Al ver la pobre actitud de algunos compatriotas argentinos, cercanos y otros lejanos, tengo la necesidad de expresar mis pensamientos sobre la reciente eliminación de nuestra selección argentina en el mundial 2010. Quienes me conocen, saben bien lo que significa para mí.
La mayoría se atribuye la paternidad sobre la victoria y la hace propia, de ahí viene el "vamos a salir campeones" o "somos los mejores", así que habría que tener la misma actitud de grandeza cuando perdemos. Si ganamos los 40 millones, entones perdemos los mismos y no sólo los 11 que juegan o el entrenador. Lamentablemente, la derrota suele ser huérfana, o en este caso, algunos se la quieren otorgar a una sola persona. Yo no discuto que Maradona tiene responsabilidad en lo que pasó (positivo y negativo), porque es el entrenador y negar eso sería una necedad. Alemania podía llegar a jugar mejor, pero en la cabeza de nadie, ni siquiera en la de ellos, entraba que hicieran 4 goles. Jugaron muy bien, pero no creo que sea un resultado que represente la diferencia de calidad entre los dos. Ellos hicieron 3 goles en 25 minutos, cuando nuestro equipo ya no era el mismo del primer tiempo. El gol madrugador y el segundo tanto, fueron un baldazo de agua fría y no se pudo remontar. De todas formas, Diego no es el único responsable, porque como él dijo: "los que definen son los jugadores" y tiene razón. A los que le atribuyen todas las culpas, que entiendan que esto es un mundial y no la Play Station. Hubo jugadores que fallaron en el último partido y, aunque me parece que no tiene sentido puntualizarlos, eso no es culpa de Maradona. De todos modos, le agradezco a todo el plantel por el esfuerzo y no tengo dudas que cada uno de ellos quería ganar para darnos una alegría. No soy de los que piensan que un final malo hace que toda la historia lo sea. Veamos el bosque y no solo el último árbol. No se olviden de como arrasamos en la primera fase, de la emoción del gol de Palermo o del golazo de Tevez. Hacía 20 años que una selección argentina no emocionaba tanto.
Sin dudas que Alemania, así como también otros países europeos, cuenta con una ventaja importante: todos sus futbolistas juegan en su liga, su entrenador puede verlos en vivo todos los fines de semana, sin tener que cruzar el océano y de esa forma, tiene acceso a una mayor cantidad de horas de trabajo. En el último mundial que ganamos, en México ´86, 14 de los 22 jugadores de nuestro equipo jugaban en la Argentina. Pero en 2010, apenas 6 de 23 y sólo uno de ellos titular. En juveniles, teniendo a los jugadores en nuestro país, José Pekerman demostró que la Argentina es una potencia que puede superar a los europeos, y me baso en las estadísticas para afirmarlo. Lamentablemente, nuestro país no tiene el poder económico para poder retener a nuestras figuras y facilitar el trabajo de la selección. Y cuánto talento tienen esos jugadores argentinos, que a pesar de estar dispersados en distintos equipos y países, logran que aún así la Argentina sea tan respetada. Las distancias y la atomización son un problema con el que debemos convivir, y eso tampoco es culpa de Maradona.
Diego tuvo que hacer en un año y medio, el trabajo para el cuál otros disponen de 4 años. Y aún así, el equipo tuvo un excelente rendimiento en el torneo, a excepción del último partido. ¿O acaso, quién se quejaba hace 48 horas? Ese rendimiento le valió el reconocimiento de la prensa mundial, entre ellos la carta de disculpas del New York Times; pero más importante aún son los elogios de ex jugadores y entrenadores destacados, que sin dudas saben mucho de fútbol, como Zidane, Francescoli y Arrigo Sacchi, entre otros. Si todavía alguien duda de la sapiencia de Maradona, que al menos no duden del conocimiento de las personalidades mencionadas. Diego fue valiente, porque en lugar de optar por la comodidad de quedar para siempre en una foto, a modo de prócer, intentó seguir escribiendo la historia y asumió riesgos que otros, como Pelé, nunca se animaron.
Hay muchos equipos con potencial para salir campeones, pero que en un mal día quedaron afuera. Brasil en 1982 y Dinamarca en 1986 son un ejemplo, pero así es el fútbol. Para algunos, íbamos a quedar eliminados en primera ronda, pero el equipo jugó bien y deslumbró al mundo. Diego contagió a todos con su espíritu ganador y nos convertimos en candidatos. Por eso, hasta hace 24 horas, el país estaba lleno de esperanzas y expectativas, y algo así no es fruto de la casualidad sino del buen rendimiento del equipo. Cuando sonaba el himno de nuestro país antes de los partidos, lo cantábamos como nunca, se nos inflaba el pecho y nos sentíamos más argentinos que en cualquier fecha patria. Y eso, también fue responsabilidad y virtud de Diego Maradona. Quizás las cosas pudieron ser de otra forma, pero con el "diario del lunes" es fácil opinar. No creo que él haya sido obstinado, sino que creyó plenamente en una idea que estaba dando excelentes resultados, pero después a veces las cosas se dan y otras no. Hace una semana, Inglaterra era dirigida por Fabio Capello, uno de los entrenadores de mayor prestigio mundial y también perdió por 4 goles con Alemania. Entonces quizás, estemos en presencia del mejor equipo del Mundial y eso es sobre todo, virtud germana. Felicitaciones para ellos, que ganaron.
Ahora, muchos salen a criticar a Maradona, incluso mencionan como fundamental la ausencia de algunos jugadores que no estuvieron en el plantel, pero de los que hasta hace 24 hs nadie recordaba. Siendo un poquito irónico, como no conozco personalmente a estos críticos oportunistas, no puedo poner en duda sus conocimientos. Pero el problema no es si saben o no saben, sino que estos "eruditos del fútbol", siempre llegan tarde, después que hay un resultado sentenciado. Quizás sea una casualidad, aunque no creo. Podrían poner a prueba sus conocimientos en alguna Web de apuestas deportivas, como BWIN y si en verdad tienen semejante talento, se harían millonarios. Eso sí, si esto no ocurre, tal vez no sepan tanto como creen y deban guardar un respetuoso silencio. "Cuando sonaba el himno de nuestro país antes de los partidos, lo cantábamos como nunca, se nos inflaba el pecho y nos sentíamos más argentinos que en cualquier fecha patria. Y eso, también fue responsabilidad y virtud de Diego Maradona".
Por otra parte, no deja de sorprenderme el nivel de agresividad de algunas personas. Atacar a Maradona por los problemas que tuvo con las drogas, aunque quieran utilizarlo como una agresión (muy desubicada, por cierto), tiene "efecto bumerang", por un lado porque demuestra la bajeza del agresor que, seguramente nunca tuvo un familiar o amigo que sufriera ese problema. Yo, afortunadamente tampoco, pero no necesito llegar a ese punto para entenderlo. Por otra parte, atacar a Maradona con ese tema se vuelve en contra, porque habiendo estado dos veces al borde de la muerte, ver a Diego como DT de la selección es un ejemplo de vida y una muestra de superación personal. Amor, fuerza, coraje, temple y "huevos", tantas cosas en un solo ejemplo, para ganar el más importante de los combates: la batalla por vivir. Yo, de corazón, lo admiro y celebro su recuperación. Después, Diego tendrá sus virtudes y defectos como todos los humanos, pero las repercusiones internacionales de cada uno de sus actos, no hacen más que demostrar la importancia de su persona y el lugar de privilegio que ocupa en el mundo; una posición que se ganó sin matar ni robar a nadie, simplemente desarrollando su talento y dándole felicidad a mucha gente. Por eso, le estaré eternamente agradecido por todas las alegrías que me ha dado.
Es evidente que la falta de calidad de vida en nuestro país, hace que mucha gente viva en constante frustración y algunas personas busquen descargar su veneno a través del fútbol; pero esto es un deporte y no una terapia. Se puede buscar liberar tensiones gritando un gol, alentando y hasta insultando. Pero hay formas y formas, porque cuando el partido termina y el veneno sigue drenando, a veces con violencia física y otras con violencia verbal, es evidente que hay algo que esta mal. Podemos debatir, coincidir o no, pero la crítica destructiva no aporta nada. Proyectar el éxito personal y el deseo de trascendencia en un equipo, es entendible hasta cierto punto, pero cuando ocurre de manera tan excesiva, es insano porque si las expectativas no se cumplen, el dolor se vuelve agresividad. Los problemas personales hay que resolverlos en los propios hogares.
Me parece que hay que elevar el nivel de los debates. Yo amo a la selección y los que me conocen saben bien cuánto me duele lo que pasó, pero no hay que perder la cabeza; entendamos que el mundial es fútbol y entonces, no hay que mezclarlo con los problemas que tuvo Diego en su vida personal. Si hay alguien perfecto, que tire la primera piedra. Criticar es una cosa y atacar es otra. Creo que Diego ya debe tener bastante dolor en su corazón por esta eliminación como para que otros lo agredan. Nadie ama a esa camiseta tanto como él, que la defendió mejor que cualquier otro jugador. Si en este país se respira fútbol, es en gran medida gracias a Maradona, que nos llevó a la gloria en México ´86 e Italia ´90. Nunca olvidemos eso y seamos agradecidos. Para mí, es un gran dolor; significaba más que un mundial porque no sólo quería que Argentina salga campeón, sino que también lo fuera Diego. Es un hermoso sueño que ahora parece trunco, pero quien sabe, tal vez no sea una historia terminada y la vida nos de revancha. Es lo que desea mi corazón.
Seamos agradecidos por la felicidad que tuvimos en los primeros 4 partidos, lo cuál no es conformismo sino la voluntad de invocar algo que suele carecer nuestra sociedad: agradecimiento; algo que nos ayuda a valorar lo que tenemos y a disfrutar un poco más de la vida. Tenemos una selección joven, con muchos jugadores talentosos que tienen un enorme potencial de desarrollo y sin dudas, nos van a volver a dar muchas alegrías en el futuro. El tiempo pasa rápido, el mundial 2014 está cerca y ojala logremos un nuevo "maracanazo" en pleno Brasil. Para Diego, el abrazo más grande. Fuerza, maestro. Te banco, te admiro y te amo. Sos mi ídolo.
© Maximiliano López Arce, Domingo 4 de julio de 2010.