La “Maravilla” mundial de los medianos…
Sergio “Maravilla”
Martínez. Foto: AFP
En una dramática pelea y pese a caer en el round
12, Martínez le arrebató a Chávez Jr. el cinturón de la CMB por puntos, en
fallo unánime.
Arrogante como un rocker
en pleno éxito. Desafiante como un monarca caprichoso. Burlón como un tirano
petiso ante una corte de gigantes. Seguro de si mismo como un Nerón antes de
prender el fósforo que incendiaría Roma. Bailarín como un chico de tercer mundo
entreteniendo turistas. Y, ante todo, altivo como un boxeador de raza…
Sergio Gabriel Martínez,
a los 37 años, con la sangre caliente y la frialdad oportuna de un enorme
estratega, recuperó sin miramientos el cinturón mediano versión CMB, al
derrotar por puntos, en fallo unánime, al mexicano Julio César Chávez Junior,
en el Thomas and Mack Center de Las Vegas.
Después de meses de
fuertes insistencias, chicanas y versiones contradictorias por parte del
presidente del Consejo Mundial de Boxeo José Sulaiman, Martínez cumplió por fin
su anhelo y el de muchos argentinos de traer a la Argentina nuevamente la
corona de la sombra más grande del boxeo nacional: Carlos Monzón, quien ostentó
ese cetro durante siete años.
Maravilla (50-2-2; 28 KO)
cumplió con los pronósticos y con todas las expectativas que había generado.
Hizo las cosas con la misma aterradora simpleza estratégica y técnica de
siempre. Necesitó de unos segundos para tomar medidas, después se dedicó a
demoler sistemática y cronométrica precisión a Julio Chávez Junior (46-1-1 y S.D;
32 KO), que a partir de la cuarta vuelta entró en un estado de total
resignación. Desde entonces Martínez ganó todos los asaltos, salvo el último,
donde fue derribado por Chávez llevando los últimos segundos a un nivel de
dramatismo asfixiante.
El paso de los rounds y
la sensación de que las tarjetas no lo favorecían empujaron al mexicano a un
avance sostenido pero muy desorganizado, posibilitando blancos fáciles para las
combinaciones de Maravilla. A pura vergüenza, Junior intentó alguna reacción esporádica
pero sin riesgos.
Durante los primeros once
rounds el dominio de Martínez era muy claro. Pero de pronto, como un fluido
eléctrico, atravesando la conciencia de Julito Chávez un arsenal abrumador de
golpes estalló al compás del round doce. Y cuando nadie lo esperaba, irrumpió
la incertidumbre. Maravilla, después de caer completamente sentido, aguantó
groggy con lo que le quedaba. Los corazones se paralizaron y esos segundos se
volvieron eternos. El argentino llegó de pie al rincón por su enorme valentía.
Por suerte las tarjetas de los jurados sentenciaron la historia con cierta
claridad: Stanley Christodoulou: 117-110, Adelaide Byrd:118-109 y Dave Moretti
118-109.
Ante la mirada de los 20
mil espectadores –entre ellos 3000 argentinos- que colmaron el Thomas and Mack
Center, Maravilla Martínez (72, 121 kg) ejerció aquella especial seducción de
los artistas identificados con su rol, reflejando las jerarquías de un gran
campeón y de un pugilista del montón. ¿Será el momento de Floyd Mayweather Jr.,
el mejor peso por peso del planeta?
© Escrito por Andrés Vázquez y publicado por el
Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 16 de Septiembre
de 2012.
Las fotos: