domingo, 11 de febrero de 2018

Débora Pérez Volpín. Morir por error... @dealgunamanera...

Morir por error… 

Profundo dolor, Débora Pérez Volpín. Dibujo: Pablo Temes

Durante la endoscopia le perforaron esófago y estómago, generando un enfisema subcutáneo que la mató en instantes.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 11/02/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Bien cabría decir, parafraseando a Pablo Neruda, que, cuando una mujer como Débora Pérez Volpin vuelve definitivamente a la tierra, hay un rumor, una ola de voz y llanto que prepara y propaga su partida.

Débora fue un ser de luz. Hermosa mujer y maravillosa persona. Honesta, sincera y provista de un alto compromiso con el prójimo, hacia quien mostró una dedicación de la que pudimos dar fe todos los que la conocimos y tuvimos el fenomenal privilegio de trabajar con ella.

Venía padeciendo dolores abdominales desde hacía unas tres semanas. Tenía antecedentes de una hernia hiatal, afección muy común, que llamativamente sufren muchos periodistas, locutores, actores, actrices y cantantes. Entre otras cosas, la hernia hiatal causa reflujo gastroesofágico que, como una de sus manifestaciones clínicas, puede producir laringitis y afectar las cuerdas vocales. Como consecuencia de esta patología, ya se había realizado varias endoscopias de la vía digestiva alta. Por lo tanto, el procedimiento al que debía someterse el martes 6 era algo absolutamente conocido para ella.

Principio del fin. En principio, tenía agendado realizarse el estudio el miércoles 7 a las 17 horas en GEDyT con la Dra. Maribel Braner, integrante del equipo del Dr. Luis Caro, prestigioso gastroenterólogo con amplia experiencia en estudios endoscópicos. Pero, ante la persistencia de los dolores abdominales, Débora decidió acudir al Sanatorio de la Trinidad de Palermo. Los dolores que sufría no eran intensos. Tanto es así que el domingo había estado nadando –le apasionaba la natación– sin inconvenientes.

Una vez en el sanatorio, fue atendida en la guardia. Luego de examinarla, el médico que la vio –con buen criterio– aconsejó la internación para realizar una serie de estudios diagnósticos. Entre esos estudios estaba la endoscopia, por lo que obviamente canceló el turno en GEDyT. Más allá de los dolores, del examen físico no surgió ninguna otra anomalía. Por eso fue que, una vez acordada la internación, Débora envió un mensaje vía Whatsapp a sus colaboradores en el que decía:   “Chicos no se asusten, estoy internada. Me voy a hacer una endoscopia porque me duele mucho el abdomen”.

El martes transcurrió con total normalidad. Según hizo saber La Trinidad, antes de la endoscopia se le practicaron otros dos estudios por imágenes: una tomografía computada de abdomen y una colangiografía retrógrada.

Alta programada. Por lo que relatan los familiares, en ninguno de esos estudios aparecieron alteraciones que pudieran poner en riesgo la vida de la paciente. Por ende, se llegó a la realización de la endoscopia en forma absolutamente relajada. Es más, ya estaba planeada el alta para el día siguiente.

La videoendoscopia digestiva alta (VEDA) es un procedimiento que se utiliza para el estudio de la llamada vía alta que comprende la faringe, el esófago, el estómago y el intestino delgado. Es un estudio que hoy en día se considera rutinario y que consiste en la introducción del endoscopio a través de los segmentos antes mencionados del tubo digestivo. El endoscopio es un instrumento utilizado para la observación interna de una cavidad, conducto u órgano hueco, consiste en una sonda flexible que, en su extremo proximal posee una cámara y en el distal, una luz que permite que la cavidad sea observable. Puede hacerse con fines diagnósticos y/o también terapéuticos.

Propofol.

Para evitar las reacciones desagradables que produce el reflejo del vómito, desencadenado por la introducción del endoscopio a través de la vía oral, el estudio se hace prácticamente siempre con una mal llamada anestesia. A tales fines, al paciente se le administra propofol, un agente anestésico de corta duración que, entre sus indicaciones, tiene justamente la de ser utilizado en las endoscopias. Se trata de una droga con muy buenos niveles de seguridad, que se administra por vía intravenosa. Su acción sedativa comienza enseguida, dentro de los primeros 30 segundos, y una vez suspendida el paciente se recupera rápidamente, con una sensación placentera y sin vómitos.

Ya con el paciente sedado –y previa colocación de una boquilla para proteger la dentadura–, se introduce el endoscopio por la boca y se lo va desplazando a través de los distintos segmentos de esa vía digestiva alta. Al mismo tiempo se va insuflando aire –en forma cuidadosa– a los fines de dilatar las cavidades y permitir una adecuada observación en 360 grados. Durante determinados momentos del procedimiento se van tomando fotos, cuyo objetivo es documentar los diferentes hallazgos que van apareciendo. Habitualmente se le entrega al paciente el informe escrito con algunas de esas fotos que, en el caso de encontrarse una patología, corresponde a la zona afectada.
   
Uno por mil. La endoscopia, por lo tanto, es un procedimiento de alta seguridad, que suele durar poco tiempo, en general de 8 a 15 minutos. Las complicaciones en esas prácticas representan menos del uno por mil (1/1.000) cuando se trata de casos de diagnóstico, pudiendo llegar a alcanzar el 1% cuando se trata de tratamientos terapéuticos. La mortalidad relacionada con estos procedimientos es muy baja, situándose aproximadamente entorno al 0,004%, cifra que puede aumentar con la edad del paciente y la coexistencia de otras patologías asociadas. Una de esas complicaciones es la perforación del esófago. En una revision del tema con extensa bibliografía publicada en la Revista Médica de Chile en 2005 se lee: “la causa más común de perforación esofágica es hoy la iatrogénica (daño médico involuntario), secundaria a la instrumentalización endoscópica del órgano… Con la antigua esofagoscopia rígida existía un riesgo de 0,1 a 0,4% de perforación. El riesgo de perforación asociada a la esofagoscopia flexible es muy bajo y en la literatura médica tiene un rango que va del 0,006% al 0,6%”. En general, estas perforaciones suelen ocurrir en el tercio distal del órgano.

Según un artículo del año 2009 de la Fundación Española de Endoscopia Digestiva, la morbimortalidad de las perforaciones producidas durante la endoscopia alcanza el 25%. Los síntomas de perforación durante la endoscopia alta incluyen dolor severo y/o persistente (habitualmente localizado en región media-inferior del tórax), taquipnea, taquicardia, leucocitosis y fiebre. En otras ocasiones, la exploración física pondrá de manifiesto crepitación de partes blandas en cuello y tórax.

Plena de vida. 

Débora entró a realizarse el estudio en buen estado de salud. Como se dijo, era un estudio programado y nada había que tuviera que ver con una emergencia. Previamente se le había realizado un electrocardiograma que no mostró ninguna anormalidad. El endoscopista fue el Dr. Diego Ariel Bialolenkier y la anestesista fue la Dra. Nélida Inés Puente. El estudio se desarrolló con total normalidad hasta el minuto 5. Fue entonces que la Dra. Puente le advirtió al Dr. Bialolenkier que la paciente presentaba una caída brusca en la saturación de oxígeno. Dicho alerta llevó a la inmediata suspensión del procedimiento. Lo que sobrevino fue abrupto y fatal. En apenas un instante Débora literalmente se infló –producto del enfisema subcutáneo– e hizo un paro cardiorrespiratorio del cual no pudo ser reanimada. ¿Qué fue, pues, lo que sucedió?

Tres fuentes médicas distintas que han tenido acceso a la autopsia coinciden en señalar que hubo una perforación del esófago, y del estómago también, que no fueron advertidas. La perforación esofágica fue la más grave y determinante para el deceso, ya que  en medio de la insuflación hizo que pasara aire a presión desde el esófago al tórax. Este último es una cavidad con presión negativa, por lo cual la diferencia de presiones hizo que el aire entrara con suficiente fuerza como para producir un neumotórax (aire en el tórax) bilateral. Esa cantidad de  aire en el tórax generó un desplazamiento y posterior colapso pulmonar, con repercusión cardíaca. Hubo también pasaje del aire al mediastino (espacio torácico virtual ubicado en medio de la caja torácica, entre las dos pleuras, con el esternón por delante y la columna vertebral por detrás) y también entró en el tejido subcutáneo. El aire en el tejido subcutáneo (enfisema subcutáneo) fue de tal impacto –por su dimensión y por la rapidez con la que se produjo– que hizo imposible la intubación, procedimiento imprescindible para asegurar una buena vía de oxigenación, sin la cual las maniobras de resucitación están destinadas al fracaso. Como consecuencia de todo esto, se configuró un cuadro de hipoxia, hipercapnia (aumento de anhídrido carbónico) y acidosis que afectó severamente al cerebro y que condujo al paro cardo-respiratorio de origen central irreversible. La secuencia de los hechos dejó a los médicos en estado de shock.

Hasta ahí lo sucedido desde el punto de vista estrictamente médico. Lo que vino después, forma parte de una conducta de parte de las autoridades médicas del Sanatorio de la Trinidad que resultan inexplicables y reprochables. El comunicado que difundió el martes por la noche fue decididamente malo, ya que para nada reflejaba la realidad de lo sucedido. Lo que se hizo trascender ayer, fue aún peor. Ningún miembro de la familia recibió información alguna sobre que Débora –a quien le habían extirpado la vesícula hace algunos años– tuviera una inflamación hepática (hepatitis), ictericia y líquido en la cavidad abdominal. Una de las consecuencias de esa falta de explicaciones acerca de lo que pasó por parte del Sanatorio, fue el temor que se instaló en muchos pacientes que tenían turnos para realizarse endoscopias en esta semana. Como resultado, muchos de ellos suspendieron su realización.

Dolor sin límites. 

Fue conmovedor asistir al velatorio de Débora. “Quiero que me recuerden como una buena persona” había dicho hace no mucho tiempo cuando este final de drama y de tragedia era impensado para ella y para todos. El cariño de sus amigos, de sus colegas y, sobre todo, de la gente  que le dio el último adiós en la Legislatura y en el Cementerio de la Chacarita son testimonio y garantía de que ese deseo se hará realidad. Mientras tanto, es importante que la Justicia actúe rápidamente para saber toda la verdad de lo que pasó en ese quirófano del Sanatorio de la Trinidad en ese infausto martes 6 de febrero. Es lo que merece la familia y la memoria de Débora Pérez Volpin, una persona que como tan admirablemente la definió Martín Lousteau, todo lo que tocaba lo transformaba en algo mejor.

En su recuerdo:



















sábado, 10 de febrero de 2018

Costanera Norte. Viaje subterráneo a la obra que aliviará inundaciones en 5 barrios porteños... @dealgunamanera...

Un pozo de nueve pisos de profundidad para aliviar inundaciones en cinco barrios…

A metros del Río de la Plata, aparece un foso de enormes dimensiones. Foto: David Fernández.

Ahí funcionará un túnel que servirá como aliviador del arroyo Vega. Correrá por debajo de la calle Pampa y de las líneas B y D del subte.

© Escrito por María Belén Etcheñique el viernes 09/02/2018 y publicado en el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

No hay desvíos ni avenidas que se achican a un solo carril. No hay carteles de paso interrumpido, ni ruido de máquinas aturdiendo las calles. No acá, en esta obra, una de las más importantes de la Ciudad, aunque apenas sea perceptible para la mayoría de los vecinos. Muy cerca del Río de la Plata, hay un hoyo de 25 metros de profundidad y 35 de diámetro, el equivalente a un edificio subterráneo de nueve pisos, con una base casi tan grande como la fuente del Monumento a los Españoles. Es el futuro pozo de descarga del segundo emisario del Arroyo Vega, un túnel de 8,4 kilómetros que correrá por debajo de la calle La Pampa y las líneas D y B del subte, y se usará para mitigar inundaciones en Agronomía, Villa Ortúzar, Parque Chas, Colegiales y Belgrano.

Es una megaobra hidráulica que se desarrolla a la altura de Costanera Norte, en un punto en el que la Ciudad no parece terminada: el piso es de tierra y arena, no hay árboles ni negocios, sólo mucho río y mucho cielo, que recortan los aviones que descienden hacia Aeroparque. A los costados del gran agujero hay obradores en fila, grúas con los brazos en movimiento, camiones de acoplados larguísimos, retroexcavadora, una fábrica y personas con cascos, botas y pecheras fluorescentes.

En Costanera Norte, se construyó un pozo inmenso que actuará como descarga del arroyo Vega. Foto: Matías Repetto/GCBA

El arroyo Vega atraviesa la Ciudad de Oeste a Este hasta desembocar en esta zona. Cuando llueve mucho, su cuenca y su primer emisario -construido en la década de 1940- desbordan e inundan las calles. Frente a ese conducto saturado, 12 años atrás, se decidió que debía construirse otro. En 2017, empezó la excavación. Máquinas que iban mordiendo su propio suelo sacaron 25 mil metros cúbicos de tierra. Y el pozo, ahora definido, no sólo es la puerta de entrada al segundo emisario, también, cuando el sistema esté en funcionamiento, servirá como regulador del agua de las lluvias.

Hay dos maneras de bajar a esa gran fosa: una escalera angosta pegada a la circunferencia o adentro de una caja amarilla, colgada de una grúa. Ése es un descenso vertical en el que, primero, atrapa la vista del Río de la Plata y, después, el contorno grueso del pozo. Lo componen planchas de hormigón que llegan mucho más profundo de lo que se ve. Están enterradas superando el manto del acuífero Puelche, una gigantesca reserva de agua subterránea que la Ciudad comparte con otras provincias.

Para la construcción de la estructura se extrajeron 25.000 metros cúbicos de tierra. Foto: GCBA

En los próximos días, en la parte baja del pozo se ensamblará la tuneladora alemana “Elisa”, como la bautizaron en una convocatoria del Gobierno porteño en homenaje a Elisa Beatriz Bachofen, la primera mujer graduada en Ingeniería en Argentina y Latinoamérica. Mide casi dos cuadras y para trasladarla se necesitaron 118 camiones. “Su dimensión y delicadeza obligan a manipularla en rodajas”, explica Franco Moccia, ministro de Desarrollo Urbano y Transporte de la Ciudad. La obra depende de su área. “En marzo, empezará a perforar. Funciona como un gran taladro con un cabezal de corte y vagones atrás, que transportan equipos, operarios y la tierra excedente. Es que mientras cava, apuntala el hueco y va formando el túnel”, agrega. Seis piezas curvas de concreto -se las llama dovelas- forman una vuelta y lo van recubriendo. A metros del pozo, se montó una fábrica que proveerá a la obra de estos anillos. 
“La tunelera funcionará de lunes a sábado, las 24 horas. El domingo será para mantenimiento. Calculamos un promedio de20 metros de excavación diarios”, dice Eduardo Cohen, ingeniero a cargo del Plan Hidráulico de la Ciudad. La máquina sólo se usará en un primer tramo que empezará en el pozo y terminará en la calle Victorica, en Parque Chas. Ahí, se conectará con otro túnel. Ese segundo conducto se hará con una tuneladora distinta, de menor diámetro e irá por debajo de la calle Nueva York hasta Helguera, en Agronomía. “La razón de hacer dos túneles es que la cuenca se va angostando hacia el Oeste. Tiene forma de triángulo”, dice Moccia. Cuando la obra esté terminada, el emisario trabajará por gravedad y descargará el agua en el pozo, que escurrirá el líquido hacia el río por presión.

La obra se completa con la construcción de 10 kilómetros de ramales y sumideros para conducir el agua de lluvia hacia el ducto principal. El objetivo es que entre el nuevo emisario y el más antiguo puedan soportar una tormenta de 81 mm en dos horas (hoy el límite está en 48). “Los trabajos en superficie serán mínimos -dice Moccia-. Es una megaobra que duplicará la capacidad de drenaje y pasará por debajo de la Ciudad sin molestar”.

Un programa contra las inundaciones

El Plan Director Hidráulico de la Ciudad atravesó varios años y gestiones. Como jefe de Gobierno, Fernando de la Rúa lo convirtió en ley. Pero recién terminó de diseñarse en 2005. Su objetivo es paliar, a través de obras de infraestructura y programas de alerta, los efectos de precipitaciones y sudestadas.

Gran parte del proyecto consiste en concretar aliviadores para los arroyos entubados que desembocan en el Río de la Plata. La obra del arroyo Maldonado fue la primera del plan y la única hasta el momento terminada. Para triplicar su capacidad de escurrimiento, se construyeron dos aliviadores bajo la avenida Juan B. Justo.

Se prevé que la concreción del segundo emisario del arroyo Vega sea en agosto de 2019. Foto: David Fernández.

Por la cantidad de personas a las que afecta en forma directa -315.000- le sigue en necesidad de concreción el segundo emisario del arroyo Vega. A diferencia de otras cuencas, la del Vega empieza y termina en suelo porteño. Frente al Río de la Plata está tomando forma y se prevé que se complete en agosto de 2019. Los costos de este tipo de infraestructuras están incluidos dentro del “Plan de Asistencia a la Gestión de Riesgo de Inundaciones para Buenos Aires”, que asciende a U$S 326 millones, solventados mediante un préstamo del Banco Mundial de U$S 200 millones, más U$S 126 millones de la Ciudad. Del total, U$S 135 millones son para la construcción del Vega, la contratista a cargo es una unión transitoria entre las empresas Roggio, Cartellone y Supercemento.

El cruce de Cabildo y Blanco Encalada es un punto clásico que sucumbe a las lluvias intensas. Foto: Archivo 2012.

El tercer arroyo en importancia es el Medrano. Nace en el partido de Tres de Febrero, corre entubado por San Martín y Vicente López y entra a la Ciudad. Desde ahí, atraviesa Saavedra, Núñez, Villa Pueyrredón, Devoto, Coghlan y Villa Urquiza hasta su desembocadura en el Río de la Plata a la altura de Lugones. En su cuenca viven unas 500 mil personas, pero el 70% del arroyo está en Provincia y el 30% en Ciudad. Ahí también hacen falta aliviadores y hasta el momento sólo se hicieron paliativos: reservorios en un estacionamiento del shopping DOT, en Parque Sarmiento y Tecnópolis. Desde el Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte dijeron que están evaluando un diseño de obra para esa cuenca.

Los arroyos Maldonado, Vega y Medrano no son los únicos que atraviesan la Ciudad y descargan sus afluentes en el Río de la Plata y en el Riachuelo. Pero el 70 por ciento de los problemas de inundaciones en Capital corresponden a sus desbordes.



viernes, 9 de febrero de 2018

Otra Argentina... @dealgunamanera...

Otra Argentina...

Imagen: Carolina Camps

En 2001, publicamos nuestro primer documento en el que señalábamos la cercanía de una crisis que se produciría en el país a raíz de la aplicación de un modelo que, inexorablemente, nos llevaría al desastre económico, político y social como finalmente ocurrió. Hoy, reafirmamos los principios que planteamos en aquella coyuntura y alertamos sobre las graves, conocidas e inminentes consecuencias económicas y sociales que el presente modelo está ocasionando al país.

© Fuente: Cátedra Abierta Plan Fénix FCE-UBA. Publicado el domingo 17/12/2018 por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

A pesar de su generalizado descrédito, ha retornado con su anquilosado discurso y camuflado bajo una renovada prosa. Es necesario señalar que las consecuencias que acarreó este modelo neoconservador no se debieron a una supuesta falta de profundización, o a la corrupción que lo caracterizó, sino a las deficiencias estructurales inherentes al mismo, que lo tornaron inviable.

La repetición de esta receta provocará retrocesos, arrojando a miles de ciudadanos a la pobreza y al desempleo, con la exclusión y sufrimiento que esto acarrea. Asimismo, las tensiones que provoca el retroceso económico y social generan el deterioro del sistema democrático que está vigente.

Las orientaciones de la política oficial que empujan a la economía hacia la desigualdad y el endeudamiento externo -que señalamos en nuestro documento de noviembre de 2016- no solo no se han revertido, sino que continuarán en pleno despliegue.

Las medidas redistributivas impulsan el salario real a la baja, y en consecuencia a la declinación de la actividad productiva, en particular la industrial, mientras se generan, desde el Banco Central, rentables negocios financieros para el sector privado. Las políticas macroeconómicas contractivas introducen la economía en una espiral de ajuste, destrucción masiva de puestos de trabajo, empobrecimiento colectivo y nuevo desequilibrio en las cuentas públicas.

Soberanía y sector externo

En el ámbito de las relaciones económicas internacionales, el fortalecimiento de los esquemas de integración regional en Sudamérica ha dejado de tener valor estratégico para el Estado argentino, así como ha dejado de ser un objetivo fundamental la ampliación de los márgenes de autonomía en el escenario internacional para el despliegue de las propias políticas de desarrollo.

El Gobierno argentino ha contribuido al desmantelamiento de las políticas e institucionalidad del Mercosur y de la Unasur para fortalecer una mirada centrada en lo comercial, desde la perspectiva del libre comercio.

La liberalización del mercado cambiario que ha realizado el gobierno ha cedido la capacidad regulatoria del Estado a los grandes intereses privados que manejan las divisas. Así, se ha despojado al sector público de una herramienta clave para la estabilidad macroeconómica y se ha incrementado la vulnerabilidad externa de nuestra economía.

La política de lograr competitividad externa a través de un único instrumento –la devaluación– no ha surtido efectos reales. La entrada masiva de dólares por la vía del endeudamiento y de la especulación financiera no protegerá la producción nacional y alentará el consumo de bienes y servicios importados fomentados por los grandes sectores económicos. La inestabilidad cambiaria reinstala en la escena económica la especulación con el tipo de cambio, desplazando el uso de la moneda local.

El acelerado proceso de endeudamiento externo no está acompañado por ninguna estrategia de repago de los compromisos adquiridos. El enorme ingreso de préstamos externos está destinado a sufragar el gasto corriente de los diversos niveles del Estado (nacional, provincial y municipal) y a alimentar la enorme fuga de capitales que se viene observando.

Actividad y trabajo

Las quitas impositivas a sectores productivos de altos ingresos no son reemplazadas por otros tributos, lo que genera un incremento del déficit fiscal que justifica la toma de nuevos préstamos en moneda extranjera y un recorte del gasto público en particular en jubilaciones, pensiones y AUH para cubrir el consecuente desfinanciamiento.

La reforma impositiva a implantar no solo profundizará el déficit, sino que agravará el sesgo regresivo de la política tributaria. Dicha política, junto a la nueva Ley de Responsabilidad Fiscal, profundizará el ajuste en las provincias, imposibilitará el uso de la política fiscal como herramienta anticíclica y pondrá en grave riesgo al Sistema de Seguridad Social.

El ajuste de las tarifas de servicios, impactará gravemente no solo en los ingresos de los sectores asalariados, sino también en las pequeñas y medianas empresas, poniendo a muchas de ellas al borde de la quiebra. Como en los años 90, el aumento de tarifas solo incrementa la rentabilidad privada generando una transferencia de ingresos de la que se benefician únicamente los sectores privados concentrados.

Los salarios están siendo afectados negativamente por múltiples vías: la inflación, los topes oficiales a las paritarias, el desempleo, el cierre de empresas y la tendencia a la resolución represiva de los conflictos sociales que no solo no ha resuelto los problemas, sino que evidencian una intencionalidad autoritaria que ya rigieron en años que los argentinos queremos dejar atrás.

El sector industrial atravesará una grave situación debido a la contracción del mercado interno, las elevadas tasas de interés, los aumentos tarifarios y el tipo de cambio combinado con una apertura económica, que habilitan el ingreso de productos de todo el mundo, en un contexto de competencia agresiva de las principales potencias por la captura de mercados, generando un aumento considerable de la capacidad industrial ociosa, en particular, en las PyMES industriales tradicionales.

Justicia

En lo que va de este siglo, la sociedad argentina ha ido perdiendo la confianza que había depositado en el Poder Judicial, el que debe asentarse sobre el principio de actuar con equidad y con independencia respecto de los intereses en juego. Es imposible pensar en un futuro de progreso en el país si esta institución que comparte el poder del Estado con el Ejecutivo y el Legislativo actúa en forma subordinada a los requerimientos de los poderes de turno, tanto oficiales como privados.

Estamos avanzando rápidamente hacia el deterioro del Estado de Derecho y, lejos de que esto provoque un clamor social generalizado y salvo honrosas excepciones, nos sorprende el silencio –¿cómplice?– de los ciudadanos formados en el estudio de las leyes, incluida la opinión de las Facultades de Derecho, junto con el de otros actores involucrados en la administración de justicia.

La actuación e inacción de la Corte Suprema de Justicia es un ejemplo de lo que señalamos. Convalida un grave retroceso en los derechos económicos y sociales con fallos como el que consagra el “2x1” para condenas de crímenes de lesa humanidad, desconociendo su propia jurisprudencia y los tratados internacionales, o con su silencio ante apelaciones por la libertad de personas acusadas de delitos excarcelables detenidas en operativos que utilizan, por razones mediáticas, excesivos recursos públicos.

Simultáneamente, la Corte Suprema de Justicia, sometida a las estrategias empresariales, busca recortar el ámbito de incumbencia de los tribunales de Justicia del Trabajo desplazando estos casos a los fueros civil y contencioso administrativo, como la modificación de la ley que regula las ART, y la complicidad en la persecución a jueces y fiscales que no convalidan las demandas del gobierno y de sectores empresariales.

Inversiones

La escasa predisposición a la inversión productiva, basada en el ahorro local, aunada a la ausencia de inversiones directas del exterior, debe competir con la elevada rentabilidad financiera que ofrecen las letras emitidas por el Banco Central (Lebac).

El aumento de la vulnerabilidad externa e interna no se debe solamente a la constante expansión del stock de Lebac, sino también al aumento del endeudamiento externo del Gobierno Nacional, del Banco Central y de jurisdicciones provinciales. A eso se agrega la renovada emisión de deuda del sector privado, en un contexto de política económica que favorece y estimula este tipo de dinámica, inviable en el mediano plazo.

Además, el pago de los abultados intereses de estas deudas han dado y darán origen a un gasto público cuasifiscal tan elevado que ya supera a numerosas partidas claves de la inversión social.

El escenario de desequilibrio macroeconómico llevará inexorablemente a un recorte en el gasto público que impactará negativamente en los salarios del personal estatal y a la reducción de las inversiones en educación, salud y problemáticas sociales, y a la desfinanciación del sistema científico.

Del mismo modo, es de prever una reforma del sistema jubilatorio que, en su esencia, reduciría el nivel real de las jubilaciones e incluiría la posibilidad de reintroducir el sistema privado. En vez de un combate severo contra la evasión y la elusión impositiva, el gobierno opta a través de sus propuestas impositivas por obtener recursos de los ingresos de los trabajadores pasivos.

Propuestas

Si bien es imprescindible un profundo análisis de la coyuntura, también lo es alertar sobre los efectos de larga duración y de difícil reversibilidad que las actuales decisiones políticas provocarán. El proceso de desindustrialización, el desmantelamiento de nuestro sistema nacional de ciencia y tecnología, la firma irresponsable de tratados de libre comercio y el desmesurado endeudamiento externo llevarán a nuestro país a atravesar crisis estructurales con graves consecuencias para la sociedad.

Así como en el 2001 consideramos que debería aplicarse un modelo diferente al entonces vigente, hoy creemos que deben ser propuestas a la opinión pública otras opciones económicas para una Argentina que, por sus recursos, está en condiciones de encarar con éxito un modelo basado en el desarrollo y la equidad social, con un prudente pero firme manejo de las divisas y la administración del libre acceso a la importación de bienes externos no destinados a la inversión productiva.

Nuestro país, tarde o temprano deberá clausurar el presente proceso signado por el profundo deterioro de la economía y la calidad de vida de sus habitantes, y reinaugurar un proceso de crecimiento con equidad.

La destrucción del espacio público como ámbito de construcción de la democracia y del bienestar social, la entronización del mercado como árbitro supremo de la asignación de recursos y distribución de la riqueza, y la subordinación incondicional a los criterios de los centros de poder mundial fracturarán a la sociedad argentina y dilapidarán el potencial disponible de recursos arrojando a parte creciente de población a la pobreza y a la marginación.

En este contexto de crisis, inseguridad y frustración es necesario un amplio debate nacional, que permita iniciar la marcha hacia nuestra recuperación. Vivir con lo nuestro no es una utopía, por lo contrario, es un objetivo posible. Nuestro país puede, en efecto, ponerse de pie por sus propios medios y reinsertarse nuevamente en el orden mundial contemporáneo asumiendo el comando de su propio destino.

En materia de deuda externa, se deberá hacer el esfuerzo de suspender el proceso de endeudamiento e, iniciar acciones destinadas a su reducción, renegociando sus vencimientos y tasas. Por otra parte, se deberá impulsar desde el Estado la rápida puesta en producción de los recursos hoy ociosos, expandir la oferta para el mercado interno y nuevas exportaciones, y aumentar el empleo, los salarios, las inversiones y la recaudación tributaria.

La redistribución progresiva e inmediata del ingreso permitirá una rápida recuperación de la demanda. Ello deberá ser viabilizado por una expansión del crédito orientado a aumentar la producción y el empleo en el marco del fortalecimiento de la situación fiscal y del balance de pagos. Este es un requisito necesario para la estabilidad de precios, los equilibrios macroeconómicos y para empalmar la resolución de la crisis actual con una estrategia sostenible a largo plazo.

Un sendero de recuperación y crecimiento requiere la expansión simultánea del mercado interno y de las exportaciones. Para ambos fines, será indispensable y posible aumentar la tasa de inversión proveniente de un Estado activo y del ahorro interno.

El ahorro interno es la fuente principal del financiamiento privado de la inversión y, como sucede en los países exitosos, la inversión extranjera es un complemento –nunca un sustituto– del ahorro y la inversión domésticos y deberá materializarse principalmente bajo la forma de aportes de capital de riesgo.

Una reforma tributaria será condición indispensable para la estrategia de reactivación y crecimiento, así como también la transparencia del gasto público, el aumento de la oferta de bienes públicos (salud, educación y justicia) y el comportamiento de las cuentas fiscales compatibles con la situación coyuntural de la economía.

Es preciso instalar al peso como eje del sistema financiero argentino. La realidad que hemos vivido y vivimos revelan las consecuencias de renunciar a una moneda nacional y subordinar su existencia a la especulación financiera.

La política cambiaria debe defender la competitividad de la producción argentina, en el mercado interno y en los internacionales, de modo compatible con las metas de equidad. En este escenario deberán tomarse medidas para desalentar la fuga de capitales y orientarlos a la inversión.

Con respecto a los servicios públicos, es necesario reformar los marcos regulatorios para compatibilizar la defensa de los intereses de los consumidores y del país con la viabilidad económica y financiera de las empresas privadas.

Entregamos a la sociedad estas ideas generales como bases de un proyecto orientado al desarrollo y a la distribución equitativa de la riqueza entre todos los argentinos. Lamentablemente, a 16 años de nuestro documento fundacional, nos vemos en la necesidad de plantear, a través de similares textos, nuevamente los principios básicos allí enunciados y alertar asimismo sobre las consecuencias que la realidad actual traerá aparejada.

Por nuestra parte, consecuentemente con el contenido de la presente declaración, nos proponemos avanzar en propuestas inspiradas en la búsqueda de una sociedad democrática y equitativa orientada hacia un desarrollo humano inclusivo, respetuoso del medioambiente y sustentado en el ejercicio de la soberanía política, el control autónomo de sus recursos y actividades productivas, científicas y culturales, porque de esta manera otra Argentina será posible



miércoles, 7 de febrero de 2018

¿Qué pasa con el crimen en los países donde hay pena de muerte?... @dealgunamanera...

¿Qué pasa con el crimen en los países donde hay pena de muerte?…

Una famosa silla eléctrica utilizada en el estado de Texas, Estados Unidos. La silla fue apodada "Old Sparky" ("vieja chispeante") y se encuentra hoy en un museo. Fuente: Archivo

En una entrevista radial realizada ayer, el consultor oficialista Jaime Durán Barba dijo que, según estudios de su propia consultora, la mayoría de las personas en la Argentina está a favor de la pena de muerte. Lo dijo en el contexto de una discusión sobre violencia policial y el Caso Chocobar.

© Publicado el miércoles 07/02/2018 por el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Más allá de las cifras de opinión pública, que el mismo Durán Barba describió como fluctuantes, y del consenso entre organismos internacionales que consideran que esta drástica medida viola los Derechos Humanos, ¿tiene efectos disuasivos sobre el delito? En el campo de la criminología, la mayoría de los especialistas indica que no.

El último informe de Amnistía Internacional sobre el tema es de 2016. Según el informe, ese año se ejecutaron al menos 1032 personas en todo el mundo -la cifra no incluye las ejecuciones realizadas en China y en Corea del Norte, donde los datos son secreto de Estado-. Fueron 602 personas menos que en 2015, el año de más ejecuciones desde 1989.

Las ejecuciones se realizaron en 23 países. La mayoría son países asiáticos, del medio oriente y africanos: Afganistán, Arabia Saudita, Bangladesh, Bielorrusia, Botsuana, China, Corea del Norte, Egipto, Estados Unidos, Indonesia, Irak, Irán, Japón, Malasia, Nigeria, Pakistán, Palestina, Singapur, Somalia, Sudán, Sudán del Sur, Taiwán, Vietnam.

El consultor Durán Barba opinó sobre el caso Chocobar y la caída en la imagen del presidente Mauricio Macri. Fuente: Archivo

El caso de Estados Unidos es propenso para el estudio, porque hay estadísticas fidedignas sobre ejecuciones y tasas de homicidio por estado -no todos los estados tienen pena de muerte-, lo que permite comparar la correlación histórica entre ambas variables.

El caso de EEUU

En Estados Unidos, son 18 los estados donde no hay pena de muerte, y 32 los estados donde sí se aplica. Según un estudio de la ONG DPIC -que se dedica a recopilar información sobre el tema en base a datos de homicidios provistos por el FBI- durante el período 1990-2016, la tasa de homicidios en los estados sin pena de muerte se mantuvo menor a la registrada en los que sí tienen pena de muerte.

La tasa de homicidios es una de las estadísticas más confiables para medir el crimen en un país.

En 1990, el promedio de asesinatos por cada 100 mil habitantes en los estados sin pena de muerte fue de 9.16, mientras que en los estados con pena de muerte fue de 9.5.

A lo largo de las dos décadas siguientes, esa brecha porcentual se agrandó: llegó a un pico de 44% en 2003, cuando la tasa de asesinatos en estados sin pena de muerte fue de 4.10 y la registrada en los estados con pena de muerte fue de 5.91. En 2016, la brecha fue de 25%. Es decir, la pena de muerte no disminuyó la tasa de homicidios.

¿Son suficientes estos datos para determinar que la pena de muerte no funciona como disuasivo del crimen? Varias investigaciones se concentraron en estudiar también lo que pasa dentro de un solo estado, a lo largo del tiempo. "Compararon lo que pasa con la tasa de homicidios en el estado, antes y después de que se haya instrumentado la pena de muerte. Y tampoco encontraron que la pena de muerte haya incidido a la baja en la tasa de homicidios", destaca el matemático John Lamperti, de la Universidad de Dartmouth.

Lamperti publicó un artículo, en 2004 que recopila investigación histórica sobre el tema. Allí, indica que en ocasiones la pena de muerte incide en la tasa de homicidios, pero a favor, es decir, que la tasa aumenta.

"Hubo casos, si bien muy pocos, en donde una persona cometió un homicidio para ser ejecutado", indica el artículo, que cita un paper médico del Dr. Lois West que estudia estos extraños casos, a los que categoriza como "intentos de suicidio por homicidio".

Una ceremonia de ejecución en China. El país no divulga datos oficiales de sus ejecuciones, en donde se ahorca a los criminales. Fuente: Archivo

Lamperti también cita otro estudio, de 1935, en donde el criminólogo Robert Dann publicó un análisis de los homicidios en la ciudad de Filadelfia durante los 60 días previos y los 60 días posteriores a cinco casos de ejecución que tuvieron un gran despliegue mediático. "La hipótesis de Dann era que la tasa de homicidios iba a caer durante los 60 días posteriores a las ejecuciones, pero subió", dice Lamperti.

Sin pruebas

 

"Los países que mantienen la pena de muerte suelen afirmar que es una forma de disuasión contra la delincuencia. Pero no hay pruebas que demuestren que es más eficaz que la cárcel a la hora de reducir el crimen", indica el informe de Amnistía Internacional.

La organización agrega cuatro argumentos más en contra de la medida. El primero es que los jueces cometen errores. "Desde 1973, en Estados Unidos se ha exonerado a 150 personas que habían sido condenadas a muerte. A otras personas las han ejecutado a pesar de las serias dudas existentes sobre su culpabilidad", dice Amnistía.

Además, la organización indica que la medida suele emplearse más en países con sistemas de justicia sesgados; se aplica de forma discriminatoria debido al sesgo racial o étnico que tiene el mismo sistema de justicia; y se usa en ocasiones como herramienta política: "Las autoridades de algunos países, como Irán y Sudán, usan la pena de muerte para castigar a los opositores políticos".

A pesar de que no exista un consenso académico que justifique la implementación de la pena de muerte, la opinión pública en Estados Unidos suele manifestarse a favor. En octubre de 2017, la consultora de opinión pública Gallup publicó su última medición sobre el tema.

El apoyo a la pena de muerte cayó a su valor más bajo en los últimos 45 años, pero aún así es mayoría en el país: 55% de los estadounidenses se manifestaron a favor de la pena de muerte, y 45%, en contra.

En Japón, donde también existe la pena de muerte -para casos de homicidios múltiples o agravados- la opinión pública sobre el tema se mide de manera regular. Tampoco hay estudios que prueben que la pena de muerte disminuya la tasa de homicidios, pero la última encuesta del gobierno, de 2013, indicó que el 80% de los japoneses están a favor.