A 40 años del golpe de Estado de 1976…
De puño y
letra. La carta que escribió Patricia Marcuzzo a su familia durante su
cautiverio en la ESMA. Fue entregada por los represores a su madre junto a
Sebastián, su bebé nacido en la maternidad clandestina.
La
única carta de una desaparecida en la Esma que llegó a su familia junto a su
bebé. Su hijo Sebastián Rosenfeld Marcuzzo volverá hoy a la ex ESMA, donde
nació, para contar su historia en una visita abierta al público.
© Escrito por Silvina
Heguy el sábado 25/06/2016 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.
Son cuarenta y siete líneas escritas en una hoja cuadriculada. Gastadas de
tanto mirarla. Un “oráculo” para Sebastián, que le permitía imaginar que su
madre volvería en cualquier momento. “Ahí decía que lo haría”, dice casi 38
años después. La letra de Patricia Marcuzzo, aún desaparecida, es también un
documento único que viajó desde la Escuela de Mecánica de la Armada hasta la
puerta de la casa materna. Iba en una cunita con un bebé nacido en las salas de
tortura del edificio sobre la Avenida Libertador. Hoy, Sebastián, ya adulto,
volverá a las cinco de la tarde a esa sala de parto clandestina para contar su
historia en una visita abierta al público.
20 de abril de 1978. Un Peugeot 504 estaciona frente a la casa de la
familia Marcuzzo en Mar del Plata. Dos hombres bajan, tocan la puerta. Sin
presentarse le dan a Sandra, la hermana menor de Patricia, una cuna. Dicen:
“Eso es de Patricia”. Y se van. El caso es el único de los treinta nacimientos
que hubo durante la dictadura en la ESMA en la que el bebé fue entregado a la
familia materna con una carta que le hacían escribir a todas las madres que
tuvieron sus hijos ahí. Ese documento, que Clarín reproduce íntegramente por
primera vez, es la excepción y una de las pruebas que permitió probar el plan
sistemático de apropiación de bebés de la dictadura ante la Justicia.
“Esa carta fue durante mucho tiempo una representación de cierto tipo de
esperanza. Era una afirmación. En ella decía cómo me llamaba”, cuenta
Sebastián. “Y dejaba la puerta abierta. Con un lenguaje muy cotidiano, con
palabras comunes, con una intimidad familiar, con su firma con un corazón sobre
la “y”, que era su forma de escribir su nombre. Si bien para mí era una entidad
supernatural, mi abuela reconocía a su hija en esas palabras”.En la carta,
Patricia Marcuzzo daba certezas. Sebastián había nacido el 15, había pesado 3,8
kilos, ella le daba la teta y completaba con leche marca Bifilac. El bebé era
tranquilo. Comía mucho.
Patricia Marcuzzo bordó también durante su secuestro la letra de De Parto,
una canción de Joan Manuel Serrat. El día de su “traslado”, eufemismo para
marcar su desaparición definitiva en un vuelo de la muerte, se lo dio a
Graciela Daleo, también secuestrada y luego liberada. Años más tarde, Daleo le
entregó ese pañuelo a Sebastián.
El pañuelo está presente en la muestra que es parte del museo Sitio de
Memoria ESMA, ex Centro de Detención, Tortura y Exterminio.
“Para mí -dice Sebastián- representaron dos objetos que afirmaban una
esperanza que tardó muchísimo en disiparse por completo. Siendo muy chico era
solo creer en ella y esperar. El resto de los chicos tenían la certeza de que
vendría Papá Noel todos los años. Yo esperaba a mi mamá. A mi papá”. El padre
de Sebastián también está desaparecido. Su abuela paterna tardó más tiempo en
saber qué tenía un nieto y en encontrarlo.
La carta y el pañuelo son parte de la prueba de lo que sucedió en la ESMA y
serán hoy parte del relato que Sebastián hará al recorrer el edificio en la
visita de las 17, un recorrido que se hace una vez por mes desde marzo con
motivo de los 40 años del golpe.
“El relato de Sebastián es central”, dice Alejandra Naftal, curadora de la
muestra. “Leer la carta en voz alta en la maternidad es esencial. El texto de
la carta es un documento muy de época. Nadie puede explicar porque su caso fue
la excepción. Nuestro objetivo es evocar lo que pasaba acá adentro, el
terrorismo de Estado. La carta le dice a la madre ‘espero que te borre la
incertidumbre’, ‘yo sé que no concuerdas con lo que hago’. Eso es el signo de
la época”.
Sebastián, por su parte, espera aportar conocimiento tangible de lo que
pasó. “Yo nací ahí. Esto sucedió: soy la evidencia, la prueba”, explica
mientras asegura que busca afectar a las personas de forma positiva, no generar
un conflicto. “Las historias se cruzan, hay una generación de tipos que
hicieron cosas despreciables, pero tuvieron hijos que no tuvieron nada que
ver”.
Datos paralas visitas: En el ex Casino de Oficiales funciona hoy el Sitio
de Memoria ESMA, ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio,
donde se exhibe una puesta museográfica sobre la base de testimonios de las
víctimas y documentos históricos de la CONADEP, el Juicio a las Juntas y
documentación desclasificada por las agencias del Estado para los juicios ESMA
actuales, entre otros archivos. Está abierto al público de miércoles a domingo
de 12 a 17 horas. Hay visita guiada opcional de una hora y media. Av. del
Libertador 8151.
La carta : “Querida Mamá. Hoy después de tanto tiempo sin saber de mi
recibís noticias mías por la presente. Lamento mucho no haberte escrito antes
pero me fue imposible pues me encontraba fuera del país realizando unos
trabajos. Este es mi niño. Se llama SEBASTIAN, lo tuve en una clínica en Buenos
Aires. Pesó 3,800 kilos, nació con fórceps. Yo me encuentro muy bien en
perfecto estado de salud, el portador del niño es un amigo mío que me hace la
gauchada por no poder hacerlo yo en este momento pero quiero que estés
tranquila pues estoy muy bien y ya me voy a comunicar nuevamente con vos.
El niño nació el 15 de abril. Quisiera que lo anotaras vos. Acá te mando su
ropita y la leche. Yo le di pecho hasta ahora, complementándole los primeros
días con leche Bifilac. Ahora tomará seguramente 150 gramos o mas porque es de
mucho comer. Es bastante tranquilo y de noche se despierta una sola vez a la
madrugada. Las mamaderas no están hervidas. Y hay solo una tetina con un
agujero. Les mando unos regalitos para las nenas. Dales un beso muy grande a
todas. Y principalmente a Sebastián. Quiero que no se preocupen por mi les
repito que estoy muy bien y que me volveré a reunir con ustedes, en este
momento no me es posible ir a casa. Mami espero que el niño te consuele la
incertidumbre, querelo mucho, es un amor. Denle saludos a papá que tampoco esté
preocupado por mí. Un beso a todos mis queridos, les pido que se cuiden mucho
todos, espero estar muy pronto, haré lo posible porque así sea. Sin más me
resta mandarles un beso muy grande a los cuatro. Uno a Sebastián. Sé que suena
incompresible pero sabés cómo pienso también sé de tu desacuerdo para con lo
que hago.
Todo se solucionará para bien. Paty.”