia”. La Iglesia sólo pide perdón a Dios, nunca a los hombres, por los crímenes que cometen sus miembros. Puede ser que la Tierra no sea el centro del universo, puede ser que algunos curas violen niños, puede ser que las dictaduras bendecidas por ellos torturen, asesinen, arrojen los cuerpos de sus víctimas al mar o los hagan “desaparecer”, puede ser que la mujer sirva para algo más que para el servicio como monja, pero eso no debe hacer dudar sobre las “sagradas escrituras”, ni la fe en la misericordia de Dios. Divina, la Iglesia.

Tal vez se debió a una asociación involuntaria. La Corte Suprema ratificó esta semana la condena al cura Julio César Grassi, uno de los tantos pederastas que la Iglesia todavía encubre. Pero no. Al menos, no fue sólo por eso. Cuando vuelvo a Galileo es, siempre, por un ahogo emocional, porque falta el aire libre, como aquella noche en que vi por primera vez la representación de la obra de Brecht en el San Martín.

Sé que se había apagado ya la patria panelista en la tele, también las redes sociales, que el silencio era un bálsamo en la madrugada. Que se relajaba ya la tensión de otro día intenso, colapsado por intereses contrapuestos en las calles, en los escritorios, en las aulas, en las cuevas mafiosas del Santo Oficio, donde se trama la acusación que nos obligue a arrodillarnos, a confesar, a reconocer que no se puede, que esto nunca va a cambiar y que hay que denunciar y delatar a todo aquel que se entusiasme y piense lo contrario. Y fue ahí, sí, que recordé al viejo Galileo, solo, en su casa, de cara a la noche y a las estrellas, murmurando: “Eppur si muove” (“Y sin embargo se mueve”).


jueves, 5 de diciembre de 2013

Nelson Rolihlahla Mandela 1918 - 2013... Q.E.P.D. De Alguna Manera...

Nelson Rolihlahla Mandela 1918 - 2013...


"Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles". 

Bertolt Brecht.


Las fotos: