La vida es un tablero de ajedrez en donde los cuadros blancos son los días y los cuadros negros son las noches... Nosotros, somos las piezas que vamos de aquí para allá para caer al final en el cuadro de la nada... De Alguna Manera... Una Alternativa…
63 años de Titanes
en el Ring: el programa de héroes, villanos y un espectáculo que nunca murió…
Con personajes icónicos, peleas inolvidables y un marketing innovador, el
ciclo liderado por el inolvidable Martín Karadagian se convirtió en un fenómeno
cultural a lo largo de seis décadas.
En la memoria
colectiva de la Argentina, pocas cosas calaron tan hondo como Titanes en el Ring. No era solo un
espectáculo de lucha libre, era una fábula de héroes y villanos, un teatro de
mitos que, a más de seis décadas de su debut televisivo, sigue generando
preguntas, desentrañando misterios y alimentando la nostalgia. Desde
chocolatines hasta discos de vinilo, su impronta trascendió la pantalla y marcó
la infancia de generaciones enteras.
Pero la historia de este fenómeno televisivo comenzó mucho antes de su
irrupción en Canal 9. Su creador, el inigualable Martín Karadagian, ya cargaba sobre sus
espaldas años de entrenamiento, trabajo duro y un instinto comercial infalible.
Martin
Karadagian junto con su padre, Hamparzun Karadayijan.
Nacido
en San Telmo en 1922, hijo de la española Paulina
Fernández y del armenio Hamparzún Karadayijan, el futuro
ídolo indiscutido de los niños aprendió temprano la dureza de la vida. A los 8
años, mientras otros niños jugaban en la vereda, él trabajaba como lustrabotas.
Pero su ambición no tenía límites: “Yo en esa época fui empresario, compraba
los cajones y se los daba a unos pibes para que trabajen para mí”, contaría
años después.
La
programación de la televisión argentina cuando se encontraba al aire Titanes en
el Ring. Fotografía: Revista Canal TV.
Así, entre
otras historias, es recordado cómo se las ingeniaban con su compinche, el rengoMedia
gamba, para poder hacerse de unos pesos recorriendo los tranvías,
vendiendo caramelos a los que previamente manchaban con barro, así,
mientras juntaban las monedas, la gente por desprecio terminaba
devolviendo los caramelos. La ganancia era total.
Martín
Karadagian junto con sus padres, Paulina y Hamparzún.
Entre la
historia y la leyenda, hay un desvío fascinante: se dice que a esa misma edad
viajó a Detroit, donde ganó el título panamericano infantil de
lucha grecorromana representando a la Asociación Cristiana de Jóvenes. Y que a
los 12 años, en Londres, conquistó el título mundial en la
categoría cadetes mayores. “Miren si será importante que “la mismísima
Reina Isabel me dio el premio”, diría el campeón a cada uno que se lo
consultara. La leyenda de Karadagian empezaba a tomar forma. Se comenta que en una
gira por Europa habría matado (de forma accidental) a un rival en el ring, y
que en la Isla de Creta tuvo un combate con quien luego sería el papa Juan
XXIII.
Martín
Karadagian contra el Hombre Montaña, un clásico del catch en el Luna Park.
Pero todas esas son “verdades” envueltas en el
misterio. Lo concreto es que su físico se moldeó ayudando a su padre en la
carnicería, cargando medias reses y forjando una fuerza que lo haría imbatible. A los 18 años, pisó por primera vez el gimnasio del Luna Park,
un templo donde el catch brillaba con intensidad. El “cachacascán”,
como se mencionaba en la calle al ‘catch as catch can’ (’agárrese
cómo pueda’, en inglés), era casi exclusivo de los luchadores de
Europa del Este que habían arribado a nuestro país.
Martín Karadagian sufre ante la humanidad
de William Boo, en ese momento aún luchador, para luego ser el referí estrella.
Así se presentó ante dos figuras de peso: el imponente Hombre
Montaña y el enigmático Karol Nowina, el conde polaco,
quienes miraron con desconfianza a aquel joven de mediana estatura. Pero la
historia diría que ese muchacho se convertiría en el alma de un espectáculo que
aún perdura en la memoria. A fuerza de golpes, el recién aceptado Karadagián fue haciéndose un
lugar en el catch y ganando fama. Y cómo habrá sido fama, que en 2008 fue
incorporado al Hall of fame del Wrestling Observer Newsletter.
Durante cinco años fue subcampeón (detrás del Hombre Montaña,
claro) para luego ser campeón los siguientes seis años, acrecentando su fama y
logrando que el catch convoque a más gente de lo imaginado hasta ese momento.
El anuncio de la histórica pelea entre el
Capitán Piluso y Martín Karadagian.
Con el tiempo, el furor por el catch comenzó a menguar. Karadagian, siempre un
paso adelante, encontró en la televisión el medio ideal para revivirlo. Con una troupe de
luchadores icónicos, llevó el espectáculo a la pantalla. Y entonces llegó la
pelea que muchos creyeron el punto de partida: el enfrentamiento entre
Karadagian y Piluso, el personaje de Alberto Olmedo. “Siempre se confundió que la lucha con Piluso es la que
lo catapulta a conseguir el contrato con Canal 9”, recordó Paulina
Karadagian, su hija, en charla con Teleshow. “Pero en
realidad ese contrato ya estaba firmado. La pelea sirvió para masificar el
programa”.
Martín Karadagian contra Piluso, el paso
previo al desembarco en la T.V.
Fue una noche histórica: el 12 de noviembre de 1961, Pipo
Mancera ofició de maestro de ceremonias y el canal estrenó su primer
camión de exteriores. “En el estadio hay unas 40 mil personas”, aseguró el
conductor. El espectáculo estaba en marcha y nada lo detendría.
El 3 de marzo de 1962, Titanes en el Ring hizo
su aparición en la pantalla chica en horario nocturno, porque pese a todo era
aún considerado como un espectáculo “para adultos”, y con un armenio
interpretando el papel de malo, el ciclo llegaría a la pantalla chica. “Siempre
fue el malo que amaban odiar -reconoció la heredera-, se hizo bueno cuando nací
yo. ‘Nunca podría soportar la mirada de mi hija viéndome malo’, me decía”.
Programa de Titanes en el Ring en Canal
9.
El ciclo no fue solo un show de lucha, fue una mitología moderna donde
héroes y villanos se enfrentaban domingo a domingo ante la ovación del público.
Su impacto fue tal que, en las décadas siguientes, el programa pasaría por los
cinco canales de aire argentinos, expandiendo su dominio más allá de la
televisión y convirtiéndose en un verdadero fenómeno cultural. Pero no solo cautivó a la audiencia argentina. Su fama cruzó los límites
territoriales, y a mediados de los años ‘70, el espectáculo emprendió una serie
de giras internacionales que confirmarían su éxito en el resto de América
Latina. Países como Uruguay, Panamá, Ecuador, El Salvador, Paraguay y
Costa Rica recibieron con entusiasmo a la troupe de
luchadores, convirtiéndolos en ídolos en cada destino.
Martín karadagian y Aída
"Pichi" Lobov, a ambos lados de Paulina.
El show comenzó en Canal 9, pero con el tiempo y las
distintas ediciones pasó por Canal 13, Canal 11, Canal 7 y Canal 2.
Con una audiencia siempre fiel, crecía también el interés de otros países, que
veían en el espectáculo algo más que simples peleas.
La primera incursión internacional se dio en Uruguay, donde los
luchadores fueron recibidos como verdaderas estrellas. Luego siguieron otras
plazas inesperadas: en Panamá, los estadios se llenaban para ver en
acción a Martín Karadagian, La Momia, El Caballero Rojo y El
Indio Comanche. En Ecuador y El Salvador, el entusiasmo por
el programa se reflejaba en la venta de discos, figuritas y merchandising,
replicando el impacto que ya tenía en Argentina. En Costa Rica y
Paraguay, la presencia de los titanes desató una euforia que los medios
locales cubrieron con gran despliegue.
El Caballero Rojo y Martín Karadagian,
dos de los amados del público infantil.
Lo que diferenciaba a Titanes de cualquier otro show de lucha
libre era su capacidad para combinar deporte, teatro y marketing en un solo
producto. No era solo ver peleas: era adentrarse en un universo de personajes
inolvidables, cada uno con su historia, su canción y su técnica de combate. Desde el terror mudo de La Momia hasta la valentía
de El Caballero Rojo, cada luchador representaba un arquetipo
claro, lo que permitía que el público se identificara y tomara partido en cada
combate. Los niños coreaban las canciones de los luchadores, los adultos se
maravillaban con la destreza y el dramatismo del espectáculo, y la prensa lo
cubría como un fenómeno sin precedentes.
Martín Karadagian, entre las dos momias.
A 63 años de su debut, sigue vivo en la memoria de
quienes lo vieron y en la cultura popular de la Argentina y América Latina. Su
impacto fue mucho más que televisivo: definió una era del entretenimiento y
demostró que un buen espectáculo, cuando se hace con pasión y creatividad, no
tiene fronteras. Porque Titanes en el Ring no fue solo
un programa de televisión. Fue una epopeya de héroes y villanos que conquistó
el corazón de un continente entero.
La Momia era uno de los personajes más
temidos por los televidentes de Titanes en el Ring, a quien casi siempre Martín
Karadagian lograba vencer al final del programa.
Titanes en el Ring Martín Karadagián
vs. la Momia lucha final. Video: Canal 9 / Canal Volver.
Titanes en el Ring.Historia y
Curiosidades de este mítico programa.
Lo
sucedido con la designación de los dos nuevos ministros de la Corte Suprema ha
abierto un peligroso cauce para la institucionalidad. Ni el kirchnerismo se
atrevió a tanto. Y eso, claro está, es decir mucho. Cristina Fernández de
Kirchner desesperó durante cada uno de los períodos en que gobernó por tener
una Corte integrada por ministros adictos. La intención de tener al menos uno
durante el gobierno compartido con Alberto Fernández chocó con la falta del
número necesario de votos para su aprobación en el Senado. La designación en
Comisión nunca fue una alternativa.
La designación de Manuel García Mansilla y la aún en ciernes de Ariel Lijo
representa una amenaza seria para la independencia y, por ende, la credibilidad
de la Justicia. Esto, que afecta profundamente la seguridad jurídica, tendrá
consecuencias negativas para el gobierno y para el país. Una de ellas, las
económicas. No hay posibilidad numérica – ni política – de que tanto uno como
el otro puedan ser confirmados por el Senado. Por eso es que, astutamente, el
Dr. Lijo pidió una licencia extraordinaria sin goce de sueldo. Lo dijo con
todas las letras en su presentación ante la Cámara Federal: “Dado que la
designación carece de estabilidad en el cargo, le solicito que me conceda
licencia sin goce de haberes¨ (sic).
A lo discutido de su nombramiento, se le agrega su desprestigio. El
desprestigio también lo abarca al Dr. García Mansilla. Cuando en la audiencia
ante la Comisión de Acuerdos del Senado del 28 de agosto de 2024, le tocó
responder a la pregunta de la senadora Anabel Fernández Sagasti, sobre qué
hubiese hecho si lo hubieran nombrado en comisión, como ocurrió en principio
con Horacio Rosatti y Carlos Rosenkranz dijo: ¨Visto el impacto que tuvo aquel
decreto 83 del 2015 en la opinión pública, yo no hubiera aceptado¨. La
contestación fue una respuesta escueta y contundente. No admitió lugar a dudas.
Parece que la olvidó, haciendo realidad la famosa frase atribuida a Groucho
Marx que dice: ¨estos son mis principios pero, si no le gustan, tengo otros¨.
Está claro que la dignidad ha dejado de ser patrimonio de los dos nuevos
arribados al cuerpo. No se conocen juicios de aprobación de esta maniobra por
parte de ningún abogado constitucionalista de prestigio. Al interpretar el inciso 19 del artículo 99 de la Constitución,
que señala que el Poder Ejecutivo podrá ¨llenar vacantes que requieran acuerdo
del Senado y que ocurran durante su receso, por medio de nombramientos en
comisión que expirarán al final de la próxima Legislatura¨, la mayoría de ellos
coinciden en señalar que se refiere a designaciones de embajadores o militares
que necesiten su aprobación. El clima en la Corte está irrespirable. El jueves las
discusiones fueron acaloradas, por decirlo de una manera elegante. ¨No podemos
hacer nada para oponernos a los nombramientos¨ expresaba una voz desde el
interior del cuerpo con absoluta conciencia de la verdadera caja de Pandora que
abre estas incorporaciones por decreto. A lo controvertido de la medida se le
agregan los cuestionamientos sostenidos que, desde distintos sectores de la
sociedad y del derecho, se le hacen al juez Lijo. El mecanismo utilizado por el Gobierno para proceder a estas
designaciones sienta un muy peligroso antecedente puesto que, si el presidente
quedase habilitado a designar durante el receso del Congreso jueces sin acuerdo
del Senado mediante un simple decreto y reiterar la maniobra al año siguiente,
podría lograr cubrir vacantes de magistrados que no tienen acuerdo del Senado
por tiempo indefinido. Esto sería, lisa y llanamente, el fin de la división de
poderes, de la independencia de la Justicia y de la república. Demás está decir
que, ante la llegada a la Corte de Ariel Lijo, quien festeja es “la casta” que
el propio líder libertario dice combatir. El presidente Milei insiste en
contradecir sus palabras y pensamientos. El perjuicio será para todos los
argentinos de bien. El otro episodio de alto voltaje político que dejó la semana fue
la disputa con el gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof por
los tremendos casos de inseguridad que azotan al conurbano bonaerense y que lo
han convertido en un sitio invivible. El Presidente movió primero con un
estrepitoso posteo en la red social X donde le pidió al gobernador que se corra
del medio y lo “deje intervenir la provincia por la inseguridad”. La jugada no
fue sólo un impulso incontenible a los que suele tenernos acostumbrados. El
temprano horario de la publicación dejó en claro que tuvo toda la noche para
meditarlo. Estaba escrito de antemano. Para concretar semejante petición el
gobierno debería demostrar que se cumplen las condiciones previstas en la
Constitución nacional y contar con el respaldo del Congreso. Cosas poco
probables. Entonces, las declaraciones del primer mandatario parecieron
destinadas a fustigar al gobernador en el terreno político en lugar de ofrecer
ayuda real ante tamaño flagelo. La respuesta de Kicillof tampoco estuvo a la altura de las
circunstancias. El bonaerense ensayó una puesta en escena con un rejunte de
kirchneristas, ex kirchneristas y algunos peronistas para simular un apoyo que,
en lo real, no siempre es explícito. También estuvo Malena Galmarini, la esposa
de Sergio Massa, a quien todavía le cuesta aparecer.
Fue la foto de Unión por El Espanto. Allí, acusó al presidente de ser el “principal
responsable del narcotráfico” en la provincia y agregó que lo denunciará
penalmente. Semejante acusación no tiene ningún indicio de realidad y tuvo como
fin último buscar la espectacularidad para desviar la atención. Mientras la
dirigencia política siga enfrascada en peleas personales estériles, la
inseguridad y ningún otro problema tendrá solución en el corto plazo. Debería
darles vergüenza y ponerse en la piel de la gente que no sabe si sus seres
queridos volverán a casa cada vez que salen a hacer un mandado.
Kicillof ha demostrado su total incapacidad para resolver el problema y el
presidente debería convocarlo de manera seria y respetuosa si de verdad
pretende ayudar. Al cierre de esta columna, terminaban los preparativos para el
discurso de Javier Milei en el Congreso. Una nueva oportunidad para tomar la
senda de la templanza y la compostura. El Presidente no debe olvidar que, en el
medio, está la gente.
Huracán le
dio otro golpe a Vélez al imponerse por 2-0 en el estadio José Amalfitani de
Liniers, en encuentro que le dio continuidad a la fecha 8 del torneo Apertura,
la de los interzonales. Renunció Sebastián Domínguez.
Eric Ramírez y Matías Tissera marcaron los tantos de Huracán, que no
ganaba en Liniers desde le Apertura 2007 y prolongó su buen momento después de
superar en el clásico a San Lorenzo, mientras que Vélez terminó con nueve
jugadores y no solo que no gana, tampoco por el momento logró meter un gol.
Después de un inicio sin emociones y con un desarrollo parejo, el Globo tomó la
iniciativa y llegó al gol cuando se jugaban 21 minutos por intermedio de
Ramírez, en una jugada muy fina que tuvo que ser revisada por el VAR por la
posición en la que se encontraba el jugador después del centro desde la
derecha.
Erik Ramírez, de cabeza, puso el 1-0 de Huracán ante Vélez. El primer tiempo tuvo una curiosidad, debido a que Vélez terminó con
cuatro jugadores lesionados, lo que se le sumó al mal momento futbolístico del
equipo de Liniers.
Pellegrino se retiró en el inicio del partido, Mammana también tuvo
que pedir el cambio por un problema en la rodilla y hasta el entretiempo para
no agotar las ventanas tuvo que esperar Domínguez para reemplazar a Ordoñez y
Machuca, quien había ingresado por el ex Estudiantes. Lejos de reaccionar en el segundo tiempo, las complicaciones
continuaron para Vélez debido que sufriría dos expulsiones que terminarían
volcando el encuentro en favor de Huracán. Primero, Aaron Quiros recibió de manera correcta una segunda
amarilla y, luego, el local se quedaría con nueve jugadores por una violenta
infracción de Patricio Pernicone, quien había ingresado por Mammana.
En el cierre y cuando Huracán parecido dormido y sin aprovechar la
ventaja numérica, Tissera encaró a Marchiori (la figura de Vélez) y tocó la
pelota a la red luego de esquivar al arquero. Historia sentenciada.
Huracán suma 15 puntos en la Zona A, se encuentra a tres de los líderes
(Estudiantes, Tigre y Argentinos Juniors) y en la fecha 9 visitará a Racing; en
tanto, Vélez apenas acumula dos unidades, está último en la Zona B y en la
próxima recibirá a San Martín de San Juan.