Ni una sola
palabra de amor…
Director del corto furor en internet no pensaba hallar a María Teresa y Enrique. En una entrevista a principios de mes, Javier
Rodríguez no imaginaba que aparecerían los protagonistas del video que en tres
semanas inundó las redes sociales. Qué dicen sus protagonistas.
Son 16 mensajes encontrados en un viejo contestador comprado
en el Mercado de Pulgas. Con eso, una hermosa actriz y una escenografía, el
director de “Ni una sola palabra de amor” Javier "el niño" Rodriguez,
logró impactar no sólo en el mundo del cine, sino a través de las redes
sociales.
“Nosotros encontramos este audio en internet de alguien
anónimo que decía que lo había encontrado en un contestador del Mercado de
Pulgas. Nos impactó tanto que pensamos que algo teníamos que hacer”, dijo el
director del fragmento en una entrevista que le hicieron a principios de este
mes en la TV Pública. Y agregó: “Lo interesante de todo esto es ver que
nosotros encontramos este audio en internet, lo editamos un poco, y lo volvimos
a meter a la web”.
El corto fue finalizado en marzo del 2011 y a partir de ahí
hasta hace apenas tres semanas, sólo era conocido en el mundo del cine, ya que
desfiló por varios festivales donde ganó importantes premios como Mejor Ficción
en el Concurso Nacional de Cine y Video independiente de Cipoletti-2012 y mejor
ficción en el Festival Latinoamericano del Cine de Rosario.
“Pensamos en que sería bueno que la gente lo conozca y lo
publicamos, jamás imaginamos semejante impacto”, agrega su director, que al
momento de la entrevista no imaginaba que puedieran aparecer los verdaderos
Enrique y María Teresa: "Cuando lo encontramos, con mis amigos nos pusimos
a jugar con las frases de María Teresa (...) Es imposible conocer a estas
personas. Por ahí ahora aparecen pero es una cosa anónima. Y si aparecen, ¿cómo
se que son los mismos?", señaló en la entrevista.
Es que en apenas tres semanas se convirtió en uno de los
videos más vistos de todas las redes sociales. “Hasta en España comenzó a
verse, es una locura todo esto”, señaló la actriz Andrea Carballo que tan bien
interpreta a María Teresa.
La verdadera historia de amor. Poco tiempo después de que el
video comenzó a viralizarse por las redes sociales, todos comenzaron a
preguntarse qué será de la vida de María Teresa y Enrique, si se habrán
separado o no, o incluso de que año era la grabación.
Pero la incertidumbre duró poco, ya que esta semana los
verdaderos protagonistas salieron del anonimato y mostraron que con más de 30
años de matrimonio, todavía siguen escribiendo su historia de amor.
“Fue muy raro, no reconocí mi voz al principio, cuando vi
que era un video que estaba premiado tuve que verlo tres veces para darme
cuenta que éramos nosotros”, expresó María Teresa en una entrevista con
Telenoche, el noticiero de Canal 13.
El audio es de 1998 y aunque ya pasaron 15 años de aquel día
en donde llamó a Enrique más de 16 veces, asegura que no tiene vergüenza, sino
que son cosas que pasan en la vida cotidiana. “No me siento expuesta. No tengo
ningún complejo, son cosas que pasaron y que pasaron muchas veces”, aseguró.
Para Enrique “ Era un momento muy complicado, se superó con
buena voluntad con cariño y amor.Ella tiene su carácter, es avasallante y yo
soy mas bien especulador en el buen sentido”. "Ahora tampoco hay ni una
palabra de amor", remató Maria Teresa. "Hay gestos de amor", agregó.
© Publicado el sábado
24/08/2013 por Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Por qué perduran las parejas como la de María Teresa y Enrique…
El corto -Ni una sola palabra de amor-, que muestra una dura
controversia, ya llegó al millón de visitas. Los especialistas explican las
razones de que sigan juntos.
“Ahora tampoco hay ni una palabra de amor”, sorprende María
Teresa y se conforma diciendo que “hay gestos de amor”. Así ella y Enrique,
ambos protagonistas del cortometraje Ni una sola palabra de amor, cuentan que
están juntos hace treinta años y con el paso del tiempo entendieron que “no es
necesario cortar una relación pese a las diferencias, ya que es una
construcción día a día”. Como ellos, otras parejas que convivieron varias
décadas juntas, compartiendo momentos buenos o malos, pueden replantearse el
motivo por el que mantienen su vínculo, pese a que el amor inicial ya no
existe.
“Ya no amo a mi marido, pero soy su mejor amiga. Nos
conocemos hace sesenta años. Fue a mi cumpleaños de 15 y ya nada queda de esos
jóvenes”, cuenta Norma Sito, que a sus 76 años convive con su esposo Carlos de
78. “Hace años que sólo usamos la cama para dormir y si bien sabemos que
cambiaron nuestros sentimientos, nos apreciamos y somos compañeros porque así no
estamos solos”, explica y coincide con lo que el psicólogo Alejandro Schujman
señala como el fantasma de la posmodernidad: “La historia de María Teresa y
Enrique impactó de manera directa en el espectador por la identificación con su
relato. Habla del fantasma de la posmodernidad: quedar hablando solo con el
aparato, que no haya nadie del otro lado”.
A su vez, Schujman recuerda el caso de una pareja de 74 y 79
años. En la primera sesión contaron que los nietos crecieron y que les costaba
encontrar nuevos proyectos juntos. Según describe el especialista, la escena de
la sesión era de pura ternura: él le acomodaba los almohadones en el diván para
que ella esté a gusto. “Durante 48 años tuvieron momentos hermosos, otros
espantosos, pero eran el uno con el otro, compañeros, amigos, amantes, se
habían elegido y tuvieron la habilidad de poder darle a la relación
ingredientes para que la felicidad perdure. Ellos buscaban reerotizar la
relación y lo lograron. Lo cierto es que el deslumbramiento, las mariposas en la
panza con el tiempo son ideales que se van cayendo, y era lo que tanto temía
María Teresa”, explica.
“Las razones que mantiene una pareja unida en algunos casos
es el amor o la pasión, pero en otras existen pactos inconscientes que se
establecen para seguir necesitando al otro y satisfacer necesidades de
seguridad, amparo, costumbre, estabilidad que son pre-sexuales”, explica el
psicoanalista Ricardo Rubinstein a Perfil.
Por su parte, para el médico psiquiatra y sexólogo Walter
Ghedin existe una “necesidad de innovación”. “Creen que la costumbre de estar
juntos impide cualquier innovación. Los argumentos como “ya somos grandes” o
“tenemos una vida hecha” son una defensa para que nada nuevo suceda y que
perjudica a la pareja”, afirma. “Las parejas de años suponen que el
conocimiento que se tiene del otro suele ser suficiente para entenderse. Y no
es así. Es fundamental no perder la comunicación profunda”, reflexionó.
Desde una mirada macro, la psicóloga social, Ana Blesa,
asegura que “el matrimonio es una sociedad que hace poco tiempo se realiza por
amor”.
“Nos inculcaron que cuando nos casemos seremos felices y
comeremos perdices... ¿será por eso que los cuentos terminaban ahí? Antes, los
matrimonios eran por acuerdo de los padres y no cabía el sentimiento. Estos
mandatos han creado mucho miedo en las mujeres. Por suerte, los jóvenes de
ahora son más libres sobre esos mandatos y pueden practicar la convivencia
antes del matrimonio y lejos del miedo a estar solos, que en tiempos pasados
era más común y generaba que se sostengan relaciones que luego eran observadas
por los hijos y creían que eso representaba al amor”, finalizó.
© Escrito por Gisela Nicosia
el domingo 25/08/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires.