La última clase magistral de Marcelo Zlotogwiazda…
Cristian Aliaga, Marcelo Zlotogwiazda, Nora Veiras y Rosendo Fraga. Fotografía: Con Sello Patagónico
"Superar
la crisis argentina exige generar dólares. No hay otra. No hay otra que generar
dólares. Argentina tiene que plantearse cómo hacer para generar más dólares que
los que tiene". "No hay manera de resolver esos constantes choques
que la Argentina tiene por la falta de dólares si no se modifica la matriz
productiva". "No es algo sencillo modificar la matriz productiva. Es
algo que necesita tiempo, es algo que no da rédito político pero es la única
manera de resolver el problema: de eso estoy convencido".
© Escrito por Ernesto Tenembaum el viernes
19/10/2019 y publicado por el Diario Digital Infobae de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires.
Marcelo Zlotogwiazda.
El viernes 11 de octubre, Marcelo Zlotogwiazda no podía
saber cuánto tiempo le quedaba de vida, pero tenía información de que, de no
ocurrir un milagro, ese lapso se contaría en meses, o tal vez en semanas. En la última semana de septiembre había sido internado
por última vez. Ya había suspendido los tratamientos. Y tenía molestias muy
evidentes. Sin embargo, el lunes anterior había conducido su programa de C5N, y
toda la semana su programa de 3 horas en radio con vos. Había entregado
puntualmente sus notas en Infobae. Y a todo eso le agregó el
cumplimiento de un compromiso pautado cuando se sentía mejor: la concurrencia a
una exposición industrial en Comodoro Rivadavia, a la que había sido invitado
para ofrecer un panorama de la economía argentina. Allí fue la última vez que
habló en público.
De esa charla solo queda una mínima parte
grabada por los organizadores y un fragmento más extenso tomado por
un celular. Allí se puede escuchar cómo el periodista combina una voz
debilitada y esforzada con una exposición coherente y sólida, en cuyo
contenido no se registraba nada del drama que estaba viviendo su cuerpo. En
esos párrafos se puede percibir la inmensa pasión que atravesó su vida, los
temas a los que dedicó su inteligencia y que tal vez puedan servir como una
advertencia para la dirigencia del país: si la Argentina, a largo plazo, tiene
una solución, ésta no será sencilla, y requerirá de trabajo, constancia y
conocimiento. Zlotogwiazda no era una persona que se dejara seducir
por slogans. “No se puede entender la política, y mucho menos la economía, sin
números. Me he peleado mucho por eso”, dijo, en una entrevista radial que le
hicieron, también en Comodoro.
Extracto de la última conferencia de Marcelo Zlotogwiazda en Comodoro
Rivadavia, el 11 de octubre pasado.Video: Con Sello Patagónico
Aquí,
algunos de esos conceptos que Zloto desarrolló en su última clase magistral:
“En 35
años de periodismo económico, si algo aprendí, es que la economía argentina, y
cuando hablo de economía argentina de eso depende la política argentina, está
determinada por el factor externo. Y no hay manera de resolver esos constantes
choques que la Argentina tiene con la falta de dólares si no se modifica la
matriz productiva”.
“Si
hay, entre tantas cosas, algo que reprocharle al período kirchnerista es que la
matriz productiva básicamente se mantuvo como tal, siendo que, como todos
sabemos, ha tenido oportunidades por el contexto internacional, por el viento
de cola, de tener recursos como para ir en esa dirección”.
“La
modificación de la matriz productiva es lo que va a terminar generando dólares.
Cuando digo generando dólares, digo: un país necesita importar
indefectiblemente. Porque no puede producir todo, porque sus habilidades
tecnológicas no le permiten producir todo, porque sería un despilfarro desde el
punto de vista de la eficacia producir todo”.
“Hay
cálculos a rolete hechos por economistas sobre cuánto necesita la Argentina de
importaciones para mantener determinado nivel de vida. Y lo que necesita
Argentina para subir su nivel de vida de importaciones, no es compensado desde
hace mucho tiempo por el nivel de importaciones o por el nivel de generación de
dólares. No es sencillo modificar la matriz productiva. Es algo que necesita
tiempo, es algo que no da rédito político pero es la única manera de resolver
el problema: de eso estoy convencido”.
“Respecto
del contexto que va a recibir Alberto Fernández y para hablar un poquito bien
de actualidad, va a ser un contexto muy difícil. Alberto Fernández va a ser el
presidente que reciba un país que en su primer año seguramente será recesivo.
Hay sobre esto coincidencias entre los economistas, no solamente entre los
considerados economistas profesionales”.
"Emmanuel
Álvarez Agis, hombre de estrechísima confianza de Alberto Fernández, lo cual no
significa que vaya a ser ministro de Economía, dijo el otro día: “Si Alberto
Fernández hace las cosas perfectas, la Argentina puede aspirar a crecer a
partir del cuarto trimestre del 2020. Y eso si hace las cosas perfectas, con
toda la herencia que va a recibir. El Banco Mundial acaba de publicar ayer sus
pronósticos de caída estrepitosa del Producto Bruto del 3,1 por ciento para
este año y de 2,1 para el año que viene. O sea: vamos a tener un presidente que
asume obviamente como todo presidente generando expectativas de cambio, sin los
recursos como para satisfacer demandas”.
“Axel
Kicillof declaró ayer textualmente: “No voy a recibir una provincia para poder
satisfacer las demandas que tengo”. Cualquiera que lo piense dos segundos va a
decir: “Obviamente”. Ahora, es inevitable que un nuevo presidente genere expectativas.
Y la población no tiene eso incorporado. Un nuevo presidente se lo vota porque
la gente quiere un cambio respecto de lo que existía. Hoy tiene un contexto
realmente difícil que empieza con dos negociaciones clave: el Fondo Monetario
Internacional y los acreedores externos. Eso plantea un panorama distinto”.
“Uno
puede generar de alguna manera una analogía con lo que fue Fernando de la Rúa.
De la Rúa recibió un proceso que, para quienes más o menos sabían cómo venía la
situación, desembocaba inexorablemente en una crisis, que era el final de la
convertibilidad. Pudo darse, entre comillas, el lujo de estirar eso el primer
año. No le salió demasiado bien. Alberto Fernández ya asume casi les
diría con la certeza de que en su primer año no va a poder mostrar los
resultados que muchos quisieran, o que serían necesarios”.
“Tal
vez eso explique, si ustedes hacen un repaso, la moderación en las
propuestas que ha hecho el Frente de Todos: ha sido muy cauteloso.
Recién ahora empiezan a circular algunos documentos, andan circulando estos
días propuestas, donde si bien el catalogo que incluye ese documento es amplio,
extenso, audaz, en general es un planteo moderado, cauteloso, por la sencilla
razón de que ellos saben lo que les espera”.
“Siempre,
las crisis fuertes, ni hablar del 2001, que tuvo la Argentina, fueron
disparadas por una crisis externa. Y creo que ese es el principal problema de
la Argentina. Cuando digo que es el principal problema, me refiero a que es de
prioridad analítica. Si alguien me pregunta cuál es el principal
problema de la Argentina, obviamente es la pobreza, es la indigencia, es la
exclusión. Ahora, resolver la pobreza, la indigencia, la exclusión, es un
imperativo moral. Un país como la Argentina no puede tener los números
que tiene. Es un imperativo moral que, desde el punto de vista de la economía,
tiene que resolverse de distintas maneras. Pero no es el principal
problema macroeconómico”.
Ojalá
Zlotogwiazda hubiera conocido el respeto unánime y masivo que se expresó cuando
se difundió la noticia de su fallecimiento.
El
lunes 14, Zloto tuvo el último diálogo con algunos de sus amigos. Allí comentó
que le habían impresionados los desarrollos que encontró en Comodoro en
áreas como robótica, software y aplicaciones. Se había quedado con
dudas respecto de cuál era el componente importado de esos emprendimientos:
tema clave si lo relevante es la generación neta de dólares. De eso
hablaba mientras sus fuerzas se le escabullían. Después se fue a dormir y ya no
despertó. Ojalá hubiera conocido el respeto unánime y masivo que se
expresó cuando se difundió la noticia de su fallecimiento. Le hubiera dado, al
mismo tiempo, pudor y alegría. Se lo merecía, realmente.
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